Vorágine sensorial
La visita con mi familia a un restaurante de gastronomía sensorial se convierte en una fuente de sensaciones donde a veces no distingues la realidad de la fantasía
Me llamo Alberto tengo 54 años y estoy casado con Silvia de 48 años, el verano pasado nos fuimos de vacaciones con mis cuñados Marta de 45 y Jaime de 50 y su hija de 19 años María, cogimos un apartamento en la playa durante siete días, hacía tiempo queríamos disfrutar de unos días y escaparnos fuera de la ciudad.
Siempre nos hemos llevado muy bien pero nunca habíamos planeado una escapada de este tipo.
Así que cuando llegó el mes de Agosto partimos hacia Cádiz, exactamente en Sanlúcar de Barrameda, donde habíamos hecho el alquiler del apartamento .
Era espacioso con tres habitaciones con lo cual no había problemas para acomodarnos, además tenía un jardín con piscina y el mar muy cerca.
Mi mujer es una mujer de 1,70 siempre muy abierta en el carácter y que le encantan las bromas, su hermana era más bajita, no tan abierta como su hermana, una mujer maciza de pelo castaño con mechas blancas más atractiva que guapa, siempre se ha caracterizado por los escotes que le gusta lucir, la verdad puede presumir de ello, pues tiene unos pechos que más de una vez mi vista se ha desviado.
Mi cuñado siempre trabajando y cansado a veces me aburre y no llego a entender cómo puede satisfacer plenamente a mi cuñada pues parece que nunca tiene ganas de nada.
Mi sobrina, a la que siendo bebé he tenido en mis brazos, es una chica que desde luego se ha transformado en una espléndida mujer, rubia con un cuerpo estilizado y pechos pequeños pero sugerentes (aunque sea mi sobrina hay que reconocer las cosas)
Durante el primer día pues estuvimos colocando las cosas, y durante la cena pues entre risas y bromas mi mujer sugirió porqué no íbamos a un restaurante de sensaciones gastronómicas donde comes con los ojos vendados y a oscuras.
Yo tenía un amigo de trabajo que me lo había recomendado y que tenía una zona vip exclusiva para clientes y poder tomar posteriormente una copa.
Mis cuñados en principio pusieron un poco cara de circunstancias, diciendo que esos sitios lo que menos se hace es comer y encima caros.
El caso al final parecieron quedarse convencidos, posteriormente estuvimos un rato charlando y yo no dejaba de echar la vista a los pechos de mi cuñada eran firmes y turgentes, no era la primera vez que se los miraba pero no sé si sería el calor , esa noche me parecía todavía más atractiva llevaba una camisa fina y el botón desabrochado le daba más sensualidad, a su lado estaba su hija con un top que marcaba sus pechos y un pantalón corto que dejaba ver unas piernas largas y hacían resaltar el contraste de un cuerpo maduro y otro joven pero preciosos a la vez.
MI cuñado y yo nos fuimos a la cama, mi sobrina también estaba cansada y dijo que se acostaba y mi mujer se quedó en el salón charlando con su hermana.
Me acosté y las oía reír y hablar, pero una sensación me invadía en mi cuerpo no me quitaba de encima el cuerpo de mi cuñada y mi polla empezó a palpitar quise quitarme de encima esa idea pero no dejaba de dar vueltas en la cama.
Me quedé dormido pero sueños libidinosos me invadían, al rato noté como mi mujer se acostaba.
- ¿Que te pasa cielo estás intranquilo?- me comentó.
- Nada, nada será el calor y la humedad –le dije.
- Mmmm, pues desde luego te ha afectado bien – dijo al notar la erección que me invadía.
Sus dedos bajaron el slip que me cubría y al rozar sus dedos y notar la palpitación empezó a acariciarme con suavidad mientras me besaba, empezó a recorrer con sus labios mi cuello, mi pecho mordisquear mis pezones mientras su mano aumentaba el ritmo sobre mi polla que no dejaba de temblar.
En un momento cerré los ojos y me invadió el pensamiento de que era mi cuñada quien me estaba masturbando y besando mi piel, una excitación intensa me invadió soltando la mano de Silvia empecé a besarla con pasión frenesí, bajé ante su coño y lo lamí como hacía tiempo no se lo hacía, arqueaba las caderas para facilitar la entrada de mi lengua la cual empezó a subir de arriba abajo como si fuera el mejor manjar.
- Está claro venir a la playa te ha reavivado amor,¡ sigue sigue por favor no pares!.
Una excitación intensa invadía mi cuerpo, Silvia se incorporó y se metió mi polla en la boca, empezó a masajear mis huevos duros y babeaba sobre mi polla, empecé a mover mis caderas una electricidad intensa invadía mi cuerpo aunque mi mente estaba puesta en otro lado pensé mi cuñada era la que estaba allí y un grito y un espasmo me invadió echando toda mi leche en la boca de Silvia que resbaló por sus labios.
- Cariño, hacía tiempo no te veía así de fogoso, me has alimentado y bien – me decía mientras con su lengua limpiaba los restos de semen que quedaban .
-
Nos quedamos dormidos, en mi pensamiento estaba que había hecho el amor a mi mujer pero era como si lo hubiera estado haciendo con Marta.
A la mañana siguiente preparamos el desayuno y nos fuimos todos a la playa a mi mujer le gusta hacer top-less pero mi cuñada no es de las atrevidas aunque el bikini que llevaba dejaba entrever unos pechos hermosos y una figura que la hacía bella y realmente deseosa, hubo un momento que me volvieron los pensamientos sobre ella y decidí irme al agua.
Mi sobrina dijo que me acompañaba, empezamos a chapotear en el agua y en ciertos momentos el cuerpo de María rozaba con el mío incluso sus pechos rozaban mi espalda cuando se intentaba subir sobre mí , era mi sobrina y eso ya era demasiado pero en el agua empecé a sentir una erección y en una de las veces al cogerla por detrás mi polla rozó su culo y dejándolo quieto, no sé si a posta o no, empujó hacia atrás , tuvo que notar mi erección, volvió la cara y sólo ver su mirada en sus ojos azules me trastocaba por completo.
Me separé de María y le dije que me salía del agua, me tuve que tumbar en la arena boca abajo porque no quería llamar la atención, las dos hermanas charlaban muy animadamente y Silvia me dijo:
- Porque no vamos esta noche al restaurante que te aconsejó tu amigo, de gastronomía de sensaciones.
- Está bien llamaré después y a ver si se puede reservar para esta noche.- contesté.
Una vez en el apartamento a través del móvil busqué el restaurante, y a parte del restaurante propiamente dicho tenía una sala vip para posteriormente tomar una copa y una opción de kit completo en el que se incluía masaje corporal con baños de aceite en sala con velas y siempre con los ojos tapados.
Antes de tomar una decisión se lo comenté a Silvia y le pareció estupendo.
- ¿ Tú crees que a Marta y Jaime van a gustarle este kit completo?, además está María , quizá le guste otro tipo de diversión .
- No te preocupes que yo se lo pregunto ahora. - me dijo Silvia
Salió al jardín donde estaban tomando el sol mientras yo desde el porche los contemplaba pensando cómo me gustaría dar ese masaje de aceite en Marta y mi sobrina.
Al poco rato llegó Silvia y me dijo que aceptaban y la que más entusiasmaba estaba era María que le gustaba mucho eso de las degustaciones a tientas y el masaje también.
Hice la llamada y hice 5 reservas con cena, copa y masaje, me dijeron que las salas de masajes eran de una camilla así que reservé 5.
Durante la tarde estuvimos de charla y descansando hasta que llegó la hora de prepararnos para la cena, Silvia llevaba un top blanco con un pantalón vaquero ajustado y unas sandalias con tacón.
Mi cuñada cuando salió me pareció una mujer increíble una verdadera yegua con un vestido negro suelto que hacía juego con su melena castaña y ojos oscuros y un zapato de tacón que la realzaba aún más , mi sobrina con una coleta sobre su pelo rubio destilaba brillo sensualidad y desparpajo con una camisa suelta y una pantalón vaquero más que corto , mi mujer reconozco es muy sensual pero mi cuñada me quitaba el hipo y no es porque fuera la primera vez que la veía así , que ya eran bastantes años, pero en mi interior era un deseo inalcanzable.
Llegamos al restaurante y lo primero que hicieron al llegar fue vendarnos los ojos nos guiaron hasta la mesa que teníamos reservada y nos colocaron empezaron a servirnos los platos, la sensación del sabor invadía nuestros sentidos la mezcla de lo dulce con lo salado , la textura de los alimentos y su suavidad mezclado con el olor del perfume que desprendían tanto mi sobrina como Marta me hacía sentir en una excitación abrumadora , mi instinto me hizo coger algo del plato que por su textura parecía una fresa que en plan inocente puse en la boca de María que con el calor de su lengua tomó saboreando mis dedos los cuales pasé por sus labios y chupó con su lengua como si estuviera saboreando cogió mi mano y la bajó hasta su entrepierna estaba caliente y acercándose a mi oído me susurró:
- Tito sé que me deseas lo note en la playa esta mañana, noté la dureza de tu verga sobre mi culo.
No podía dar crédito a lo que me estaba diciendo María, esa niña que había tenido entre mis brazos y que se había convertido en un bellezón se había dado cuenta de mi excitación y lo que deseaba.
Intenté quitar la mano de su entrepierna, aunque el mantel nos cubría, no podía ser eso y además estábamos con la familia.
Sujetó mi mano , abrió sus piernas eran suaves cálidas mis dedos buscaron su pelvis mientras su mano se posó en mi pene que estaba duro, el cual empezó a restregar, le intentaba apartar la mano pero aquello estaba superando mi línea roja que tenía que marcar ante aquella situación.
- Estás caliente tito y sé que desearías follarme y yo lamer tu vástago.
- Para por favor - entre susurros le dije.
El momento fue cortado pues Silvia me preguntó si me estaba gustando la experiencia a la cual le dije sin otro miramiento que me encantaba, seguimos la cena y posteriormente pasamos a la sala donde ya con los ojos al descubierto estuvimos tomando algo antes de pasar a la sala de masaje.
Yo no podía dejar de pensar en lo que me estaba provocando mi sobrina que no dejaba de mirarme mientras con mis cuñados y mi mujer comentábamos sobre la experiencia vivida y en un momento determinado Silvia comentó sobre cómo debe ser una experiencia sexual con ojos vendados , noté en mi cuñada una cara de excitación ante esa situación comentándoselo a su hermana y mi cuñado reía , y se notaba que las copas de champagne que nos habían servido junto con el vino de la cena, estaba empezando hacer estragos.
Entre la excitación que me había provocado mi sobrina y ver tan desinhibida a mi cuñada riendo incluso mostrándose picante en los comentarios mis deseos iban en aumento.
- Lo mismo nos encontramos en la sala de masaje unos jóvenes musculosos que nos suben al cielo con sus manos – comentaba Marta.
- A mí desde luego no me importaría – decía Silvia.
Me acerqué a preguntar cuánto tiempo nos quedaba para ir a la zona de masaje, en ese momento me encontré con el encargado, al que una vez me presentó mi amigo en un viaje a Madrid, y durante un rato estuvimos charlando sobre cómo nos iba en el trabajo y cosas así, le dije que estaba esperando para entrar en las salas y les presenté a mi mujer y mis cuñados.
- En confianza te digo que tienes una mujer y una cuñada muy hermosas - me dijo sin desviar la vista del cuerpo macizo de Marta.
- Pues en confianza te digo que más de una vez he soñado con mi cuñada – le dije.
- ¿Y esa preciosidad jovencita que está al lado es tu hija? - me dijo.
- No, es mi sobrina -le respondí.
Observé a mi sobrina que nos miraba.
- Pues es muy guapa también, se nota ha salido a la madre – me dijo Santiago, muy pícaramente, que era el nombre del encargado.
No sé si las copas que ya llevaba bebidas junto con n la excitación que me invadía viendo a mi cuñada y a mi sobrina, el caso es que hice un aparte a Santiago y le comenté sobre el tema de los masajes como eran y que contenían.
Después de un rato charlando sobre ello y aceptando un extra especial sorpresa que me regalaba la casa en el tema de los masajes fui a comentarlo a la familia, que entre risas y preguntando en qué consistía, pero que ni yo mismo sabia, pues aceptaron.
Nos acomodaron a cada uno en una sala individual y nos taparon los ojos, después de un rato en el que una masajista me frotó con aceite de diversos aromas mi cuerpo, la relajación y la sensibilidad de los dedos de la masajista me hicieron sentir unas sensaciones muy agradables y el no ver, hace que la sensibilidad del cuerpo se duplique y menos mal el pantalón corto que llevaba disimuló mi erección.
En un momento determinado, la masajista dijo que me ayudaba a levantarme y que con los ojos cerrados me guiaría a otra sala, recorrí un pequeño pasillo y allí entré en una sala en la que oía voces.
- No puedes hablar - me susurro en voz baja la mujer que me guió.
Yo estaba con los ojos tapados y se sentía un calor que hacía confortable la estancia en aquella sala.
La mujer me dio la vuelta y soltó la venda que tapaba mis ojos , y puso un antifaz a través de la cual se distinguían las formas y las personas que había en la sala pero difícil de identificar realmente sus caras , la sala estaba a oscuras con la iluminación de velas que decoraban la sala , cuando mi vista se adaptó a esa oscuridad a través de este nuevo antifaz pude comprobar una mujer tumbada en una camilla estaba boca abajo cubierta con un tanga, mientras un hombre que se apreciaba fuerte la masajeaba la espalda y los muslos, el culo era respingón y redondo , las manos fuertes del masajista empezaron a masajear sus hombros , su espalda con movimientos circulares, bajó al interior de sus muslos con el mismo tipo de movimientos todos muy ritmicos y pausados.
Mis sensaciones se aceleraban viendo ese masaje, y en un momento determinado la dio la vuelta y pude vislumbrar como esa mujer poseía unos pechos grandes y turgentes que al estar boca arriba se ladeaban a los lados.
Sus manos fueron atadas a los extremos superiores de la camilla y sus piernas abiertas y sujetas a los inferiores de la misma.
Su cuerpo en un principio reaccionaba con una respiración profunda, dentro de lo que apreciaba, sus pechos se proyectaban hacía arriba en su respiración.
Mi cuerpo reacciono inmediatamente, esa mujer desnuda, excepto por el tanga, se apreciaba hermosa, la luz se volvió más tenue y apenas vislumbraba nada pero me acercaron a ella con lo cual pude volver a apreciar un poco más claro esas formas, la tenia frente a mí , hubiera deseado quitarme ese antifaz y verla, pero en el juego propuesto estaba prohibido hacerlo.
Las manos del hombre que estaba a mi izquierda, se introdujeron en una especie de vasija y embadurnó sus manos en algo y un suave olor a lavanda invadió la estancia, sus manos empezaron a masajear a la mujer empezando por su cuello y parándose en cada poro de su piel deslizándose hacia abajo, al llegar a sus pechos, empezó a amasarlos pude notar como sus formas se amoldaban a sus manos que al principio con suavidad y luego más aceleradamente empezaron a masajear de arriba abajo.
Un suspiro entrecortado en la mujer me hizo sentir una excitación que empezaba a abrumarme, el hombre siguió masajeando su vientre, posteriormente pasó a sus muslos y ver esas manos como masajeaban con suavidad pero a la vez con firmeza hizo que la mujer empezara a moverse sobre esa camilla que la mantenía atada.
Noté como sus suspiros y respiración iban en aumento quiso decir algo pero una mano la tapó la boca.
- No puedes decir nada – la voz del hombre que estaba en la sala le susurró al oído
Mi excitación iba en aumento ante esa percepción que tenía , de repente mi albornoz fue despojado de mi cuerpo y acercado a la camilla, mi polla apuntaba firme ante ese cuerpo que se removía del placer que estaba sintiendo.
Notaba en mi cuerpo un calor intenso que me proporcionaba esa imagen y el acercamiento al mismo.
Me pasaron un bol en el que al meter mis dedos noté un frio intenso eran cubitos de hielo , cogí y los puse en los labios de la mujer que dio un respingo ante la sensación de frio, su lengua saboreó el hielo y mis dedos siguieron bajando el mismo por su piel lo llevé a sus pezones que inmediatamente se pusieron como pequeños garbanzos apuntando hacia arriba me incliné y puse mis labios en esos pezones duros y fríos por la sensación del hielo pero a la vez cálidos por el calor de mis labios, los absorbí como un pequeño manjar y mi lengua empezó a moverse alrededor de ellos mientras mi mano deslizaba el hielo hacía abajo ,lo posé en su ombligo e inmediatamente mi boca cogió ese trozo de hielo que se había posado y lo acerqué a la suya .
Nos besamos mientras el hielo se deshacía en nuestras bocas la mezcla del frio y el calor daba una sensación intensa de placer y deseo nuestras lenguas se enlazaron deshaciendo el hielo ante el calor de las mismas.
Me separé de su boca y empecé a besar cada poro de su piel mi excitación iba en aumento hasta que llegué a sus muslos los cuales saboree en su interior mientras notaba el calor intenso de su entrepierna, con mucha suavidad la punta de mi lengua fue saboreando alrededor de su coño ardiente, su respiración se agitaba y sus caderas se movían.
Finalmente mi lengua buscó su hendidura la cual estaba húmeda, estaba muy mojada, noté los espasmos de su cadera y empezó a gemir y de repente se silenció.
Al levantar mi cabeza comprobé como una polla intentaba abrirse camino en sus labios, en un principio quiso resistirse pero al final cedió, observé como un vástago duro era lamido por su lengua saboreando su tronco hasta que en un momento determinado empezó a desaparecer en su boca y el hombre empezó a mover sus caderas.
Seguí con mi lengua abriendo sus labios vaginales y mi lengua siguió recorriendo toda la hendidura desde el agujero de su culo hasta su clítoris que noté duro y muy caliente.
De repente oí como la puerta de la sala se abría alguien entraba y a los pocos instantes mientras saboreaba el coño ardiente de esta mujer noté como unas manos agarraban mi polla, en principio quedé sorprendido, no lo esperaba, eran manos suaves que empezaron a masajear mis testículos duros y a masajear todo el tronco de mi polla, poniendo un dedo mojado en la punta de mi glande la sensación y excitación aumentaba cada vez más.
Noté como su lengua lamía el agujero de mi culo, lo cual hizo que mi polla palpitara con más fuerza.
Aumenté el ritmo sobre el coño que se había convertido en una lava continuo de jugos que bebí.
Mientras una mano me masajeaba la polla dura y palpitante, la otra me masajeaba la espalda empecé a gemir con deseo de gritar.
Levanté mi cabeza y comprobé la chica tenía los ojos tapados como yo y su boca aprisionó la mía en un beso intenso, su lengua era suave y caliente, me chupaba la cara la oía gemir, percibí el gemido de una chica más joven, mi lengua quiso saborear su cara.
Baje a sus pechos, eran pequeños pero muy tersos pezones pequeños pero deliciosos me hizo pensar esa chica debía ser joven, mis manos resbalaban en su piel estaba embadurnada en aceite con olor a rosas su piel era suave y se estremecía.
Con sus dedos que me parecieron finos cogió mi polla dura y la acercó al coño de la mujer que estaba en la camilla hizo unos movimientos con mi punta de arriba abajo para estimular más el coño que ya de por sí estaba muy mojado hasta que paró en un punto determinado y empujé.
Entró con mucha suavidad y mi polla quedó envuelta por unas paredes húmedas y calientes, empecé a moverme mientras la chica que me acariciaba me besaba, mi ritmo empezó a aumentar hasta que mis testículos chocaron contra la pelvis de la mujer que estaba tumbada la cual empezó a mover las caderas de arriba abajo.
La chica que había entrado se separó de mí y se montó sobre la mujer que estaba tumbada se inclinó y empezó a saborear los pechos de la mujer que estaba tumbada la cual seguía lamiendo la polla del hombre que tenía en su cabeza.
Los gemidos aumentaron y gruñidos de placer se apoderaron de la sala puse mis manos en la espalda de la chica era de una piel delicada y muy suave, noté como una mano empezó a frotar el coño que estaba penetrando con intensidad, mis embestidas iban en aumento con fuerza y pasión, hasta que en un momento determinado noté un liquido que se proyectaba sobre mi tripa era caliente y a borbotones.
El masajeo de su coño le había provocado un “squirt” y empezó a temblar todo su cuerpo, tuve que sujetar sus caderas mientras con furia seguí penetrándola.
Noté un gemido intenso masculino, el hombre que tenía su polla en la boca empezó a correrse y apercibí como sus caderas se quedaban paralizadas en la boca de la mujer tumbada.
Una corriente empezó a invadir mi cuerpo, mis gemidos aumentaron y un fuego interno me invadió, la chica se levantó y sacó mi polla del coño y esa mano suave empezó a masajearme con fuerza metiéndosela en la boca, un latigazo intenso de placer sacudió mi cuerpo y mi leche escupió sobre el cálido paladar de la chica, la cual no sacó mi polla de su boca hasta que se hubo bebido la última gota que me quedaba.
Nunca había hecho esto con los ojos vendados pero puedo decir que la sensación de placer se duplica, se activan con mayor intensidad todos los poros del cuerpo y es algo fantástico.
Fui separado del cuerpo de la mujer , a la vez que la chica que había entrado fue guiada a la salida, una vez ocurrió esto de nuevo me pusieron el albornoz y me guiaron a la salida para posteriormente ser llevado a la sala en la que me hicieron el masaje.
Me quitaron la venda, era la misma masajista que en un principio me guió a la otra estancia.
- La sesión de masaje ha concluido, espero haya quedado satisfecho – me dijo con una sonrisa.
- Puedo asegurarle que sí, que ha merecido la pena y mucho – le contesté
Posteriormente salió y yo me vestí y salí de nuevo a la recepción donde fueron apareciendo mi cuñado, mi mujer, mi sobrina y mi cuñada.
El encargado se acercó a nosotros y nos dijo que nos invitaba a una última copa antes de marcharnos lo cual aceptamos.
Me acerqué a él y le dije:
- Joder Santiago yo no me esperaba este extra especíal , ¡ha sido magnífico!.
- Espero lo hayas disfrutado, a veces los deseos se cumplen – me dijo guiñándome un ojo.
Me sonrió y miró hacia donde estaba mi familia sentada hablando y riendo sobre la experiencia vivida, seguí su mirada y una expresión de intriga y sorpresa me invadió.
Cada lector que saque sus propias conclusiones