Vuelta a casa

Un matrimonio deja a la familia en la playa y vuelven solos a Buenos Aires.

VUELTA A CASA.

-¿ Te has quitado el suje?- pregunta a su mujer cuando la ve salir del baño de la estación de servicio de Dolores, donde han parado a tomar un café y repostar nafta.

-Sí. Es para ir más cómoda lo que queda de viaje y … animarte para coger cuando lleguemos a casa.- le contesta coqueta , con una sonrisa cómplice que deja ver parte de las paletas blancas de su dentadura. Le da un beso cariñoso en la mejilla, pegando ligeramente su cuerpo al del hombre.

Salen, ella delante. Le gusta, con short vaquero, la camiseta azul claro y las nikes ,ya no es la jovencita con la que empezó su vida de pareja, han pasado los años y dos hijos. La flaquita con tetitas tiesas de un poco más de 80 es una hembra con pechugas de casi 90, turgentes , que vibran al andar cuando va, como ahora, sin corpiño.

Entran en el Nissan y vuelven al camino de Buenos Aires. Sigue la música de Sabina, le gusta viajar con ella. A esa hora de la tarde no hay mucho tráfico en la ruta. El cinturón de seguridad hace que las tetas de su mujer sean dos montañas con cumbres que vibran ligeramente con el movimiento del coche al rodar por la carretera. Está guapa con el pelo a lo paje, a lo Lulú como dice él, recuerdo de un viejo anuncio que siempre le puso, se lo corta así para poderse bañar tranquila en el mar y que no le cueste el lavado y peinado cuando se ducha en los vestuarios del balneario. Mueve despacio los muslos desnudos llevando el ritmo de la música.

-¿ Quieres que paremos en La Atalaya para comprar unas medialunas ?.

  • Como vos quieras. A mi me apetece llegar a casa y aprovechar que estamos sin hijos, sin padres...solos tú y yo.- contesta con un guiño y una sonrisa.

Siguen la ruta, ella le observa como una gata a su presa, él se da cuenta. Le viene a la mente la vida en la playa. Los niños, los padres de ella, ella metiéndose en el mar como una niña a jugar con las olas, participando en las sesiones de gym con las mujeres del balneario. No era ni la mas joven ni la que estaba más buena pero tiene su aquel, que hace que los hombres la miren con ganas, cuando anda en bikini, sobre todo con los que le dejan los cachetes de las nalgas a aire.

  • Me encanta que me mires las lolas pero...mira que estas manejando- le recuerda con un susurro prometedor cuando fija los ojos en los pezones que quieren romper la remera.

Han entrado en Buenos Aires, enfoca por la 9 de Julio, paran en el semáforo antes de llegar al obelisco.

  • Tengo una sorpresa para vos, ahora que ya no estamos en la ruta ,y hay menos peligro de choque. Me he metido la bola en Dolores, llevo todo el viaje jugando con ella y ...si quieres te doy el mando para que me hagas vibrar, al ritmo que vos quieras. Me encantaría volver a venirme antes de llegar a casa. Me he corrido, como dices, al pasar el desvío la Plata y ahora vuelvo a estar a punto... No puedo evitar ser ... un poquito puta.

Lalo se ríe cuando toma el mando a distancia de la bola que Elena tiene en la vagina.

  • La culpa debe ser mía. Eras una niña buena cuando te conocí y ahora eres una señora muy golfa...y me encanta. Pero no voy a hacer nada ahora , lo haré cuando quiera yo. Tardamos unos 20 minutos en llegar a casa y … sufre porque no sabes ni como ni cuando voy a poner la maquina en marcha.

Al girar en Libertador pone a vibrar en máximo el juguete. Ella empieza a gemir.

  • Ay..ay...uuuhhhh...¡ dios mio que lindo!... aahh...aaayy.

La mujer con los ojos cerrados ha agarrado los costados del asiento echándose hacia atrás, sus tetas se marcan vibrantes bajo el algodón. Le gusta verla así, entregada al placer, la siente suya , objeto de sus deseos, de su lujuria, su hembra.

  • No aguanto más...aaaahhh...yaaaa.- estalla con un pequeño grito.

Cuando abre los ojos y mira el entorno, se da cuenta donde está.

  • Ahí está tu antiguo departamento...donde empezamos a estar juntos. Ha pasado un largo tiempo. Yo soy feliz de …

  • Yo también. Y no te me pongas sentimental. Que lo que te tengo es ganas de follarte y oír como chillas, de ver lo puta y buena que estás.

  • Siempre he sido tu nena, tu gatita...

  • Mi yegua.

Llegan al garaje de su casa. Aparcan, ella se baja primero , abre el porta equipajes y toma la maleta de cabina con ruedas, es todo el equipaje. El cierra el coche, la ve andar delante, le gusta como mueve incitadora las caderas. Lleva el mando del juguete en la mano. Lo vuelve a poner en marcha al entrar en el ascensor,son 19 pisos. Parada, ella levanta ojos con la mirada rendida. Empieza a respirar fuerte, las tetas quieren romper la remera, pero no se mueve . En el piso, él para el vibrador y sale antes para abrir la puerta del departamento. Luego entra ella que cierra y avanza hasta el salón, donde deja el carrrito.

  • ¡ Quítate la remera, quiero verte las tetas!

Obedece, y levanta los brazos llevándose las manos al cuello. Los senos se alcen orgullosos en su esplendor, los pezones en sus areolas beige oscuro están enhiestos, duros , desafiantes. Respira hondo y se queda parada, desafiante. Le gusta su piel morena, suave, sin dejar de mirarla se saca el Lacoste, son apenas unos segundos que deja de verla y la encuentra desabrochándose el short. Deja que lo haga, está sensualmente explosiva, con el vientre insinuándose en la bragueta abierta hasta el borde de la vedetina rosa. Se cimbrea apoyando las manos en el pequeño vaquero para bajarlo hasta el filo de sus caderas. Se para , le vuelve a mirar. Él vuelve a poner la bola en marcha, ella da un respingo. Cierra los ojos y se pellizca los pezones.

-¡ Uuhh...me matas!

  • Pero te gusta. - contesta mientras para la vibración, y saca los pies de los mocasines, no le apetece follarla calzado, aunque piensa con una sonrisa malvada que si quiere que ella siga con las deportivas que le dan un aspecto más juvenil.

  • En bragas ¡ ya!- ordena .

Elena acaricia sus caderas bajando el pantalón y una vez llega a los muslos, deja que caiga jugando con una pequeña danza de cintura, sin dejar de mirarle entregada. Saca los pies de la prenda caída. Empieza a gemir cuando él vuelve a poner en marcha la bola que tiene alojada en la vagina, mientras se suelta en cinto y se desabrocha el pantalón.

  • ¡ No puedo más!-

Ve como empieza a temblar en un orgasmo que la convierte en una hembra rendida por el placer.

  • ¡ Ya!.

Tiene la polla tiesa y ansiosa de follarla ahora, recién venida, entregada.

  • ¡Desnúdate ..sácate la puta bola.. y apoya la espalda en la mesa!

Lo hace rápida, mientras él se baja los pantalones y el bóxer. Está dispuesta, con las piernas abiertas, esperándole. No se hace rogar, apoya el cipote en el coño entreabierto y jugoso , empuja hasta que entra el cabezón, agarra los tobillos de la mujer y se deja caer hasta que la verga se clava en la profundidad de la hembra.

El mete y saca es brutal, salvaje, de dos bestias en celo, que sin decirse nada no dejan de mirarse a los ojos para ver como recorren el camino del amor. Siente que le llega la descarga de leche, se queda bien dentro, culeando mientras el semen sale.

-Te quiero.- le dice besando apasionado su boca.

  • Y yo a vos. Deja que te limpie.

Lalo se ha sentado en el sillón, Elena se arrodilla entre sus muslos, toma la pija todavía dura y llena de flujos y la empieza a lamer.

  • Creo que podemos seguir... pero ahora más tranquilos... con mas tiempo...me apetece que me cojas como una perrita.