Volviendo a Casa [Prologo]
Un largo viaje por delante, pero no un viaje cualquiera, un viaje de vuelta a casa comienzan la aventura de este chico, pero no por su propia voluntad, obligado en parte por el destino, ¿pero porque no querrá volver a casa? buena pregunta, si os parece lo averiguaremos juntos.
Volviendo a Casa
Prologo
Estaba en el tren sentado dirigiéndome hacia Barcelona y aun no me lo creía, quizá o más bien diría que en el fondo no quería creerlo, porque en parte me alegraba de volver a casa por ver a los míos, pero allí no tendría trabajo, de nuevo y tampoco me esperaba nadie que fuera especial para mí. En el viaje me dedique a escuchar música, ya que al ser de media distancia, desde Figueras hasta Barcelona no ponían películas, era solamente una hora al fin y al cabo.
Tras un rato montado una chica joven se me sentó al lado, un poco fea y mal educada, ya que no me saludo siquiera y se puso a estudiar, pero no iba ella muy despierta, ya que empezó a dar cabezadas y su cabeza varias veces fue en mi dirección pero yo la esquive, me entraron ganas de decirle que descansara un rato y se lo hubiera dicho, sino fuera porque se llevo todo el trayecto hasta Barcelona dormida, al llegar todos salimos corriendo para nuestro respectivo trasbordo que salía en menos de diez minutos, al menos el mío, que era desde Barcelona a Madrid.
La verdad es que todo esto era muy molesto, tanto progreso y tanta tecnología, pero luego para ir a cualquier lado de España tienes que coger tres trasbordos. Pronto estuve a salvo, sentado en el nuevo AVE, donde si habría tiempo para ver al menos una película, mientras que la ponían o no la ponían, seguí escuchando música, pues me esperaban al menos tres horas de viaje, esta vez para mi tranquilidad no tenia compañero de viaje.
La verdad había estado tanto tiempo pensando en el trabajo, tanto esfuerzo centrándome en ser bueno en lo mío, que nunca había pensado que tendría que volver otra vez, que no tenía pensado que haría mientras estuviera en mi casa, quizá fui muy iluso, pero pensé que esta vez me quedaría en Ampuriabrava a vivir.
Estaba inmerso en mis pensamientos cuando la azafata entro para comunicarnos que en breve pondrían la película y que el sonido en español seria en el canal uno de radio, en ingles el dos…y no sé que mas idiomas dijo, porque empecé a escuchar la película, la película era hachiko no se qué convenio tiene Renfe con el que rodo esa película o sus actores, porque me la había tragado en todos los viajes que hice en mi vida al menos una vez, por viaje.
La vi como siempre, pero esta vez no tuve tiempo a ponerme demasiado sentimental, porque justo al salir los créditos de la película, tenia veinte minutos para coger el trasbordo hasta Cádiz, pero esta estación era enorme comparada con la de Barcelona, no eran lo mismo diez minutos allí, que veinte aquí, aquí aun con lagrimas en los ojos, tendría que agarrar mi maleta rápidamente y prácticamente correr hasta el otro tren.
Por mas conocimiento de la estación que suerte, conseguí llegar por los pelos de un calvo al tren y al sentarme sin darme tiempo a reponerme aun, se me sentó al lado un hombre mayor, me iba a poner a escuchar música como siempre pero el hombre me interrumpió antes de poner la música.
.- Buenas, ¿desde dónde vienes? (dijo con una agradable sonrisa)
-.Desde Barcelona (sin querer darle mucho detalle)
.-Pero tú no eres catalán, ¿no? (manteniendo su sonrisa en la cara)
-.no, ni tu madrileño ¿o me equivoco?
.-Veo que eres avispado, ¿adónde vas?
-.a Cádiz ¿y tú?
.-a Jerez de la frontera (aumentando su sonrisa si eso podía hacerse)
-. Está bien (dije sonriendo por primera vez)
.- ¿”está bien”? según dice la gente los gaditanos y los Jerezanos siempre estamos peleando ¿y a ti te da igual? (cambiando su sonrisa por una mueca incomoda)
-.si (cambiando mi sonrisa por la cara de pasota que había tenido hasta ahora)
.- Eres el gaditano más raro que me he encontrado por estos lares pero, me caes bien (volviendo a sonreír como antes)
-. Supongo que yo puedo decir lo mismo de ti
.- Si, quieres te doy mi móvil y quedamos algún día para tomar algo
Por un momento dude, no estaba muy receptivo yo a conocer gente nueva, además era muy sospechoso que en estos momentos de crisis un hombre mayor tuviera tanto interés en quedar conmigo, podía ser homosexual o tener algún motivo extraño oculto, por un momento su cara volvió a la misma mueca incomoda de antes y aclaro.
.- no es por nada raro, es que ya vuelvo porque el trabajo en Madrid de temporada se ha acabado, pero la verdad es que no me queda ya nadie por aquí y he pensado que tu estarías en la misma situación que yo, pero si te molesta, no me lo des, no pasa nada. (Poniéndose serio por primera vez en todo el viaje)
Un ápice de culpabilidad por haber pensado mal de él se asomo por mi mente, aunque era razonable, en los tiempos que vivimos nunca se sabe, yo no sabía si estaría solo, aunque después de nueve meses en Barcelona sin contacto alguno, con la mayoría de gente de Cádiz, lo más seguro es que estuviera en la misma situación que él, pensé que darle mi numero, no me haría daño.
-. Vale, toma este es mi numero (fingiendo una simpatía que naturalmente no me salía con tanta facilidad)
.- Ya sabía yo cuando te vi aquí sentado, que nos llevaríamos bien. (Volviendo a sonreír a todo lo que daban sus labios)
Estuvo un rato para apuntarlo, era comprensible con sus cincuenta años aparentes, me recordaba a mi padre de la misma quinta, al que le costaba mucho manejar estas cosas modernas y estaba mucho tiempo para hacer cosas sencillas como estas, la verdad a él si tenía ganas de verlo, me preguntaba cómo le iría. Aunque hablaba con el casi a diario, no me hablaba mucho de él, quizás eso significaba que le iba bien o tal vez no, pero la verdad es que tenía ganas de saberlo.
Al poco el jerezano volvió a interrumpir mis pensamientos
.-Oye, gaditano ¿y tu porque vuelves?
-. Por lo mismo que tu (dije con bastante seriedad)
.- Se te ve afligido ¿y eso?
-. Es simple, no quería volver (manteniendo mi cara)
.- Bueno, ahora será mejor, tienes a un amigo con el que pasar el tiempo hasta que volvamos (intentando animarme)
-. Si…supongo (dije con gesto de preocupación)
Quizá eso era en parte lo que me preocupaba, que clase de amigo me había buscado sin quererlo, el resto del viaje, estuvo hablándome de su vida, como todo hombre mayor, había vivido mucho. Era el mayor de cuatro hermanos, pero cada uno se había ido a trabajar para un lado, el mediano era informático y se había ido a “Estados Unidos”, el menor era arquitecto y se había ido a Alemania y por ultimo su única hermana era pastelera y había abierto una pastelería en Francia, después de tener que cerrar la que tenía en Jerez, el había sido albañil y la crisis acabo con la empresa que había abierto el con sus ahorros. Entonces se llevo unos años deprimido, su mujer lo dejo por otro, sus hijos no le hablaban por borracho hasta que descubrió que en verano sobre todo y a veces algunos meses más, había trabajo en la hostelería en Madrid.
No pude evitar sentirme en parte identificado con su historia, además de sentir en parte que le había pasado algo parecido que a mi padre respecto al trabajo que dejo de trabajar cuando la construcción estallo, el me lo conto mas para conocernos, que por un desahogo, pues se le notaba que todo eso lo tenía superado.
-. Pues eres un tipo digno de admirar jerezano (dije con el gesto lleno de admirar)
.- ¿Por qué? Yo solo soy un tipo que hace lo que tiene que hacer (creo que llego a ruborizarse un poco)
-. Es igual, para mí eso es digno de admirar
.- ¿y tú, cuál es tu historia? (me pregunto con una sonrisa)
La cual se torció al escuchar, siguiente parada Jerez de la frontera en breves momentos, mientras se levantaba y recogía sus cosas, bastante apurado, yo me levante para que pudiera salir con más facilidad al pasillo, el me dio la mano y me dijo antes de irse:
.-Otro día me la cuentas, cuando haga lo que tenga que hacer, aquí, te hablare por internet
-. Te tomo la palabra
Se despidió con su típica sonrisa, que quizá que después de todo lo que tenia encima eso era incluso más de admirar aun, ya que siguiera luchando por trabajar en esta crisis era más por comer, por vivir, que por seguir adelante. El resto del viaje se me hizo más aburrido, aunque no es que quedara mucho para llegar, me había perdido la película de este viaje me apeno eso, pero quizá había sido más interesante el escucharle a él, que cualquier película que hubiera podido ver.
Por primera vez en el viaje, empecé a sentir que volvía a casa, pensé que es lo que me depararía la vida aquí de nuevo, sabía que sería duro, pero que es la vida sino luchar, conforme íbamos cruzando las paradas que pensé que no vería mas cuando me marchaba, me iba alegrando de volver a casa. Ahora empezaba a pensar a que me dedicaría a partir de ahora, era muy fácil en parte trabajar de once de la mañana a doce de la noche o dos de la madrugada, porque no tenias que pensar en cómo pasar el día, ahora lo mas trabajoso seria eso, volver a pensar que ponerme de ropa, porque antes solo usaba el uniforme.
Nada más entrar en Cádiz, una sonrisa de oreja a oreja apareció en mi cara, aparentemente desde el tren todo estaba igual, pero la ultima vez solo fueron tres meses y la ciudad había decaído mucho, tampoco lo note en el tren, así que esta vez no me fiaba, aunque, habiendo entrado “podemos” en el poder o se la habían cargado del todo o esta vez habría mejorado, una de dos, yo no tenía mucha ideología política, la verdad. Solo quería alguien que de verdad tomara cartas en el asunto, que diera soluciones a los problemas y entonces, yo votaría a esa persona hasta que me muriera o el dejara de ser político, claro.
Al bajarme del tren iba cargando con mi maleta de recuerdos, recordaba cuando recorría este camino el año pasado la alegría que me dio ver al final de él a mis padres, solo que esa vez fue en septiembre y esta vez era primero de diciembre y esta vez el camino lo acabaría solo, por culpa mía y aunque me apeno un poco, sino avisas a nadie cuando vuelves para darles la sorpresa es obvio que nadie te estará esperando.
Continúe mi camino para salir de la estación, me pare unos segundos en el aparcamiento exterior, para respirar el aire fresco de Cádiz, como si el aire del tren e incluso el de la estación estuviera viciado, poco después reanude la marcha hasta donde recordaba que estaba la parada del autobús, que me llevaba a casa y más cercana al tren, la línea número cinco. El bus no se hizo esperar, no habían pasado ni diez minutos, cuando llego para recogerme, pague un euro con veinte, había subido un poco, pero no mucho, estaba lleno así que esta vez no pude sentarme, pero tampoco tardaría más de quince minutos en llegar a casa, así que me sujete a una barra y pegue mi maleta a mí, para que no estorbara al paso del pasillo.
En el bus algunas caras me sonaban, aunque aun me sentía un poco fuera de lugar, tampoco vi a nadie con el que tuviera trato en realidad, tras bajarme del bus, subí las escaleras del parque de los ingleses, llamado así porque antes era un cementerio de gente no cristiana, mi casa estaba pegada a él, llame a mi casa el número dos de la calle Gas, primero izquierda, me fije en todo lo que rodeaba mi casa y estaba prácticamente igual, entonces alguien descolgó el telefonillo y la voz de mi padre dijo: ¿diga?
-. Papa, estoy en casa.