Volviendo a dar placer

Una pequeña pincelada de bisexualidad puede darte vida. Sea en la realidad o tan solo en tus fantasias más intimas.

Quise volver a probar con un hombre.

Hace tiempo que descubrí mi bisexualidad, aunque para el sexo prefiero de forma habitual las mujeres, por eso tengo novia. Aunque de vez en cuando un poco de variedad aporta la sensación de sentirse más vivo. Realmente disfruto viendo gozar a los otros sin importar su sexo. Obviamente no tengo pluma y me considero muy masculino.

Era lunes, me apetecía volver a dar placer a un hombre y gozar con esto, y había quedado para un primer encuentro con un tío de Madrid, sabía que estaba de vacaciones y era cosa de un único encuentro. Me encanta eso de un único encuentro, para que mi novia no sospeche de mi afición secreta y esporádica, sexo también con hombres.

Como me ponen muchísimo los aseos de los centros comerciales y similares, quedamos en uno de estos. Era la primera hora de la tarde, en la planta de superior, a esa hora que la mayoría de los clientes ya están de compras y los trabajadores han entrado para el turno de la tarde. Había gente pero no mucha, quedamos en la puerta de los cines, para conocernos, como si estuviéramos mirando las carteleras.

Tras reconocernos ("Hola soy -------, y yo ---------") se encamino al servicio y yo tras él a unos 5 o 6 metros. Entre detrás de él en la zona de lavabos, hacia tiempo para que yo viese donde entraba, en un water con puerta. Espere lavándome las manos a que saliera un tío que había también por allí.

Me fije que había pasado el seguro y toque 2 golpes, pues así lo habíamos convenido, me abrió y entre cerrando rápido tras de mi. El tío llevaba los pantalones en la mano y su verga bastante tiesa apuntaba hacia mi. Me quede ligeramente parado mirando hipnotizado ese miembro hinchado. Dijo "empieza ya, a ver que tal lo haces" en voz baja.

Cogí ese rabo con la mano sintiendo su dureza y bajando la piel para apreciar el capullo en todo su esplendor, mientras seguía bajando y subiendo ligeramente su piel con mi mano, me arrodille observando ese capullo hinchado con un tono ligeramente morado y lo introduje en mi boca cerrando mis ojos, para apreciar mejor su sabor, por primera vez.

La verga cabía bien, dejando espacio para que mi lengua lo acariciase. El tío lanzo un suspiro de gusto y abrí los ojos para ver su cara expresándolo. Acompañando los movimientos de mi boca con los de mi mano, empecé a chuparle para conseguir que se pusiera dura como una piedra. Me encanta ver como una verga se pone bien dura, especialmente si la tengo en mi mano o en mi boca.

La saque de mi boca para chuparla de arriba abajo con mi lengua aproveche mientras bajaba mi lengua por su polla chupándola para decirle lo que pensaba: "que polla más dura, me gusta, tienes una polla sabrosa". Baje por su verga chupándola con mi lengua por todos los rincones mientras mantuve la ligera paja con mi mano. Cuando llegue a huevos peludos, no tengo una preferencia claro de si me gustan más depilados, los chupé primero pasando por encima la lengua.

Tras chuparle profusamente los huevos pasé a introducir uno de ellos en mi boca, pues en seguida observe que los 2 a la vez no cabían en ella. La bolsa estaba prieta y se pense que su corrida sería enorme, de las que me gustan. Me deleitaba en esos pensamientos mientras dentro de mi boca mi lengua acariciaba esa parte de su bolsa. Mientras realizaba estó el tío lanzaba susurrantes suspiros de gusto, cosa que me encanto y no pude más que sacar ese manjar de mi boca para susurrar: "voy a vaciarte toda esta leche", "me encantan estos cojones tuyos".

Acto seguido pase con mi lengua a acariciar su ano, saboreando ese cráter con fruición, lo que provoco nuevos suspiros en su dueño. Las que han probado mis caricias en esa parte dicen que lo hago provocándoles mucho placer, esos suspiros me lo confirmaban.

Como siempre que estoy en un servicio, intento mantener al máximo el silencio, por preservar la intimidad ante los ruidos y gente que pasa alrededor y concentrándome a tope en lo que estoy haciendo, en dar placer.

Tras deleitar a mi "invitado" con un beso negro, volví a pasar por sus huevos brevemente acariciándolos y lamiéndolos, para volver chupando, esta vez hacia arriba por su polla. Me detuve a lamer con gran delicadeza el frenillo. Con lo que note que disfrutaba y se excitaba más, si esto era posible. Al volver a meter la verga en mi boca aprecié ya la humedad goteante de la misma, el tío estaba totalmente empalmado y excitado.

Volvi a bombear con mi cabeza, como la llevo rapada al 3 no permite que me cojan del pelo para manejarla, acompañando con mi mano la mamada, el ponía la suya sobre mi cabeza. El me paro la mamada al par de minutos y me levanto la cara para decirme "he traído algo que me gustaría meter en tu culo, enséñamelo". Hipnotizado por esa rica verga y deseando seguir sintiendo cuanto antes su sabor, baje rápidamente mi pantalón y calzoncillo, arrojándolos sobre la tapa del inodoro e inclinándome sobre la puerta del retrete y ofreciendo al máximo permitido por el espacio mi trasero al dueño de aquel rabo temiendo pero a la vez deseando lo que iban a introducir en él. Metió la mano en una bolsa que llevaba y saco primero una zanahoria y, tras sobarme un poco el culo, un tubo de un aceite lubricante. En voz baja me dijo "buen trasero si señor, vamos a ver cuanto se abre".

La zanahoria era de tamaño medio tirando a grande, Desde donde yo la vi creo que media como unos 15 cm. de largo y unos 3 de diámetro en la parte más ancha, tenía más forma de nabo que de zanahoria. La boca se me hacía agua, pensando en parte en volver a tener ese rabo en mi boca para seguir saboreándolo y en parte anticipando el placer de sentir mi ano invadido por aquel objeto vegetal. Mojo un dedo con un poco del aceite y lo introdujo en mi ano, que lo recibió con generosidad. Ante la agradable respuesta de mi culo mojo 2 dedos más e introdujo ésta vez los 3 dedos en él, mi ano se resistió ligeramente a los 3 dedos, produciéndome un ligero dolor que se fue transformando en placer.

Tras ver que mi ano realmente se abría para sus dedos, su cara se convirtió en una máscara de vicio, por un momento pensé que iba a ponerse un preservativo y terminar follándome el culo. Pero no fue así, puso aceite abundante en la punta de la zanahoria y empezó a introducirla en mi ano. Sentí el frió vegetal abriéndose paso hacia mi interior, y engrosándose lentamente, la punta entro con facilidad pero poco a poco la presión fue aumentando. No empecé a sentir verdadera presión contra mi ano, aunque si placer, hasta que más de la mitad de la zanahoria había pasado por el. Mi ano fue cediendo ante la presión, cada vez mayor de la zanahoria y empecé a sentir un enorme placer, mi polla empezó a gotear del gusto, no dije nada sobre esto pues él no prestaba atención a mi miembro. El tío estaba alucinando con mi ano y saco la zanahoria, volví a pensar que para follarme por el culo, pero no, me dijo "te la voy a meter al revés dejando la punta delgada fuera y me vas a terminar la mamada con la zanahoria así". Me estremecí ante esa idea, pues mis intestinos iban a tener que ensancharse bien para soportar esa parte de la zanahoria dentro.

Saco la zanahoria de mi trasero y poniendo más aceite en la parte ancha, la introdujo, esta vez con menos delicadeza. Se notaba que estaba deseando ver mi culo lleno. Sentí dolor al ser la penetración de esa parte tan ancha, tan brusca, pero en breve el dolor paso en seguida a ser placer.

Su cara de vicio me hacia sentir extraño, pensé "que hago aquí dejando que un desconocido rompa mi culo con una zanahoria" pero ese sentimiento de humillación se sumo al placer de sentir mis intestinos forzados. Dejo apenas un dedo fuera y admirando su obra, con esa máscara de vicio en su cara, susurro "ahora apoya tu culo en la puerta e inclina tu espalda para chupármela". Cosa que me apresuré a hacer, pues deseaba que el placer de chupar aquella polla se sumara al de sentir mi culo roto, humillado y servil. Al apretar mi culo contra la puerta el vegetal se movía al más leve movimiento mío, manteniendo mi placer en esa zona. Volví a chupar su polla con deseo, pero sin arrodillarme y con mi culo bien pegado a la puerta, y a pajearlo a la vez. Note como su polla vibraba de gusto y se aproximaba con rapidez a la corrida. Tantee sus huevos con mi mano libre, sintiendo los líquidos que preceden a la corrida en mi boca, me sentí un verdadero perro chupón, donante de placer, al sentir aquel tenue liquido gotear caliente en mi boca y mi culo con un elemento extraño dentro y como siempre cuando llego a este punto me platee si iba a recibir la corrida en ella o no. Y eso me encanta, seguí chupando dispuesto a recibir toda esa leche, y pensando que posiblemente no me cupiera toda en mi boca, y pajeando a la vez, mientras mi otra mano acariciaba sus huevos.

En ese momento el tío saco la polla de mi boca y me dijo "quiero correrme en tu cara". En ese momento todos sus deseos sonaban ya como míos y no dude en agacharme bien quitando el culo de la puerta, para continuar pajeándolo y recibir la mayor parte de su corrida en mi cara. A los pocos segundos su verga empezó a sacudirse, levemente primero, y más fuerte después mientras su dueño lanzaba gemidos de placer mirándome fijamente, cerré los ojos y sentí, mientras mi mano continuaba el movimiento, un primer chorro de leche caliente que llego hasta mi frente, seguido de otros más cortos que cayeron cobre distintas partes de mi cara, sobre los parpados, la nariz, los pómulos, labios y barbilla. Había seguido pajeando aquel miembro hasta no dejar leche dentro suficiente para lanzar un chorro más, por pequeño que fuera.

Me dijo: "Acércame tu cara que quiero recordarla así llena de mi leche" no dude un momento y me levante, sintiendo como la zanahoria se movía en mis intestinos. Me dijo "Ahora mientras yo me visto los pantalones quiero ver como cagas esa zanahoria, ah y no te muevas mucho que me gusta ver tu cara de vicioso llena de leche".

Mientras hacía verdaderos esfuerzos para expulsar la zanahoria, lo cual me hacía sentir mucho placer, gocé con la sensación también de la leche bajando lentamente por mi cara. Todo esto me hizo sentir como un verdadero orgasmo, al pensar en toda esa leche en mi cara y la zanahoria abriéndose paso hacia fuera. Callo con un ruido seco al suelo.

El dijo "Buff gracias por este rato tan agradable, me acordaré de ti si vuelvo por tu ciudad y no dudes que si te apetece quedaremos". Y diciendo esto mientras se ponía los pantalones y apartándome, abrió la puerta y salio por ella, dejándome allí con la cara llena de semen y los pantalones que habían caido en el suelo, sin poder moverme del placer que todavía sentia.