Volviendome infiel

Cambiarse de empleo nunca pareció la opción para encontrar al amante perfecto, capaz de destruir mi conservadurismo y mostrarme el lado más erotico y sucio del sexo

Habia una fuerte crisis en mi matrimonio, sentía que debía cambiar de rumbo y hasta  busqué un nuevo empleo, sin saber que ahí  justamente mi vida se complicaría aún más.

Llegué a mi nuevo empleo y claro, primer día a conocer a todos, ahí estaba él, José. Joven, alto, atlético, con una sonrisa hermosa y de arrasadora personalidad. La conexión fue instantánea.

La verdad yo tenía una muy mala autoestima en ese momento, me sentía demasiado mal para verme sexi a mi misma, no soy alta ni tampoco super esbelta, mas bien junto a él bajita pero sí con un buen par de senos copa D y una cintura pequeña; buenas caderas y una cola muy firme que luego supe le gustó desde ese primer momento.

Mi conducta siempre fue impecable, me casé virgen y mi vida sexual no era para nada satisfactoria y menos activa, entonces me dediqué a  sobresalir profesionalmente.

Era extraña nuestra atracción, él siempre se mostraba muy serio y cuando estábamos solos se producían cosas muy extrañas, no se porqué pero las reuniones “casualmente” se alargaban hasta altas horas sin que pasara absolutamente nada ni siquiera una insinuación.

Una noche mientras trabajaba sola en mi oficina, mi chat se abrió y sorpresa! Era él me preguntaba qué hacía, le conté que trabajaba pero de una rara manera la conversación se fue poniendo privada y un poquito caliente. Yo no había tenido experiencia de chats eróticos así que dejé que él llevara el diálogo pero nunca fue directo, todo de forma demasiado sutil, pero me hacía saber que estaba encantado cada vez que se le “caía” la pluma bajo la mesa en medio de cada reunión en las que se sentaba siempre frente a mí.

Los encuentros de chat se hicieron más frecuentes, mas sugestivos en realidad mucho más directos. Una noche hubo un evento al que fuimos enviados como representantes de la empresa, salimos directo del trabajo, no hablamos porque los dos nos sentíamos incómodos, esperé que hiciera el movimiento primero, fuimos en su auto que era bastante alto, yo con una falda minúscula esperando deseosa que fuera arrebatada por esas manos que me tenia enloquecida solo de imaginarlas sobre mi.

Esa noche en el evento encontramos a otras personas conocidas que también habían sido invitadas, mantuvimos distancia y eso aumentaba nuestra ansiedad, no debíamos decirnos nada, la atracción era tan fuerte que se sentía con solo mirarnos, en un momento pudimos bailar juntos, era complicado, él con su más de metro ochenta y yo… bueno podía sentir su corazón latir fuerte cuando yo me movia sugerente restregando mi cuerpo con el suyo, puso mi mano sobre mis nalgas en medio del baile y me presionó fuerte sobre él.  Pude sentir su miembro ponerse muy duro cuando me di vuelta dejándole sentir mis nalgas y poniendo su mano sobre mi muslo, me dijo al oído que no podía aguantar más que quería tenerme de inmediato, salimos como pudimos, estábamos a mil los dos, solo nos habíamos tocado y la exitación era bárbara.

En el asensor me dio uno de esos besos que dejan sin aliento, metió su lengua hasta mi garganta, mordía mis labios, mi lengua y gemía mientras lo hacía, sus manos aprisionaban mis brazos y podía sentir mis pezones duros y firmes, moría por tenerlo, por meterme esa verga enorme en la boca y hacerlo acabar… pero la puerta se abrió y de repente entraron 4 personas que nos veían con cara extraña, ambos volteamos hicimos como si nada, el trataba de que no se le notara el paquetón que llevaba entre las piernas y yo el rubor en mi cara.

Cuando salimos del lugar, me entró el ataque de decencia, pensé en mi esposo, en que él no se merecía que yo lo traicionara aparte del miedo, porque nunca había estado con otro hombre y no sabía como iba a manejar la situación.

Salí del ascensor y antes de que él se diera cuenta, yo ya estaba montada en un taxi rumbo a mi casa. No me llamó ni nada.

El día siguiente era viernes, lo recuerdo perfecto, teníamos una reunión de trabajo, el debía prepararla y yo asistirle por lo que debíamos llegar antes que nadie, cuando llegué no me habló solo me miró y sonrió, me acarició la mejilla y me abrazó muy fuerte.

Ese fin de semana mi esposo se iba de viaje de negocios, yo me quedaría sola y luego de hablar con una amiga, me sugirió que lo intentara, que saliera con José y que si las cosas se daban, no tenía por qué frenar mis impulsos, finalmente mi crisis matrimonial me tenía en abstinencia como 6 meses y él por lo que sabía llevaba como un año sin novia y andaba ansioso por tener una mujer,

Esa noche de sábado recibí una llamada, era José, volvía de un matrimonio de un amigo y había bebido, me pidió vernos yo accedí y nos encontramos en un bar.  Me había puesto una tanga negra de encaje y una falda negra cortísima a juego con unos tacones enormes que me hacían ver menos pequeña y que por el chat sabía era su fantasía.

Llegué y me tomó por la cintura, me dijo que ya no podía soportar más la espera, que sabía que yo lo deseaba y él a mí, que me encontraba supremamente  sexi y se moría por saber si tenía todo depilado o si no. Con esa declaración, me tomé tres mojitos del happy hour de una sola vez; agarré su mano y la puse en mi muslo y le dije: Si quieres saberlo, averígualo.

Empezamos a besarnos de manera frenética lamiéndonos y mordiéndonos, yo bajé la bragueta con una maestría sorprendente y saqué esa maravillosa verga enorme, el metía su mano por mi tanga me encontró humeda y super dispuesta.

Salimos y me subió a su auto agarrándome por las nalgas; íbamos en busca de un motel pero el deseo fue mas fuerte. Yo volví a sacar su miembro y se lo empecé a chupar y lamer, él me agarró del cabello y presionaba mi cara sobre su pene, yo me lo comía como si fuera una deliciosa paleta, nunca habría probado eso así con tanta fuerza. Estacionó en cuanto encontró una calle oscura; fuimos al asiento trasero, me quitó la tanga con mucha dureza, abrió mi blusa quedó como un niño frente a un maravilloso dulce mirando mis senos firmes y grandes; me quitó el sujetador y metí su verga entre ellos, los presionaba para que él los sienta y chupaba la punta cuando llegaba a mi boca,  el estaba en extasis completo, metía y sacaba sus dedos de mi, yo sentía como me mojaba cada vez más.

El me agarró por las caderas y empezó a morder mis pezones, los disfrutaba y me decía: eres fantástica, quiero tenerte ahora, meterme dentro y luego chuparte completa  y me lo metió, fue super fuerte me dio durísimo, pero no lo sentí porque estaba mojadísima, estuvimos así dándonos placer y él no terminaba….nada que ver con mi marido que apenas entraba ahí mismo acababa…. Él no, disfrutaba, gemía gritaba, los vidrios estaban empañados completamente, el auto crujía con los dos dentro, yo sobre el, recibiendo todo lo que tenía, hasta que sacó su verga por completo y me la metió de u solo empujón y mientras metía su lengua e mi boca terminaba inundándome de su leche que era mucha… mi primer orgasmo… en la vida!

Me sonrió y nos dimos cuenta de que estábamos cubiertos de sudor, desnudos, en la calle, reímos y nos vimos desde ese día como amantes.