Volver a vivir 3

Aquí va la continuación. espero sus comentarios.

Capitulo III

Abrí la puerta intentando secar mis lágrimas, pero era imposible ocultar mis ojos completamente rojos.

-Fer!!- exclamó vale asustada. – pero ¿que ha pasado?, ¿que te sucede?-

-lo arruine vale, ¡lo arruine!-

-ya tranquila, no llores más.-

Se acercó a abrazarme, no podía dejar de llorar, no podía entender como había dejado pasar una oportunidad así, ¿que me estaba pasando? El hecho es que no puedo sacarme a Sofía de la cabeza, no en la  forma en que están pensando, sino en todo lo que yo di por ella, todas las cosas que hice por ella, me desvivía por esa mujer, niña, o como sea que quieran llamarle, para que al final me diga que todo fue una maldita mentira. No puedo enamorarme otra vez, no me siento capaz de amar a otra mujer otra vez., No puedo.

-ya está fer, yo estoy aquí.-  dejo de abrazarme y nos fuimos a sentar al living y vale se fue a preparar dos cafés,  le pedí que el mío lo haga bastante fuerte.

-aquí tienes- dijo vale acercándose y sentándose al lado mío. – está caliente, ten cuidado.-

-gracias- le dije.

  • ¿y bien?, me contaras ¿que es lo que ha pasado?-

  • Es que iba todo tan bien vale, Eliana produce en mi sensaciones que yo creía que estaban muertas dentro de mí, estábamos a punto de darnos un beso cuando Salí corriendo y la deje ahí parada sola sin darle explicación, ni motivos solo la deje ahí.-

-Entiendo, déjame adivinar, Sofía ¿verdad?-

-si…- le dije queriendo hundir mi cara en la pequeña taza de café.

-Mira Fernanda, yo entiendo que hace poco muy poco, tú y esta niña se han separado, pero debes pensar en ti, debes seguir adelante, no puedes quedarte toda la vida lamentándote y creyendo que no eres nada.-

-Eres una chica excelente, tienes mucho camino por delante, recuerda que un tropezón no es caída debes seguir adelante, no mirar hacia atrás y ver todo lo que te espera por vivir y descubrir, si no quieres nada con Eliana está bien tomate tu tiempo, pero no te quedes aquí lamentándote por las cosas que ya han pasado, a partir de ahora debes retomar tu vida nuevamente, no dejes que esta mujer te destruya.-

-          Se que tienes razón y lo entiendo, pero es que es muy difícil, te juro que en mi cabeza escucho todo el tiempo sus palabras, que no valgo nada, que no se amar de verdad, que soy una basura.-

-          Son cosas muy dolorosas sabes?, y el escucharlas me parte el alma.-

-          Pero cuando estoy con Eliana es muy distinto me siento capaz de todo con ella, siento que he vuelto a respirar, no te imaginas lo que siento con tan solo tenerla cerca, pero…. Cuando llego ese momento en el que íbamos a besarnos me bloquee y no pude continuar.-

-          Ves vale?  No sirvo para nada soy una inservible.- y rompí a llorar nuevamente.

Vale no hizo más que abrazarme y quedarse conmigo el resto de la noche. Me contó que      había vuelto porque se había olvidado que sus cosas estaban en mi depto. y regreso a buscarlas.

No recuerdo en que momento me quede dormida, al  día siguiente desperté con un terrible dolor de cabeza, Mi reloj marcaba  ya las 7AM, me levante de la cama me duche y me prepare el desayuno, vale seguía durmiendo, realmente se notaba muy cansada y dormida así que no quise despertarla. Me vestí para ir al trabajo, camisita blanca, pollera gris, unos zapatos con un taco no muy exagerado, me recogí el cabello, me puse apenas una base y me delinee los ojos. Generalmente no suelo usar mucho maquillaje ya que no me gusta pero hoy quise ponerme un poco, quería empezar una vida nueva, cambiar cosas en mí. Salí afuera  me pedí un taxi y tome rumbo hacia mi trabajo.

Ya en la empresa al primero que encuentro es mi jefe.

-          ¡Fernanda!- grito mi jefe era muy notoria la gran sonrisa que se le había dibujado en su rostro.

-          Daniel. Buenos días, ¿cómo has estado?-

-          No muy bien en estos días que no has estado en la empresa, pero ahora que estas aquí me siento mucho mejor.-

Se acercó a mí me dio un abrazo y dos besos en mis mejillas.

-ven mi niña, vamos a charlar a la oficina hay muchas cosas de las que tenemos que hablar.-

  • claro, vamos hay mucho de qué hablar.-

Tomamos el ascensor  y nos dirigimos hacia su oficina, la cual estaba en el último piso claro, al llegar vi que mi escritorio estaba tal cual yo lo había dejado, mi jefe no había dejado que nadie tocara nada de el, estaba todo intacto. Llegamos al último piso, nos dirigimos a su despacho, el llamo y pido que no le molestaran sino era urgente y corto el teléfono.

-          bien Fernanda, quiero saber que te ha sucedido, que es lo que te ha pasado, quiero que me cuentes todo niña.-

-          veras Daniel es que yo bueno, he terminado con mi pareja en realidad ella ha terminado conmigo, y quede muy mal luego de esta ruptura. Si no hubiese sido por  mi mejor amiga no estaría aquí hablando contigo. Quede destrozada y de a poco me estoy recomponiendo. Sé que me porte muy mal al no avisar nada a nadie y más a ti, si quieres despedirme lo entenderé, pero es que quería estar sola, solo con mi dolor, no quería ver a nadie estaba y aun lo estoy créeme, destrozada, pero intento poner mi mejor cara y hacer el esfuerzo por las personas que tengo a mi alrededor, vos sos como un padre para mí y siempre voy a estar agradecida por el gran trabajo y confianza que has depositado en mí.-

-          pero Fernanda, yo despedirte? A ti? No mi niña para nada. Supuse que algo así te había pasado y pensé que querías estar sola solo que me preocupe en el sentido de que no sabía nada de ti, y si te pasaba algo no me lo hubiese perdonado. –

-          quiero que sepas que cuentas conmigo para lo que necesites y gracias por volver Fernanda. Tu para esta empresa eres muy valiosa espero que lo sepas.-

-          gracias Daniel de vedad eres muy amable conmigo.-

Mi jefe supo desde el momento que me contrato cuales son mis inclinaciones sexuales, jamás me dijo algo al respecto y yo nunca le he demostrado una conducta inapropiada en cuanto a eso soy muy reservada y respetuosa más en mi lugar de mi trabajo.

Nos paramos los dos al mismo tiempo yo me estaba dirigiendo hacia la puerta, cuando esta se abre y detrás de esa puerta venia entrando la persona que jamás me imagine que cruzaría esa puerta, no podía  creer lo que veían mis ojos. Nuestras miradas se encontraron, sentía que me miraba con cierta tristreza en sus ojos, con cierta decepción y yo sabía muy bien el porqué.

-          ¡papa! Hace mucho que tiempo que he llegado, ¿tienes para más tiempo? O ya estas disponible para mi ¿papa?-

-          Si hija lo siento mucho pero estaba ocupado con la señorita, aquí presente.-

-          Quiero presentarte a mi secretaria, Fernanda caballero, ella es mi hija Eliana Monterrey-

-          Un placer- dije extendiéndole la mano a lo cual ella hizo lo mismo.

-          Lo mismo digo.- dijo ella agitando mi mano.

No podía creer lo que estaba sucediendo, jamás me imagine que ella sería nada menos que la hija de mi jefe. Realmente estaba asombrada y por supuesto esta chica esta fuera de mi alcance, no puedo estar con ella no debo hacerlo.

-          bueno Fernanda espero todo haya quedado claro, si me disculpas debo retirarme como vez mi hija me espera.- nos estamos viendo, cualquier cosa me llamas si?-

-          si Daniel anda tranquilo, yo tengo que hacer mucho trabajo.-

Salieron los dos por la puerta, Me quede en la oficina ordenando papales y buscando archivos que iba a necesitar para empezar a trabajar, iba cargada de papeles  cuando fui a abrir la puerta, esta se abre de golpe, nuevamente, provocándome que cayera al suelo tirando todos los papeles.

-          ¡lo siento!, es que no te vi. discúlpame.-

-          tranquila- le dije desde el suelo, estos encuentros entre tú y yo se han hecho una costumbre.-

Me extendió la mano para poder ayudar a levantarme, el sentir sus suaves manos tomando la mías, es muy hermoso para mí, su suavidad la forma en que toma mis manos hace que me olvide de todo y solo tenga ojos para mirarla a ella. Al tomar mi mano me empuja hacia arriba de manera que mi cuerpo se encontró muy pegado al suyo, podía sentir su respiración, agitada, sus ojos se centraron en los míos no podíamos dejar de mirarnos, me tenía así pegada a su cuerpo sus manos estaba rodeando mi cintura, me sentía en el cielo, pude sentir que me encontraba como elevada del suelo, estaba en el aire con ella ahí mismo.

-          me encantan que nuestros encuentros sean así…- al decir esto su tono se torno   demasiado sexy  aun no me soltaba y yo estaba ahí hipnotizada solo con escuchar sus palabras.

-          ¿me puedes soltar por favor?-

Se lo dije en el tono más tranquilo que pude no quería que notara mis nervios. Ella y yo no podíamos estar juntas, pero el estar así hacia que me olvidara de todo y no quería provocar una locura ahí misma. Yo realmente no estaba preparada para tener otra relación, sé que ella provoca en mi sensaciones que son inexplicables, pero mi corazón aun esta lastimado. Y ella era una chica prohibida para mí, eso me ha quedado muy claro.

-          tu no quieres que lo haga, lo sé...- su voz era muy sexy…! Dios! Ayúdenme por favor!

-          Aparte señorita, usted y yo dejamos algo pendiente anoche. Y he venido a buscar lo que me pertenece.-

-          Eli yo… veras es que… no puedo estar contigo.-  se lo dije mirándola directamente a los ojos ella en es momento me soltó y se alejó un poco de mí.

-          Lo siento mucho si estos días te he confundido, pero esta relación no puede ser tu eres la hija de mi jefe, yo no soy la chica indicada para ti.-

-          No me importa si eres empleada de mi padre, y no sabes si eres o no esa chica.-

-          me gustas Fernanda, me gustas mucho.- todo lo que me estaba diciendo lo decía muy tranquila, cada vez se iba acercando más a mí y yo retrocedía más atrás hasta que llegamos al escritorio coloco sus manos mi cintura, yo ya no podía controlar esta situación todo se me estaba saliendo de las manos,  coloco su boca en mi oído y me susurro:

-          Hare lo que sea para conquistarte ya lo veras…-

Dicho esto se dio media vuelta  se fue. Y yo me quede ahí muy confundida, mi cabeza daba mil vueltas en ese momento no entendía nada. Respire hondo, junte todos los papeles y me dirigí a mi escritorio me la pase todo el día haciendo planillas, libros contables, realmente tenía mucho trabajo. No quise almorzar así que les dije a mis compañeros que vallan ellos yo no tenía apetito.  Estaba compenetrada en el trabajo y de buena forma me servía pero solo un poco, ni con todo el trabajo que tenía podía sacarme sus palabras de  mi cabeza, sonaban una y otra vez.  Eran las 20.00 PM y yo aún seguía en la empresa. Mi jefe me llamo por teléfono y me dijo que dejara para mañana, que me valla a descansar, yo le insistía que no que quería terminar todo, pero él me insistió y me dijo que me valla a descansar. A lo cual tuve que hacerle caso. Apague todo y me dirigí al ascensor, en la empresa no había nadie ya, solo se encontraba el guardia de seguridad nadie más, ya todos se habían ido.  Apreté el botón para  dirigirme hacia la planta baja, cuando de repente alguien abre la puerta del ascensor.  Y no podía creer quien era. Era Sofía!  Traía un arma y se metió en el ascensor junto a mí.

-          quédate quietita y calladita Fernanda.- coloco el arma en mi abdomen y jalo el gatillo hacia atrás

-          puedo asegurarte que si gritas, aunque nadie te va a oír claro, te lleno tu hermosa pancita de balas.-

No tuve más remedio que quedarme callada, estaba temblando de miedo, y mis lágrimas caían por mis mejillas no lo podía evitar, estaba aterrada.-

-realmente pensé, que no ibas a tener los ovarios como para empezar tu vida de nuevo, oh si Fernanda, te he seguido te he visto en la playa en el parque, lo sé todo, y sabes ¿qué? Estoy muy enojada, porque tu ¡basura! No puedes seguir con tu vida así como así, tú mereces sufrir y yo me voy a encargar de que hoy lo hagas.

Había colocado sus manos en mi boca por lo que no me dejaría hablar yo solo lloraba, sin consuelo, sabía que iba a hacerme daño y no tenía  nadie quien me ayudara, al parecer el guardia de seguridad ni cuenta se había dado que ella había entrado a  la empresa.

  • oh ya verás Fernanda lo que  te Hare.-  el ascensor se detuvo y llegamos a la plata baja, salimos del ascensor ella me apuntaba por la espalada con el arma haciéndome caminar hacia un baño que había allí, nos metimos ahí dentro y empezó a pegarme con el arma sin piedad, por la cara en el estómago, yo no podía más del dolor, veía la sangre en el piso, sentía dolores muy fuertes en mi espalda, caí al piso en eso me empieza a pegar patadas en el estómago, no podía más del dolor. Cuando de repente se detuvo.

-          eres una ¡puta!.- y ahora te comportaras como tal, empezó a sacarse el pantalón, quedándose en ropa interior traía una mochila con ella, de la cual saco un gran consolador con un arnés y se lo coloco, eso realmente era grande muy grande. A mi particularmente jamás me gusto usar esas cosas, yo soy más de lo natural, y a Sofía tampoco le gustaban, pero estaba sorprendida con todo esto, no podía creerlo en quien se había convertido, quien era realmente, porque yo no conocía esta chica así.

-          Ya verás cómo te voy a cojer, como una verdadera ¡puta!- me tomo por los pelos me tiro muy fuerte para levantarme del piso y me coloco en la pileta del baño de espaldas hacia ella, yo  no podía sostenerme en pie, ella tenía mucha fuerza, como pude me agarre de la pileta, ella con una mano sostenía el arma y con la otra el horrible coso ese de goma. Subió mi pollera, me arranco mi ropa interior, con la mano, y sin más agarro ese coso de goma horrible, y me lo metió por la parte atrás, de una, sentí como me desgarraba por dentro, sentía caer la sangre por mis piernas, el dolor era insoportable, ella se movía una y otra vez y al parecer lo disfrutaba había dejado el arma y me tomo con las dos manos, haciendo que sus embestidas sean más fuertes. Sentí que mi vista se nublaba por momentos, mis piernas dejaron de sostenerme, caí al suelo, sentí una fuerte patada en mi cola  a los lejos escuche una voz, que me gritaba mi nombre…, alguien venía corriendo, Sofía agarro el arma y salía del baño con el arnés puesto gritando que si me movía o si alguien intentaba detenerla iba a disparar. Se alejó corriendo en ropa interior, con un arma y ese coso puesto.

Mi visión estaba borrosa, pude ver que alguien se acercaba y me decía

  • mi vida…. Tranquila ya estoy aquí…- nadie va a hacerte daño.-

Esa voz la pude reconocer al instante, era mi Eliana, ella vino a rescatarme.

Como pudo me levanto del piso, me sostuvo entre sus brazos y llamo una ambulancia enseguida. Yo realmente no tenía fuerzas para sostenerme en pie, sentía mucho dolor, siento que mis piernas ya no me responden…me duele cada parte de mi cuerpo y me siento desgarrada por dentro, la sangre no para de salir, tengo mucho frio… sentía las sirenas, venia gente corriendo, me sentía desvanecer del dolor, mis vista se nublo, y mis ojos se cerraron…