Volviendo a Casa[Capitulo 4]Rompiendo La Monotonía
La semana se le hace larga a uno cuando la llena de actividades, pero tampoco puede vivir uno todo el día tan solo haciendo lo que tiene que hacer, aun mas lleno de problemas que nunca, la vida sigue y la segunda semana a nuestro protagonista se le torna difícil, pues tiene mucho que hacer
Volviendo a Casa
Capitulo
4
: Rompiendo la Monotonía
La semana empezó tal y como había empezado la anterior, quitando el viaje, claro, con mi madre y mi hermana discutiendo a voces igual que todas las mañanas desde que había llegado, con la única diferencia de que ya estaba en casa, pero esta vez no podía decir que fuera “hogar, dulce hogar” siempre me había sentido más en casa, en casa de Eva, pero eso ya no podía ser…Sin meterme en nada me levante para aprovechar el tiempo y entre a hacer un pis mañanero en el baño con una sonrisa en la cara, craso error, no sabía lo que había echo, hasta que estaba en medio de una discusión con mi hermana.
.- ¡Niñato, para qué coño te metes en el baño sin preguntar, que ahora voy a llegar tarde al colegio por tu culpa! (Mi hermana Laura estaba fuera de sí y cada vez, estaba peor)
Sin contar el hecho de que me llamara niñato, que era algo que a mi edad o mejor dicho a mi madurez mental me parecía una falta total y absoluta de respeto, ahora para mear en mi casa, tenía que pedir permiso como si fuera un perrito para poder salir más bien que no quería ir al colegio y me quería echar el muerto a mí, vamos que le había dado una escusa perfecta.
-. A mí me hablas con respeto y solo estoy haciendo un pis, ahora mismo salgo (Intente ser lo más cordial que pude, después de recibir unos insultos y exigencias tales, para no provocar una discusión)
.- si, con respeto, ahora mismo no, ¡sal ya! ¡¡Que no voy eh, que no voy!! (A parte de ordenarme como si fuera la reina de la casa, ahora encima me amenazaba, como si a mí me importara, la que perdía era ella)
.- ¡¡no tu vas!! (Grito mi madre)
.- ¡¡Si este niñato de mierda, no sale!! Que quieres que yo haga, si tardo media hora en peinarme (Vamos que se había levantado tarde no iba a llegar y me estaba usando de excusa porque si no iba perfecta, no iba)
-. A mí me da igual, eres tú la que hechas a perder tu futuro, a mi no me afecta, tu eres la que te veras trabajando catorce horas como yo y no ocho (Dije intentando hacer un poco de hermano mayor, otro error a la lista)
.- yo tengo más futuro que tu, desgraciado, que no vales para nada, que estás aquí, porque te han echado del trabajo y nuestros padres te mantienen aquí, por pena. (Dijo Laura, pasándose de la raya que podía soportar)
-. A mí no me vuelvas a hablar, que eres muy mala persona y no quiero tener nada que ver con gente de tu calaña (Dije mientras me lavaba las manos lo más rápido que podía para salir de esta estúpida situación)
.- Sal para fuera, que te voy a pisar la cabeza (Dijo mi hermana amenazándome, justo cuando iba a salir para fuera, para demostrarle que yo no era mi madre y que conmigo no se podía pasar, salto mi madre)
.- ¡Ya! ¡A tu hermano no le digas eso, que te doy una paliza! (amenazo mi madre a mi hermana)
Abrí la puerta enfadado y mas mirándola con pena, que con otra cosa, pena porque siendo una niña inteligente, que de pequeña era muy buena, por no tener personalidad, por dejarse llevar con la gente que se junta, iba a acabar muy mal y lo peor de todo, es que todo lo pagaba con nosotros, que somos su familia, los únicos que la aguantábamos. Luego me puse a hacer la cama, mientras que seguía oyendo sus voces, pero yo no pensaba meterme en nada en su momento quise hacer el papel de hermano mayor y mi madre le dijo en mi cara: “a tu hermano no le hagas ni caso”, cuando de mayor mi padre y yo quisimos ayudarla nos dijo que no y luego un día me pidió ayuda al ver que no podía con ella y yo simplemente le respondí: tú la has querido criar sola, porque no nos dejaste ayudarte, tú la guisas, tú te la comes, yo ya lo intente y le dijiste que no en mi cara, ahora para que me haga caso le tengo que meter dos guantazos bien dados y yo paso”
.- ¡ya puedes entrar en el baño, niña! (Grito mi madre)
.- ¡ya no voy!, ya no llego a primera hora (Comunico caprichosamente, mi hermana)
.- ¡¡que vayas!! (Grito mi madre con más fuerzas, para sobresalir de los gritos de mi hermana)
.- ¡que no, voy a peinarme y me voy con mis amigas! (Mi hermana seguía en su misma línea)
.- ¡como hagas eso!, ¡¡te parto la cara!! (Mi madre estaba fuera de sí, pero eso a mi hermana le importaba, poco)
.- que sí, que después de estar con mis amigas, después de recreo, si eso, voy al colegio (Mi hermana seguía diciendo lo mismo, pero con otras palabras y un poco más tranquila, en plan déjame en paz)
.- no puedo con ella, ¿eh? (Vino a decirme bajito, jadeando de la tensión, más que porque hubiera hecho un esfuerzo)
-. Ya… (Yo la miraba apenado, pero no podía hacer nada, había dejado a mi hermana creerse la dueña de la casa y así se sentía)
.- ¡¿Qué estáis hablando de mi, por lo bajini?! (Grito mi hermana)
.- ¡Nada, niña! (Grito mi madre, mientras que yo solo la miraba enfadado)
.- ah, me creía (Dijo con tono chulesco)
Esta situación era terrible, para todos los de la familia, pero sobre todo para mi hermana que era la que combatía directamente contra ella, pero ella lo había elegido así hace muchos años, que podía hacer yo, para mejorar la situación, buena pregunta, que podría hacer yo. Mientras que pensaba que podía hacer yo en esa situación, observe que la casa día a día estaba peor y decidí ponerme a ayudar, ya era hora que el hijo prodigo, se pusiera a trabajar un poco, al menos para no perder la costumbre.
Me fui para la cocina tras preparar mi mochila para el gimnasio y me puse a fregar, había tantos tiestos en el fregadero y alrededor, que al fregar, no podía evitar que callera agua fuera del fregadero y en el suelo, pero que vamos, que no pasaba nada, lo pensaba recoger después, cuando terminara con la cocina.
.- ¡¿Pero qué haces?! (Pregunto gritando mi madre)
-. Fregar… (Dije con una triste sonrisa)
.- ¡¡Pero estas tirando mucha agua!! (Dijo mi madre, aumentando la intensidad de sus gritos, viendo el agua caer)
-. Porque aquí no se puede fregar con tanto trasto sin tirar agua, pero no pasa nada (Manteniendo la calma, un poco molesto por sus reproches, le conteste sin alzar la voz)
.- ¡¿Cómo que no?! (Grito mi madre, llevándose las manos a la cabeza)
-. La recogeré luego (Dije encogiendo mis hombros)
.- ¡Mira, déjalo que me vas a estropear los muebles y todo! (Grito mi madre, empujándome y sacándome de la cocina de malos modos)
Nada había cambiado en mi casa, solo habían empeorado hasta niveles críticos, cuando de pequeño me ponía a ayudar siempre me decían que lo hacía mal a propósito para no ayudar y me quitaban para repetirlo ellos, tras una bronca, era castigado, pero aprendí que si no ayudaba, pasaba justamente lo mismo y al menos no trabajaba para nada. Bueno ella misma, yo ya había intentado ayudar y ella no había querido mi ayuda, yo pensaba hacer una habitación por día y que el fin de semana estuviera limpia, pero haya ella si quería vivir en una cochinera, al menos limpiaría mi sitio e ordenaría mis cosas, que hay dentro de mi limitada privacidad, nadie me decía nada.
.- hay que ver, que no has cambiado…que sigues siendo igual de torpe, que no sabes hacer nada (Mi madre seguía la retahíla sin respuesta alguna por mi parte)
Cuando tanto mi madre, como mi hermana se habían ido, suspire aliviado, acababa de llegar y ya estaba deseando irme a Barcelona, al menos allí el jefe me hablaba con respeto y me pagaba por mi trabajo, aunque abusara de mi muchísimas horas, al menos me sentía a gusto en el trabajo, ya en mi casa no me lo sentía. Al fin salió mi padre del cuarto y se dirigió a mí:
.- no te metas en nada, que luego el que sales perjudicado eres tu (Me dijo mi padre muy seriamente)
-. Si yo no me metido en nada, me han metido, porque me levante a mear y porque me puse a fregar (Quise explicar a mi padre, con tono de tristeza)
.- no hagas nada y espera a que se vaya la niña, para empezar a moverte, porque hagas lo que hagas vas a molestarla y te van a atacar no ves que han hecho un frente unido contra nosotros (Me explico la situación, que gracias a él, empezaba a entender)
-. Ya veo… (Dije apenado por vivir esta triste situación en mi casa)
.- Bueno, vamos a desayunar, preparamos la maleta y nos vamos al gimnasio ¿no? (Dijo con la mejor sonrisa que podía ponerme en su situación)
-. Si… (Dije, devolviéndole la sonrisa dentro de mis limitadas posibilidades)
Desayunamos cada uno en un lado, yo en el salón mirando a la nada y él en su cuarto, con la puerta abierta, mirando y escuchando la televisión y tras eso, nos vestimos, para encaminarnos al gimnasio. Al llegar al gimnasio, comenzamos a hacer los cardiovasculares, íbamos mejor que nunca cuando paso algo que ni mi padre ni yo, nos esperábamos.
El llevaba puesto un pulsómetro desde el primer día, para controlar el corazón, ya que dado el enfisema de pulmón severo que tenia, le daba miedo pasarse mucho y que le diera un infarto, cuando el corazón le llego a ciento cuarenta pulsaciones, comenzó a rebajar el ritmo, pero su corazón no bajaba, no hacía más que subir ciento cincuenta, mi padre paro la maquina y empezó a hacer ejercicios de respiración, intentando bajar las pulsaciones, pero no bajaban, siguieron subiendo ciento sesenta…
Mi padre empezó a ponerse rojo, blanco, azul de todos los colores, mientras solo respiraba y se ponía más nervioso, ciento setenta, mi padre solo repetía para que lo oyera yo nada más: que me va dar algo, me siento, muy acelerado, creo que se me va salir el corazón por el pecho. Consiguiendo tan solo que yo me pusiera más nervioso, intente hacer que se relajara, consiguiendo que empezara a bajar muy lentamente y yo había entendido, que podía perder a mi padre en cualquier momento.
-. Papa, tienes que tomarte esto con más calma (Le pedí a mi padre, angustiado)
.- es que no tengo tiempo (Se quejo el)
-. Da igual, tómatelo con más calma o te va pasar algo (Se lo volví a pedir, argumentando lo que ambos acabábamos de pasar)
.- pero si iba bien (Dijo extrañado, encogiéndose de hombros, como si no entendiera nada)
-. Da igual, rebaja un poco el ritmo (Haciéndole el gesto de que lo bajara un poco, a la vez que lo decía)
.- Mira si hoy no me baja de ciento treinta (Argumento él, enseñándome el reloj, donde se mostraba su pulso que iba de ciento veintiocho a ciento treinta y dos, estando parado)
-. Pues ve con mucho cuidado (Dije, aun más preocupado, ya que eso no me parecía normal)
Tras eso, paso una cosa graciosa, seguimos los cardiovasculares con más cuidado y al lado de mi padre, se sentó una chica rubia espectacular entre la edad suya y la mía, tendría unos treinta y algo, empezó a hablar con él, por la mirada que él me puso, deduje que estaban hablando de mi, tras terminar en esta parte del gimnasio e irnos a hacer musculación, me lo conto entre maquina y pesa.
-. ¿Qué te ha dicho, la rubia? (Pregunte con bastante curiosidad, aunque en realidad nada de lo que le hubiera dicho, me importaba realmente, por eso, solo era pura curiosidad)
.- Me ha preguntado que si tenias novia (Contesto mi padre encogiéndose de hombros como si no le importara o no lo supiera)
-. ¿Y tú que le has dicho? (Pregunte con una sonrisa, simplemente por el hecho de sentirme deseado por alguien y alguien tan atractivo)
.- Que no lo sé, que antes tenias, pero que ahora no tenía ni idea, porque la verdad no hemos hablado de eso (Dijo mi padre mirándome intrigado, queriendo saber esa parte de mi vida, que hasta ahora no le había importado)
Se me quedo mirando esperando una respuesta
-. ¿Qué? (Pregunte yo, haciéndome el tonto, ya que no quería hablar de eso, mi padre ya tenía bastantes problemas, como para saber los míos, también)
.- ¿Qué va ser, la tienes o no? (Pregunto curioso mi padre)
Tras pensar un poco, en silencio mirándolo sin decir nada, pensando que contestar, me decante por solo decir lo que tenía claro.
-. No tengo, pero como si la tuviera (Dije mientras entrenaba, con gesto de no me importa, nada)
.- ¿y eso, que significa? (Pregunto mi padre, aun mas intrigado)
-. Que no quiero nada, simplemente (Conteste, con gesto serio, ya que no podía evitar pensar en Eva)
.- ¿Por qué si tu eres joven y tienes toda la vida por delante? (Pregunto mi padre, ahora más serio, preocupado por mi estado de ánimo que retraía, hacia dentro)
-. No lo sé, simplemente, no quiero nada, solo quiero estar tranquilo (Respondí con una verdad a medias, ya que solo podía pensar en Eva, lo que no quería es a ninguna otra)
.- Pues tú te lo pierdes, porque la niña esta para mojar pan y es simpática (Girándose para mirarla correr en la cinta, mientras sus tetas botaban)
-. Pues moja, moja (Dije mirando a la chica que me sonrió al ver que la miraba)
Yo por educación le devolví la sonrisa, aunque nada más que eso ya me hacía sentirme mal, como si estuviera siéndole infiel de pensamiento a Eva, una novia que ni siquiera ya, era mi novia.
.- No creo que cuele, si le digo, hola cariño, estoy un poquito estropeado, pero soy yo (Dijo mi padre, fingiendo ser yo)
Ambos nos reímos ante su comentario, seguimos con el ejercicio hablando de tonterías sin sentido, elucubraciones sobre la sociedad actual y compartimos nuestras reflexiones sobre la vida, que no eran demasiado positiva, al menos ahora mismo. Para mi padre nada tenía sentido, nacer para no hacer nada, realmente no lo tiene y para mi, antes era el amor lo que movía el mundo, ahora, nada movía mi mundo, vivía para trabajar, por lo tanto todo este tiempo, era tiempo perdido.
Una vez en el vestuario, tuvimos otra conversación, que me demostró que no hacían falta dos cervezas para soltarle la lengua a mi padre, aunque viendo la conversación que me estaba dando, casi lo prefería callado así, todos tenemos nuestros propios problemas y cuando uno está al borde del precipicio, escuchar problemas de alguien que te importa, te puede llevar hasta el borde o hacerte caer incluso, aunque en el fondo quería saber que le pasaba, quizás no podía soportarlo saberlo.
.- Tu madre esta con otro… (Dijo con lágrimas en los ojos)
-. ¿Cómo lo sabes? (Mirando a mi padre con un gesto entre pena y tristeza, ellos habían sido mi símbolo de amor y ahora como el amor, se desmoronaba ante mis ojos)
.- Se arregla mucho por las mañanas y cuando va a trabajar, tú la conoces, ¿Cuándo ha hecho eso tu madre? (Dijo sentándose en el banco del vestuario y con los ojos tapados con ambas manos)
-. Nunca… (Dije contestando, sufriendo por ver a mi padre así, pero sin querer estar en medio de los dos)
.- Pues entonces uno más uno, son dos (Dijo mi padre sabiendo, que eso era por algo)
-. Papa tu lo que tienes que hacer es pasar página, seguir para adelante, seguir con tu vida (Intentaba animarle y decirle lo que tenía que hacer para olvidarla)
.- ¿Qué vida hijo? Porque de mi vida queda poco que rescatar… (Dijo con pocos ánimos o ninguno)
-. Algo abra (Dije intentando animarle)
.- Tú lo sabes bien, no puedo contar con mis hermanos, cada uno tiene su vida, no puedo contar con mi madre porque le dicho repetidas veces que no tengo nada y no me ha dicho ni una sola vez, como que no esta es tu casa, mis amigos son unos drogatas y no quieren hacer nada conmigo, más que los invite al bar, eso no son amigos ni nada y ahora tu madre, que no me esperaba nada de esto…Después de veintisiete años de casado y diez de novios. (Contesto, dejándome claro, que no había nada)
-. Tu vida cambiara en Barcelona papa (Dije con esperanzas de que así fuera)
Recogimos las mochilas y nos pusimos rumbo a la salida del gimnasio
.- Dios te oiga, porque aquí no me queda nada más que vosotros, tu hermana y tú, pero tú hermana… (Dijo mi padre, no muy contento, con lo que se había convertido mi hermana)
-. Ya, te entiendo muy bien, papa. Vámonos a casa (Dije sonriéndole un poco)
Una vez fuera del gimnasio
.- ¿Casa? Yo hace mucho tiempo que no tengo casa, si es que alguna vez la tuve. (Contesto mi padre, mirando el horizonte, con una cara muy triste)
Volvimos a casa, mientras yo le repetía una vez tras otra, que pasara pagina, que siguiera con su vida y él me decía que no podía. Acabamos un poco enfadados por su actitud obcecada y aunque yo solo quería ayudarle porque así no podía seguir, el se enfado igualmente.
Tras hacerme de comer y comer en el salón solo como siempre, tire para la autoescuela, normalmente estaba todo su horario de abertura de tarde, que era de cinco y media a ocho y media, pero hoy viendo que cada vez sacaba menos fallos en los test, me iba a conceder salir a las ocho, ya había pasado de catorce fallos por test a siete, una reducción bastante considerable. Pero a veces da igual lo que planea uno, la vida te sorprende, recibí un wassap, de mi amigo José, pero justo cuando lo iba a leer un numero me llamo, salí para fuera con la intención de cogerlo.
-. ¿Si, dígame? (Pregunte extrañado)
.- Hola, ¿te acuerdas de mí, Gaditano? (Esa voz me sonaba y llamándome así, solo podía ser, una persona)
-. Ya me extrañaba a mí, que no me llamaras Jerezano, ¿Qué tal te ha ido, “haciendo tus cosas”? (Pregunte recalcando lo que él mismo me dijo)
.- Bien, bueno, normal, como lo esperaba (Dijo con normalidad)
-. ¿No dijiste que me hablarías por internet? (Pregunte con una sonrisa, imaginándome lo que había pasado)
.- Y te juro, que lo he intentado, pero este infernal cacharro, me odia a muerte, así que me decidí por lo que se lleva haciendo toda la vida, llamar por teléfono (Me explico contándome una simpática, anécdota)
-. Bueno, entonces, ¿para qué me llamas? (Dije ansioso por saber que quería)
.- Porque mañana voy para Cádiz, por si quieres tomar algo y contarme tu historia, que no nos dio tiempo a eso. (Explicándome con un tono muy simpático)
-. Está bien, mañana, ¿a las ocho y media en la estación de trenes, segunda aguada? (Pregunte para dejar claro cuando quedaríamos)
.- Perfecto, allí estaré (Me contesto con pocos rodeos)
-. Pues, hasta mañana Jerezano (yo lo dije sin ningún retintín)
.- Hasta mañana Gaditano (El si lo dijo con retintín)
Tras colgar el teléfono, mire el wassap de mi amigo.
.- Tenemos que vernos (Me había mandado José por internet)
-. ¿Por qué, que pasa? (Pregunte asustado)
.- Nada, nada, es solo que quiero verte, para contarte una cosa que me ha pasado (Dijo sabiendo que me había preocupado con su tono directo)
-. Vale, recógeme a las ocho y media en la autoescuela Gades (Pedí para estirar las piernas al salir de aquí)
.- Esa es la que está en la avenida, en la esquina de San Felipe Neri, ¿no? (Pregunto mi amigo, para confirmar que era la que él pensaba)
-. Si, esa es (Yo simplemente le aclare, que lo era)
.- Allí nos vemos (Y quedo conmigo en recogerme)
Ya que entre hablar con José y charlar con mi amigo de Jerez, había perdido casi veinte minutos, decidí aumentar el tiempo que me quedaría en la autoescuela. Como era la vida, que una semana no tienes nada que hacer y nadie te llama, a la semana siguiente, quieres hacer cosas y la gente llamándote, no te deja hacer nada.
A las ocho y media, cerró la autoescuela obligándome a salir, yo estaba esperando ilusamente que estuviera allí mi amigo para recogerme, pero, no, no lo estaba. Lo llame un par de veces, pero nada me salió el contestador, esta situación me molesta bastante, no me gusta perder el tiempo y menos que me lo hagan perder para nada, le mande un par de wassap, pero nada.
Estuve allí media hora, por un lado pensé si largarme a casa, estaba enfadado, molesto por la actitud de mi amigo, pero una de dos o soy demasiado bueno o quiero demasiado a mi amigo así que lo espere, que se coló allí, a las nueve y media, al llegar con su sonrisa de no he roto un plato en mi vida, me vio a mi molesto y con los brazos cruzados.
.- Llego tarde, ¿no? (Dijo como si no lo supiera ya)
-. Si, llegas muy tarde (Respondí un poco enojado)
.- Lo siento, me quede traspuesto en mi casa (Se disculpo con una tranquilidad, que impedía enfadarse con él)
-. Ya… y yo como un pollo helado de frio, aquí (Echándole la culpa, aun con los brazos cruzados)
.- Vaya…lo siento (Abriendo la palma de las manos hacia arriba y encogiéndose de hombros como si no fuera culpa suya)
-. Te odio tío (Me sincere, medio en broma, medio en serio)
.- Anda hombre, no me odies por impuntual, ¿damos una vuelta? (Pidió mas que exigió, realmente)
-. Demos esa vuelta (Respondí con cara de pocos amigos)
Cuando empezamos a dar la vuelta que ya no tenía ganas, al haber tardado tanto, me pregunto por el día que yo había tenido y le conté todo lo que me había pasado, hoy. Aunque él no tenía la misma confianza con mi familia, que yo con su madre y su abuela, se preocupo al oír la historia de mi hermana y aun mas, al oír la de mi padre, le intereso el viajero del tren, me dijo de venirse mañana, pero yo sabía que se le olvidaría.
Cuando terminamos de hablar de lo mío, habíamos llegado a un parque en la avenida nueva, nos sentamos en un banco y comenzamos con lo suyo.
-. ¿A ver, que era eso tan importante, que me tenias que comentar? (Dije un poco con ironía, esperando que sería conociéndolo, una bobada)
.- Bueno, tanto como importante… (El respondió confirmando lo que yo ya sospechaba)
-. ¿Qué era José? (Pero yo tenía un poco de prisa, que mañana me harían madrugar como siempre, así que le pedí sin decirlo, que fuera directo al tema)
.- He conocido a una chica (Dijo soltándome una bomba en toda la cara)
La verdad, si hablo con sinceridad, no era el momento más indicado, ni la persona más indicada, para pedirle consejo de amor, aunque si nos ponemos a mirar la situación José tenía muchos amigos, pero el único amigo que tenia realmente, era yo. Así que, esta vez y como todas supongo, tenía que hacer un esfuerzo por ayudar a los demás, aunque luego, cuando yo lo necesitaba de verdad, nadie había estado allí nunca para mi, José si, dentro de sus posibilidades, claro.
-. ¿Una chica? (Animándole a darme más información, ya que con eso podía decirle poco)
.- Que no es el tipo de chica que yo suelo atraer y aunque al hablar con ella, me ha empezado a atraer a mí, pienso… (Dijo parándose como si no supiera que decir)
-. ¿Pienso? (Anime de nuevo a seguir a mi amigo, que me hizo el gesto con la mano de que esperara un segundo)
.- Pienso, que a pesar de que ella me atraiga a mí, yo no la voy a atraer. (Dijo mi amigo como si eso fuera ley)
-. ¿Por qué? (Pregunte queriendo saber)
.- Porque en mi vida eso siempre ha sido así (Dijo José, cuando en la vida de uno las cosas siempre son de una manera, eso no hay quien lo cambie)
-. Te comprendo, ahora cuéntame la historia tal como fue y podre darte mi opinión. (Necesitaba saber más detalles, para poder aconsejarle bien)
Mi amigo me conto, que por las broncas que yo le había metido, había echo el esfuerzo de volver a teatro, aunque no me parecía suficiente, algo era algo y por algo hay que empezar. Por lo visto esta chica y el siempre se habían mirado, pero nunca se habían acercado, pero al volver a teatro ella se le acerco a él, para contarle sus problemas, pero estaba siendo extremadamente cariñosa, buscando el contacto físico ella y aunque pensé de inmediato que lo estaba pagafanteando, por mi estado actual, antes pensaba que las mujeres nunca hacían nada por nada y entonces…
-. Si se te ah acercado ella es que algo quiere (Dije dándole una palmadita en la espalda)
.- vale, vale, no me ayudas mucho, hasta ahí llego yo también (Dijo mi amigo en un alarde de confianza en sí mismo)
-. Bueno, entonces no estás tan mal, como esperaba (Dije bromeando)
Ambos nos reímos frente a la broma, que yo le había gastado.
.- No tío, háblame en serio, hombre (Pero con gesto de suplica en la voz, me pidió que lo tomara en serio)
-. Vaaale, pueees… si una tía se te acerca y se te pone cariñosa, así de repente, es que quiere algo contigo o eso pienso yo. (Quizás siendo muy positivo, al intentar no guiarme por mi situación actual)
.- Eso me ayuda un poquito más (Dijo mi amigo, no muy satisfecho con mi respuesta)
-. Joder, ¿Qué quieres que te diga, si no? (Lo mire un poco molesto por su comentario)
.- No es por eso, es que te puedes equivocar (Dijo demostrando solo su inseguridad en el tema)
-. Claro, y tu, y todos, pero lo que si estoy seguro es una cosa, es preferible equivocarte por intentarlo, que por no hacerlo (Conteste haciendo una referencia personal)
.- ¿y si se aleja de mi, y si la pierdo por intentar otra cosa? (Pero José seguía muy inseguro)
-. ¿Qué tienes ahora? (Pregunte refiriéndome a la situación)
.- Nada, creo que nada. (Dijo mirándome con su sonrisa típica)
-. ¿Entonces que puedes perder? (Acorralándolo contra la realidad, para intentar lograr algo de él)
.- Nada (Dijo un poco más feliz)
-. ¿Entonces, donde está el problema? (Poniéndolo contra las cuerdas con mi pregunta)
.- Nunca lo había visto así (Dijo José, con una sonrisa de oreja a oreja)
Tras un breve silencio
.- ¿y qué me dices tú del baile? (Dijo José cambiando de tema)
-. Eso es otra historia… (Conteste evadiendo el nuevo tema)
Pero mi amigo no iba a contentarse con evasivas, sabía bien que aun no me había convencido, así que, me comunico que iba a volver al baile, a cambio de que yo volviera a bailar, sabía perfectamente que mi proyecto de devolverlo a la vida, eran más fuertes que mis ganas de dejarlo todo. Poco después de eso, quedamos en que volvería a darles clase en casa, que ya hablarían conmigo este fin de semana, quería invitarme a cenar, pero le dije que otro día, pues estaba cansado y quería descansar, poco después me acompaño a casa y él se fue a la suya.
Por la mañana del martes, otra vez la misma historia, mi madre y mi hermana peleando, esta vez no me levante para evitar problemas con ellas, hasta que se fueron, nada mas irse, desayunamos mi padre y yo, me dijo que no se encontraba muy bien, pero aun así, fuimos juntos al gimnasio, viendo mareada la cosa con mi madre, me convenció de que nos empezáramos a duchar en el gimnasio, aunque me desagradara, por el camino llevaba puesto el pulsómetro, para controlarse, ya que estaba asustado de lo de ayer. Pero su pulso no bajaba de ciento veinte, a veces subía a ciento treinta y a veces bajaba a ciento diez, pero todo eso nos mantenía preocupados.
Llegamos al gimnasio, mientras que el bajaba en cardiovasculares el ritmo hasta límites ridículos, ya que su corazón se aceleraba con nada, solo y de repente, nos llevamos otro susto, le pedí que fuera al médico, pero no quiso y yo comencé a correr, la primera vez no aguante ni un minuto e incluso me maree. Por lo demás, íbamos mejorando en musculación día a día, me pese y había perdido dos kilos y medio, la semana pasada, físicamente estaba igual, pero se notaba sobre todo en la ropa, que la que usaba hasta ahora, se me caía y tenía que agujerear el cinturón.
La rubia se quedaba embobada mirándome, pero yo no le hacía mucho caso, por lo visto le pregunto a mi padre de nuevo, por si me había preguntado y mi padre, que era muy “listo”, le dijo…
.- Yo no lo sé hija, pregúntale a él (tirándome a mí el marrón, que por otra parte era mío)
Sin embargo ella no se animo a preguntarme, aunque por su mirada no pensé que tardaría mucho, hoy me había librado, pero quizá el próximo día, no, tener que decirle a una chica tan bonita que no quieres nada con ella, siempre es un dilema. No me gustaría causar traumas ni complejos a nadie y mucho menos a una chica que parecía buena persona y que no se lo merecía, porque a pesar de mirarme tanto, que incomodaba un poquito, se veía a la legua que no lo hacía con mala intención, por otra parte que me diera tiempo para pensar en cómo decirle no, era una bendición.
Nos duchamos en el gimnasio aunque nunca me había gustado, ya que me gusta que mi cuerpo solo lo vea la persona que yo quiero que lo vea y porque me gusta ducharme completamente desnudo, eso de mojarme con sandalias puestas para no coger hongos era una mierda y me molestaba mucho. Por otra parte, me gustaba que en este gimnasio había cabinas individuales, que aunque de las ocho perchas, solo funcionaban dos y de las tres cabinas, solo funcionaban decentemente dos, cumplía moderadamente con las expectativas de que no me viera nadie, aunque no tuviera nada que esconder, ya que tenía un cuerpo que atraía a las mujeres en su justa medida.
Cuando me había enjabonado las partes que mas apestaban: el culo, la polla, las axilas y los pies, me enjuague, me volví a enjabonar entero insistiendo mas en esas partes y enjabonándome con gel el pelo, por no traer el champú, me enjuague de nuevo. Ya mi padre estaba metiéndome prisa para que saliera de la ducha, ni en el gimnasio me dejaban disfrutar un poco del agua caliente resbalando por mis pelos y rodando por toda mi piel, recogí la toalla estirando la mano, para evitar salir desnudo de la cabina, me la enrolle en el cuerpo y empecé a caminar hacia el otro lado, donde estaban los banquitos del vestuario.
Dándole la espalda a mi padre y sujetando la toalla con los codos para que no callera al suelo, comencé a secarme, me seque lo mejor que pude, aunque siempre se me olvidaba alguna parte, comencé a ponerme los bóxer y nada mas ponérmelos, guarde la toalla en la mochila. Una vez estaba vestido…
.- ¿Se te olvida algo? (Mi padre siempre me hacia repasarlo todo y menos mal porque si no me dejaría la cabeza)
-. No lo sé… creo que (Iba a decir que no, cuando mire y en la puerta de la ducha me había dejado el jabón y los bóxer sucios)
Fui a recogerlos, los guarde en la bolsa de la ropa sucia y ya en casa lo ordenaría al llegar.
.- si, siempre te olvidas algo (Dijo mi padre haciendo mención a mis despistes)
-. Soy despistado (Dije encogiéndome de hombros, dando por hecho, que eso sería siempre así)
.- porque no estás en lo que estas (Pero mi padre no pensaba como yo y me lo demostró al decirme esto)
Tras esto, empezó a decir, que quería seguir a mi madre, que quería descubrir si estaba realmente con otro, yo le dije que lo dejara que eso solo le haría más daño a él, pero se enfado, me dijo que necesitaba verlo con sus propios ojos. Aunque mi madre ya le había dicho claramente que ya solo eran amigos, mi padre no se rendía, quería recuperarla, pero verlo tan mal, a mí solo me hacia sufrir y al llegar a casa, tras comer, mi madre salió a la calle y mi padre siguió a mi madre.
Comí solo aunque en el salón estaba mi hermana ella se ponía a comer en el ordenador con su música de reggaetón, flamenco y música electrónica. Aunque no era música de mi gusto, porque yo prefería música que se pudieran cantar o bailar y para mi, esas no lo eran, alguna sí que daba gusto escucharla, aunque, a mi hermana le molestaba también, que yo bailara o cantara. En cuanto iba a abrir la autoescuela me largue, a pesar de ser casero, ya no me sentía en casa, me sentía más a gusto en la calle.
Los fallos hoy fueron un poco a peor, tuve siete, ocho y nueve fallos, en algún test tuve seis y en alguno diez. Salí un poco antes para llegar puntual adonde había quedado con el Jerezano, igual que me gustaba que fueran puntuales conmigo, a mí también me gustaba serlo, llego a las ocho y treinta y dos, pero suspire aliviado al ver que el tren de Jerez, paraba en esta estación a y treinta y seis.
Tenía unos minutos para descansar, me apoye en la pared, sin darme cuenta que ponía una pose bastante chula y me puse a pensar en todo lo que estaba pasando últimamente, mi vida se iba a la mierda y yo que hacía, nada, pero también si pensaba que podía hacer, la respuesta era, nada. Porque nada de lo que rodeaba mi vida ahora, dependía de mi, unas de mi padre, otras de mi amigo, unas de mi hermana y así sigue la lista interminable, bueno si, había dos cosas que dependían de mi lo de Margarita y lo de la rubia, pero de qué sirve tener opciones que no te interesan, de nada.
Estaba tan ensimismado en mis pensamientos que no me di cuenta que la megafonía del tren, había anunciado que el tren había llegado, la gente al verme ahí parado en esa sospechosa postura, se desviaban de su rumbo para pasar lo más alejados posibles de mi, excepto un hombre, que me hablo y al ver que estaba en otro mundo, me toco el brazo para sacarme de mis pensamientos.
-. Hola, perdona estaba en otro mundo (Me disculpe, por no haberle escuchado, más que por otra cosa)
.- ¡Gaditano!, ¿qué haces?, que asustas al personal… (Dijo señalando a la gente, que si que parecían un poco asustados, tal y como estaba el mundo actualmente como para no asustarse)
-. Bueno, ¿nos vamos? (Respondí ignorando a la gente, ya tenía bastantes problemas yo, como para preocuparme de más gente)
.- ¿adónde me llevas? (Pregunto levemente asustado, mientras me seguía)
-. Si quieres que nos llevemos bien, tendrás que confiar en mí (Dije con una malvada, sonrisa)
.- Me das miedo, tío. (Soltó dando un paso atrás, pero sin dejar de seguirme)
-. Vamos a un bar a tomar algo y cenar, si te parece (Confesé siendo benévolo con mi nuevo amigo)
.- Ah vale, hoy me quedo en un hotel, así que tenemos tiempo (Me explico su situación para que no me preocupara por el último tren)
-.Pues no pienso acompañarte, así que hoy duermes solito (Bromee con él)
.- (Tras mirarme raro en un primer momento, luego me sonrió y me dijo) Que mariquita eres
-. Eso quisieras tú (Dije devolviéndole la sonrisa)
Poco después llegamos al bar que tenía pensado llevarle, un sitio que estaba bien para tapear, el bar la paz.
.- ¿aquí es? (Pregunto mirando con gesto curioso)
-. Si, ¿te parece bien? (Aunque no me importaba demasiado el lugar, prefería buena compañía, como sé que hay gente que piensa de otra forma, le pregunte)
.- tú mandas, ya te guiare yo en Jerez (Dijo poniéndose en mis manos, aunque devolviéndome la sonrisa maligna de antes)
-. No me das miedo (Conteste encogiéndome de hombros, ya que no parecía mal tío)
.- Pues debería, yo soy más malo que tu (Aunque quería hacerse el malo, a mi no me engañaba, se le notaba en la cara que era un buenazo)
-. Dentro o fuera (Pregunte lo que me interesaba, ignorando la otra parte de la conversación)
.- Dentro, hace frio ¿no? (El se acaricio los brazos señalando que tenia frio, a pesar de ir bien abrigado)
-. Humedad, aquí lo que hace es humedad (Respondí mirando el cielo, en Cádiz no hace frio hace una humedad que te cala hasta los huesos, solamente, eso.)
.- Vale… pues hace humedad, vamos dentro, listillo (Se quejo por mi corrección)
-. Vamos, los Jerezanos y mujeres primero (Le hice un gesto de que entrara el primero)
.- No hombre, no, los gaditanos y mariquitas primero (Pero el, me lo devolvió haciéndome el mismo gesto)
-. Ten cuidado a ver si algún gaditano se va a sentir aludido y te va a querer pegar (Dije yo mirando alrededor, que entre nuestras bromas no nos habíamos fijado, que estábamos rodeados de gaditanos, sentados, mirándonos mal)
-. Tú me defiendes, ¿no? (Dijo acercándose a mi mas en broma que en serio, para agarrarse)
.- si claro, para que me peguen a mi (yo quite la mano incomodo y conteste con mi típica respuesta de pasar del tema)
Tras la broma, pasamos los dos a la vez, ya que la puerta, era lo suficientemente grande como para que entráramos los dos a la vez con suficiente separación.
-. ¿Barra o mesa? (Pregunte pretendiendo ser amable, ya que a mí me daba igual, un lado que otro)
.- Cuando llegas a mi edad, esa pregunta, ya no existe (respondió mirando fijamente la barra)
-. Barra, ¿no? (Le señale con la cabeza)
.- si, vamos a la Barra (El se adelanto hacia ella)
La verdad es que en las mesas no había mas que un par de parejas jóvenes, el local estaba lleno afuera en la terraza que había muchas familias y dentro en la barra, que había muchos hombres de la edad de cuarenta años para arriba.
.- ¿Qué van a tomar? (Pregunto el camarero, con cara de estar molesto, como le entendía, seguro que llevaba todo el día allí)
.- Queremos dos jarras de cerveza (Pidió por los dos)
-. ¿Quieres emborracharme? (Pregunte con media sonrisa desconfiada)
.- No, pero con cerveza se charla, mejor, ¿o no te gusta? (Me dijo con su sonrisa sincera, de siempre, a pesar de ver mi desconfianza)
-. Si…me gusta (Dije encogiéndome de hombros, porque no me importaba tampoco)
.- entonces para que protestas (Respondió para intentar entenderme, un poco)
-. Porque soy así (Conteste con una pequeña sonrisa)
.- ya veo (Dijo él, devolviéndome la sonrisa)
El camarero nos trajo las jarras de cerveza
.- ¿quieren algo más? (Pregunto el camarero serio)
.- por ahora no (Respondió el Jerezano, antes de que yo hablara)
-. Eh, yo quería comer (Volví a protestar)
.- espérate, glotón (Pero él me negó que comiera ahora, con una simpática sonrisa)
-. Que mandón eres (Proteste de nuevo)
.- haz caso a tus mayores, niño (Me dijo, como si fuera mi abuelo o algo así)
-. (Me reí) eso ni lo sueñes (Dije con una sonrisa de verdad por vez primera, con mi amigo)
.- al fin sonríes, me pregunto, que te mantiene así en este estado (Respondió, un poco serio, pero ofreciéndome brindar con la jarra)
-. ¿Por qué brindamos? (Pregunte a mi nuevo amigo)
.- Por el comienzo de una nueva y gran amistad (Alzo un poco la voz, peloteándome más de la cuenta)
-. (Me reí) tú brinda por lo que quieras, yo brindo por mí (Dije tocándome el pecho, con una pequeña sonrisa)
.- gaditano egoísta (Contesto él, mirándome con una sonrisa, pero con un poco de rivalidad)
-. Jerezano hipócrita (Conteste a su frase, aunque ninguno de los dos pensábamos lo que decíamos del otro)
Ambos nos reímos, mientras que brindábamos realmente a nuestra salud.
.- Bueno, la otra vez, en el tren, no nos dio tiempo a hablar de tu historia (Corto mi amigo, que ya parecía sentirse con confianza conmigo, para preguntarme abiertamente)
-. Ni tampoco a presentarnos (Pero yo no quería hablar de mi vida, no había nada bueno que contar, así que cambie de tema)
.- Pensé que te gustaba llamarme “Jerezano” (Dijo mi amigo riendo entre dientes)
-. Quizá ya va siendo hora, de conocer nuestros nombres (Conteste sin ponerle mucho interés, ya que Jerezano y Gaditano tampoco estaba tan mal, me recordaba a las cosas que me contaba mi padre antes cuando estaba bien, sobre la mili)
.- Quizá (Me siguió el rollo mi amigo, pero sin decirme su nombre)
-. Yo me llamo Dani (Dije hablando en serio, por vez primera con mi amigo)
.- Encantado, Dani (Me tendió la mano, como si nos presentáramos ahora)
-. Después de media hora hablando, nos presentamos ahora (Puse cara de ironía, pero sin embargo le estreche la mano)
.- si, así es la vida, a veces (Dijo con cara de que no le importaba y soltándome la mano)
-. ¿No piensas decirme tu nombre? (Dije un poco molesto, con su actitud)
.- no… bueno… porque no, si… me llamo: Alfonso (Bromeo amigo, haciéndome reír, mientras lo miraba mal)
A pesar de que se notaba que se estaba esforzando un poco por caerme bien, me empezaba a caer bien, además mientras que yo para mi edad era bastante maduro, él para su edad, era bastante infantil, cosa que nos dejaba a un punto mucho más cercano, que nuestras verdaderas edades.
.- Ahora, que ya nos hemos presentado, es hora de que me cuentes tu historia, ¿no? (Dijo cambiando de tema otra vez)
-. No, es hora de que me cuentes que cosas tenias que hacer en Jerez, que te han llevado una semana sin saber nada de ti. (Pero yo no quería hablar de mí, solo quería hablar de otra cosa, para desconectar un poco de mi vida)
.- Preferiría no hablar de eso… (Mi amigo bajo la cabeza, como si no estuviera orgulloso de lo que había echo)
-. Yo también preferiría no hablar de mi vida (Ya que nos estábamos sincerando, empecé a sincerarme con el también)
.- pero es tu vida (Aunque a él, le costó entender que no quisiera hablar de mi vida)
-. ¿Y? eso no significa que me guste (Pero me salió mi parte borde, siendo más borde que sincero)
.- Entiendo, te lo contare… si tú me cuentas tu vida (Mi amigo que había entendido que era desagradable para los dos contar este tema y que veía justo que ambos lo hiciéramos, me ofreció un trato)
-. Cuenta (Yo sin aceptar, le dije que lo hiciera, a ver si caía)
.- En esta semana…´
Llegue a Jerez, dejando la conversación contigo a medias, allí cogí un taxi hasta la casa de mi mujer, en la que tenía mis cosas, tras una pequeña discusión, recogí las que pude y retome el taxi hasta mi casa, ese día me dedique a limpiar mi casa que estaba de polvo hasta arriba, el segundo día fui a por mas cosas, no sin antes tener otra bronca con mi mujer, intente hablarle a mis hijos pero no me hicieron ni caso, el tercer día, lo mismo, el cuarto, igual y el quinto, le suplique a mi hijo mayor que me ayudara, pero no acepto. Me fui al bar a tomar unas copas y cuando salí de allí, mi hija me dijo borracho de mierda, el sábado estuve resacoso y sin ánimos de nada, el domingo mí mujer me llamo, que si no recogía todas mis cosas, las tiraba, así que me tire todo el día cargando cosas y del dolor, me pase todo el lunes durmiendo, hasta que te llame.
-. Vaya, lo siento mucho por todo eso… (Aunque yo no tenía la culpa, su vida tampoco era fácil)
.- Tú no tienes la culpa, la tiene mi mujer, por mal meter a los niños contra mí. (Sentencio mi amigo, acabando con su cerveza de un tirón)
-. Ya se darán cuenta, con el tiempo, supongo (Dije intentando animarle, aunque sabía que no serviría de mucho)
.- ¿Cuándo? Si ya el tiene dieciocho y ella quince. (Pregunto bastante afligido)
-. Créeme, se darán cuenta, ¿te hace falta ayuda, este fin de semana, para ordenar tu casa? (Intente cambiar de tema, ya que le había echo recordar lo que él no quería recordar, sintiéndome mal por hacerle lo que yo no quería hacerme)
.- ¿me ayudarías? (Mostrándose bastante emocionado, por ser la primera persona que le ofrecía ayuda)
-. Sí, claro. (Dije pensando que no me costaba nada)
.- muchas gracias, ahora tu (Dijo mientras le hacia una seña al camarero de que se acercara a ponerle otra jarra)
-. ¿Ahora yo, que? (Conteste haciéndome el tonto)
.- te toca contar (El pensó que no lo había entendido y me lo explico)
-. Yo no dije eso (Haciéndole un gesto negativo con el dedo alzado)
.- serás cabron (Estaba alucinando conmigo y como lo había engañado)
-. (Me reí) bueno vamos a cenar y ahora veremos (El camarero llego para dejarle una jarra y me miro a mi, que le pedí una coca cola y la carta de tapas)
.- ahora veremos, ¿qué? (Pregunto intrigado mi amigo)
-. Si te lo cuento o no (Le comente haciéndome aun más el interesante)
.- se bueno anda (Mi amigo un poco triste, me lo pidió)
-. Ya veremos (Dije con una sonrisa pequeña)
Tras eso cenamos sin hablar mucho, yo con cosas que no engordaran mucho y el poniéndose hasta el culo, después de la cena, llego el momento que el mas esperaba y el que yo había querido evitar todo el tiempo, me tocaba hablar de mi vida y no lo podía retrasar más.
.- ¿bueno, vas a contármelo?
-. Vaaale, pesado
.- más que una vaca en brazos
Tras unas risas empecé a contarle mi historia, el escuchaba muy atento, lo más duro fue contar los tres meses en los que Eva y yo estuvimos así, así, a veces estuve a punto de recuperarla y otras de perderla para siempre, pero al final, perdí, la perdí pese a haber intentado todo, a haberlo dado todo, incluso me gaste todo lo que tenía en unas sorpresas que la dejaron alucinada, pero está claro que cuando alguien no quiere volver, todo lo que hagas esta de mas.
.- Que pena que una historia tan bonita, con tanto futuro, acabara así… (Dijo mi amigo emocionado)
-. Y que lo digas… pero así es esta vida (Respondí con un nudo en la garganta)
.- ¿y no has sabido nada de ella? (Pregunto mi amigo, un poco triste)
-. No, solo lo de la hermana…ojala (hable, mientras miraba hacia arriba, mirando mas allá del techo)
.- Bueno, pero si lo dice la hermana gemela por algo será, ¿no? (Contesto mi amigo intentando animarme)
-. O no (Ya que si no me había llamado por teléfono, por algo seria)
.- Veo que no somos tan diferentes (Hablo refiriéndose a que los dos, dábamos por perdidos nuestros destinos)
-. No, no lo somos (Dije haciendo el primer acercamiento con mi amigo, pasándole el brazo por encima del hombro)
.- Somos solo dos enamorados de la vida (Dijo mi amigo, provocando nuestras risas y soltarnos al instante, por lo filosófico de su tono)
Tras eso, nos tomamos una más, él una caña ya que ya con dos jarras iba demasiado contento, yo solo agua esta vez y ya lo acompañe a su hotel: hotel Barceló, yo me fui para casa y me acosté, que el miércoles llegaría enseguida. Como siempre me despertaron temprano por discusiones de mi madre y mi hermana, tras irse mi padre y yo, fuimos al gimnasio, mi padre no solo no mejoraba, sino que empeoraba, esto no podía seguir así, le dije que si de aquí a mañana no mejoraba, que iríamos al médico, el se negaba, pero lo obligaría si hacía falta.
En el gimnasio llegue a correr el minuto llegando a mis limites, el tuvo que seguir bajando y en musculación cada vez íbamos a mejor, la chica rubia siguió mirándome y yo rehuyéndole como los días anteriores, nos duchamos en el gimnasio y tiramos para casa. Comimos cada uno por su lado en casa, como siempre, me hice la ensalada y filetes de pollo para mantener la línea y luego tire para la autoescuela Gades, al salir me lleve una sorpresa, pero allí estaba José.
-. ¿Qué haces aquí? (Dije bastante sorprendido)
.- Nada, asegurarme que hoy vas a bailar al Babilonia (Dijo el cómo lo más normal del mundo)
-. ¿Me estas vacilando? (Aunque él no era de hacer estas cosas, me pareció que estaba de broma)
.- ¿Tengo cara de estar vacilándote? (Me pregunto más serio que nunca)
-. No, la verdad es que no (Por un momento graciosamente, empecé a sentirme secuestrado)
.- Pues hoy vas a subir a tu casa, vas a coger tus zapatos, te vas a poner algo decente, vamos a ir a cenar y vamos a ir los dos a bailar. (Me dio instrucciones, como si fuera mi líder o el llevara el rumbo de la situación)
-. ¿Los dos? (Pregunte sorprendido)
.- ¡los dos! (Me aclaro, seguro de lo que decía)
Estaba tan seguro y todo esto lo estaba haciendo por mí, para ayudarme, que no me permití a mi mismo negarme, por el camino de casa…
.- Mi madre y yo queremos que triunfes como profesor de baile y sacarte de la profesión de camarero (Me dijo mi amigo, hablándome claro)
-. Pero eso es muy difícil (Me queje yo, que ya lo había intentado casi un año, antes de irme a Barcelona)
.- Vamos a hacer lo que tengamos que hacer, aunque no lo consigamos este año, lo haremos el siguiente (Me dijo José, provocándome una sonrisa al verle tan serio)
-. Bueno, vale, veremos que hacemos hoy… (Me queje permisivo)
.- Tu el espectáculo más espectacular de la pista y yo el ridículo más absoluto del baile (Pero si él pensaba eso, hacia más grande aun el esfuerzo que estaba haciendo por mí, porque yo otra cosa seguro que sí, pero el ridículo no lo haría por nadie, bueno quizás…no, tampoco por Eva, me quería demasiado)
Tras intentar inútilmente convencerle de que no haría el ridículo, de que solo era nuevo y llevaba algún tiempo sin bailar, pero el insistía en decirme que estaba deseando verme bailar con gente que sabía de verdad y no con su madre que aunque se le daba un mejor, estaba oxidada, tanto o igual que el. Subí a mi casa, pensé en arreglarme de verdad, pero lo descarte, allí no iba a estar Eva y la gente poca iba arreglada, así que solo me iba a cambiar de ropa, para ponerme ropa mas cómoda para bailar, desodorante del barato y colonia de la barata, cogí los zapatos de baile y baje.
.- ¿pero qué pintas son esas para tu vuelta al baile, no puedes arreglarte más o peinarte? (Me dijo José, mas intentando distraer mi mente, que ya empezaba a estar nervioso y a darle vueltas a los pensamientos, que por protestarme realmente, ya que el no iba mucho mejor que yo)
-. Si intentas distraer mi mente, no funciona (Como con José si tenía confianza, le fui claro)
.- ¿ah, no? Pues probemos otra cosa, vamos a cenar y tomar algo (Me sonrió nervioso, a pesar de mi comentario, el también estaría por dentro muriéndose de nervios, aunque en la mayoría, no lo mostraba por fuera)
Estuvo todo el camino a la hamburguesería “los mellis”, intentando hablar de otra cosa, cambiándome de tema, pero yo apenas le estaba escuchando, no paraba de pensar en el baile y en Eva, por otro lado no hacía más que pensar en Eva y el baile. Ya el nombre del local al que íbamos a comer, me recordó aun mas a Eva, no sabía si José quería tirarme a la boca del lobo o era el destino o ambos, pero igualmente se lo recrimine.
-. Podrías haber elegido otro sitio, que ellas no eran mellizas, pero si gemelas (Proteste señalando el cartel)
.- (El miro sonrojado el cartel, dándose cuenta en este instante) lo siento, ¿quieres que vayamos a otro sitio?
-. No, ya da igual… (Me encogí de hombros, como si no me importara, aunque volvía a notar la raja de mi corazón muy cercana)
.- Entremos, pues (Me dijo haciéndome una reverencia simpática, para que pasase primero)
Pase primero, yo comí un sándwich de pollo y él una hamburguesa simple sin nada, con sus patatas, el con nestea y yo con coca cola, mientras que comimos él hablaba más que nada de sus cosas, yo solo escuchaba en silencio, estuvimos así hasta que terminamos de comer. Entre una cosa y otra, nos habían dado las once y media, a las doce empezaba el baile en el Babilonia, así que ya era hora de volver a las andadas.
.- ¿Vamos? (Dijo mi amigo haciendo el gesto con la cabeza)
-. Vamos (Respondí como cordero al matadero)
Pagamos la cuenta y de camino…
.- ¿Quieres que grabe tu primer baile? (Salto José, dejándome de piedra)
-. ¡¿Estás loco?! (No pude evitar alzar la voz, nada mas pensarlo)
.- ¿Por qué? Es todo un acontecimiento (Me respondió, sonriendo con los ojos iluminados, solo de pensarlo)
-. Solo para ti, que yo baile o no baile, no le importa a nadie (Me encogí de hombros, como siempre que no me importaba o que hacía que no me importaba algo)
.- Veras como si… (Dijo él, muy seguro de lo que decía)
La verdad es que estaba como una sopa, estaba aterrado, bailar nunca me había supuesto algo importante, ni siquiera una dificultad, cuando lo empecé, pero cuando empecé a ser bueno, solo era divertido bailar con Eva, ya que las demás, bajando mi ritmo al mínimo, fallaban más que una escopeta de caña, una vez que lo de mi chica acabo, ya no tenía sentido seguir bailando. Y posiblemente todo esto no tenía sentido, porque quizá ella lo hubiera dejado totalmente y si yo, bailaba y ella no, sería imposible compaginarnos como la ultima vez, que nuestro último baile fue tan perfecto, que recuerdo como toda la cabaña del buda, se quedo muda mirándonos, profesores, alumnos y demás parejas de baile en la pista, que dejaron de bailar al vernos hacerlo a nosotros.
José y yo, estábamos frente a la puerta, pero no me atrevía a cruzarla, mi amigo me empujo con suavidad sin nada de hostilidad o violencia, solo forzándome a entrar al matadero.
.- Vamos a entrar, Dani, hagas lo que hagas, vamos a entrar, ¿Por qué no me lo facilitas y entras tu solito? (Me pidió mi amigo amablemente, mientras que el portero nos miraba extrañado)
-. Vale… voy… (Dije sin creérmelo cuando lentamente empecé a caminar)
Aunque había empezado a caminar la mano de mi amigo no se había apartado de mi espalda y menos mal porque cuando abrí la primera puerta, quise dar un paso atrás, pero él me empujo, haciéndome entrar en la primera puerta, ahora quedaba la segunda.
.- Ya has hecho la mitad, ahora te falta la otra mitad (Dijo mi amigo con una sonrisa)
Intente largarme sabiendo ahora que no quería hacer esto, pero mi amigo no me detuvo, solo me dijo al pasar por su lado.
.- Sabes, que si te vas a casa ahora, no podrás dormir (Dijo José, advirtiéndome de lo que me temía)
Y lo peor es que tenía razón, yo no era un cobarde y por eso mismo, si me iba ahora, estaría hasta la semana que viene sin poder saber, si podía bailar, si podía hacerlo, ya estaba aquí, así que tenia descubrirlo ahora. Así que respire hondo me di la vuelta, avance hasta la otra puerta y toque la puerta, sin atreverme a abrirla, aun no había nadie, eso me impulso a hacerlo, abrí y entre, dejando a José detrás, que tras abrirla protesto al ponerse a mi lado.
.- Así me pagas que te fuerce a hacerlo, ¿no? (Protesto mi amigo)
Pero yo no le escuchaba, estaba mirando el pub, que estaba igual, era todo decorado con maderas, el suelo era bueno para bailar aunque resbalaba mucho, la barra era demasiado grande para mi gusto y tenían dos una a cada lado, aunque una de ellas no se usaba, muchas columnas que hacían la pista más pequeña, aquí mucho espacio no había pero se llenaba bastante, al principio había un reservado con sofás y al fondo unas escaleras para el escenario, que no se usaba nunca y a la izquierda otro reservado, aunque aquí, todo el mundo hacia lo que quería, la gente atravesaba las barreras del reservado sin que nadie les dijera nada.
.- Te imaginas que el día que venimos, ¿no viene nadie a bailar? (Dijo mi amigo, mirando que solo estábamos nosotros, el Dj y la camarera)
-. Seria demasiada casualidad (Mientras que me cambiaba los zapatos)
.- ¿me das algunos consejos? (Me susurro mi amigo, un poco cortado en el oído)
-. No, ¿quieres tomar algo? (Dije en voz alta, para que la camarera nos escuchara)
.- Hazme un recordatorio, hombre (Protesto mi amigo)
-. Para eso necesitaría toda la noche (Bromee, aunque mi amigo no capto mi broma)
.-… gracias, igualmente (Dijo cabizbajo mirándose los pies)
-. Era broma, vamos, ¿me permites este baile? (Le extendí la mano, para que me sacara a bailar)
.- Tendría que ser al contrario, ¿no? (Protesto mi amigo)
-. Que mas da (Me encogí de hombros, sonriendo y me saco a bailar)
La verdad siendo sincero, no se me hizo tan desagradable bailar, aunque más que un baile, fue enseñar, porque tuve que corregirle todo, ya que se acordaba de todo, pero mal, las imágenes de Eva y yo bailando pasaban una detrás de otra por mi cabeza, pero yo estaba enviciado a esas imágenes, así que no podía decir que me sintiera mal, a pesar de sentirme muy pesado el corazón. Aunque mi amigo se equivocaba en casi todo y marcaba las cosas regular, eso me permitió darme cuenta que me había vuelto más dirigible como mujer en el baile, ya que antes no me dejaba llevar tanto.
También bailar de mujer me recordó, cuando conocí a Eva, que sabía desde que la vi, que iba a tener algo bueno e importante con ella, nunca pensé que llegaríamos tan lejos ni que acabaríamos así…
También recordé como aprendí a bailar de mujer, mirándoles los pies a todas al hacer figuras de baile, así me di cuenta de que hacia la mujer con cada indicación que le hacia el hombre, como debía reaccionar cada una, la que lo hacía mal, la que lo hacía bien y en que fallaba cada una, así me cogió un día un tío para bailar, una vez que faltaban mujeres y, lo hice sin mucha dificultad.
Estábamos bailando mi amigo y yo, cuando empezó a entrar gente, que nos miraban asombrados, no sé si por el simple hecho de bailar dos hombres juntos, que no era muy común, porque lo hacíamos bien o porque no les sonábamos, ya que el mundo del baile tampoco es tan grande y entre colegas, conocidos, amigos y amigos de amigos, nos conocemos todos, aunque cada uno sea de su propio profesor. Mi amigo dejo de bailar en cuanto paro la canción, mas por vergüenza de ser el centro de atención, que por otra cosa, yo sonreí, pero ya que él me estaba forzando a bailar de nuevo, tenía que devolvérsela, de algún modo.
-. Sácame a bailar, José (Le dije con una maliciosa sonrisa a mi amigo)
.- No, no que ya hay gente (Dijo mi amigo viendo que no paraba de entrar gente)
-. Qué más da, vamos (Le estaba obligando, le extendí la mano)
.- venga tío, no me hagas esto (Me suplico mi amigo, no consiguiendo nada)
-. Habértelo pensado dos veces (Agarre su mano que no se había movido de su cuerpo y me auto saque a bailar por su parte)
Esto por su parte tenía sus cosas buenas, por la parte de él, practicaba mas y después podría hacer algún baile decente con alguna chica y por la mía, mantenía mi mente ocupada, ya que de chico, no necesitaba pensar para bailar, en casi ningún baile, ni en salsa ni en bachata, solo lo necesitaba en Kizomba, pero de chica, necesitaba pensar, ya que no estaba acostumbrado a bailar de esta posición y aunque mi mente tenía toda la información igualmente, no eran movimientos automatizados. Mi amigo solo sabía bailar salsa, pero con eso podría defenderse un poco, estaba bailando cuando llego mi profesor, saludo a todos, la sala empezó a llenarse demasiado y cuando paramos de bailar, se acerco a nosotros.
.- Hombre, Dani que es de ti (Dándome dos besos y un abrazo)
-. Nada, acabo de volver de Barcelona y voy a volver por el baile (Dije encogiéndome de hombros ya que no tenia mas opción)
.- a ver si te pasas por las clases, encantado soy Lázaro (le dijo a mi amigo, dándole dos besos)
.- Encantado, soy José (Recibiendo impactado los dos besos)
.- ¿Y Eva? (Pregunto Lázaro)
Yo por un segundo, mire para abajo, ya que me lo había recordado todo, de nuevo, pero que esperaba, el nos había visto juntarnos, el nos había visto juntos y cuando lo dejamos ya Eva no estaba en sus clases.
.- En su casa, estaba cansada (Respondió José por mí, sabiendo que yo no podía)
.- Bueno, pasaros los dos, mañana por mis clases, no os cobro ni nada, ¿eh? (Lázaro no era tonto y me había visto, seguramente nos invito, para reparar su error)
-. Vale, Lázaro, me alegro de haberte visto (Dije yo, sin pensar ir, realmente)
.- Iremos (Sentencio mi amigo)
.- y yo a ti, os esperare, tomad dos mojitos gratis (Nos repartió dos tarjetas de invitación a un mojito gratis y se marcho, ya que era el animador de esta fiesta y tenía que saludar a todo el mundo)
Y se fue a cumplir con su trabajo, el era uno de mis once profesores de salsa, uno de mis ocho profesores de bachata y uno de mis tres profesores de Kizomba. La verdad que tenía pensado volver al baile pero de ninguna manera como profesional, tras marcharse mi profesor, mire mal a mi amigo y el no tardo en decirme, lo que pensaba.
.- ¿Qué? Así me aseguro de que vas a seguir bailando de verdad (Con su sonrisa de buen chico, que evitaba que te pudieras enfadar con él)
-. Cállate y vamos a bailar (Dije mientras pensaba, lo odio)
…