Volverás

Hay sentimientos que se tatúan de tal modo en el alma que son imposibles de borrar a pesar del paso del tiempo y la indiferencia.

Volverás. Los dos sabemos que volverás. Pasará mucho tiempo antes de que lo hagas, pero volverás.

Y yo seguiré estando aquí. Te abriré la puerta de mi vida como siempre he hecho y me mostraré contigo natural y cercana. En una cafetería discreta que quizá hoy todavía ni exista, nos citaremos para charlar y mirarnos a los ojos. Ambos nos sorprenderemos por el cambio físico del otro, quizá los años hayan sido crueles con nosotros. O quizá no. Me encontraré con un hombre muy maduro, con canas adornando tu pelo y más arrugas surcando tu piel. Pero me niego a pensar que el tiempo robe tu esencia, tu mirada, el gesto de tu boca cuando hablas...

Me fijaré en tus manos, que seguirán tan grandes y masculinas. Tu presencia, estoy segura, seguirá siendo varonil y elegante.

Nos interesaremos por nuestros hijos y nuestros trabajos. Me dirás que sigues en el mismo y me hablarás de ello con tono monótono y cansado. Ninguna novedad.

Hablaremos un rato sobre mi matrimonio, porque hacerlo sobre el tuyo es algo que esta vetado.

El tiempo transformará los recuerdos en momentos divertidos y de cariño, estoy segura de que lo malo apenas hará acto de presencia en nuestra conversación. Volveremos a pedirnos perdón aun a sabiendas de que ambos estamos perdonados por el otro desde este triste presente.

Será un encuentro bonito, tierno y que nos va a hacer mucha ilusión. Porque siempre es bueno recordar momentos importantes de nuestra vida, sobretodo cuando no existe rencor.

Pero no habrá más.

Yo no temblaré cuando contactes conmigo por volver a saber de ti, no sentiré que me falta el aire cuando vuelva a escuchar tu voz. Los nervios no se apoderarán de mí ante la idea de volver a verte ni imaginaré ansiosa cómo serás después de tantos años. Mi corazón ya no latirá fuerte al recordar tu nombre y mi sexo no arderá de placer imaginando nuestros encuentros.

No pasaré horas eligiendo el vestido que más me favorece, ni me esforzaré en estar perfectamente peinada y maquillada para que me veas bonita, ni siquiera me perfumaré con mi mejor aroma ni saldré a comprar un precioso y sexy conjunto de ropa interior pensando en estrenarlo para ti.

Nada de eso ocurrirá porque el tiempo, que todo lo cura, me habrá ayudado a olvidarte. Cuando vuelvas a mi vida te habrás convertido en "uno de tantos", en un recuerdo amable que formará parte de mi pasado. Nada te hará especial. Y siento pena. Pena porque ya nada será lo mismo. Las sensaciones que estoy segura que ahora me llevarían a sentirme en un sueño, irán disipándose con el paso de los años. Y lo harán poco a poco, hasta convertirse en una nebulosa en la que los recuerdos y las sensaciones se mezclan sin demasiada lógica y sentido.

Y tus besos ya no sabrán a Universo....al centro de mi Universo. Tu mirada ya no me recorrerá el alma haciéndome estremecer. Tus caricias no erizarán mi piel ni despertarán mis ganas. Tu voz ya no me hará temblar y mi cabeza no te imaginará desnudo sobre mi cama durante el tiempo que dure nuestra charla.

No me escucharás pedirte que me folles y que me conviertas en tu puta. Las súplicas que siempre escuchaste y que tan mal te hacían sentir, se convertirán en un eco muy lejano del que apenas quedará un susurro. De mi boca no volverá a salir un "te quiero". Esa forma tan mía de mirarte, esa que te inquietaba, ya no la verás en mis ojos.

No volveremos a compartir mi cama, esa que durante tanto tiempo te había esperado paciente.

Tu polla ya no será "mi gordita" y no sentiré el deseo emanar de mi boca mientras te beso, mientras te lamo y te mordisqueo con mi lengua húmeda y deseosa por ti.

Los maravillosos anales, en los que me embestías como un loco porque yo te hacía descubrir tu parte más bestia y primitiva ya serán parte del pasado. Los gemidos que me arrancabas al poseerme tan sólo serán sordos recuerdos. No te suplicaré que me azotes, que me abofetees, que me hagas tuya y que nunca dejes de hacerlo. Mi mirada no se clavará en ti mientras me follas casi haciéndome el amor, haciéndome llorar de puro placer al correrme mientras me masturbas.

Mis oídos no se derretirán porque me susurres que soy tu puta, ni mi lengua buscará la tuya para que ahogues mi sed. Jamás volveré a tocar el cielo mientras te observo y siento como llegas al orgasmo, mirando esa carita tuya transformarse y desencajarse. Tu cuerpo ya no caerá pesado sobre el mío agotado tras el esfuerzo.

No más lluvia dorada, no más sexo cerdo, no más caricias ni besos. Ya no habrá más fotos ni vídeos mientras te corres en mi boca, tan solo te quedará el mérito de ser el único que lo ha conseguido.

Ese mensaje que me mandabas cuando regresabas a tu casa dándome las gracias y diciéndome que había sido maravilloso nunca sonará en mi teléfono.

Nada de eso ocurrirá porque yo ya habré aprendido a vivir sin ti, aunque eso ahora me parezca imposible.

Ese día, en esa cafetería, seremos apenas dos desconocidos. Aunque, ahora que lo pienso, creo que nunca hemos pasado realmente de eso.