Volviendo a Casa [Capitulo 1] La Bienvenida
Pasando un poco de tiempo con su familia, Dani empieza a vislumbrar el problema que tiene su familia, aunque no piensa meterse en nada, por ahora. Recibe la bienvenida de su familia más cercana, celebran su llegada comiendo juntos y empieza a averiguar a qué se va a dedicar en un principio.
Volviendo a Casa
Capitulo
1
: La bienvenida
Por un momento el silencio se hizo eterno, aumentando un poco mi nerviosismo y con la voz quebrada por la emoción mi padre acertó a contestar
.- ¡¿Dani?!
-. Si, supongo que soy yo (dije con algo de sorna a su pregunta tonta)
.- ¿Cómo es que has venido sin avisar?
-. Quería daros una sorpresa
.- sube, que te abro y me cuentas
Yo tenía una sonrisa de nuevo, después de nueve meses tratando con un frio teléfono, al fin podría ver a mi padre, por fin podría abrazarle aunque en mi familia no éramos mucho de arrumacos una situación así era la excepción que necesita toda regla para su veracidad, pues toda regla sin excepción, no lo es. Pulse el botón del ascensor, pero no funcionaba, empezaba a vislumbrar como estaban las cosas por aquí, ya que este parecía tan solo el pico del iceberg y parecía que no me iba a gustar mucho, lo que había debajo.
Le di a encender la luz de la escalera y tampoco funcionaba, algo molesto subí por las escaleras con la maleta en la mano, menos mal que venía poco cargado y que vivíamos en un primero sino me hubiera costado un gran esfuerzo subir a mi casa, mi padre bajo por las escaleras para ayudarme con la bata y el pijama, pero al vernos no pudimos resistir la emoción, pose la maleta en el suelo y nos abrazamos.
.-Te he echado de menos, Dani (con las lagrimas en los ojos)
-.Y yo a ti papa (también conteniendo las lagrimas)
.- Venga sube, deshaz la maleta y vamos a tomar algo al bar de la esquina para ponernos al día, ¿vale?
-. Vale ¿están mama y Laura en casa? (dije extrañado de que ninguna de ellas bajara)
Agarre la maleta, pero él me ayudo cogiéndola por el otro lado, la maleta no pesaba ni la mitad de la mitad, de cuando me fui a Barcelona, además de que iba con dos maletas y no una, el con el mismo gesto que yo, parecía que iba a preguntarme algo, pero, callo y respondió a mi pregunta.
.-Tu madre está trabajando o eso dice ella y Laura en la calle como siempre.
Algo no andaba bien, podía sentirlo en su voz, en sus gestos, en sus palabras, algo quería contarme y a la vez no se atrevía, supuse que quizá debería esperar al bar y allí ya me enteraría de que estaba pasando, mi casa estaba igual, bueno, igual no, algo mas desordenada, habían cambiado el sofá donde tantas siestas me había echado por otro que parecía bastante más incomodo, definitivamente, algo extraño pasaba aquí.
Mis padres no es que fueran maniáticos del orden, pero todo tenía que estar siempre en su sitio, se que a mi hermana la tenían algo mas mimada que a mí, pero para tanto era la cosa que la dejaban tenerlo todo por el medio, no, este desorden no podía ser solo de una persona, aquí pasaba algo más grave que tendría que descubrir con el tiempo. Abrí mi armario para llevarme la sorpresa, que lejos de estar ordenado tal y como lo deje, habían metido todo de cualquier manera y a presión, así que en vez de deshacer la maleta que en realidad no había nada que deshacer, me dedique a ordenar mi armario y me cambie de ropa para ir al bar, un pantalón vaquero negro, una camiseta de mangas cortas roja debajo y un polo rojo y negro de mangas largas encima, además de mis zapatos deportivos azules, que tanto había echado de menos en Barcelona.
Poco después busque a mi padre por la casa que no era tan grande como para no encontrarle, una salita en la entrada que daba a la salida, la cocina, al salón donde dormía yo, al cuarto de baño, al cuarto de mis padres y al de Laura, como no lo vi ni en la cocina, ni en el baño, ni en el de mis padres, lo llame.
-. ¿Papa?
.- Voy (salió del cuarto de mi hermana, algo apurado)
-. ¿Qué hacías en el cuarto de Laura?
.-Ya te contare, vamos al bar, date prisa.
Mi padre no me vio porque estaba de espaldas a mí, mientras cerraba el cuarto de mi hermana con llave, pero mi gesto se torno en algo de preocupación, después íbamos hacia el bar, el iba delante mirando hacia los lados como si estuviera haciendo algo malo o tuviera algo que esconder. Al llegar al bar se metió dentro y no en la terraza como hubiera hecho antes, ya que era terraza cubierta y dentro no hacia frio, se sentó en la barra pareció calmarse un poco y el camarero del bar, el único que había, comenzó a atendernos.
.- ¿Qué desean tomar? (pregunto el camarero)
.- Yo quiero una jarra de cerveza ¿y tú qué quieres hijo? (pregunto ya más contento o al menos bastante más tranquilo)
-.Una coca cola, hay cosas que nunca cambian, ¿eh papa?
.-si… (Con una sonrisa por un instante, para torcerla al momento siguiente) pero hay otras que si
-. ¿Qué ha cambiado, padre?
.- pues, por ejemplo tu antes te pedías cervezas también y ahora coca cola, por lo que veo.
-. Cuéntame, papa, ¿Qué te pasa? (dije con gesto preocupado, sabiendo que solo era un ejemplo y que no se refería a eso directamente)
.- Bueno, que algunas cosas han cambiado (dijo, intentando aparentar estar bien)
-. Bueno, también bebo cerveza, pero no tanto como antes, últimamente no me sienta muy bien el alcohol. (Dije gastando una mala broma y de paso variar un poco el tema, que tan mal lo ponía)
.- Bueno…llevo mucho tiempo parado, ya lo sabes. (Empezando a contar sin siquiera reír por el mal chiste, pero no muy contento con contarlo)
Sabía que ahora tenía que tener paciencia, que él me lo iría contando poco a poco, conforme se fuera sintiendo cómodo y a la segunda ronda quizá, ayudaría, pero eso era correr demasiado, porque aun no había llegado ni la primera, hablando de eso, llego el camarero con su jarra de cerveza y mi coca cola.
.- Aquí tienen, ¿desean algo más? (pregunto el camarero)
.- Yo quiero una tapa de pinchitos de pollo ¿y tú? (dijo mirándome a mi)
-. Nada papa, aun no tengo hambre, gracias (mirando el teléfono extrañado al ser solo las 8 de la tarde)
.- Anda come conmigo, hijo. (Tras un pequeño silencio, aclaro) Yo es que necesito comer cuando bebo
-. Bueno, póngame otra a mí.
El camarero asintió y se marcho para trasmitir el pedido a la cocina, mi padre dando un buen trago a su cerveza prosiguió:
.-Además cada vez estoy peor del enfisema de pulmón (todo me lo contaba mirando hacia delante mirando hacia la nada, paro como si necesitara poner en orden sus pensamientos, le faltara aire para respirar o quizá un poco de ambas) tu hermana está fatal, está metida en… (Sonido de teléfono) está metida (Volvió a sonar)
-.Papa, creo que te llaman (reí divertido porque miraba para el camarero o para mi creyendo que el móvil era de otro y era el suyo)
Torpemente busco en su chaqueta, encontró el móvil y cuando ya habían colgado cogió el teléfono.
.- Mira quien me ha llamado, aun no entiendo muy bien este móvil, tu madre me lo cambio y no le cojo el truco.
Me costó un poco al principio, ya que no estaba acostumbrado al manejo de ese móvil, pero pronto encontré quien le había llamado, era Laura, mi hermana menor.
-. Papa, ha sido Laura
.- Llámala tú, haber que quiere, veras la sorpresa que se lleva. (Sonrió un poco)
Le devolví la sonrisa a mi padre e incluso reí algo divertido por la ocurrencia de mi padre, mientras le daba a llamar en el móvil, el móvil iba sonando y me lo ponía en el oído, fui observando a mi padre. Estaba más calvo, más gordo, pero tenía una tristeza en la cara que yo jamás antes le vi, el siempre había sido un hombre que se lo tomaba todo con humor, alegría y filosofía.
.- Papa, ¿Dónde estás? (pregunto extrañada)
-. Aquí en el bar de abajo ¿Por qué, que te pasa? (intentando imitar la voz de mi padre)
.- ¿Dani? ¿Papa que está contigo? (un poco confusa)
-. No, yo estoy con el
.- ¿Aquí, en Cádiz?
-. Aquí en el bar de debajo de casa (reí divertido por tener que repetirlo)
.- voy para allá (colgó el teléfono)
.- ¿Qué te ha dicho? (pregunto mi padre)
-. Que si estábamos en Barcelona los dos, está loca (mientras sonreía por la ocurrencia de mi hermana)
.- bueno, otro día te termino de contar las cosas, a solas ¿vale? (mi padre estaba muy serio)
-. Vale (acepte preocupado)
No quise decir nada, pero tanto secretismo no auguraba nada bueno, al poco el camarero nos trajo los pinchitos y al poco llego mi hermana, que me abrazo al llegar y se quedo tomando algo con nosotros, mi padre cambio el tema totalmente y hablamos de mí.
.- ¿quieres tomar algo Laura? (pregunto mi padre con amabilidad)
.- si, una caña de cerveza (dijo ella totalmente convencida)
Yo me sorprendí de que mi padre con lo tradicional que era, teniendo diecisiete años la dejara tomar cerveza y tanto que habían cambiado las cosas por aquí.
.- ¿y algo de comer?
.- no, ya tengo la cena echa en casa, tengo macarrones con queso (haciendo un sonido que aclaraba que el plato le encantaba)
Mi padre llamo al camarero le pidió la caña al camarero y entre que la traía, continuamos con la conversación.
.- ¿entonces como que has venido a vernos? (pregunto mi padre, para cambiar de tema)
-. Ya sabes que el trabajo allí va por temporada, el primer año estuve tres meses, este año nueve meses y quizás el siguiente, ya solo vuelva por vacaciones.
.- Por navidades tienes que venir (dijo mi hermana, mientras que el camarero le daba su caña)
-. No lo creo, navidades en la hostelería es un día fuerte, este año porque estaba la cosa paradita, que si no hago el año entero
.- ¿tienes paro? (pregunto mi padre)
-. No, me faltara dos o tres meses más o menos, porque en algunos estuve en media jornada el año pasado y tres meses de este año he estado solo fines de semana.
.- ¿has venido con mucho dinero? (pregunto mi padre)
-. No mucho, pero el suficiente para mantenerme hasta marzo sin derrochar demasiado
.- ¿Qué has trabajado mucho? (pregunto mi hermana)
-. Todo el día… la verdad es que estoy molido, entre que ayer trabaje, que hoy he madrugado y todo el día en el tren, por mi me acostaba ya.
.- otro día, damos una vuelta hoy descansa hijo, la cuenta por favor.
El camarero comenzó a ajustar la cuenta
.- ahora que vengo yo, os vais (protesto mi hermana, la cual sin problema termino la caña de un trago, ante mi asombrada mirada)
-. Mañana vamos al Foster Hollywood a comer, invito yo, vamos los cuatro y la tita, ¿vale?
A mi padre no pareció hacerle mucha gracia, pero asintió como si no quisiera contradecirme, a mi hermana pareció hacerle mucha ilusión y así nos fuimos los tres para casa, yo llegue, busque mi pijama y me acosté, en realidad no solo estaba cansado, estaba preocupado, pero sabía que así no podría hablar con mi padre, así que lo mejor era acostarme.
A la mañana siguiente, me desperté por la pelea que tenían organizada en el salón mi madre y mi hermana, serian las siete de la mañana, me levante tras mirar el móvil y mi madre al verme me abrazo, me dio dos besos y:
.-Buenos días hijo, ¿Qué haces aquí? Siento haberte despertado es que tu hermana…
.- De mi no digas nada, que la culpa la tienes tu. (Cuando iba a responder, interrumpió mi hermana)
.- ¡que te calles, ya! (grito mi madre a mi hermana)
Yo no sé cuando se volvió mi hermana así, pero yo estaba alucinando de cómo había cambiado en nueve meses, decidí no meterme en nada, hasta que supiera que pasaba aquí.
.- ¡a mí no me grites! (devolvió el grito a mi madre, mi hermana)
Cuando dejaron de discutir un poco, calmándose la cosa, conteste:
-. Buenos días mama, que hasta marzo no tengo trabajo allí, no pasa nada si me pensaba despertar a las ocho
.- que sorpresa nos has dado (me volvió a abrazar) ¿y qué vas a hacer ahora?
-. No lo sé, aun estoy pensándolo
.- bueno, ¿Cuánto dinero has traído esta vez?
-. Nueve mil ochocientos euros (dije no muy seguro de decirle la verdad)
.- no te lo gastes todo, bueno, nos vemos a la hora de comer, que ya me ha dicho Laura el plan
-. No te olvides de la tita María
.- tranquilo no me olvido (contesto mi madre, antes de salir de la habitación, para seguir con la pelea con mi hermana)
La tita María, era mi tía abuela, tenía ochenta años recién cumplidos y era la mujer que me había criado, para mí, como si fuera una segunda madre. Desayune tranquilamente, un vaso de café con leche y media tostada con mantequilla, mientras miraba las redes sociales, el móvil, lo había conseguido estaba aquí y nadie lo sabia o al menos eso parecía. Cuando mi hermana y mi madre salieron a la calle, mi padre salió de su cuarto, como si una cosa fuera incompatible con la otra.
.- Todas las mañanas igual (se quejo)
-. Papa, voy al gimnasio, ¿te vienes?
Por un momento se lo pensó, llegue a creer que diría que no, pero de repente sonrió y dijo: vamos a prepararnos. Cogí una maleta negra que tenía por casa, metí unas calzonas, una camiseta negra de mangas cortas, mi toalla de gimnasio y una botella de agua pequeña, fui con todo listo hasta la puerta del cuarto en el que mi padre estaba.
-. ¿Estás listo, papa?
.- enseguida, espérame un poco.
Espere en la puerta unos minutos hasta que mi padre salió y ambos nos pusimos en camino hacia el gimnasio.
-. Papa, he estado pensado, ¿Por qué no te vienes conmigo a trabajar a Barcelona?
Mi padre se quedo mudo en un primer instante con mi ofrecimiento y luego acertó a contestar: ¿crees que alguien me contrataría, con mi edad, mi enfermedad?
-. No lo creo, estoy totalmente seguro.
.- Bueno, pero para eso me tienes que ayudar a ponerme en forma, porque si no, seré yo el que no aguante el ritmo, es así y quizá no lo aguante.
-. Seguro que si papa
Estuvimos el resto del camino callados ya que mi padre se asfixiaba y se tenía que parar para respirar, estaba muy mal, pero yo lo iba a ayudar esta vez seria yo el que no le fallaría a él. Entramos en el gimnasio, pagamos cada uno veintiocho euros, yo intente invitarle, pero se negó tras eso, comenzamos a entrenar de manera suave.
Quince minutos de bicicleta en mi caso, quince minutos caminando al tres en la cinta en el suyo, luego un par de series de abdominales superior cada uno, mas tarde tres series de pre banca de pecho, pre banca inclinada de pecho, apertura, bíceps, martillo, antebrazo y concentrado, estuvimos charlando poco, porque todo lo que habláramos tendríamos que repetirlo más tarde, así que nuestra conversación se centraba en el ejercicio, luego tras una hora y cuarto de ejercicio, nos duchamos en casa, el se metió en el cuarto, yo me puse en el ordenador escuchando música, tras unas horas descansando, salimos juntos y nos fuimos en la furgoneta de mi padre, recogimos a mi tita, para ir al Foster todos juntos.
Al llegar al Foster, nos fuimos para la recepción donde nos atendió una mujer
.- ¿Cuántos sois?
-. Cinco, somos cinco. (Tome yo la iniciativa)
.- Síganme, les acompaño a su mesa.
Nos sentó en la esquina de la derecha, el camarero que nos toco nos trajo las cartas y yo le pedí: vamos a querer todos, el menú mediodía
.-enseguida os lo traigo.
Mientras nos traía los menú mediodía, estuvimos ojeando la carta y tanto mis padres, como mi tía abuela María, todos protestaron por el precio, yo solo sonreí y aclare: tranquilos, solo me va a costar 9’90 cada menú.
.- Podríamos ir al McDonald y te saldría más barato el menú
-. Pero esto es una ocasión especial, para celebrar que vuelto, padre y veréis lo bueno que esta.
.- uf que caro todo
-. No te preocupes tita, vamos a pedir un menú
.- ¿sí?
-. Si, tranquila
Mi tía estaba un poco sorda, así que muchas veces no se enteraba de las cosas y apuesto cualquier cosa, a que esta vez había sido una de ellas. Poco después el camarero nos trajo los menús y nos pusimos a ojearlos. Les explique cómo iba ya que era la primera vez que venían al Foster, ellos.
-. Primero elegís la bebida, luego un entrante, que yo os aconsejo las patatas con queso y bacón son su plato estrella, luego el primer plato, que yo me pido siempre la hamburguesa y el postre se elige tras comer.
.- uf que de comida, yo no como tanto, ¿eh? Yo pido uno y ya está (anuncio mi tía)
Yo por toda respuesta sonreí
.- Tita, tienes que pedir de todo, que se lo cobran igual (explico mi madre)
.- Si, pero, ¿tú qué quieres, que reviente? (protesto mi tía)
Todos nos reímos ante su comentario y mi madre siguió hablando con ella, para convencerla de que lo que sobrara lo pidiera para llevar.
.- ¿entonces las patatas esas y la hamburguesa, crees que me gustaran a mí, Dani? (pregunto mi padre)
-. A mí me encantan, yo creo que sí, aunque a veces no tenemos el mismo gusto. (Dije reflexionando en voz alta, más que contestando)
Al poco llego el camarero
.- ¿Saben que van a pedir, ya? (algo nervioso)
-. Aun no, danos cinco minutos, ¿vale, gracias?
.- sin problema, ¿saben que quieren de beber al menos?
Mientras yo le preguntaba a mi padre y mi hermana, mi madre lo hablaba con mi tía
-. Yo quiero coca cola zero, mi padre una jarra de cerveza, mi hermana fanta naranja, mi madre y mi tía quieren…
.- nosotras queremos dos nestea.
Mi hermana empezó a hacerse selfies conmigo, a lo que yo me uní con gusto, ya que ambos sabíamos ya lo que queríamos las ultimas en decidirse fueron mi madre y mi tía, entre tanto nos trajeron las bebidas y poco después cuando volvió el camarero, pedimos.
-. Mi padre y yo queremos las patatas con queso y bacón y la hamburguesa de un cuarto de libra
El camarero se notaba que era nuevo, iba bastante lento apuntando y se notaron sus nervios cuando se equivoco y tuvimos que repetir el proceso desde el principio, yo había pasado por lo mismo en Barcelona al principio cuando llegue este año, así que no dije nada.
.- yo quiero macarrones a la carbonara de entrante y unas alitas de pollo a la barbacoa de primer plato. (Dijo mi hermana)
.- nosotras queremos la ensalada Hollywood y el solomillo con patatas al burbon
Le pedimos una foto al camarero y tras hacérnosla mi tía empezó a hablar conmigo
.- Dani, ¿no te da pena irte tan lejos, tan lejos de tu familia? (con cara triste sus palabras salían del corazón)
-. Que le hago tita, tengo que ir adonde puedo trabajar, yo sería el más feliz del mundo teniendo trabajo aquí, pero no encuentro nada, llevo años echando curriculum sin conseguir nada, esto era mi última opción y salió mejor de lo que esperaba. (Vomite las palabras que costaban tanto trabajo pensar como decir)
.- claro, es normal, tiene que ir adonde tiene pan, para comer (dijo aun más triste, pero comprendiendo lo que decía)
-. Pero yo siempre volveré para verte tita, una vez al año tranquila, que nos volveremos a ver (le guiñe el ojo)
.- si sigo viva (rio ella)
Mi tía llevaba cuatro años diciendo que no pasaba de este año, pero quitando un infarto cerebral que le había dado sin daños considerables, ella estaba bastante bien)
.- anda tita, si tu nos vas a enterrar a todos (dijo mi madre)
.- Pilar si usted está muy sana (dijo mi padre)
.- tita no digas mas eso, ¿eh? (protesto mi hermana)
Ella seguía riendo sin malicia alguna, yo estaba serio y callado en este momento porque no podía evitar pensar, que el año que viene, igual que este año estando en Barcelona, había muerto mi abuelo, el año que viene podía ser ella la siguiente y no me lo perdonaría, no poder asistir a su entierro ni lo más duro, despedirme de ella, yo solo rece mentalmente para que no pasara.
Poco después nos trajo el entrante, fue una mayor gozada para mi, verlos comer a ellos, más que disfrutar del manjar yo mismo, mi tía hasta rebaño el plato, todos quedaron llenos con el entrante, excepto yo, que incluso me comí casi medio plato de patatas, de las de mi padre.
Algunos repetimos bebida, como mi padre y yo, la ultima en comer fue mi tía y tras eso, recogieron los entrantes y nos trajeron el primer plato. Mi tía dijo que no podía mas, mi madre que tampoco y mi hermana igual, mi padre que estaba lleno y yo dije que deberían de haber venido sin desayunar, como yo.
Aun así, mi padre se comió la hamburguesa, pero no las patatas, mi hermana se lo comió todo, mi madre dejo la mitad, pero mi tía que era la que mas protestaba, se lo comió todo lo suyo y lo de mi madre, dejando tan solo un filete, que pedimos para llevar a pesar de las protestas de mi tía, porque se le metió en la cabeza enrollarlo en una servilleta y metérselo en el bolso.
Mientras que elegíamos el postre, aunque mi tía decía que no quería nada más y todos los demás mirábamos la carta, mi madre intentaba que me llevara a mi padre a trabajar a Barcelona y a mi hermana también, aunque viendo como era ahora, ni loco me la llevaría, me tendría que matar con ella a la vuelta de la esquina.
Mi madre pidió una copa de helado de fresa y vainilla, mi tía también, mi hermana y yo una tarta de chocolate y mi padre pidió un bizcocho, tras eso, pedí la cuenta y pague con la tarjeta de crédito, me apetecía dar un paseo con todos, pero la verdad no estaba el ambiente para eso y hacia un poco de frio.
Llevamos a mi tía a casa con la furgoneta, yo me asegure que llegaba bien a su casa, subiendo con ella en el ascensor, quede en ir a comer a su casa como hacía antes, una vez a la semana y tras eso nos dimos un par de besos y un abrazo muy gordo, para bajar a la furgoneta de mi padre, sentándome en el asiento del copiloto de nuevo, tiramos para casa, dejamos allí a mi hermana y mi madre, mi padre me pregunto:
.- voy a ir al decatlón, ¿te vienes? (dijo mi padre con una sonrisa)
-. Venga voy (devolviéndole la sonrisa)
Nos despedimos de ellas y nos fuimos hacia el Puerto de santa María, por el camino…
.- ¿te has fijado en que a tu hermana y a tu madre, no les ha hecho gracia que nos vayamos juntos?
La verdad es que mi madre había intentado que mi hermana fuera con nosotros y ella no había querido porque mi padre no la había invitado, pero la verdad es que no me había fijado mucho, pero con esto que me había dicho, tenía que explicarme, que estaba pasando aquí.
-. Papa, creo que ya es hora de que me cuentes que está pasando, aquí.
.-Tu madre me ha dejado, tu hermana y tu madre se han unido contra mí, ahora que has venido, la cosa parece que se ha calmado, pero estaban fatal conmigo, yo todo el día encerrado y ellas fuera…
Yo me quede un poco en shock al oír eso, se que estos últimos años no estaban muy bien, pero tanto como para cortar, ellos eran lo único en el mundo que me hacía pensar, que el amor existía de verdad, ya que yo no había tenido suerte ninguna en el amor pero si ellos llevaban toda la vida juntos, es que tenía que existir, además yo era algo tradicional, así que pienso que se puede tener una sola pareja para toda la vida. Pero esto era el remate, para lo que yo pensaba del amor, no sabía lo mal que lo estaba pasando mi padre y lo mal que lo estaría pasando mi madre, quizá era esto lo que había desencadenado este comportamiento en mi hermana, yo solo sé que me había dejado mudo.
.- ¿No dices nada, hijo? (dijo preocupado por mi total silencio)
-. No sé qué decir y tampoco creo que deba decir nada (ahora era yo el que miraba la nada, mientras que reflexionaba todo esto)
.- Tienes razón, esto es entre tu madre y yo, pero creo que deberías de saberlo. (Bastante mal, no sé si por contármelo, por la situación aunque creo que más bien fue un poco por ambas)
-. Gracias por contármelo
Después tras un rato de incomodo silencio
-. ¿Para qué vamos al decatlón, papa? (pregunte con curiosidad)
.- Tengo que comprar ropa para el gimnasio, así hablamos un poco y salgo un rato de casa. (Dijo con total sinceridad)
Poco después llegamos, compramos un paquete de proteínas entre los dos para los dos, el se compro dos camisetas sin mangas para el gimnasio de colores oscuros y dos con mangas también de colores oscuros y un reloj digital con pulsómetro para controlarse las pulsaciones del corazón. Yo me compre 4 camisetas sin mangas: una negra, una blanca, una azul brillante y una gris, tres con mangas: una blanca, una negra y una verde, un paraguas negro, un reloj digital con cronometro y por ultimo dos calzonas negras.
Yo pague cuarenta y seis euros, mi padre treinta y dos, más veinticinco euros de las proteínas cada uno. Tras eso volvimos a casa equivocándonos de camino, en vez de coger por la carretera de siempre, cogimos por el puente nuevo, por cierto era precioso y daba un poco de impresión la altura que tenia, entre que aparcamos y todo, se hizo de noche, ya que Cádiz tenía un gran problema de falta de aparcamiento, como siempre.
Cenamos algo ligerito ya que en el almuerzo habíamos comido por dos días, mi padre se encerró tras eso en el cuarto, mi madre estaba dormida en el sofá del salón, ignoraba donde estaba mi hermana y yo me acosté. Empecé a vislumbrar lo que haría de aquí en adelante, aunque sería un poco monótono, era lo único que podía y debía hacer.