Volvimos a encotrarnos.
Otra pequeña aventura sexual. Con una compañera de trabajo.
La siguiente vez que la encontré, fue tras la invitación recibida por teléfono para cenar en su casa y tratar de finalizar el trabajo que despacio llevábamos en común desde hacía un tiempo.
Me abrió la puerta vestida elegantemente. Charlamos de viejos tiempos, bebimos y cenamos. Creo que con su mente siempre congeniaré, con su cuerpo…
Mientras ella acaba de leer el trabajo, yo escucho música recostado en el sofá. Todo muy relajado.
Luego ella se ha acercado a mí, y al oído y en voz baja pero clara, me dijo: “Quiero tener sexo contigo” Y se alejó hasta el otro extremo de la habitación. Me quedé callado un poco, me incorporé y luego me acerqué a ella despacio. Cuando estuve cerca y sin decir nada baje mi mano hasta su muslo y subí hasta acariciar su sexo. Y enseguida la ayudé a tumbarse en el suelo. Me deleité subiéndole la falda y jugando con sus bragas. Pasé mi lengua húmeda por sus ingles.
Después, poniéndome de pie le pedí que me quitara ella los pantalones. Lo hizo bien, lentamente y muy interesada en ello.
Me la chupo un poco. Porque en seguida la tumbé de nuevo en el suelo. Me daba morbo follarla vestida.
Así que tan pronto como me puse encima aparté las braguitas a un lado y me metí dentro de ella. Y allí estuve todo lo que pude. Me parece que ella podría haber llegado a más.
Después llegan los episodios del tránsito. Que son duros y difíciles. Y que duran horas o días hasta que puedo llegar otra vez a un estado normal.