Vosotros: mis orgasmos

Cada vez que leo vuestros relatos vosotros me excitais, he aquí la confesión de la primera vez que os conoci.

Mi nombre es Silvia. Anteriormente había mandado un relato, para el cual me costo mucho decidirme, por miedo tal vez, vergüenza, o simplemente se que lo relato estuvo mal y me comporte como una autentica puta; deseosa de ser penetrada por otro pene que no fuese el de mi pareja.

Desde hace mucho tiempo visito esta pagina, leo con detenimiento cada uno de los relatos que la gente envía, muchos dejo sin leer e imagino que serán iguales o mejores incluso de los que he leído, porque ninguno tiene desperdicio.

En vuestros relatos encuentro la fantasía que falta en mis relaciones, al leeros me introduzco en el papel; siendo yo la protagonista, disfrutando con lo que sucede y excitándome con cada una de las palabras que leo.

El primer relato que leí "Atrapada en el concierto", un maravilloso relato, el mejor a mi opinión y que muchos de vosotros ha leído una y otra vez, empecé a leerle sin saber siquiera que era erótico, pero a medida que leía, me introducía en el personaje, llegando a ser yo esa chica rubia.

Sin apenas darme cuenta note como mi coño se iba humedeciendo y como con mis dedos me empezaba a tocar, excitándome igual que si realmente me estuvieran follando a mi, poco a poco, sola en mi habitación me fui desnudando, hasta que ya completamente desnuda, seguía leyendo aquel relato, acariciando cada parte de mi cuerpo con suma sensualidad, pellizcando mis pezones y bajando lentamente para recorrer el interior de mis muslos y terminar en mi sexo, introduciéndome primeramente un dedo y después dos, moviéndolos con fuerza, acariciando mi clítoris, en cada palabra me estremecía.

Pasados unos minutos, termine de leer el relato, con los dedos empapados y deseosa de tener una polla dentro de mí, me tumbe en mi cama y pensando en lo que había leído, saque del cajón mi consolador, un regalo de una amiga, y me lo introduje en mi coño fuertemente hasta el final, sintiendo su vibración, que me llenaba todo el cuerpo de sensaciones y aumentaba mis fantasías, lentamente le sacaba y volvía a introducirle, me sentía como una puta, excitada por aquellas palabras que había leído a través de la pantalla de mi ordenador.

Saque de mi cuerpo el consolador y con ayuda de una crema me frote suavemente mi ano, estaba como una perra, nunca me había metido nada en el culo, pero esto era diferente, necesitaba sensaciones nuevas que igualaran a la calidad del morbo del relato, entre gemidos y sollozos de placer me introduje ese aparato descomunal en el culo, como poder describir lo que sentí, puesto que no tengo palabras, simplemente deseaba que ese momento no acabase nunca, esa mezcla de placer y dolor, mis músculos se agarrotaban y apretaban para adentro el consolador.

Esa misma noche hice el amor con mi novio, y me pregunto que me pasaba, que hacia mucho tiempo que no estaba tan rabiosa, no le conté nada, solo yo sabia el porque, simplemente le dije que quería que me penetrara por el culo, y con ayuda de la misma crema anterior, introdujo en mi su polla, la sensación fue mas dolorosa pero mas placentera que con el vibrador, mis gemidos se agudizaron y empecé a pedir a gritos como una zorra que se corriera dentro de mí, y nada mas decirlo note su calido chorro en mí.

Esas sensaciones se producen abundantemente y normalmente leo los relatos de esta Web, por la noche, sola en mi habitación, sumergiéndome en la oscuridad, dejándome llevar por vuestras palabras, excitándome en cada suspiro y siempre con los dedos de mis manos acariciándome el coño.

No he pretendido que este fuera un relato erótico, simplemente es mi confesión, la que nadie sabia y la que posiblemente nadie entendería; solo vosotros que como yo os excitáis con las letras de otras personas, con las aventuras vividas y los momentos realistas en los que una vez el sexo es el protagonista.

Por todo ello quiero agradeceros a todos los escritores los buenos momentos que me habéis echo pasar, y sobre todo todos los orgasmos que con vosotros he tenido; cada uno de ellos tendría vuestra dedicatoria.