Voyeur (1)

Mi hermosa cuñada se casa y yo apoyo en su luna de miel tanto, que me invito a presenciar su noche intima.

Mi esposa tiene dos hermanas, ella ocupa el segundo lugar, de su hermana menor ya hablé en el primero de mis relatos, ahora les hablaré de su hermana mayor. Su nombre es Jessica, ella y la hermana menor de mi esposa son hermosas y tienen sus gracias cada una, de hecho las tres, contando a mi esposa son bellas, aunque físicamente diferentes.

Jessica es morena clara, altura entre 1.65 y 1.70 m aproximadamente, de ojos grandes expresivos, color café claro, labios medianos, pómulos ligeramente resaltados, complexión mediana, piernas bien formadas y dignas de mirarse con falda, cadera con forma, no muy resaltada, pero si apetecible y unos senos grandes, naturales, levantados, bien redonditos, me imagino que ha de tener en busto mínimo de medida de 100, por que realmente son grandes y sus aureolas son muy morenas y grandes. Su cabello es negro intenso y brillante, lacio y le llega a los hombros. Su espalda es perfecta, se delinea bien con sus hombros y se une de forma estética con su cadera. Su cara y el corte de su cabello dan una apariencia inocente, como de chica estudiantil. Es un año mayor que yo, o sea que anda por hay de los 32.

La relación con Jessica, fue alejada desde el principio, ya que su carácter es solitario, no convivía mucho con nosotros. Actualmente está casada y tiene solo un hijo. Cuando se iba a casar, yo llevaba con mi esposa alrededor de dos años de ser novios. Entre los planes que empezaron a hacer ella y su futuro esposo, salió el tema de su luna de miel, no querían una playa, ni un lugar turístico, simplemente querían pasar tiempo juntos en un lugar fuera de la ciudad, por lo que yo les ofrecí una pequeña cabañita, que mi papá usa para relajarse, que está en una provincia rústica y bonita, no muy lejos de donde vivimos. Me lo agradecieron y me comentaron que lo tomarían en cuenta, les enseñé unas fotos del lugar y les encantó, sin embargo no me confirmaron enseguida. En ese momento, no pensé perversamente nada, en verdad se las ofrecía sin otra intención. Sin embargo cuando estuve a solas y teniendo en cuenta un antecedente de Jessica (más adelante lo comentaré) de alguna vez que estuve en su casa, había notado que ella me excitaba y me mente empezó a trabajar en lo que pasaría si ellos aceptaban la idea de la cabaña. Ella era mucho más apegada y devota a su religión que sus hermanas y se veía que cumplía con sus estatutos, hasta a veces parecía exagerada, y alguna vez Julieta (mi esposa) por aquellos días me dijo que estaba segura de que su hermana era virgen, ya que sus novios habían sido contados y ella siempre se dedicó a su escuela y a su casa, de una forma extraña y aburrida para su edad. En ese momento para casarse contaba con 23 o 24 años. Por lo anterior deduje que su futuro esposo la iba a desflorar en su noche de bodas, esto me puso a mil, yo tenía que grabar ese desvirgamiento, o por lo menos estar ahí. Recordé que esa cabaña tiene en su parte central un pequeño espacio, por donde se puede realizar el mantenimiento a los servicios de la misma, tales como la calefacción, aire acondicionado, además de otras utilerías, que mi papá pidió se mantuvieran ocultas.

Después de la semana que les hice la propuesta y de comentar con Julieta que los convenciera de quedarse en la cabaña, para ahorrarse dinero y evitar hacer reservaciones, me confirmaron que aceptarían pasar su luna de miel ahí. Así que con el pretexto de tener trabajo de la universidad dos sábados seguidos me perdí de mi casa y de mi novia para ir a éste pueblito y ver que tanto se podía ver desde el pequeño cubículo oculto. Me llevé herramienta para poder hacer ajustes, el cuarto principal afortunadamente era el que más cerca se mantenía de dicho cubículo, además de que el baño de esa misma recamara estaba en un lugar muy estratégico para ver íntimamente a mi cuñadita. El primer sábado tomé medidas y observé los puntos más estratégicos para ver completamente, tenía que cambiar de posición la cama y las lámparas, de tal modo que desde el lugar que yo estuviera me favoreciera la luz. Tenía que usar cuadros o muebles para camuflajear las miras en la pared. Investigué y mi mejor opción para la recamara era a través de un cuadro pegado en la pared, dicho cuadro sería de un paisaje con un lago y el lago sería de espejo, por el cual puedes ver en su lado contrario al que refleja, entonces en la pared yo haría el agujero para que pudiera ver, fue difícil de conseguir el condenado cuadro, lo mandé a hacer y para el resto de las maniobras, contraté a un albañil local. Para el baño, solo coloqué un pequeño agujero y espejo oculto, el cual apuntaba directamente al objetivo, justo detrás de la tasa de baño. Al fin, el segundo sábado de mi visita quedaron los ajustes que necesitaba, ya estaba muy avanzado el día cuando terminé, pero tenía que regresar a casa, por que mi papá me comentó que quería ir con unos amigos el domingo, entonces ya me había adelantado a decirle que mi cuñada y su esposo pasarían algunos días por allá y que para que ellos se sintieran más cómodos, había hecho algunos cambios y el aprobó mi decisión y no comentó más.

El día de la boda llegó, conseguí una cámara austera, con el pretexto de usarla para una tarea pendiente, estaba muy vieja y no en muy buenas condiciones, sin embargo agradecí a quién me la prestó. Yo argumenté que después de la ceremonia y de la comida me tenía que ir muy rápido, ya que tenía que trabajar en equipo con dos compañeros para entregar un trabajo el lunes siguiente, mi novia se molestó un poco, pero al final logré contentarla, prometiéndole que iba estar con ella toda la tarde del domingo, su familia no me comentó nada y se limitó a respetar mi decisión. Así que después de comer, de felicitar y desear lo mejor a los novios, me marché rumbo a la cabaña, para preparar los últimos detalles de mi invasión a su intimidad, pero antes les entregué las llaves y les di algunas indicaciones para su estancia en la confortable cabaña, me lo agradecieron mucho y mi cuñadita me dio un abrazo muy apretado.

Viajé en autobús alrededor de dos horas y media a la población donde se encuentra la cabaña, llegando allá me puse cómodo, con zapatos de descanso de tela, para no hacer ruido al desplazarme, oculté mis cosas en donde iba a permanecer, siendo muy cauteloso de no ser visto por la poca gente que vive por ahí, llegué en un taxi y me baje rápidamente, sin dar oportunidad de ser visto. Estuve en el cuarto de servicio, cerré por dentro con llave y espere leyendo un libro. Este cuarto de servicio es el que tiene acceso directo a una pequeña puerta que conduce al cubículo pequeño de mantenimiento, en donde yo permanecería oculto la mayoría del tiempo. La puerta para ingresar a éste cubículo, también tenía llave, pera obviamente de ésta no les di copia, me saldría de ahí hasta haber visto lo que quería ver y permanecería encerrado con llave. Este pequeño cuarto, más bien es un pasillo de aproximadamente un metro de ancho por dos y medio, tal vez tres de largo, lo acondicioné con una luz tenue, a nivel del piso, una silla que no hiciera ruido y un atril para sostener la cámara. Para la parte del baño, coloqué una colchoneta, de modo que cuando mi cuñadita entrara en el mismo, yo me recostaría completamente y me deleitaría por el agujero que prepare con un espejo, los cuales estaban totalmente ocultos desde la vista del usuario del baño.

La boda se celebró alrededor de las dos de la tarde, yo me salí de la fiesta a las 5, llegué a la cabaña a las 7:30, por lo que yo creí que ellos podrían salirse de su fiesta tal vez entre 9 y 10 de la noche, ya que me comentaron que la fiesta acabaría a las 10, el servicio del salón fue contratado hasta esa hora. Cuando uno se traslada en coche el tiempo se reduce entre una hora y media y dos. Como yo ya sabía que a mi concuño le gusta correr era seguro que en hora y media estarían aquí, por lo que después de las 10:00, me puse muy al tanto de su llegada. No prendí la lámpara del cuarto, para evitar sospechas, por lo que mientras hubo la luz del día, la aproveche y luego me apoyé con una pequeña lámpara y las lámparas de piso con luz tenue. Después de esperar, al cabo de las 10:45 aproximadamente, escuche un auto aproximarse. Se bajaron unos instantes después, los escuché venir comentando muy contentos, cosas de la fiesta. Entraron a la casa, encendieron las luces y enseguida se escuchó que mi cuñadita le dijo a su esposo, que de esa forma no, que se esperara, yo me imagino que trato de manosearla. Su esposo se llama Ricardo, entonces escuché, más o menos el siguiente diálogo:

J (Jessica)- ¿Porqué no nos damos un baño primero?

R (Ricardo)- Pero si nos bañamos a medio día y no traspiramos mucho. Quiero estar contigo ya, te deseo tanto, hemos aplazado este momento tanto, que ya no soporto un minuto más.

J- Por eso mismo mi amor, quiero estar más cómoda, es tan especial esto, que quiero que lo disfrutemos lo más cómodos posibles, tal vez tu no sudaste mucho, pero yo si… me siento incomoda, además tengo que colocarme unas prendas que me regalo mi hermana… para éste ocasión, no tardo, ¿si?.

R- Bueno… está bien, antes déjame entrar al baño e investigo si está lista el agua caliente.

J- Claro, te espero, mientras voy sacando mis cosas.

Ricardo entro al baño (obviamente a el no lo espíe), y al cabo de unos minutos salió. Jessica se encontraba en la sala, desempacando sus cosas. Le comentó Ricardo a Jessica que la regadera no era eléctrica y que entonces saldría al servicio a encender el calentador. Ahí recordé que no lo iba a poder hacer, se me había olvidado comentarles como encenderlo, ya que es un calentador rústico. Me dije ni modo, se la va a tener que coger sudada, bueno pensé, la va a probar como a mi me gustan las mujeres, en sus meros jugos. Después de indagar Ricardo inútilmente como encenderlo, regreso con Jessica, decepcionado.

R- Lo siento amor, no es un calentador típico, Manuel olvidó decirnos como funciona, lo siento.

J- Hay… y con éste frío boscoso, ni pensarlo el bañarme con agua a temperatura ambiente. No te preocupes, solo lo haré con una esponja húmeda.

R- Por supuesto, y aunque no fuera así, te juro que no tendría ningún problema, tu aroma es muy delicado, aún cuando sudas, es agradable. De hecho he sabido que se recomienda cuando una pareja va a tener relaciones, no bañarse enseguida, ya que sus propios olores darán un toque especial a su encuentro.

J- ¿Ah si?, jamás había escuchado tal cosa, pero una esponjita no quitara mucho de lo que tengo, te lo aseguro, además soy muy friolenta, bueno, nos vemos en un momento.

Y Jessica se dirigió al baño, mi corazón empezó a latir aceleradamente y mi verga se empezó a poner dura, mientras Ricardo se quedó en la habitación pensando, Jessica entro al baño y empezó a acomodar sus cosas y a desvestirse, me recosté en la colchoneta, esperando que tuviera necesidad de sentarse en el retrete y observar a detalle sus partes más íntimas. De pronto Ricardo llamó a la puerta, Jessica contestó:

J- ¿Si?

R- Amor, necesito preguntarte algo

J- En un momento platicamos, espérame.

R- No, es que tienes que saberlo antes, abre un momento

Entonces se dirigió a la puerta, me puse de pie y alerta para escuchar que era lo que le tenía que decir. Ella se acercó y asomó medio cuerpo aún con ropa, por la puerta.

J- ¿Qué pasa mi vida?

R- Bueno… perdón por molestarte… tenemos la suficiente confianza, somos ahora esposos, te voy a pedir algo… no toques tu sexo con esa esponja, quiero tenerte sin alteraciones

Jessica echo a reír, y luego le dijo:

J- Qué cosas pides Ricardo, yo pensé que te sucedía algo, me espantaste con tu seriedad

R- Prométemelo

J- Está bien, es nuestra noche, me sorprendes, está bien

R- Algo más… no rasures esa área tampoco

J- ¿Cómo sabías que lo iba a hacer?

R- Lo intuí, por que me comentaste que tú hermana te obsequió algunas prendas, no es difícil de imaginar que han de ser lencería y que para lucirlas, tal vez te lo sugirieron.

J- Sí, si, así es, nunca me he rasurado por esa zona, solamente será el área del bikini, no me meteré más allá, vas a ver que te va a gustar.

R- Es que como nunca habíamos hablado de esto, perdóname, no soy un degenerado obsesivo, es que me encantas, por que eres tan natural, nunca te ha interesado la moda y lo que la publicidad generalmente manda como estético,… así me gustas, por que tu no lo necesitas.

J- Gracias mi amor, lo que me dices es hermoso, no voy a hacer nada para que me tengas como siempre lo quisiste, natural, me pondré esas prendas, pero me tendrás como siempre he sido, y está primera vez, te regalaré todo eso que nos habíamos limitado, sin alteraciones como dices.

Se dieron un beso y Ricardo se marchó, la dejó por fin en su supuesta soledad del baño. Habló consigo misma un momento, haciendo ademanes y riéndose un poco, hasta que súbitamente se acercó a la taza del baño y rápidamente entendí que al fin iba a hacer sus necesidades, me tendí en la colchoneta para por fin observar ese íntimo lugar virgen. Deslizó su ropa interior por sus piernas y dando la espalda empezó a descender lentamente, se detuvo en una posición con las piernas flexionadas y el resto de su cuerpo arqueado, y justo ahí pude ver un culo muy grande (que en posición erguida no se nota tanto), una nalgas deliciosas y una vulva completa y repleta de vellos color castaño claro, abultada como bollo, con unos labios cerrados y estéticamente delineados, perdiéndose hacia la parte delantera de su cuerpo y un ano oscuro con algunos vellos a su alrededor y pliegues muy marcados, apretándose y relajándose para soltar lo que su vejiga había acumulado. Un chorro dorado salió de estos deliciosos labios, con velocidad y presión. Se zangoloteó un poco, para terminar de tirar las últimas gotas. En ésta misma posición permaneció, cortó un poco de papel higiénico y con una de sus delicadas manos abrió una de sus nalgas, para dejar pasar el papel en esa área restringida y delicada, fue cuando por breves instantes vi su interior rosa, sus labios menores y la entrada de su vagina, se limpió suavemente ésta área y terminó la sesión, volviendo a incorporarse y colocándose nuevamente sus interiores. Si no hubiera colocado otras dos lámparas cerca de ésta área, no hubiera visto nada, sin embargo con mi anticipación, me alegré del trabajo que había hecho y del premio que había recibido.

Lo que siguió después fue que se embelleció por alrededor de 40 minutos, la pude ver desnuda completamente por otra mirilla que fije detrás del espejo, realmente se veía deliciosa, ya que como no acostumbraba ponerse ropa entallada ni arreglarse, a veces pasaba desapercibida, de hecho el vestido de novia que había usado, había sido bastante conservador, pero realmente era una hembra totalmente apetecible. Sus senos firmes, sus caderas ligeramente levantadas, su piel lisa, y una cara que cortaba el aliento, me tenían al borde de masturbarme. Pensé, Ricardo se va a deleitar con semejante criatura, ojala le meta una cogida como se merece. Cortó solamente unos cuantos vellitos que se salían por la tanga y el resto lo dejo intacto, no lavó su vulva, y el resto de su aseo lo dedicó al resto de su cuerpo. Su ano lo aseo con un poco de crema y papel, aunque no observé detalladamente la acción, por que me estaba dando el frente en ese momento, eso entendí, por que se llevó la mano hacia atrás y antes había colocado un poco de crema en un trozo de papel higiénico, misma que fue retirando poco a poco.

Ricardo no la presionó, y mientras su esposa se arreglaba el tomo fuerzas con una siesta. Al fin salió con una pequeña bata negra transparente, que hacia juego y coordinaba totalmente con sus otras dos piezas. Ricardo cuando la vio, abrió totalmente los ojos y le dijo:

R- Estas… preciosa, eres una diosa. Ven aquí.

Ella se acercó y los dos se unieron con un beso candente. Después de todos los preliminares, besos, caricias sutiles y palabras de amor, Ricardo empezó a retirar su sostén. Estuvo deleitándose con sus pechos largos minutos, hasta que Jessica empezó a gemir fuertemente, jugaba con ellos y alternaba lengüetazos y succiones a sus pezones y aureolas. Luego la recostó y le besó y lamió todo el cuerpo, desde su cuello, brazos espalda, hasta sus piernas y sus pies, de su vientre se pasaba a sus piernas, después deslizó una de sus manos al interior de su tanga y le empezó a dar un ligero masaje a su clítoris. Luego le pidió a ella que se tocara, colocándole su mano en su vulva, tímidamente ella empezó a tocarse con la ayuda de Ricardo, cerrando los ojos, luego le dijo Ricardo:

R- Enséñame a que huele.

Jessica retiró su mano y la acerco a su nariz de Ricardo, se veían sus dedos húmedos. Ricardo aspiraba el olor de sus dedos, cerrando los ojos y Jessica traviesamente le preguntó:

J- ¿A que huele?, ¿te gusta?, - Ricardo empezó a chupar sus dedos -

R- Sí, me encanta y me excita mucho. Sé que no te agrada la idea del sexo oral, que lo consideras sucio, pero me muero por comerme tu sexo con mi boca y

J- Ricardo no… no me gustaría, creo que es algo de mal gusto, grotesco y que no está bien visto.

R- ¿Por qué va a serlo?, si piensas que es malo por que es sucio, te puedo asegurar que no es así, mi boca podría estar más sucia que tu vulva y sin embargo la besas. Siendo virgen, con más razón, estás… totalmente limpia.

J- No es por eso, bueno en parte sí, dame tiempo, hoy no, éste día va más allá de eso.

R- Está bien amor, poco a poco.

Sin embargo Ricardo no se veía convencido, así que se dedicó otro buen rato a besarla y a consentirla, sin apresurarla, hasta que logró su cometido. Tuvo gran tacto para hacerla sentir cómoda, hizo una faena que me dejo sorprendido, la fue colocando en cuatro, sutilmente hasta que entre beso y beso y caricias, la dejó con el culo apuntando hacia donde yo estaba, mientras le seguía besando la espalda y sus brazos. En éste momento acomodé la cámara en el atril y la puse a grabar. En eso se acercó y le dijo algo al oído, ella solo se rió nerviosamente, luego se separo de ella, la siguió besando por toda su espalda, su lengua viajaba en círculos por su parte baja de la espalda, realmente Ricardo la estaba calentando y la visión era estupenda, mi cuñadita se veía exquisita en ésta posición, su culo era perfecto y el minúsculo calzón, adornaba el cuadro bastante bien y le daba un toque muy morboso. De momento empezó a sobarle las nalgas, por encima de su calzón, diciéndole piropos y haciendo ruidos de excitación, luego metió sus manos por debajo y apretó sus nalgas fuertemente, para después hacer hacia el centro de su culo el calzón y dejar sus redondas nalgas totalmente visibles. Teniendo a su disposición éste manjar empezó a morderlas, a lamerlas y a estrujarlas a su antojo, Jessica lanzaba algunos suspiros y jadeos, señal de que estaba disfrutando también. Volvió a acomodar su calzón y ahora empezó a palpar su vulva por encima del mismo, haciendo masajes circulares a la altura del clítoris, realmente sabía lo que hacía, en ésta parte su respiración de Jessica se aceleró y su culo lo levantó más.

En un momento dado, observé que se agachó en medio de sus nalgas e hizo su calzón a un lado y dio un lengüetazo en su intimidad, ésta acción no la pude ver bien, ya que Ricardo me dio totalmente la espalda, pero sin duda eso sucedió, por que después se hizo a un lado e hincado en la cama, y como si me dijera, mira no pudiste ver hace un momento, pero te voy a regalar esto, volvió a hacer el calzón de Jessica de lado, ahora vi su intimidad, peluda y cerrada, para que después el abriera con sus dos manos sus nalgas y sus labios mayores, era como si desenvolviera lentamente un regalo muy anhelado, poco a poco fue abriendo sus pétalos, separando sus nalgas, hasta dejar expuesta la entrada de su vagina, su clítoris y labios menores, qué visión tan perturbadora, la mantuvo unos instantes así la observó detenidamente y acomodándose nuevamente de espaldas hacia mi, hundió su lengua en éste manjar, ahora si observé completamente como le comía la pepa a Jessica, por que tenía que agacharse más para lengüetear desde abajo, Jessi solo gemía delicadamente, aceptando que no podía evitar ser comida por su marido y que tenía que complacerlo como parte de sus obligaciones.

En éste punto no aguanté más saqué mi verga y empecé a sobarla suavemente, imaginándome, que yo le comía la pepa a mi cuñada. Ricardo le estuvo dando lengua varios minutos, le abría y cerraba los labios mayores y menores a su antojo, sin embargo todo lo hizo superficialmente, ni sus dedos, ni su lengua se veía que entraban más allá. Ricardo aún mantenía su verga dentro de su pantalón e interiores, su complexión es mediana, pero es alto, alrededor de 1.90 metros y alguna vez escuché que tenía ascendencia negra, el no lo era, sin embargo tenía algunas facciones de esa raza, por lo que deduje que lo que se iba comer mi cuñadita, no iba a ser fácil. En una acción rápida, retiro Ricardo lo que le quedaba encima, y entonces apareció una verga ancha y larga ante los ojos de mi cuñada, babeante, desafiante, con un glande más ancho que el resto de su verga, mi cuñadita observaba atenta, sin mencionar palabra, Ricardo le tomo sus pequeñas y delicadas manos y las colocó sobre su miembro, ella se dejo llevar

Jessica- Está muy caliente y dura,… es enorme.

Ricardo- Dame un ligero masaje, así (y le mostró como debía masturbar su verga, delicadamente, recorriendo toda su virilidad, las manos de Jessica se veían deliciosas encima del miembro de Ricardo, se veían tan suaves, que me morí de envidia por recibir un masaje similar).

Lo que siguió fue que Jessica le estuvo masajeando y analizando la verga a Ricardo unos 2 o tres minutos. Hasta que le pidió que le dejase comer nuevamente su pepa. Ella no muy convencida, vacilo un poco y luego paso sus piernas por encima de él, de tal forma que quedo dispuesta para ser comida nuevamente por Ricardo; estando el abajo tenía toda su vulva a su disposición, la forma en que se acomodaron no me beneficiaba, por que ella estaba con su cabeza hacia mi y Ricardo tenía la mejor parte, ella solo cerraba los ojos y se estremecía de vez en cuando, bajaba su cabeza y la levantaba, sin tomar su verga en cuenta, hasta que él le indicó que necesitaba atención su verga, ella trató de lamer un poco, con asco, pero dados los efectos de la lengua de Ricardo en su intimidad, logro mamar la mitad de su verga, que no cualquier mujer en su posición podría hacer. Ricardo se incorporó, su verga estaba a reventar, le explicó de alguna manera que podía satisfacerlo con una masturbación con sus grandes senos y entonces el se sentó, le mostró la forma de hacerlo y Jessica empezó a propinarle una tremenda cogida con sus tetas, muy caliente la imagen, por que aprendió rápido y su lujuria se estaba liberando, entonces se veía como si Jessica estuviera saltando con sus tetas sobre la verga de Ricardo. Me sorprendió la resistencia de Ricardo, ya que yo sentía que la leche me llegaría de un momento a otro.

Ricardo había trabajado muy bien a mi linda cuñada, Jessica se notaba caliente, sabía que la conclusión de la penetración la disfrutarían ambos muchísimo. Deje mi verga para no venirme, revisé la cámara y el cartucho casi se terminaba, la detuve hasta que fuera el momento del desvirgamiento, que casi fue enseguida, entonces la volví encender. Ricardo acomodó a Jessica boca arriba, le colocó una almohada por debajo de sus nalgas y le separo y elevo sus piernas, no contuvo la tentación de volverle a comer la vulva peluda, que ya para ese entonces se notaba bastante hinchada y los labios menores se asomaban. Entonces le dijo a Jessica que quería estar dentro de ella, ella solo asintió y le dijo estar lista, Ricardo empezó a frotar su macana a lo largo de su vulva y en esos vaivenes le acomodó el glande en la entrada de su vagina, se acomodó completamente encima de ella y empezó la introducción, aquí hice un zoom, lamenté no estar más cerca de ellos, bien valía la pena la escena. Ricardo empezó a avanzar suavemente y los quejidos de Jessica iban en aumento, estaba un cuarto adentro de ella. Jessica le comentó que sentía como estaba estirándose algo en esa parte… después unos momentos de silencio y tensión.

Jessica- Debe ser el himen, tienes que romperlo… pero me duele… no así no… salte un poco… hay…no!

Ricardo- Así, así, pronto pasará amor. Ahhh, estás tan apretada

No se veía que hubiera avanzado aún, de repente Jessica dio un grito que me estremeció y Ricardo avanzó más de la mitad, Jessica le suplicaba se saliera, el solo se quedó inmóvil y pronto se humedeció el tronco de la verga de Ricardo de un color rojizo, muy tenue, pero lo alcanzaba a percibir. Entonces empezó a meter y sacar lentamente su macana, la cual ahora contenía en la parte que entraba y salía una mezcla de sangre y fluido lubricante de ambos. Ricardo empezó a tomar más velocidad, hasta que los quejidos de Jessica se tornaron más placenteros, ella misma lo detenía o le pedía ir más rápido. Cuando habían tomado una velocidad considerable se oía como si dos tablas planas se estuvieran golpeando, la cama producía este ruido, pero era como si emergiera de los dos amantes de su unión tan intima.

Aún se veía algo de la verga de Ricardo que no entraba en el interior de ella, entonces como si me leyera la mente para cambiar de posición, se salió de su vagina de Jessica y detrás de él, salió un líquido rosado, casi rojo, era la mezcla de sus fluidos y la poca sangre que había generado el desfloramiento.

Ricardo se acostó con su cabeza contraria a mí, y su macana apuntando al aire y llevó a Jessica a que lo montara. La cola de Jessica quedo apuntando hacia mí, la paro un poco para encontrar la verga de su esposo, ella misma la colocó en la entrada y deslizando su culo, empezó a introducirse lentamente al culpable de su desvirgamiento. Ricardo la tomó tiernamente de los hombros y generando confianza en ella empezó a entrar y salir, hasta que tomo nuevamente velocidad y en una estocada apoyándose en sus hombros por detrás de la espalda, la penetró completamente, ella solo tomó aire, aceptando la consumación de su matrimonio. El culo de Jessica se veía genial, su pepa se veía completamente invadida por el mástil de Ricardo, sus labios mayores hinchados presionaban el miembro de Ricardo, como tratando de vengar con su presión, la invasión del intruso. El ano de Jessica adornaba el cuadro, arriba de semejante imagen, el cual Ricardo recordó y llevó dos de sus dedos a masajearlo circularmente, tomaba también sus nalgas de ella como apoyo para sus estocadas, las abría y apretaba, dando a notar el gusto que sentía estar dentro de su amada. Este encuentro terminó salvajemente, Ricardo entrando completamente en Jessica, tomando de una manera salvaje sus nalgas, subiendo y bajando a Jessica bruscamente, ella gritando y agitando su cuerpo, abrazando a Ricardo, pidiéndole que se calmara… era muy tarde el se venía dentro de ella, descansando su largo peregrinar en el cuerpo de su esposa, abrazándola fuertemente.

Se quedaron abrazados, recuperándose, enganchados aún. Se separaron y un torrente de semen, mezclado aún con sangre corrió por las piernas de Jessica, otro poco goteó de su vagina y el resto quedó sobre el vientre de Ricardo. Ella se acostó junto a el abrazándolo. Cerraron sus ojos.

El cartucho de la cámara se había terminado, yo había terminado antes que Ricardo, no recuerdo en que momento, pero me vine abundantemente, que me sentía atontado y relajado al igual que ellos. Era ya de madrugada, dormité un poco hasta que me despertaron los quejidos de Jessica, nuevamente cogían, me levanté y vi como hacían una especie de tijera, Ricardo le tomaba las manos a Jessica para hundirse más en ella, por su parte Jessica también le ayudaba, se veía como si hubieran querido bailar y sus entrepiernas fueran las que daban los pasos. Se separaron y entonces Ricardo la puso en cuatro, le abrió nuevamente las nalgas y de un tirón estuvo nuevamente adentro, después se colocó Ricardo al borde de la cama e hicieron una cabalgata, luego se colocaron de lado, y el alzando la pierna de Jessica que quedaba libre, la penetró unos instantes, para terminar encima de ella, en donde creo que terminaron juntos por que Jessica gritó bastante y le pidió que la penetrara fuertemente.

Después de descansar otro rato, volvieron a la carga al amanecer, en una sesión más tierna, con algunas de las posiciones de su primer y segundo encuentro. Antes de volver a dormirse Jessica fue al baño, donde nuevamente pude contemplar su cola, su vulva roja y brillante por las sesiones, con una apariencia cansada, los labios menores abiertos, haciendo más presente ésta acción a la altura de su vagina. Regresó al cuarto y ambos se quedaron profundamente dormidos.

Lentamente tomé mis cosas, el atril y la colchoneta los acomodé y los deje ahí. Con mucho cuidado y en silencio me salí por el cuarto de servicio, como era muy temprano, alrededor de las 6:30, la gente era menos probable que me viera, sin embargo tuve mis precauciones y rápidamente me retire de la zona, disfrazando mi identidad con una chamarra gruesa y una gorra.

Después de ésta fecha, todo transcurrió normal, me agradecieron mucho el préstamo de la cabaña, estuvieron 4 días. El video no quedo de muy buena calidad, sin embargo era un material muy bueno y muchas de mis sesiones masturbatorias las hice con éste material.

El incidente excitante con Jessica que comentaba al inicio del relato, tuvo lugar en la casa de mi esposa, antes de que Jessica se casara. Resulta que un día en el que veíamos una película por la noche, solo estábamos en la casa, mí entonces novia, su hermana Jessica y yo. En una de sus habitaciones veíamos tal película, ellas estaban en la cama y yo permanecía en el suelo a lado de Jessica, quedamos en ésta posición, por que después de regresar yo del baño, encontré ese lugar más cómodo, ya que tenía alfombra y en la cama ya me había cansado de estar tan apretado. Jessica vestía una falda o vestido a la altura de la rodilla, ambas estaban acostadas boca abajo en dirección al televisor, estando muy entrados en la película, de repente se fue la luz, las dos se espantaron un poco, incorporándose de inmediato, yo me quede inmóvil, entonces Jessica olvidó donde me encontraba o simplemente por la ausencia de luz, no midió mi humanidad y cuando se levantó puso su culo exactamente en mi cara, yo percibí que la falda estaba ligeramente levantada, por el rápido movimiento que hizo, juro que pude sentir su calzón, entre su pepa y ano en mi nariz, unos breves instantes, estaba calientito y olía delicioso, ese aroma característico de chica adolescente, entre orines, culo y sudor de su pepa, me dejaron casi sin habla. Solo se disculpo y comentó que me había pisado, y que en verdad lo sentía, y que si no me había lastimado, pronto la luz volvió y todo siguió normal. Esos breves instantes los guardé en mi memoria mucho tiempo, su cadera se sentía dura, sus partes delicadas y suaves, su olor nunca lo pude olvidar.

Continuará