Voy a ser una perfecta Ofelia

Sentimientos, sensaciones, momentos mágicos casi imposibles de describir, pero hice el esfuerzo.

Me asombra a veces lo que puede descubrirse o sentirse.

Sentir tu pecho bajo el mio, su calor, su suavidad y su dureza.

Sentirme tan cómoda sobre ti, sobre tu cuerpo, tu olor dulce y a la vez suave, como un pastel de crema o manzana.

No era la primera vez que estaba abrazada a ti, en posición horizontal, con toda la ropa puesta.

Tu cuerpo era para mi como un manantial de tranquilidad hasta que un ligero movimiento propiciaba un roce que aumentaba el calor de mi cuerpo y sentía como en el tuyo también se aceleraba la respiración, los latidos se revolvían inquietos y algo crecía bajo tu cintura.

Decir que me sentía unida a ti físicamente puede sonar muy carnal y vacio, quizá lo sea, pero con mi mente artística o que se niega a ver las cosas vacías, para mi era como llenarme de algo que no entendía, sentirme completa por unos instantes, con esos abrazos tuyos, esa unión con tu cuerpo sin llegar a nada más, sin llegar a penetrar en tu mente ni tu en mi entrepierna, era como estar unidos por un hilo de plata de pecho a pecho, de hombro a hombro, de corazón a corazón, como si al volver a tu cuerpo el mio reconociera a un viejo amigo, y como familiares que se encuentran después de un largo viaje se saludan y se juntan con el placer de la seguridad de estar en casa, de tener cariño y tranquilidad sin querer separarse nunca más.

Pero todo esto es mentira y es verdad a la vez, como cualquier palabra que surgía de tu boca, una verdad a medias una mentira incompleta, ni si ni no, solo un tal vez, un puede, una evasiva, quizá por una mente vacía, o una confusión de pensamientos, ¿sentimientos tal vez? Tal vez, lo dudo, nunca lo sabré.

La realidad, dos mentes muy distintas, cerebros incompatibles, unión de almas corpóreas pero separación, incomprensión en dos mentes turbias, quizá la tuya más pura, más impulsiva y feliz, como un niño que juega y disfruta separando cada momento de la realidad sin pensar que todo vive en el mismo universo, sin pensar consecuencias. Sentir y dejarse llevar por el cuerpo, sin palabras que puedan comprometerte y luego puedan ser echadas en cara. O simplemente deseo sexual, ternura y poco más.

No digo que yo sienta más, pero tampoco menos, notar y luego comprobar que mi ropa interior estaba húmeda, de una forma que no recordaba. Espernazas, sueños, desear algo más que sexo, un alma romántica fantaseando con un cuerpo que no puede dar más, confundir sus miradas y caricias.Y escuchar la realidad, que es una amistad. Dejar salir todas las lágrimas, vaciarte por el dolor de saber que habrá una separación, la suciedad de la posesión, el deseo te tener, de poder poseer algo que es intangible y no puede ser dado.

Dejarte llevar, dejarte quitar la ropa, dejarte unir físicamente, sin llegar a penetrar en el interior, solo juntar dos pechos, para que los dos corazones se comuniquen mejor, para que las dos almas se hablen, pero faltan las palabras, dos formas de pensar distintas que no se entienden, que no saben entenderse ni hablarse. El calor de los cuerpos cada vez más suave, más unidos y tranquilos, reposados por sentirse a salvo y seguros, la excitación va muriendo, solo queda la ternura, el saber que se acabó y no debe repetirse. ¿repetirse el qué? Nada, porque no paso nada, nada más que unas simples caricias por los brazos, la espalda, los cuerpos besados, y mejillas acariciadas, dos planetas dando vueltas en círculo sin llegar a rozarse, dos labios sintiendo el cuerpo del otro sin llegar a unirse, dos alientos que se saborean sin llegar a sentirse, ojos que ven sin saber que miran.

Dos uniones vacías y llenas al mismo tiempo, quizá sea mejor así, más podría romper la magia y el encanto, de algo que no puede ser, puede que todo este en mi mente, mi deseo de tener más, ansias de absorber almas, de conocer las mentes, de follar a las mentes, de sentir amor y que me quieran, pero hay personas que no se pueden absorber y por más que les des no te van a entender.

Una amistad, un polvo sin consumar, puede definirse así con valentía y sinceridad.

Lo que tengo claro es que voy a ser una Ofelia perfecta.