Voyeur por casualidad
Un final inesperado!
Esto me ocurrió cuando apenas cumplía los 17 años, ya sabéis, que en esa edad mi calentura estaba por las nubes llegando a masturbarme 2 y 3 veces al día, me encantaba entrar al baño mientras mi hermana un año menor estaba en la bañera, pues ella intuía lo cachondo que me ponía y me daba conversación mientras la observaba, incluso creo que debajo de la espuma ella se masturbaba delante de mi, aunque esta historia la explicaré otro día.
Una tarde de final de verano, como de costumbre me enfundaba mis pantalones cortos, camiseta ajustada, botella de agua y recorría con mi bicicleta varios kilómetros por el paseo de la playa. Al ocaso, había menos gente y alguna se atrevía a bañarse sin ropa, lo que me permitía ver lo que me provocaba excitaciones que en alguna ocasión acababa en una masturbación entre algún matorral.
Aquel día, después de tres o cuatro kilómetros, la humedad en el ambiente era infernal y decidí buscar alguna zona un poco apartada, donde darme un chapuzón. Lo de algo apartado era por que no llevaba bañador, y montar en bicicleta con los pantalones mojados no es buena idea.
Encontré una zona perfecta, donde acababa la playa y empezaba las rocas, eso me permitía apoyar la bicicleta en las rocas y solo estar pendiente hacia un lado de la playa. Aunque no debía preocuparme mucho pues las personas más cercanas era una pareja joven lo suficiente distanciado para que mi desnudez, a pesar de intuirse no provocara incomodidades.
Me instalo, me quito la ropa y cuando me disponía entrar en el agua, observo que la pareja estaba recogiendo sus pertenencias. Mejor para mi, mas tranquilidad.El sol, ya escaseaba y dentro Del Mar, con un agua súper tranquila me transportó a un paraíso, dejando que mi cuerpo desnudo flotara como tendido en una cama hacia arriba. Cerré los ojos y solo el pequeño movimiento Del Mar ondulante, masajeaba mi piel.
Unas voces de alguien conversando me trajo de nuevo a la realidad y al abrir mis ojos, sorpresa fue ver a la pareja que se había instalado a unos 15 metros de mi.
Pensé, quieren bañarse en pelotas y al verme, pues si se acercan un poco, como que la unión hace la fuerza y se atreven. No le di más importancia y seguí con mi baño, dando la espalda a la pareja, para que no se sintieran observados.
Tras unos minutos, escuché un chapuzón lo cual me hizo girar y ver como el chico se había metido al agua y animaba a ella. En un principio parecía no querer, se hacía de rogar pero tras girar su mirada hacia mi, dijo, vale me has convencido y comenzó a quitarse la camiseta y posteriormente el bikini para quedarse desnuda. Yo no podía dejar de mirar y ella me miraba como queriendo decir se que me estas mirando. Su cuerpo era precioso, no muy alta, pero de proporciones espectaculares, pechos tirando a grandes y firmes, cintura fina y cadera algo generosa. Mi reacción fue casi instantánea y mi erección alcanzó casi su plenitud. Ella se metió en el agua jadeando unas risas y rápidamente alcanzó a su chico al que rodeó con sus brazos y después de decirle algo al oído se fundieron en un beso.
Ante aquella situación, decidí salir del agua y apoyarme en las rocas desde donde tendría una perspectiva interesante, aunque ellos también de mi. Salieron del agua, y el chico tenía una erección fácil de ver, realmente su pene tenía buenas proporciones. Se tumbaron en la toalla, el me daba la espalda y ella aunque tapada por el, miraba en mi dirección. Se apreciaba como un juego de caricias y besos se estaban produciendo. Yo alucinando de estar presenciando aquello y más cuando veía que ella de vez en cuando dejaba escapar alguna mirada hacia mi.
Algunos gemidos llegaban a mis oídos, lo que me ponía a mil, y con cierto disimulo, de vez en cuando me tocaba mi pene. Mi interior perverso, quería mostrar mi erección a su máxima plenitud. Ella veía como me tocaba, primero con disimulo y luego algo más descarado pues cada vez que lo hacía, ella mediante un gemidos me hacía notar que estaba disfrutando. Poco a poco se acomodaron y empezaron a practicar un 69, la escasa luz aún me permitía ver detalle, pero era excitante ver la silueta.
Mi calentura era tal, que acomodándome un poco de perfil, con toda la intención de que apreciara mis proporciones, comencé a masturbarme lentamente, no quería acabar rápido. Dejaron el 69, se pusieron en pie y los dos me miraban descaradamente sin dejar de tocarse entre ellos, a lo que puede oír como ella decía a su chico, “provocar y ver como se masturba ese le había puesto muy cachonda” y cogiendo el pene del chico con la mano, escuché nuevamente “veo a que a ti también”. Ella se puso a cuatro patas y el chico detrás de ella, de una solo vez la introdujo entera, provocando un gemido que casi provoca mi eyaculación, tuve que bajar el ritmo.
El comenzó un lento movimiento sacando y metiendo lo que volvía loca a ella, su calentura era tal, que no se cortaba en pedir a su chico que fuera más rápido y más duro. Vi como muestras el chico la penetraba frenéticamente con embestidas brutales ella, deslizó su mano entre sus piernas y comenzó a tocarse. A los pocos segundos, ella decía así, así, estoy apunto, no pares. Efectivamente la convulsión de su espalda y un gemido contenido, me indicaba que estaba llegando. Sin tapujos se puso a decir, “me corro, me corro” mientras el seguía, a los pocos segundos, era el quien estaba anunciando que estaba muy cerca, a lo que ella, se giró, y con una frenética mamada, su chico eyaculo en su boca. Era espectador de las convulsiones del chico expulsando varios chorros de semen en la boca de ella.
Yo empecé a aumentar el ritmo, ya me tocaba y sinceramente ya no atendía si me miraban o no. Unos pasos sobre la arena, freno en seco mi ocupación poniendo mis sentidos en alerta, mirando hacia todos los lados con cierta precaución, pero para mi sorpresa, ella venía caminando hacia mi, con una especie de pareó sobre sus hombros mientras el esperaba en la toalla espectante.
Cuando le faltaba pocos metros, me soltó un “hola”sonriéndome y me pregunto si lo que había visto le había gustado. Tarde unos segundos en reaccionar, pues me que hipnotizado pues la abertura central del pareo que caía de sus hombros me dejaba ver su depilado entrepierna. Levante la mirada hasta su cara, y pude decir que si, mientras seguía tocándome yo mismo. Ella entre carcajadas dijo que ya lo había notado y puso toda la mira en mi pene y como me masturbaba.
Se hizo un breve silencio y ella dejando caer su pareo por completo de dijo “me encantaría ayudarte, no te preocupes por mi chico, es más, le encantaría acercarse y verme de cerca, ¿que me dices?”.
Yo sorprendido por la propuesta la mire a los ojos, me levante y me acerqué preguntando “estas segura”. Ella se acercó y plantó su cara frente a la mia, donde pude apreciar como aún estaba saboreando algo de semen en su boca, lo tragó delante mío y me besó introduciendo su lengua en mi boca, donde note flujos densos, salados y algo viscosos, aún le quedaba retos de semen de su chico. Dejo de besarme y dijo, te sirve como respuesta. Me cogía el pene y obligó a apoyarme en las rocas, ella se puso de rodillas y comenzó a dar tímidos lengüetazos mirando fijamente a los ojos, mientras su chico se acercaba, se puso de rodillas al lado de ella y acto seguido note como ella se engullía todo mi pene en su boca. El empezó a masturbarse y decir a su chica lo bien que la chupa.
Cada vez que la engullía notada su lengua sobre mi glande, espectacular. Cerré los ojos tirando la cabeza hacia atrás, no tardaría mucho con ese ritmo.
Noto que su ritmo es más lento y que por unos segundos solo me masturba. A mi me daba igual, con mis ojos cerrados mi mente solo buscaba correrme. Noto como vuelve a meterla en la boca, pero algo me llama la atención, parece distinto. Abro los ojos, miro y aunque sorprendido ya que era el chico quien me hacía el oral, yo estaba ya en el punto sin retorno, donde ya todo vale, cogí de su cabeza y le obligué a tragarla casi entera. Ella exclamó “mmmmm” y acto seguido me giro, dejando mi culo mirando a su cara, con sus manos, acarició y lentamente abrió mis nalgas y con su lengua empezó a lamer mi ano, era la primera vez y me gustó tanto que ayude con mis manos a mantener mis nalgas abiertas. Ahora era yo quien gemía, aquello duró tres o cuatro minutos, el con mi pene y ella con mi ano.
Transcurridos 3 o 4 minutos, ella se puso por delante y reclamó a su chico que compartiera. Tenía a los dos haciéndome una “mamada” espectacular, se fundían en un beso con mi glande en medio. De repente noto como ella me pasa la mano por mi culo, y al llegar a mi ano lo comienza a frotar. No se como sucedió pero note su dedo dentro, produciéndome un placer inexplicable, lo movía rozando algo en mi interior, que erizaba todos mis sentidos.
Empezó a sacar y meter el dedo con cierta delicadeza mientras los dos me lamían mi ya explosivo pene, de pronto noto como ahora son dos dedos haciéndose sitio al entrar, y al llegar al fondo el placer fue tan inmenso que comenzó a brotar semen de mi pene sobre la boca de los dos, yo gemía diciendo que no parasen, cada vez que introducía sus dedos, un nuevo tórrente de semen llenaba sus bocas. Notaba como frenéticamente la tragaban a la espera de más.
Aquello duró un rato, jamas había eyaculado de esa forma y tal cantidad. Ella se levantó y con aún cierta cantidad de mi semen en su boca me metió la lengua en mi boca, haciendo que tragara mi propio semen, mientras el seguía lamiendo para no dejar ni gota.
Esto me tuvo varios días excitado y loco sólo de pensar.
Un segundo encuentro tuvimos, pero ya os contaré.