Vuelta a la normalidad I. Carta Blanca.
Los cuatro amigos vuelven a sus trabajos. Adolfo sin embargo por motivos laborales tiene que viajar a Barcelona y se queda en casa de sus amigos. Ángel conociéndolos se dan una carta blanca solo con una condición.
Se acabaron las vacaciones y los cuatro amigos volvían a la normalidad de sus vidas.
Se forjó tal la amistad entre ellos, tanto que por cosas del destino destinaron a Felipe a trabajar a Barcelona, por lo que gracias a Adolfo y Gonzalo le había dicho que se podía quedar en casa perfectamente. Ángel por su parte le dio carta blanca; pero si follaban él tenía que estar al corriente de todo.
Llegue a Barcelona sobre las 16:00 y allí estaba Gonzalo esperándome. Adolfo tenía turno de tarde y no pudo venir a recogerme. Camino a casa estuvimos hablando de cómo había sido la vuelta a la normalidad y entre otras cosas le dije que Ángel me había dado carta blanca pero con una condición.
Ya en casa me dijo Gonzalo que me pusiera cómodo que su casa era mi casa y lo cierto que lo iba a ser por unas semanas. Estaba en la habitación desembalando la maleta y colocando la ropa cuando alguien me da una nalgada.
Yo: Joder Adolfo que susto me has pegado. Pensaba que llegarías más tarde, según Gonzalo me dijo que vendrías sobre las 20:00
Adolfo: Me han dado la tarde libre, les dije que venía un amigo y que me gustaría recibirlo. Y aquí estoy.
Estuvimos hablando de mis planes y mis horarios de trabajo, les dije que no quería molestarlos. Ellos a su vez me dejaron un juego de llaves y que tenía toda la libertad del mundo.
Adolfo: ya me ha contado Gonzalo que Ángel te ha dado carta blanca. Debíamos celebrarlo.
Esas palabras hicieron como un clip en mi cerebro y automáticamente ya estaba con la polla dura dentro de mis pantalones. Me lleve la mano a mi entrepierna para colocármela y que Adolfo no se diera cuenta. Pero antes de llevar mi mano, otra mano se había adelantado.
Adolfo: que pasa que hablar de la carta blanca, te la pone dura. Déjame que utilice este bolígrafo que vamos a escribir los primeros renglones en esa carta.
Delante mía tenía a Adolfo agachado, bajándome la cremallera y desabrochando el botón de mis pantalones. Yo tenía en mis manos un par de jerséis que tiré sobre la cama. Puse mis manos sobre su cabeza para ayudarle con la mamada que me estaba dando.
En ese trabajillo estaba Adolfo cuando apareció por la puerta. Frunció el ceño, pensaba que se iba a dar la media vuelta cuando echándonos una mirada de lujuria nos dijo que sinos parecía bonito empezar una fiesta sin avisarle.
Y allí estaban Gonzalo y Adolfo peleándose por mi polla. Alce a Gonzalo por los hombros para ir desnudándolo, mientras nos íbamos besando y mordiéndonos los labios. Adolfo ahora se iba turnando la polla de su chico con la mía.
Gonzalo se puso encima de la cama y ahora era yo quien empezó a comerle yo la polla. Mira que me había comido esa polla varias veces, pero cada vez que me la comía me llenaba la boca con una buena cantidad de precum.
Le dije a Adolfo que parase que me iba a correr, pero parece que eso le emociono más porque se metía más a fondo mi polla, notaba su nariz rozando mi vello.
Yo: Adolfo tío para que me... ohhh me coorrooo. Ufff.
Gonzalo pegó un brinco desde la cama y se fundió con Adolfo en un morreo. Se podía ver cómo salían hilos de baba mezclado con mi semen.
Mientras que recuperaba fuerzas, Adolfo había tumbado a Gonzalo encima de la cama y empezó a hacerle una de las mejores comida de culo. El cabron estaba gozando de lo lindo. Me puse debajo y empecé a comerle la polla.
No me había dado cuenta que habían hecho reformas porque una de las veces al mirar vi que habían colocado un espejo. Se podía ver perfectamente nuestra postura. Yo de baja comiéndome la polla de Gonzalo y Adolfo comiéndole el culo y viendo como la polla de Adolfo se iba balanceando. Con esa imagen yo volvía a estar duro.
Adolfo: Venga Felipe que te lo he dejado listo para que te lo folles. Vas a notar lo caliente que está.
Me puse de pie y noté como aquel ojete se dilataba y se contraía. Estaba pidiendo polla a golpe de nalga. Joder si que estaba caliente, solo introduje la cabeza de mi polla y ya sentía como sus paredes estaban calientes y como iban aprisionándolo. Gonzalo hacía movimientos para atrás, y con su mirada de deseo me preguntaba a qué esperaba para follarmelo. Quería disfrutar de las vistas en el espejo, como mi polla iba perforando aquel culo y como ahogaba sus gritos de placer con la polla de su novio.
Gonzalo: Venga Felipe follame con fuerza, párteme en dos. Ufff quiero sentir tus huevos chocando con mis nalgas. Azotame que me he portado mal.
Yo: Tranquilo cabron que ahora vas a saber lo que es que te follen y te partan en dos.
Cambiamos de posición, me tumbe en la cama y Gonzalo se puso encima mío. Le di una señal a Adolfo para que fuera dilatando su culo mientras que yo le follaba. Iba a saber lo que son dos pollas follando a aquel culo. No tuvimos que avisarle porque el mismo fue el que pidió que le metiéramos las dos pollas.
Nuestra primera doble penetración. Gonzalo al principio chillo de dolor, pero después al coger el ritmo y que su culo se acostumbrase a las dos pollas, nos iba pidiendo que le diéramos más caña.
Adolfo no aguanto mucho más, aquello le estaba superando y además que él sí que veía en el espejo aquella escena.
Adolfo: Tíos no aguanto más me voy a correr. Joder me estáis matando de placer, uno con su culo y el otro con el roce de su polla. Meee coorroooo ahhhhhh.
Gonzalo tuvo que sentir como su interior se iba llenando de la leche de su novio, porque yo la había sentido en mi polla. Adolfo se salió y se tumbó al lado, yo seguía follando a Gonzalo, aquel sonido de la leche siendo batida dentro de su culo me podía más cerdo aún. Adolfo al recuperar algo de fuerzas se puso debajo y con su lengua iba dándome unos lametones en los huevos y a parte iba recogiendo la leche que se escurría por las piernas de Gonzalo. Venía y nos daba un morreo a los dos y nos daba lo que recogía del culo de Gonzalo.
Note como Gonzalo se contraía y se corria encima de mí abdomen. Yo volvía a correrme por segunda vez. Espero a que mi polla se fuera desinflando dentro de su culo y con su mano iba recogiendo la corrida y nos la iba llevando a la boca. Adolfo y yo chupabamos aquellos dedos como si nos fuera la vida en ellos.
Menudo polvazo de bienvenida me habían dado. Estando los tres en la cama tirados me acorde que no había llamado a Ángel. Efectivamente cuando vi el móvil tenía 10 llamadas perdidas suyas.
Yo: Cariño perdóname, me puse a recoger la ropa, ha llegado Adolfo y me han querido dar la bienvenida. Espero que me sepas perdonar. Luego te cuento con más detalle todo. Nos vamos a duchar porque olemos a sudor y a sexo. Te quiero nene.
Y allá que fuimos los tres a la ducha, allí con el calor del agua y nuestros cuerpos nuestras pollas estaban pidiendo guerra de nuevo. Gonzalo se agachó entre los dos y nos volvió a comer las pollas hasta que recibió otra doble ración de biberón. Terminamos de enjabonarnos, que al verme de espaldas Adolfo aprovecho para darme a mi una buena follada. Pensaba que era Gonzalo el insaciable pero Adolfo no se quedaba atrás. Y solo habíamos empezado la tarde, no me quiero imaginar que me depararía la noche y la semana.