Vuelvo a quedar con javi

Despues de quedar la primera vez con el, no pense que pudiese sugir nada mas

En mi anterior relato “miradas” narraba la experiencia que había tenido con un compañero, finalizada por lo que pasó por la mañana era otra historia,  pues bien por la mañana al levantarnos realmente no pasó nada, se levantó, me beso en la mejilla y me despertó, no sabía dónde estaba, me vestí mientras se duchaba y deje allí mi número de teléfono, esta vez no me podía a arriesgar a quedarme con la duda. Llego con una toalla lo note serio, aunque con sensación de querer seguir, me hubiese gustado, pero volveríamos a desfasarnos…

Estaba muy nerviosa porque me moriría de vergüenza si lo veía por clase, cuando lo vi me sonrió, desaparecieron los nervios, durante el descanso se acercó a mí y continuamos como siempre, aunque se notaba nervioso. Ese día me mandó un mensaje para una próxima quedada yo realmente me asuste porque ya había vivido una situación parecida y no acabo bien, pero este chico me gustaba y me atraía. Pasaron unos días y en la última clase sobre las 20hrs me refirió que si nos veíamos después, yo encantada, ya que deseaba repetir lo de la otra noche.

Al salir nos fuimos a comer, pero decidimos llevarnos la cena, ya que el lugar estaba a reventar, así que nos dirigimos a su casa, ya que estaba más cerca. Llegamos y no había nadie, así que cuando terminamos de cenar en el sofá empezó a entrarnos el calentón, me bajo el leggin levantándome las piernas y metiéndome solo la puntita, además veía como estaba dentro de mí, me estaba estremeciendo sentirlo poco a poco, cuando de repente escuchamos ruido de gente que entraba en casa, se salió rápidamente de mí, dejándome una sensación de quemor, me incorpore como pude para que no se notase que había pasado allí, él se dirigió al baño como si tuviese una urgencia. Sus compañeros no se percataron de nada, así que tras recoger la mesa me dijo que me fuese a su habitación. Cerro la puerta y medio continuamos, medio porque lo llamaron y salió un momento, así que tumbe la cama y el entro, se puso encima mía, comenzó a besarme, notaba sus labios húmedos, que me mojaban toda la boca, me subió la camiseta, empezó a chupar mi pecho y meter la mano por mi malla, notando que el la tenía dura, no podía contenerme, me introdujo los dedos en la vagina, notaba que los movía de forma circular, se paró durante un momento mirándome fijamente, como lo solía hacer, aparentemente muy serio, me ponía muchísimo, porque se le acentuaban los rasgos y lo hacía aún más guapo, acto seguido se tumbó sobre los pies de la cama yo me fui hacia él, me senté encima, empecé a desabrocharle el pantalón poco a poco, ya que por cada botón iba rozando con mi lengua su cuello. Con sus manos me apretaba la cintura para que lo siguiese sintiendo, fui deslizándome de su cuello hacia su ombligo mientras iba desabrochando, hasta quedarme en la línea de vellos que llevaba desde su ombligo hasta su pene. Lo fui desnudando, solo se quedó con el bóxer, el hizo lo mismo conmigo pero me dejo sin ropa, entonces se incorporó a lo largo de la cama, me puse encima de él como sugiriéndole hacer un 69, aunque él no hacía nada, mientras me deslizaba  me mordía los pezones a la vez q me iba acercando hasta poder llegar a su bóxer, el seguía mordiéndome la barriga yo empecé también con un juego de mordiscos suaves, el ya demasiado nervioso me pidió que se la chupase, me solté la melena y empecé a satisfacerlo, el por el contrario me abrió aún más los muslos y comenzó a comerme con tanta intensidad como la otra vez, introducía sus dedos desde abajo que me provocaban el máximo placer y me impedía continuar con lo que hacía, este paro y me pidió que continuase, note que algo entraba dentro de mí y no eran sus dedos, esto me produjo un fuerte gemido, lo notaba que entraba  y salía con suavidad durante un rato, pregunte qué era lo que tenía y me enseño el tubo de crema, me estaba volviendo loca, así que empezó a metérmelo con más intensidad, cada vez más rápido, casi sin poder reaccionar, baje para continuar, notando que estaba casi eyaculando, empecé a masturbarlo, quería verlo correrse, me paro, me dijo que quería continuar, pero que esperase, nos tendimos juntos uno frente al otro, yo acariciaba su cabeza, se sonreía, me acerque a su cuello, desprendía un olor que me atraía, entre arrumacos que nos envolvían a los dos, con su más fino acento y sus eses marcadas, me pregunto: ¿quieres más?, estaba muy mojada y el la tenía demasiado dura, tanto que le provocaba dolor, su dolor me provocaba mayor excitación, se puso encima notaba que lo tenía bien apretado y le daba más placer al estar tan dura,  me dio tan fuerte que me corrí en momentos rompiendo en un orgasmo, el tardó un poco más, volviéndolo a notar su corrida en mí que me dejaba una sensación de gusto y placer.