Voyeur (3)

Nuevas aventuras del voyeur javier.

VOYEUR 3

Me llamo Javier, soy encargado en una tienda de ropa de centro comercial, me gusta el sexo, pero lo que mas me gusta es espiar a las personas cuando follan. Estoy intentando poner una videocámara en la casa de una vecina, se llama Yolanda, tiene una chica de la limpieza que se llama Daiana. A Daiana me la estoy follando a conciencia, somos novios por así decirlo, pero lo que en realidad persigo, es hacer realidad mis fantasías, ahora quiero ver a Yolanda follar, he conseguido lo más importante, entrar en su casa sin que nadie sospeche de mí y mis abyectas intenciones.

Salir con Daiana, (bueno más bien follar con ella) es genial, esta chica es ardiente a más no poder y además ahora follamos cuando nos vemos, el otro día conseguí entrar en casa de Yolanda, sabía que estaba sol Daiana limpiando, llamé al timbre, me abrió y la planté un beso en la boca que acabó en un polvo en la cama de Yolanda, mientras la follaba estuve observando bien la habitación y el próximo día me llevaré la cámara. Lo bueno de esta cámara es que al ser por control remoto, la activaré solo cuando quiera ver lo que pasa en la habitación de Yolanda.

Encima de la cama tiene una lámpara bastante grande, creo que ahí la colocaré, además lo bueno es que como Yolanda no limpia no hay posibilidad de que pueda encontrar la cámara, la podría encontrar pero es algo complicado que eso suceda. La otra posibilidad es que Daiana la encuentre, pero claro ella pensará que es Yolanda la que la pone para grabarse mientras folla, y no la dirá nada. Estoy casi seguro que me lo diría a mi antes que a Yolanda.

Así que decidido a realizar el trabajito, me eché la cámara a mi mochila y baje a casa de Yolanda, llamé a la puerta y Daiana me abrió. Al verme sonrió y me dejó pasar. ¿Qué pasa que te pone follarme en la cama de mi jefa? Me dijo mientras me sonreía y me agarraba el paquete. Mi polla estaba tiesa y a punto, me abrió la bragueta y desabrochó el pantalón, se arrodilló, cogió mi polla con una mano mientras con la otra masajeaba mis huevos, tiró hacia atrás de la piel y mi generoso capullo asomó, empezó a lamerlo y chuparlo con ganas, estaba en la gloria, pero tenia que poner esa cámara, y de esta manera solo conseguiría correrme en la cara de Daiana, ¡pues claro!

Me correría en su cara para que tuviera que ir al baño a limpiarse bien, ¡joder! como la chupa esta chica, la verdad que es una suerte tener a una compañera de sexo como ella, más de uno pagaría por algo como esto. Daiana seguía chupando mi príapo con interés, su lengua recorría mi capullo tieso y reluciente, del cual absorbía todo el líquido lubricante que de el salía, me miraba y seguía chupando, cuando no pude aguantar más, saqué la polla de su boca y el primer chorreton le dio de lleno en su mejilla y su pelo, el resto acabó en sus labios y barbilla. ¡Joder! que orgasmo, esta chica sabe lo que hace y lo hace bien. Se incorporó y me dijo: "anda que avisas, me has puesto perdida, no te muevas de aquí voy al baño un momento". Bien, era mi turno, tenia cinco minutos escasos y debía de dejarlo todo preparado. Me deslice a la habitación donde dormía Yolanda, ya con la cámara en la mano acerqué una silla y me subí a ella, la lámpara no era todo lo grande que me había parecido, pero serviría, coloqué el equipo emisor en el interior de la lámpara y la cámara en una de las tulipas, como lo estaba colocando a ojo no sabia si el ángulo seria o no el adecuado pero ya estaba puesto, encendí el emisor, lo tendría que apagar desde casa donde tenía la otra parte del ingenio. Baje de la silla y fui al mismo sitio donde me había dejado Daiana, que parecía a punto de salir del baño por los ruidos que desde allí salían.

En efecto tardó poco en salir, llevaba una toalla en la cabeza y una bonita sonrisa en la cara, la verdad que es una mujer guapa, al final me voy a enamorar de ella, me preguntó si me había gustado el recibimiento, asentí y la besé en la boca. Para no levantar sospechas, la dije que me iba a casa y que la dejaba trabajar tranquila, como hoy no trabajaba yo la esperaba en casa a comer, que la iba a hacer un plato especial, me dijo que le gustaría que fuera un plato tan especial como el que me había preparado a mi unos minutos antes, me despedí y fui a mi piso raudo y veloz. Conecté el ordenador y encendí el equipo de recepción. Ahí estaba la habitación y allí estaba Daiana pasando la aspiradora a la habitación, el ángulo no era del todo malo, con un simple retoque podría considerarse que estaba todo "ok". Apagué el equipo para no gastar batería inútilmente. Esto empezaba a funcionar, además había un añadido, era que me podría grabar a mi mismo follando con Daiana, la época de grabaciones clandestinas en baños por ahora habían tocado a su fin, aunque tampoco me cerraba a nada. Nunca se sabe que te puede deparar el destino.

El fin de semana se acercaba y estaba nervioso ante la posibilidad de espiar a alguien en la intimidad de su casa. Hice alguna prueba, y Yolanda hacia su vida normal en casa, la vi. Desnuda, cambiarse, etc.… La verdad que está bastante buena, sus pechos son operados, demasiado artificiales para mi gusto pero aún así he de reconocer que tiene un buen par de tetase y le sientan muy bien. El viernes cerramos como de costumbre y había quedado con Daiana, antes de ir a recogerla pasé por casa y puse en funcionamiento la cámara. Daiana y yo fuimos a cenar y tomar unas copas, estuve calculando mentalmente cuantas horas debía de dejar el ingenio grabando, lo puse a eso de las once y la dejaría hasta las cinco o las seis de la mañana, de esta manera podría grabar viernes y sábado, durante dos semanas y no tendría que cambiar la batería muy a menudo. Cuando llegamos a casa puse el despertador y así no me quedaría dormido.

Esa noche habíamos bebido un poco más de la cuenta, sobre todo ella que no tenia que conducir, se tumbó en la cama, fui al servicio y al salir, estaba a cuatro patas en la cama, con el pelo suelto, ese pelo rizado largo y negro tan bonito que tiene, con un dedo de la mano indicándome que me acercara, estaba en ropa interior, roja y negra, unas bragas sexys con encajes y un sujetador también con encajes, estaba muy atractiva, la guinda del pastel era un liguero que llevaba y unas medias rojas que hacia que el conjunto fuese de película erótica. Me acerqué a la cama despacio y quitándome la ropa, al llegar al borde de la misma solo me quedaba el boxer puesto, la cogí del pelo y la forcé a darme un beso, nuestras lenguas se entrelazaron y se buscaron, primero en su boca, luego en la mía, estábamos excitados, mis labios buscaron sus pezones y mis manos la despojaron de aquel sujetador, comencé a lamer y chupar sus pezones duros y apretados, esa mujer me excitaba y quería follarla, la dí la vuelta puse sus manos en el cabecero y las sujeté con las mías, me ofrecía su culito y no pude ni quise evitar la tentación , una de mis manos agarró la polla y se la metí por su culito apretado, ella me chilló y me dijo que por detrás aun era virgen, que parara, no quise parar y de una segunda acometida se la metí hasta que mis huevos chocaron contra su coño, me dijo que era un cabrón, no le hice ningún caso e incrementé el ritmo de mis enculadas, la tenía contra las cuerdas, no podía moverse, al poco rato de empezar a encularla la agarré por las caderas, al notar que yo paraba, se giró y me dijo: "acaba lo que has empezado , cabronazo", al oír aquello retomé mis bruscas embestidas y continuó gritando, hasta que me corrí en su culito virgen.

Me tumbe boca arriba extenuado y entonces me agarró la polla, y empezó a lamerla y chuparla como ella sabe, eso sí antes me puso un condón porqué no quería comerse su caca. La dije que parara que no podía más, a lo que ella me respondió que me iba a enterar. Siguió chapándomela de manera experta, hasta que consiguió sacarme de nuevo una erección, cuando lo hubo conseguido se montó sobre mi y empezó a cabalgarme como una poseída, como se movía, era tremenda, me corrí de nuevo pero ella no se paraba ante mis súplicas, seguía moviendo su cadera adelante y atrás hasta que se consiguió correr, ¡uf! Esta Daiana es un volcán, vaya mujer, caímos rendidos y extenuados, fuimos al baño y al regresar a la cama tardamos un suspiro en quedar dormidos.

El despertador me sobresaltó, las seis de la mañana, me lo he dejado puesto pensé, pero al apagarlo y darme la vuelta recordé que era la hora del fin de mi grabación. El sábado volví a poner a grabar las mismas horas, la habitación de Yolanda.

El fin de semana se me pasó rápido, entre el trabajo y los polvos con Daiana todo fue genial, el martes libraba y podría ver los resultados de mis grabaciones.

Continuará