Voyeur (5)

Fin de las aventuras de nuestro amigo Javier

VOYEUR 5

Me había quedado de piedra, también con Yolanda, el portero era de traca, vaya tío, ahí estaba. Había entrado en la habitación y la había lanzado literalmente sobre la cama, ella se estaba quitando la parte de arriba, dejó al descubierto un par de pechos perfectos, operados, pero tremendos, él que también se había desnudado subió con parsimonia a la cama y se colocó de rodillas, Yolanda se inclinó, agarró aquel mástil aun flácido e inició una buena felación, el falo se puso tieso, se tumbó sobre su espalda, con el dedo índice la indicó que se acercara, el portero se tumbó sobre ella y la penetró con decisión, vaya cara que puso ella, tremendo. Yo aun estaba anonadado y no podía creer lo que estaba sucediendo en esa habitación. En esa cama fallábamos, Daiana y yo, el portero con Daiana, y el portero con Yolanda, ¡joder! que bueno y aquí mi menda con una cámara, grabando todas las aventuras sexuales de los citados con anterioridad, esto no podía ser mejor. Mientras me dejaba llevar por mis lascivos pensamientos, el portero seguía taladrando a Yolanda, habían cambiado de posición y ella estaba encima de él, ahora se veían las tetase de ella en todo su esplendor, el portero las apretaba y chupaba mientras Yolanda seguía con aquella estaca clavada en su sexo, ahora era él el que agarraba las caderas de Yolanda y las movía con más velocidad. El portero era un tío corpulento y fibrado, así que esto lo hacia con cierta facilidad, parecía una muñeca en sus manos, el era un tío poderoso y ella una putita complaciente, igual que Daiana. Yolanda salió de la polla de nuestro amigo, calló rendida a un lado de la cama, el en vez de dar por finalizada la tarea, la trincó de nuevo por las caderas y metió su falo por el culo de esta, ella forcejeaba por zafarse de aquello y por las caras que ponía no debía de estar haciéndola muy feliz, al revés, aquello parecía más una violación que un acto sexual, ella no paraba de moverse bruscamente, ahora el la tenía enganchada con fuerza, su pene seguía horadando su culo, la debía de estar partiendo en dos, ahora no forcejeaba y se dejaba hacer agarrada con fuerza al cabecero de la cama mientras el portero le daba unas terribles embestidas, paró en seco, sacó su falo, quedó tirada como un despojo, este se acercó la asió por el pelo y llevó a su boca su falo que seguía masturbando, se corrió en su cara y en su cuerpo, el se levantó de la cama se vistió y salió de la habitación, ella se tapó como pudo y rompió a llorar.

Vaya, lo que parecía un polvo en toda regla se había tornado en una violación o por lo menos eso me parecía a mi desde mi atalaya electrónica. De todas formas, poco podía yo hacer o decir, ya que tanto delito podía ser lo que había hecho el portero como lo que yo estaba haciendo.

Quedé bastante conmovido con lo que había visto, pero bueno por ahora no podía hacer nada, ya se me ocurriría algo.

Debía de ir a casa de Yolanda a cambiar la batería, ya que quería seguir grabando, esta vez pondría a grabar desde el viernes a eso de las doce de la noche hasta que acabara el fin de semana.

Como soy un hombre de mente algo retorcida, Daiana sabia que libraba el lunes, pero del martes no le había dicho ni pío, así que bajaría a cambiar las pilas del ingenio y el martes perdería unas horas de batería a cambio de ver si el portero hacia algo con Daiana, si los pillaba en plena faena me presentaría para ver la cara que me ponía Daiana y el tipo de excusa que me pondría. A veces pienso que lo que me pasa con las mujeres me está bien empleado, porqué soy algo malvado, bueno malvado no, soy algo pervertidillo, pero es lo que hay.

Bajé a casa de mi "desvirgada analmente vecinita", llamé a la puerta y me abrió Daiana con una sonrisa de oreja a oreja, me estampó un beso y un te quiero que me dejó descolocado cien por cien. ¡Vaya! Te quiero, lo había dicho, y la cabrona se tiraba al portero, pero eso no era lo peor, lo peor fue que yo también solté un: "yo a ti también" y lo coroné con un "cariño", estaba perdiendo los papeles, seré cabrón, la he dicho yo también a ti cariño y la estoy grabando a sus espaldas y lo peor es que prácticamente la utilicé para meter la cámara en casa de Yolanda.

Vaya pareja que nos habíamos juntado, el cornudo y la observada, Dios los cría y ellos se juntan, como se suele decir en estos casos y lo mejor es que es la realidad.

Al acabar de decirnos las respectivas lindezas, estábamos tirados en el salón follando, bueno que esta vez, me había pedido directamente que la diera por el culo, así que allí estábamos, yo sentado y Daiana de espaldas a mi, con la polla metida en su culito y subiendo y bajando a buen ritmo, como seguía pensando en lo que nos habíamos dicho, estaba follando de manera mecánica y no me estaba dando ni pizca de gusto, así que ella seguía dándole y yo aguantando, ella mientras se estaba masturbando, tuvo un orgasmo intenso. Se quitó de encima de mí me abrazó con fuerza y me dijo al oído: "estas mejorando día a día", se levantó y fue al baño. Rápida y mecánicamente me levanté fui a la habitación de Yolanda y en un abrir y cerrar de ojos cambié la batería, cuando Daiana salió del baño, ya estaba sentado en el sofá como si no me hubiera movido de allí, la dí un beso y me despedí.

La tarde pasó rápido junto a Daiana, nos fuimos a dormir, al levantarnos se fue a casa de Yolanda y yo por mi parte fingí irme al trabajo, nada más lejos de la realidad, volví a subir a casa, me puse cómodo y encendí la cámara para vigilar a Daiana.

Me recosté en la silla del ordenador y me dispuse a ver que me deparaba este rato de espionaje, la primera hora pasó sin grandes sobresaltos ni novedades. A eso de la una llevando ya un par de horas pegado al ordenador, estaba Daiana en el baño de la habitación, salió de el dejó los guantes de plástico en el suelo, se miró en el espejo de la cómoda y se acicaló el pelo, era como si hubieran llamado a la puerta, al cabo de un momento apareció Daiana y detrás el portero, parecía como si estuvieran discutiendo, ella le levantaba la mano y gesticulaba con violencia, él permanecía impasible delante de ella, Daiana seguía sacudiendo la cabeza y diciendo que no, esto ya me empezaba a sonar raro, después de unos diez minutos de lo que parecía una acalorada discusión, el portero se encogió de hombros y se marchó mientras Daiana le indicaba la dirección de la puerta. Ella cogió los guantes del suelo, se sentó en la cama y se puso a llorar con desconsuelo. Apagué la cámara y decidido a saber lo que estaba sucediendo bajé a cas de Yolanda. Llamé al timbre y al momento salió Daiana, con los ojos húmedos y cara de sorpresa. Antes de que pudiera decir nada, la abracé con fuerza y la dije lo mucho que la quería y que la necesitaba a mi lado, se aferró a mi con firmeza, la levanté en volandas y comencé a besarla por el cuello, por sus pechos, notaba el calor de su sexo cerca del mío y mi falo crecía en cada beso y lengüetazo que la daba, la puse en el apoya brazos del sofá, la arranqué de cuajo las bragas y la clavé la polla, dio un pequeño grito y una sonrisa se dibujó en sus labios, hicimos el amor, despacio, sin prisas y disfrutando de cada momento y de cada centímetro de nuestros cuerpos, tuvimos un orgasmo casi al unísono, me gustaba sentir a aquella mujer entre mis brazos, me había enamorado de ella. Al acabar se echó a llorar y cuando iba a comenzar a hablar, la tapé la boca y la conté todo lo que yo había visto y lo de la cámara, me escuchó sin rechistar y cuando acabé me explicó que follaba con el portero desde antes de conocerme a mí y que las últimas veces lo hacia con el puesto que la había amenazado con contármelo para que la dejase.

Nos volvimos a abrazar e hicimos de nuevo el amor. Al acabar fuimos al baño y nos lavamos, ella me dijo: "espero que me enseñes lo que tienes grabado". El amor entró en mi vida de la forma más extraña, por eso sigo pensando que nosotros no elegimos nuestro destino, el destino nos elige, al menos en cuanto al amor se refiere.

Bueno aquí acaba esta pequeña serie, espero, confío y deseo que a ustedes lectores de todo relatos les halla gustado, o al menos entretenido que es de lo que se trata.

Todos los personajes, lugares y hechos son fruto de mi imaginación, cualquier parecido con la realidad no es más que una coincidencia.