Volviéndome Infiel- El viernes

No fue un regalo cualquiera, fue la corrida mas deseada de la historia

Ya saben que había que ir el viernes, bueno, yo apuré la cita con la depiladora porque necesitaba un servicio especial, pensé que sería buena idea una brasilera, de todas formas ya de por sí la ocasión prometía ser más que una reunión de planeación estratégica empresarial.

La  verdad, nunca me hice una brasilera y sí que dolió, Ustedes creen que es agradable tenderse con toda tu intimidad expuesta  ante una extraña para que te arranque hasta el último vello sin ninguna compasión? La respuesta es NO, pero de solo imaginar quien luego disfrutaría de mi sacrificio lo valía.

La depilación resultó dolorosa, molesta pero efectiva, quedé más que perfecta, siempre creí que eso de depilárselo todo, solo le podía gustar a la gente enferma, pero después entendí  por qué era tan  eficiente.

José era más que mi fantasía, era lo que cualquier chica quiere, además habían más de una detrás de conseguir un poco de atención, las había solteras, casadas, divorciadas y de todas las edades, le hubiera resultado fácil con cualquiera, pero yo hasta especial  me sentía siendo su “escogida”; pero hasta ahora nada real, solo aquel friki parking que dejó más ganas que satisfacciones.

A estas alturas, la verdad ni me interesaba qué pensaba mi marido, si es que acaso pensaba algo;  en realidad creo que a él no le importaba, estaba aburrido de nuestra propia rutina y no sé si él compartió la infidelidad conmigo pero en todo caso, yo no quería ni me interesaba tener sexo con él, peor sabiendo que se aproximaba EL VIERNES.

Les conté del regalito, pero olvide decirles que recibí un pin en mi bb diciéndome que no lo abriera sino hasta el viernes a las 21h00…. Me mataba la curiosidad, lo movía, lo aplastaba, lo sacudía… nada, en mi mente imaginaba que la misteriosa cajita tenía un vibrador jajaja pero decía y para qué?? Si con él me basta…. Después imaginaba un juguete sexual maravilloso, que nos pusiera a mil a lo dos, el tamaño era muy pequeño… entonces sería una película porno de esas bien sucias…mmm no ese no era el estilo de José… ya, sería lencería sexy, mmm  no, la lencería se le regala a las novias no a las amantes furtivas, entonces ni idea.

Dejé la cajita en la oficina y así llegó el viernes,  depilada, con una braga provocadora y frasco de Very Irresistible  estaba lista; del reporte que había que preparar para la reunión, mejor ni hablar hice un resumen ejecutivo que dejó a todo el mundo boquiabierto, yo con aires de intelectual pude subirle la temperatura a mi amante, lo supe por el sms que me envió diciendo “buena presentación, pero mejor el pantalón que me deja ver  desde aquí ese fantástico trasero tuyo, me has ocasionado una erección que deberías aplacar con tu boca ahora mismo”… demasiado atrevido, lo leí y me ruboricé tanto que una de mis contrincantes, me pareció advirtió algo extraño en nuestras miradas y constantes mensajitos en el móvil.

Todo bien esta la noche, como si nada, recibí un mensaje en el móvil que decía: A las 22h00 en tu habitación, tocaré una sola vez, si te arrepientes hazlo ahora si no contestas, ahí estaré, obvio no contesté.

21h00, debía abrir el famoso paquete, me había duchado, y revisado el último rincón de mi cuerpo y si, el regalo. Negligé azul cobalto… qué raro nada del sexi negro, peor el vulgar rojo, azul a juego con bragas y sujetador de encaje, Victoria Secrets, mi ídola había aparecido. Me lo puse y supe que José tenía muy buen ojo para las tallas y las proporciones, seguro mucha experiencia, qué hacía conmigo novata en todas las artes pero no virgen?

Siempre me gustó la música de un británico que me enciende solo de verlo, mi fantasía era que José me hiciera suya al ritmo de una canción que me parecía describía nuetsra situación, la canción era SiN SIN SIN. Bueno, puse mi Ipod con las dos canciones anteriores a sonar mientras me perfumaba con mi Givenchy favorito cuando toc toc. Abri la puerta y me coloqué detrás para que no me viera, de la puerta asomó tímida una florecita arrancada al apuro en los jardines del lugar y entró mi caballero.

No nos dijimos nada, cerramos la puerta, me dio un apasionado beso que me hizo sentir el sabor del vino aún en su boca, esa lengua maravillosa recorría toda mi boca, jugueteando con mis labios yo iba mordiendo sus labios, tocaba mi cuerpo por encima del negligé y me dice al oído: Te queda perfecto, el color ideal para tu piel, te imaginaba así en mis sueños.

Derretida completamente a su merced, le empiezo a sacar la camisa, con ansiedad pero con dudas, dedos torpes, él solo me miraba maravillado desde su metro ochenta y más, yo pequeña y semidesnuda, le arranco la camisa y lo empujo a la cama en un arranque de pasión que nunca había sentido.

Saca de su bolsillo un tubo de KY me preocupo pensando que quizá esta sería la última noche de la virginidad de mi culo, y el sonríe pícaro diciendo, “Tendremos una larga noche nena, no te preocupes que no pasará nada que te duela, al fin eres una gata en celo y podrás hacerme feliz sin tanto esfuerzo”. Me detengo en seco, me levanto y le tiro del pantalón lo mejor que puedo para dejarlo solo con unos slips blancos medio mal colocados, se levanta y me agarra por la cintura, con la una mano, con la otra logra ponerme sobre sus rodillas, me pega tres nalgadas.

J: Sácame ahora mismo esto porque me vas a dar una mamada descomunal

Le arranco el slip, y veo que no me acordaba mal, ahí estaba esa verga deliciosa, con una erección que dejaba sin aliento, enorme; me agarra por el pelo y me la mete hasta la garganta, tengo ganas de vomitar, no logro controlar la profundidad, siento que me ahoga, el controla la intensidad y empiezo a sentir como se va lubricando, yo no lo quiero corrido en mi boca sino dentro de mi y entonces hace una confesión:

J: Tranquila, tengo verga para rato, no me corro en tu boca es mejor correrse de otras formas

Vaya , agarro la verga y me la pongo entre las tetas, una pajita turca, ya sabía que le gustaría, se puso a mil y más cuando le lamía el glande cada que subía, paramos, empieza a sonar la cancioncita, me quita el negligé y desliza su mano entre mis piernas, me encuentra húmeda, y entonces sonríe, me da la vuelta ahora yo sobre la cama me quita las bragas y le entra el éxtasis viéndome depilada, pasa su lengua por sus labios, se arrodilla abre bien mis piernas y empieza a estudiar anatomía conmigo desliza sus dedos por el clítoris, baja y encuentra mi vagina, toda mojada, mete un dedo, luego otro, empieza a moverlos dentro y yo a tensarme más cada vez, acerca su cara y antes de empezar a comerme me dice “Aparte de verte bien, hueles bien y seguro sabes mejor”; hunde su lengua dentro de mi y me hace gemir, desear, estaba más que caliente, a punto de correrme, nunca había tenido sexo oral, pero nunca y no era mentira, mi marido es demasiado convencional, dice que eso es asqueroso, pero bien que aceptaba una mamada mía, raro no?

Ya no podía más quería que me diera esa verga lo más adentro posible, lo hago detenerse, miro sus ojos, lujuriosos completamente fuera de sí y le digo susurrando, Dame por favor, dame quiero sentirte dentro.

Bien dice el dicho, ten cuidado con lo que deseas, el misionero fue solo la primera de las posturas que ensayamos esa noche, ahí estaba yo tendida con mis piernas abiertas, mojada medio corrida, deseosa, toma el KY se lo pone en la verga y deja caer un chorrito sobre mi clítoris que estaba caliente, siento ese frio, cierro los ojos y siento la embestida descomunal, como si se me fuera a salir por la boca, empieza duro muy fuerte, una y otra y otra vez, diciéndome toda clase de guarradas al oído, me hacía sentir cada vez más caliente y más, cada vez que lo sacaba para volverlo a meter me volvía loca, no me daba cuenta de que estábamos gimiendo juntos, todo el romanticismo dejó de tener sentido, eramos dos cuerpos luchando por no corrernos para disfrutar más.

J Te gusta dime que te gusta anda

S Si me gusta dame más, dale más fuerte

J Si te doy más fuerte te rompo el culo gata te lo rompo

S Haz lo que quieras pero dame más

Y  su dedo empieza a jugar con mi clítoris, iba  acorrerme era seguro, el único que había podido conmigo me estaba dando placer a raudales y yo ahí contenida, y justo antes de que me corriera, ensaya la de perrito, abre mis piernas se demora, no sé que hace, siento frio de nuevo el KY y entonces mi culo pierde su virginidad, solté un grito y no me importó quien lo escuchaba, entró sin ningún preaviso, sentí tanto dolor, y a la vez tanto placer, la primera arremetida es furiosa, la segunda más lenta y así acompasada empiezo a sentir cosas que jamás había sentido, él con una mano sobre mis caderas y la otra tocando mi clítoris, me va diciendo;

J Eras de las estrechas, pues ya ves no te iba a durar,  anda tranquila y ponte calientita porque te voy a dar mucho rato por acá que sigo caliente y no quiero correrme aún, mejor dime si te gusta para darte lo que buscas.

Para ese momento ya no tenía voluntad sobre mi cuerpo, estaba entre adolorida y amortiguada, deseosa y como atontada porque no podía correrme él no me dejaba y no se corría tampoco.

Para mi suerte suelta mi culo se limpia el pene me agarra de nuevo, me sienta sobre él empieza a comerme las tetas, con mordiscos, suaves y me lo vuelve a meter, me ordena masturbarme y lo hago, ahora si nadie podría evitar que me corra y justo cuando lo estoy haciendo, contraigo mi vagina y empiezo a sentir como su verga late dentro de mí y deja escapar toda la leche en un largo y sonoro gemido de mi amante, por fin y de la forma más cursi nos corremos juntos.

Nos quedamos uno sobre el otro, cansados, deseosos, el olor a sexo invadía la habitación, no se podía negar que allí se habría librado una de esas batallas que  no dejan nada a la imaginación, nos rendimos  el uno al otro, buscando placer.

Creo que dormité una media hora cuando me di cuenta él estaba a mi lado, perfecto, con todo en su lugar con las medidas perfectas para mi cuerpo, me levanté despacio y me fui a la ducha; tenia la esperanza de salir y no encontrarlo ahí.

Cuando estoy en medio de la ducha, oigo detrás una voz que me dice “Viniste y sola?, eres mala, eres muy mala una gatita mala mala, ven acá a qué crees que juegas” se mete en la ducha y me arrodilla, me dice “Ahora vas a hacer que mi amigo se ponga grande a ver que haces” jajaj parecía una mala película porno, pero si, se lo empecé a lamer de nuevo e iba viendo como de estar así en reposo, se iba poniendo “bonito” , me lo metí enterito en la boca, esta vez tenía el control se lo lamí, lo chupé, ahora yo subía y bajaba, él se entregaba, le daba de pellizquitos en las nalgas y en las bolas, no podía detenerse, se corrió en mi boca en menos de lo que espere,

Salimos de la ducha, me llevó a la cama, me abrió las piernas y lamió cada rincón, jugaba con mi clítoris y tocaba mis pezones, alternaba con su boca de un lado a otro, los succionaba hasta que sangraron, hizo que también me corriera en su boca, y él solo lamía y lamía con avidez y desesperación.

Acabamos la noche exhaustos, mi amante se fue de la habitación a las 04h00 esperando que nadie lo hubiera visto y que nadie nos hubiera oído.

Tres horas más tarde no podía pararme, me dolía todo, pero todo el cuerpo; aún tenía en las uñas la sensación de su piel cuando se la rasgaba mientras me follaba y así como si me hubiera pasado encima un tren, tenía una sonrisa de pecadora increíble, me sentía mas sexy que nunca.

No nos quedaban muchas noches más juntos, nuestro romance acabó pronto luego de eso, pero aún hay un par de historias calientes con mi fantástico José.