Volver a encontrarte ii

Summer descubre que sora es su amor de niña. peero su trabajo le dejara tiempo para compartir ese amor con la persona que tanto ama

VOLVER A ENCONTRARTE

Eugenia

  • Estupendo, muchas gracias Summer, oye tengo que dejarte, tengo que volver a la oficina.

  • Muy bien.

  • Ah!, por cierto, el capitán ha dicho que te quiere ver en su oficina.

  • Mañana me pasare.

  • Muy bien, bueno, que pases buena noche - dijo con una sonrisa pícara.

Zell se fue de allí. Summer sintió que alguien estaba detrás de ella, se giró y se encontró con unos ojos verdes más calmados.

  • Todo va bien? - preguntó Sora.

  • Si, tranquila.

  • Vale.

  • Sora, hoy tendrás que venir conmigo a mi casa, me han pedido que cuide de ti por si acaso no fue solo una casualidad que te cogieran a ti.

  • Entiendo.

  • Bien, pues vamos.

Sora siguió a Summer hasta su coche. La morena dejo su rifle en la parte trasera del coche. Una vez se acomodaron la morena empezó a conducir. Sora iba muy callada, estaba pensando en lo que había pasado hoy. Summer lo notó, quiso animarla pero justo en ese momento sonó el CODEC.

  • Aquí Summer.

  • Summer soy Zell, tenemos un problema.

  • Qué pasa?

  • Hemos tenido otro aviso, necesitamos que vengas.

  • Zell ahora estoy con Sora, no puede ir otro?

  • El capitán quiere que vayas tú.

  • Esta bien, dame la dirección. Muy bien, ahora voy.

Summer cortó la conversación, miró a su compañera de al lado, al ver la cara de interrogación sonrió y empezó a explicar lo que harían ahora.

  • Espero que no te importe acompañarme a un aviso.

  • No, claro que no, es gravé?

  • No lo sé, aun no me han dicho nada.

Summer encendió la radio del coche e intento comunicarse con el Capitán.

  • Capitán me recibe?

  • Si Summer.

  • Cuál es la situación?

  • Un hombre se ha encerrado en el coche con sus dos hijos, le tenemos acorralado, pero dice que si no le dejamos marchar los matará.

  • Esta bien, enseguida estaré allí, pero necesito que me consigáis un PSG1-T.

  • Esta bien, te lo tendré preparado.

  • De acuerdo, corto.

Summer cerró la radio, aumento la velocidad para llegar cuanto antes. Miró un momento a la rubia que estaba pálida.

  • Sora te encuentras bien?, tienes mala cara.

  • Si, si, solo estoy algo cansada.

  • Si quieres te dejo en mi casa y descansas.

  • No tranquila, vamos allí... te necesitan.

Summer la miró y le dedicó una leve sonrisa, Sora se la devolvió al instante. Siguió conduciendo hasta llegar al lugar.

Summer se bajó del coche seguida por Sora, Zell que las vio y se reunió con ellas.

  • Summer aquí tienes - Zell le ofreció el PSG1-T.

  • Gracias Zell, quédate con Sora.

  • Claro.

  • Espera! - llamó la rubia a Summer - déjame ir contigo.

  • Sora esto es peligroso, si descubren mi posición podrían dispararme - le explicó Summer.

  • Esta bien... - Sora agachó la cabeza tristemente.

Tras mirarla unos instantes la morena la cogió de la mano y echó a correr con ella mientras le decía a Zell.

  • Zell cubre mi posición.

  • No lo dudes morena, tened cuidado.

Summer se metió en un callejón que daba justo a un lateral del coche.

  • Sora ponte allí.

Summer le indicó que se pusiera detrás de una columna. La rubia la hizo caso y se cubrió tras de ella. Summer se tumbó en mitad de la calle apuntando con el rifle. Si el hombre la descubría podría darle porque es una blanco fácil. La morena llamó a Zell por el CODEC.

  • Zell me recibes?

  • Si Summer.

  • Escucha, por lo que veo todas las ventanas del coche están cerradas, con el PSG1-T no puedo romper los cristales.

  • Y qué vas hacer?

  • Tengo que hacer que me vea, para que baje el cristal y dispare o directamente rompa el cristal con la pistola.

  • Pero podría matarte.

  • No hay otra forma.

  • Esta bien, pero ponte el equipo al completo, lo tienes ahí?

  • Si, no te preocupes.

Summer fue donde estaba Sora, ocultándose para no ser vista.

  • Va todo bien?

  • Si, no te preocupes - respondió la morena.

Summer sacó de la mochila que llevaba un casco, un pasamontañas, unos guantes y un chaleco antibalas. Se guardó su larga melena negra bajo el pasamontañas, se puso el chaleco, después se colocó el casco y por último los guantes. Volvió a agarrar su rifle, se disponía a salir cuando Sora la agarró del brazo.

  • Ten cuidado... - dijo con cara angustiada.

Summer puso su mano encima de la que la estaba agarrando y la apretó suavemente. Summer volvió a su posición tal y como estaba antes. Apuntó al cristal del conductor, justo donde estaba el hombre. Hizo el primer disparo dando en el cristal. Como ella dijo no se rompió, hizo el ruido suficiente para que el hombre lo oyera y la viera. El hombre bajó el cristal y comenzó a disparar a Summer, no tenía muy buena puntería puesto que no daba ni una. La morena se concentró en la mirilla y apuntó justo a la cabeza. Summer disparó y le dio de lleno. El hombre estaba algo aturdido pero aun consciente. Summer siguió en su posición apuntándolo. Salió del coche algo aturdido, se estaba mareando, antes de perder el conocimiento apuntó a los niños con la intención de disparar, pero antes de que lo hiciera Summer apuntó con el rifle la mano que sujetaba la pistola y disparó. El hombre soltó la pistola con el impacto, enseguida los agentes cogieron al hombre que quedó dormido.

Summer se levantó del suelo al ver que ya había pasado todo el peligro. Se quitó el casco y el pasamontañas. Miró a Sora que la estaba mirando muy asustada, pero con una sonrisa Summer logró calmarla. La rubia se acercó hasta ella.

  • Estas bien?

  • Si, y tú? - preguntó la morena.

  • Bien.

  • Perfecto, pues vamos.

Summer y Sora se acercaron hasta Zell.

  • Zell, nos vamos ya.

  • Muy bien chicas, ah!, buena puntería morena - dijo guiñándole un ojo.

Summer sonrió y se fue con Sora al coche.

El camino se hizo corto, ambas ya estaban en la casa de la morena. Summer se estaba duchando, Sora estaba en el salón sentada pensando en todo lo que había pasado a lo largo del día. Cuando estaba sumergida en sus pensamientos apareció la morena con el pelo mojado.

  • Ya has acabado? - pregunto Sora.

  • Si, ya terminé - ambas se sonrieron.

  • Hoy ha sido un día duro verdad?

  • Y que lo digas, de lo más tenso.

  • Oye... quería agradecerte lo que hiciste por mí y... que cuides hoy de mi - dijo tímida la rubia.

  • No tienes que agradecerme nada, es una placer ayudarte - dijo con una sonrisa - quieres algo para cenar?

  • No gracias, tengo el estómago algo revuelto - dijo la rubia tocándose la tripa.

  • Bueno, si quieres algo solo tienes que decírmelo.

  • Lo haré.

  • Bien...

Summer se quedó mirando la pulsera de Sora que había quedado a la vista, pensó que este era el momento de saber algo de Sora.

  • Puedo hacerte una pregunta?

  • Claro, dime.

  • Esa pulsera que llevas... dónde la compraste?

  • Ah!, esta pulsera... - dijo acariciándola - es un regalo, un recuerdo...

  • Alguien especial?

  • Si... muy especial.

  • De algún novio? - al ver la mirada de Sora se arrepintió - disculpa, no es asunto mío.

  • Tranquila, no pasa nada - dijo con una leve sonrisa - no es de un novio, es... es como un recuerdo de mi primer amor.

  • Si aún lo guardas será porque lo quisiste mucho no?

  • Si... la quise muchísimo, bueno, y la quiero, solo que no sé dónde está...

La morena ya había sacado algo, solo tenía que preguntar un poco más y se aseguraría de que era ella.

  • Así que... tu primer amor fue una mujer?

  • Una niña - dijo con una sonrisa - era mi mejor amiga.

  • Háblame más de tu amiga.

  • Tal vez te parezca extraño pero... ella se llamaba como tú, tenía los mismo ojos que tú y el pelo era igual que el tuyo.

  • Vaya!, a ver si voy a ser yo - dijo riéndose.

Sora se la quedó mirando fijamente a los ojos, Summer dejó de reírse y la miró también. Notó como poco a poco Sora se iba acercando a ella, sus respiraciones se juntaron en una. Sora sabía que solo necesitaba un beso para saber si era ella o no, y sabía que esta morena de ojos azules la estaba confundiendo bastante. Estaban a escasos centímetros cuando Sora cerró sus ojos.

Summer estaba cerrando sus ojos cuando pensó en lo que eso significaba. Inmediatamente se levantó del sofá muy nerviosa.

  • S... será mejor que vayamos a dormir, ya... ya es tarde.

  • Esto... sí, claro... - Sora estaba muy colorada.

  • Te diré donde puedes dormir.

  • Bien...

Summer se fue a la habitación de invitados que tenía. Sora la siguió y entro en ella.

  • Bueno pues, si necesitas algo, estoy en la habitación de enfrente - dijo la morena.

  • Vale, gracias.

  • Buenas noches.

  • Buenas noches Summer.

Sora entró en la habitación y se tumbó en la cama. Había estado tan cerca... pensó la joven. En cierto modo se sentía atraída por ella, tal vez fuera por el recuerdo de la Summer que conoció de niña. Se preguntaba dónde estaría ahora. A pesar del tiempo que ha pasado ella la seguía queriendo.

Summer se había tumbado en la cama. Tenía entre sus brazos a Tadeo, lo abrazaba fuertemente contra su pecho. Unas lágrimas empezaron a rodar por sus mejillas.

  • De verdad que eres tu Sora?...

Eran las cinco de la mañana. Summer no había dormido en toda la noche. Estaba deseando estar con Sora. Sus deseos pudieron ganarle. Se levantó de la cama y se fue a la habitación donde dormía Sora. Cuando entró vio que la rubia dormía boca arriba. Despacio se acercó hasta ella y se sentó en el borde de la cama. La luz de la luna que entraba por la ventana iluminaba su rostro. A Summer la pareció la mujer más bella del mundo. Con una de sus manos apartó un mechón rebelde de la frente de la rubia. Con la palma de su mano le acarició la cara mientras le susurraba.

  • Si eres la Sora que conocí... Dios ha escuchado mis ruegos, solo él sabe cuánto te he echado de menos...

Summer juntó la palma de la mano con la de la pequeña rubia. Su mano era más grande y por bastante diferencia. Sora se removió entre sueños y entrelazó sus dedos con los de la morena que se asustó al pensar que se había despertado, pero al verla con los ojos cerrados se calmó. Summer intento librarse del agarre pero la pequeña rubia no quería soltarla. La morena sonrió. Despacio se acercó a ella, estaba tan solo a unos centímetros de sus labios, cerró los ojos y los juntó con los de Sora en un suave y tierno beso. Cuando se separó oyó susurrar a Sora.

  • Summer...

La morena se estremeció al sentir esos labios. Eran suaves y cálidos, como lo eran los de su pequeña Sora. Consiguió soltarse del agarre de la rubia y se fue a su cuarto.

Unos ojos se abrieron al notar la luz del sol que entraba por la ventana. Despacio se fue desperezando. Al principio no reconoció en donde estaba, pero luego recordó que estaba en casa de Summer. Tuvo una extraña sensación, como si algo hubiera pasado por la noche. No sabía si lo había soñado o no, pero sintió que por la noche estuvo alguien en su habitación. Una vez se colocó bien la ropa salió de la habitación, cuando salió al salón se le acercó el perrito de la morena, Teddy, Sora empezó a reírse cuando el pequeño comenzó a morderle el calcetín. La rubia se agachó y lo cogió en brazos.

  • Cómo te llamas pequeño? - preguntó riendo.

  • Se llama Teddy.

Contestó Summer que salía de la cocina.

  • Buenos días - dijo la rubia.

  • Buenos días - Summer la sonrío - he preparado el desayuno, no sé muy bien lo que te gusta...

  • No te preocupes, me gusta todo.

  • Vamos.

Sora siguió a la morena hasta la cocina y comenzaron a desayunar.

  • Qué tal pasaste la noche?

  • Bien, bueno, esta mañana tuve una sensación rara.

  • A si?

  • Si, no sé, parece que alguien estuvo en mi habitación.

  • Que raro, tal vez lo hayas soñado - dijo la morena agachando la vista.

  • Posiblemente - dijo pensativa - y tú qué tal?, no parece que hayas dormido mucho.

  • Bueno... no suelo dormir muy bien por las noches.

  • Se te nota, tienes ojeras.

  • Tendré que ponerme el pasamontañas con unas gafas negras - dijo en broma.

  • Tampoco es para tanto - dijo riendo.

  • Oye... hoy trabajas?

  • No, hoy no tengo que ir, por qué?

  • Era porque hoy tenía pensado ir a una parque muy bonito, por si querías venir...

  • Claro, me gustaría ir.

Ambas sonrieron y acabaron de desayunar.

Sora y Summer caminaban tranquilamente por el parque que le había dicho la morena.

  • Este lugar es hermoso, nunca lo había visto.

  • Sí que lo es, me gusta venir aquí a... - la morena se calló al pensar lo que iba a decir.

  • A?

  • A recordar...

  • El qué?... bueno si se puede saber.

  • Mi infancia, me gusta mucho venir aquí por eso.

  • Eso está bien... - Sora se quedó pensativa, cuando vio la zona del césped decidió tumbarse en el tal y como hacía de pequeña.

Summer se la quedó mirando. Ahora más que nunca estaba segura de que era su Sora. Summer se tumbó a su lado en silencio.

  • Qué haces? - preguntó Summer.

  • Buscar formas en las nubes, de pequeña... siempre lo hacía con mi mejor amiga...

  • Háblame más de vosotras.

  • Mmm, recuerdo una vez... en el que yo me quedé esperándola todo el día...

Hace 15 años

Yo estaba tumbada en el césped, esperándola como hacia cada día. Ese día ella no vino, yo al darme cuenta de que no venía me puse a llorar. Estuve allí hasta la noche, algo me decía que ella vendría, y por eso me quede. Esa misma noche empezó a llover y a tronar muy fuerte, yo me refugié debajo de un árbol. Estaba muy asustada y tenía frío, pero mi mayor dolor era no verla ese día. Pero tal y como yo pensé, ella apareció. Me rescató, me refugió de la lluvia y después cargó conmigo hasta la casa. Recuerdo muy bien que mi madre estaba muy preocupada por mí, pero a la vez muy enfadada. Cuando mi madre iba a echarme la bronca de mi vida... mi amiga se puso delante de mí y se echó toda la culpa. Le dijo a mi madre que ella me dijo a mí que me quedara todo el día fuera. No era verdad, yo me quedé por que quise esperarla y sabía que si decía eso me regañarían, por eso se inventó eso. A ella le cayó toda la bronca y el castigo, pero no le importó. Antes de que mi madre me llevara a casa ella me miró y me dio una de sus hermosas sonrisas.

Esa misma noche... yo estaba tumbada en mi cama, estaba triste y feliz, feliz por haber podido ver a Summer ese día y triste por toda la bronca que la echaron. De repente oí unos golpes en la ventana, me levanté de la cama y vi que era Summer, enseguida le abrí y la dejé pasar.

  • Qué haces aquí?

  • Es que... hoy no hemos estado juntas y... te he echado mucho de menos.

  • Yo a ti también, te quedarás conmigo esta noche? - preguntó la pequeña Sora casi en súplica.

  • Esta y todas las de mi vida...

Aquellas palabras me acariciaron el corazón. Ella era una niña de aspecto duro, pero ante mi dejaba ver su lado más tierno, más amable. Todas sus barreras se derrumbaban ante mí.

Nos metimos las dos en la cama, enseguida yo me acurruqué entre sus brazos y ella me abrazó muy fuerte. Me sentía la persona más feliz y segura del mundo. Sus brazos eran como un muro indestructible.

Cuando Summer se quedó dormida... recuerdo que sin que ella lo notara la bese en los labios. Sentí... miles de cosas, por eso el día que me fui le pedí que me diera un beso, porque no quería irme sin volver a sentir sus labios...

Presente

Summer no puedo evitar que las lágrimas recorrieran sus mejillas. Sora estaba con los ojos cerrados en ese momento, disfrutando de cada palabra que salía de sus labios, recordando cada detalle en su mente.

Summer pensó que ya había llegado el momento, el momento de decirle quien era ella. Pero tenía miedo. Todo este tiempo que estuvo sin ella, Summer lo pasó muy mal, quería estar con ella pero tenía miedo de volver a perderla. No estaba segura de que hacer.

Sora abrió los ojos y miró a Summer, lágrimas corrían por sus mejillas. Tenía los ojos cerrados. Sora no pudo contenerse más, se acercó a ella, besó los labios de la morena tal y como lo había hecho de pequeña cuando dormía.

Dios mío... no puede ser, son los mismos labios, es la misma suavidad... Summer, de verdad eres tú?

Pensó la rubia cuando aún tenía sus labios sobre los de la morena. En ese momento Summer se dio cuenta de lo que estaba pasando y en ese instante se apartó corriendo. Los ojos verdes lo decían todo. Lágrimas comenzaron a salir de ellos, la mirada de Summer era de miedo, en su mirada había miedo.

Entre lágrimas, emoción, alegría, miedo y amor, Sora consiguió decir.

  • Summer... de verdad eres tú?

No hubo respuesta de la morena, solo la miraba asustada. Sora intentó acercarse a ella pero en ese momento Summer se levantó y sin dejar de mirarla comenzó a andar para atrás. Sora se levantó y trató de calmarla, pero la morena no dejaba que se acercara.

  • Por favor... Summer no te vayas, por favor...

Summer no pudo resistirlo más, salió corriendo de allí dejando a Sora llena de dolor y llena de amor.

Summer corría hacia algún lugar, no sabía a dónde, pero tampoco le importaba, solo quería huir, quería irse lejos. Era la primera vez que huía de algo.

Sora había estado una semana entera intentando comunicarse con ella, pero le fue imposible. Estaba muy preocupada, pensó que tal vez le había pasado algo. Al final decidió llamar a Zell, para ver si él sabía algo, pero tampoco sabía nada. Decidieron quedar para ir juntos a su casa. Llamaron varias veces a la puerta.

  • Parece que no está - dijo la rubia muy angustiada.

  • Más bien que no quiere abrir - dijo Zell.

  • No sé...

  • Pero que es lo que ha pasado?

  • Summer no te contó nunca algo sobre una amiga que tuvo en la infancia?

  • Si, si que me lo contó.

  • Pues yo soy esa amiga.

  • Ya veo... Summer ya sospechaba que eras tú, pero quería asegurarse.

  • No entiendo por qué se ha ido...

  • Tiene miedo...

  • De qué?

  • De volverte a perder, de encariñarse nuevamente y que luego te alejes de su vida.

  • Cuando me fui era una niña, ahora es distinto, yo manejo mi vida y sé que jamás me volvería a separar de ella - dijo con los ojos humedecidos.

  • Lo sé, pero eso se lo tendrás que decir a ella, vamos a entrar.

  • Cómo?

  • Hace tiempo Summer me dio una llave por si necesitaba algo un día - dijo sonriente.

Zell sacó la llave y abrió la puerta de la casa, Sora entró detrás de él. Los dos miraron por la casa, pero parecía que no había nadie. Sora llegó a la habitación de Summer, la miraba de arriba abajo, se fue adentrando más hasta llegar a la cama de la morena. Miró la superficie y vio un peluche apoyado en un cojín. Pero no era una peluche cualquiera, era un osito. Sora lo cogió y le miró la palma de la mano, había un corazón en ella. A la rubia comenzó a resbalarle las lágrimas por las mejillas, miró el cuello del osito y vio la marca del hilo, del cocido. Sora en cuanto lo vio lo abrazó fuerte y comenzó a llorar.

  • Tadeo...

En ese momento Zell se asomó a la habitación y vio a Sora llorando desconsoladamente. Se acercó hasta ella y le ofreció su hombro para llorar.

  • Zell... yo la amo, quiero estar con ella.

  • Lo se Sora, y sé que ella también desea estar contigo, ella me contó toda su infancia contigo y se lo mal que lo pasó cuando tú te fuiste...

  • Qué paso?

  • Vamos a sentarnos...

Hace 7 años

Yo conocí a Summer cuando ella tenía 18 años. Era una chica muy cerrada. Cuando la vi por primera vez parecía perdida, y en cierto modo lo estaba. Me dijo que se había marchado de casa porque intentaba encontrar a una amiga. Al principio yo la ayude en lo que podía. No tenía dinero, ni casa ni nada. Siempre que la veía le daba comida y cuando no había nadie en mi casa la dejaba dormir en ella. Siguió buscando a su amiga hasta que cumplió los 19, entonces yo le dije que quería meterme en la policía y para no dejarme solo se metió conmigo. Al final ella decidió ser francotiradora. Era realmente buena. Cuando volvió a tener dinero suficiente comenzó a buscarte otra vez. Tenía 22 años cuando un día me dirigí hacia su casa. Vi que alrededor de su edificio había un montón de gente mirando para arriba. Cuando miré y vi que era ella entre corriendo en el edificio y entré a su casa, me asomé por la ventana para llamarla.

  • Summer qué haces?

  • Acabar con todo Zell.

  • Esta no es la manera!, vamos no te des por vencida Summer, aún tienes mucho tiempo para seguir buscándola!

  • Zell! He aguantado 12 años sin ella, yo no puedo seguir así!, la necesito más que nada en esta vida!

  • Lo sé!, pero así lo único que estás haciendo es huir!, tu nunca huyes Summer, por favor, ven aquí, la seguiremos buscando, ya verás como la encontramos.

  • No!, déjame, vete de aquí Zell.

  • Tú que eras para Sora?, acaso no eras su mejor amiga?, su protectora? Su refugio?, que pasara cuando Sora trate de encontrarte y se dé cuenta de que la persona que tanto quería y tanto le daba ya no está? No seas egoísta!, estoy seguro de que ella te está buscando Summer.

  • Lo crees de verdad?

  • Si Summer, estoy seguro.

Entonces Summer se acercó a mí y me dio la mano para que la ayudara a entrar. Cuando por fin estaba dentro de casa me abrazó muy fuerte y lloró, lloró como nunca antes la había visto llorar.

Summer estuvo recibiendo un tratamiento para las depresiones. Cuando por fin se recuperó volvimos a la búsqueda hasta este último año.

Presente

  • Cuando hablé con Liz y me dijo como eras pensé que tal vez podrías ser tú.

  • Dios mío... Summer - Sora se quedó totalmente congelada.

  • Y por suerte, no me equivoqué. Créeme que Summer te quiere y no hay nada que más desee que estar contigo, ahora solo tienes que darle tiempo.

  • Ahora lo entiendo... gracias Zell, claro que le daré tiempo a Summer, pero es que ahora me tiene preocupada y...

  • Lo sé, a mí también me tiene preocupado. Sabes... para mi Summer ha sido como una hermana mayor, muchas veces ella ha sido mejor que mi familia.

  • Summer es muy especial - dijo con una sonrisa Sora.

  • Sí que lo es.

Habían pasado tres días desde que Zell y Sora hablaron. La rubia estaba muy deprimida, así que se fue a casa de su amiga Lis para contárselo, necesitaba contárselo a alguien. Ella le ofreció todo su apoyo.

Summer había vuelto a la que fue su casa una vez. Sus padres aun vivían allí. Summer fue donde solía quedar siempre con Sora. Se tumbó en el césped cerrando sus ojos para pensar en lo que debía hacer ahora.

Summer había estado una semana entera en casa de sus padres. Necesitaba pensar y aclarar las ideas. Decidió volver a casa, se acercó hasta el contestador que tenía el piloto rojo encendido de que tenía mensajes, el primero fue de Zell.

"Summer se puede saber dónde estás?, nos tienes muy preocupados, llámame cuando vuelvas."

El segundo era de Sora.

"Summer... por favor contesta al teléfono, necesito hablar contigo... o al menos dime si estás bien, me tienes muy preocupada."

Summer sintió un pinchazo en su corazón al oír la voz de Sora, de su Sora. Al parecer no fue el único que le dejó la rubia.

"Te echo de menos... Summer necesito saber de ti, necesito recuperar todo el tiempo que hemos perdido. Summer... te quiero."

Lágrimas saladas se perdieron en los labios de Summer. Ahora más que nunca estaba decidida a estar con Sora. Sin miedo a nada. Salió corriendo del piso para ir al de Sora. Cuando llegó allí nadie le abrió la puerta. La llamó al móvil pero estaba apagado. Fue corriendo a la casa de Lis a ver si ella sabía algo, cuando llegó Lis la mandó pasar y sentarse.

  • Lis sabes dónde está Sora?

  • No sabría decirte bien, no me lo ha dicho con claridad.

  • Qué te dijo?

  • Dijo que volvería a su lugar, donde el cielo era más azul y las nubes más blancas. Me dijo que se iba a un lugar del que nunca debió salir.

  • Ya se dónde está.

Summer se levantó para irse corriendo, pero Lis la agarró de un brazo impidiéndole irse.

  • Summer cuida de ella, te necesita.

  • Lo haré... no dudes que lo haré.

Tras una sonrisa salió de la casa a buscar a la persona que más quería y que no perdería nuevamente.

La tristeza que inundaba el corazón de Sora no se podía explicar. El dolor y la presión que sentía en él la hacía dejar de respirar por instantes.

Cuando se separó de Summer lo pasó muy mal, tuvo una depresión muy grande que la duró años. El consuelo era que la buscaría cuando tuviera edad suficiente. Por eso aguantó todo este tiempo.

Tal vez hoy el cielo estaba más azul que nunca, o al menos eso le parecía a Sora. Su mirada estaba perdida en el cielo. Por unos instantes había dejado de sentir, de respirar, de mirar... parpadeó varías veces para aclararse la vista ya que las lágrimas le impedían ver con claridad. De sus labios salieron palabras, palabras que creía que nadie escuchaba.

  • Otra vez sin ti...

  • No, porque ya estoy aquí...

Una voz aniñada sonó a la vez que Sora vio a Tadeo enfrente de ella moviéndose tal y como había hecho el día que Summer le arregló el osito.

Sora se levantó corriendo y miró a la persona que sujetaba el osito. Summer con una gran sonrisa en sus labios, miró directamente a los ojos humedecidos de Sora.

  • Summer... tú.

  • Te amo Sora... más que nada en esta vida.

  • Es cierto Sora, esta morena tonta esta coladita por ti - Summer imitó la voz del muñeco mientras lo movía.

Sora empezó a reírse a la vez que lloraba más fuerte, la morena se le unió, rieron y lloraron juntas. Summer se acercó despacio hasta ella y con su mano limpió las lágrimas de la rubia.

  • Podrás perdonarme? - preguntó Summer angustiada.

  • Llevo 15 años esperando que me beses, cuánto más me vas hacer esperar? - preguntó tímidamente.

Summer empezó a reírse, acortó la distancia que había entre ellas, la rodeó con sus brazos y se besaron apasionadamente. Entregándose todo lo que no se habían podido entregar en la vida, todo lo que no habían entregado a nadie. Estaban hambrientas, comían la una de la otra como si no hubieran probado nunca la carne.

Cuando el aire empezó a faltar en sus pulmones las dos se separaron muy lentamente, sus respiraciones estaban muy agitadas, pero a Sora no le importó. Chupó y succionó el labio inferior de Summer. La morena la abrazaba más contra sí.

  • Sabía que el primer beso que nos diéramos de verdad sería increíble... pero me equivoqué, es algo que no se puede describir con una palabra - dijo Sora rozando los labios de Summer.

  • Por lo que veo ya aprendiste a cerrar los ojos cuando te van a besar.

  • Alguien me dijo un día que para disfrutarlo de verdad había que cerrarlos... y te aseguro que no se equivocó...

Las dos rieron y se volvieron a besar por largo rato.

Ambas estaban tumbadas en la hierba, como cuando eran pequeñas, pero la diferencia era que sus dedos estaban entrelazados y sus corazones ahora estaban más unidos que nunca.

  • Siempre he disfrutado viendo el cielo contigo... pero hoy es distinto.

  • En qué? - preguntó la rubia.

  • En que ya no veo el cielo, si no que estoy en el - dijo la morena mirando a Sora a los ojos.

  • Eres increíble...

Sora se puso encima de Summer y se acurrucó entre sus brazos.

  • Sora.

  • Dime.

  • Querrías venir a vivir conmigo?

  • Querer no quiero... lo deseo - las dos sonrieron.

  • Prométeme que jamás volverás a separarte de mí.

  • Claro que te lo prometo, jamás volveré a separarme de ti Summer.

  • Te quiero pequeña.

Sora sonrió y se acurrucó más a la morena.

  • Yo también te quiero.

Las dos se fundieron en un tierno beso. Después de estar allí largo rato decidieron volver a casa.

Ya estaban en casa de Summer. Las dos se sentaron en el sofá. Sora se acomodó entre los brazos de la morena.

  • Mmm, estar así es maravilloso - dijo Sora con los ojos cerrados.

  • Sí que lo es... ha valido la pena esperar.

  • Si, Summer... Zell me contó algo que...

  • Lo de cuando intenté suicidarme?

  • Si... jamás debiste de intentarlo, yo te estuve buscando, como crees que estaría al saber que ya no podría volver a verte? - sus ojos empezaron a humedecerse.

  • Por eso mismo no lo hice, Zell me convenció de ello, y me dio una esperanza, la esperanza de volverte a encontrar.

  • Tendré que darle las gracias a Zell.

De repente la puerta de casa sonó, Summer se levantó de mala gana por que se tenía que separar de Sora. Abrió la puerta y se encontró a su buen amigo Zell.

  • Se puede saber dónde demonios has estado?

  • Anda pasa.

Zell enseguida se tiró a los brazos de la morena, Summer sonrió y lo abrazó.

  • Siento haberte preocupado enano - dijo la morena acariciándole el pelo.

  • Por esta vez te perdono, pero no vuelvas hacerlo.

Sora miraba la escena encantada. Sabía lo importante que Summer era para Zell. Tras una sonrisa los dos se reunieron con Sora que también estaba sonriendo.

  • Bueno, y qué te cuentas? - pregunto la morena.

  • Pues venía porque había un aviso.

  • Pero hoy es mi día libre - se quejó la morena.

  • Lo sé, pero es un caso complicado y necesitan a la mejor.

Summer se lo pensó. Unos brazos rodearon su cintura por detrás, la morena miró y vio a una sonriente Sora.

  • Esa eres tu - dijo mirándola fijamente a los ojos.

Summer comenzó a reírse, rodeo a la rubia con sus brazos y le dio un suave beso en los labios, una vez se separaron Summer volvió a mirar a Zell.

  • Y de qué se trata?

  • Un experto motorista ha robado en una tienda, nadie es capaz de cogerle, le hemos puesto trampas, le hemos bloqueado el paso pero siempre encuentra por donde escapar. Tendrás que dispararle desde y helicóptero, con el PSG1-T.

  • Desde un helicóptero?, va a ser muy difícil.

  • Lo sé, pero eso te lo pido a ti.

  • Esta bien, ahora iré.

  • Muy bien, yo me voy adelantando.

Zell se despidió de la dos y se fue. Summer entró en la habitación y se puso su traje de francotiradora. Revisó si su rifle estaba bien, una vez que lo tenía todo se disponía a irse.

  • Bueno, voy a ir ya.

  • Ten mucho cuidado - la cara de Sora era de angustia.

  • Claro.

Summer atrajo a la rubia hacia sí y la besó profundamente, aún rozándose los labios Summer la dijo.

  • Te quiero, volveré lo antes posible.

  • Te estaré esperando, yo también te quiero cariño.

Tras una sonrisa Summer salió de la casa. Sora encendió la televisión para ver si decían algo, y justo encendió el canal en el que estaban mostrando toda la persecución.

Summer ya estaba en el helicóptero, la había enganchado un arnés a la cintura para mayor seguridad. Ya tenía el arma preparada y su objetivo a la vista. Le resultaba muy difícil apuntar ya que el helicóptero se movía demasiado, aparte de que el motorista se escondía detrás de los camiones y coches que encontraba a su paso. Summer empezó a comunicarse con Zell por el CODEC.

  • Zell, la cosa se está complicando, no tengo equilibrio.

  • Summer tienes que intentarlo, sé que es difícil, pero tú puedes hacerlo.

  • Si se oculta detrás de los coches y los camiones no podré verle.

  • Y qué quieres que haga?

  • Necesito que cortéis el tráfico, se que no podréis cortarlo todo, pero al menos los camiones.

  • Haré lo que pueda!

Zell se fue hacer lo que su amiga le pidió. Summer estaba intentando encontrar algo de equilibrio. A través de la mirilla telescópica podía ver la espalda del motorista. Para tener mejor punto de apoyo se tumbó en el suelo del helicóptero, siguió apuntándolo hasta tenerlo seguro.

Sora estaban sentada delante del televisor viendo toda la persecución. En un momento enfocaron a Summer, que aunque no se la veía bien, se podía distinguir quien era. Sora estaba preocupada porque veía que el helicóptero se movía demasiado, y la cara de desesperación de Summer lo decía todo. Veía a la morena muy alterada, parecía que le estaba dando instrucciones al piloto.

Summer estaba empezando a enfadarse por que no conseguía encontrar el punto justo.

  • Acércate más! - Le gritó al piloto - necesito que te pongas detrás de él, no encima!.

Summer se puso de puntillas ya que tumbada no conseguía verlo bien. El helicóptero volaba demasiado bajo. Cada vez que se acercaban a una señal indicativa tenían que elevarse para no darse contra ella. Tras seguirlo un poco más Summer encontró por fin la visión perfecta, el piloto la iba diciendo que cada vez estaban más cerca de una de esas señales.

  • Tenemos que elevarnos o no estrellaremos!

  • Aun no!, espera! - dijo la morena.

Summer empezó una cuenta atrás, sabía que dentro de diez segundos el motorista se pondría justo donde ella quería.

  • Vamos... 10, 9, 8, 7, 6...

  • Si no nos elevamos ya nos estrellaremos!

  • Te he dicho que esperes maldita sea! - dijo la morena enfadándose - 5, 4, 3, 2, 1, 0!

Summer disparó dando en el blanco, le clavó el dardo al motorista en el cuello. Antes de que pudiera recuperar su postura normal el helicóptero hizo un brusco movimiento hacia la izquierda, justo donde estaba Summer. La morena no pudo agarrarse de ningún lado y cayó del helicóptero. Gracias al arnés que llevaba se quedó sujeta, pero no estaba a salvo. Iba colgando del helicóptero y conseguir escalar hasta arriba era demasiado difícil.

Las cámaras grabaron justo como Summer caía del helicóptero, después se cortó la emisión. Y la chica de informativos salió hablando.

  • Al parecer la francotiradora consiguió dar a su objetivo pero ahora está pagando las consecuencias al arriesgarse tanto. Nos informan que ha quedado colgada por un arnés que lleva, eso ha evitado la caída pero nos dicen que aún no ha pasado el peligro ya que no puede subirse nuevamente al helicóptero. Me comunican que ya volvemos a tener la trasmisión de lo que está pasando ahora mismo.

Enseguida volvieron a poner las imágenes. Se veía como Summer estaba colgada del helicóptero e intentaba escalar para subir, pero no era capaz. Sora no aguantó más y cogió rápido el teléfono para llamar a Zell.

  • Zell, qué pasa con Summer? - preguntó desesperada.

  • Tranquilízate Sora, estamos haciendo lo que podemos para ayudarla, el helicóptero va a dejarla en tierra en cuanto encuentre un sitio donde pueda aterrizar.

  • Zell por favor!, no dejes que le pase nada.

  • No lo haré, estate tranquila, todo saldrá bien.

  • Esta bien... gracias.

  • Cuando la tenga aquí conmigo la llevaré a casa.

  • Dime dónde estás, quiero estar allí cuando vuelva.

  • Esta bien, ven al parque del centro, me han dicho que aterrizaran allí.

  • Esta bien, ahora iré.

Sora colgó el teléfono y salió disparada para allá. En los informativos seguían informando de lo que pasaba. El motorista al notar que se estaba quedando dormido frenó y enseguida le cogieron las patrullas que lo estaban siguiendo.

El helicóptero fue a aterrizar justo donde quedaron. Descendió lo suficiente para que Summer tocara suelo con los pies. Una vez estaba segura corto el arnés. El helicóptero se volvió a elevar y se fue. La morena enseguida vio a su amigo Zell que venía corriendo hacia ella.

  • Vaya susto nos has dado morena!

  • Lo siento, no pude sujetarme a ningún lado, por suerte llevaba el arnés.

  • Si, menos mal. Sora me llamó.

  • Qué te dijo?

  • Estaba llorando desesperada por que vio todo lo que estaba pasando.

  • Mierda... voy a llamarla.

  • No hace falta, mira...

Su amigo le indicó donde estaba Sora, acababa de llegar y buscaban con la mirada desesperadamente a la morena. Cuando por fin sus ojos se encontraron Sora echó a correr hacia donde estaba Summer.

  • Summer!!!!

La rubia se enganchó del cuello de la morena. Summer la abrazó fuerte por la cintura y trató de calmarla. La rubia estaba llorando, pero estaba más aliviada al saber que la morena ya estaba a salvo. Se separó lo suficiente de ella como para besarla llena de amor, Summer la respondió con el mismo sentimiento.

  • Dios... Summer, pensé que...

  • Ssshhhhh, tranquila, ya ha pasado todo.

  • Te quiero... te quiero muchísimo.

  • Y yo a ti pequeña - Summer la volvió a besar.

  • Después de esto... no puedes tomarte unas vacaciones?

La morena comenzó a reírse, la abrazó más fuerte y le dio un beso en la cabeza. El capitán se acercó hasta la morena.

  • Summer haz hecho un buen trabajo.

  • Gracias señor, me gustaría pedirle algo.

  • Dime.

  • Quiero vacaciones.

  • Hace tiempo que no las tienes, así que... no hay problema.

  • Gracias.

  • Bien, tengo que irme, que disfrutes de tus vacaciones Summer. Dijo sonriente el capitán.

  • Hasta pronto señor.

Summer se giró para donde estaba Sora y la abrazó.

  • Ahora tengo todo el tiempo para ti.

  • Todo todo?

  • Todo.

  • Incluido el de esta noche?. Pregunto tímida la rubia.

  • Jajaja, no solo ésta, si no todas las noches de nuestras vidas.

Se besaron apasionadamente y después se abrazaron.

  • Ejem... chicas, os llevo a casa? - preguntó Zell.

  • Si, Sora y yo tenemos algo pendiente - dijo con sonrisa juguetona.

  • No me lo digas por favor...

Las dos comenzaron a reír a la vez que seguían a Zell hasta el coche.

Ya estaban en casa. Ya habían cenado y se habían duchado, estaban tumbadas en la cama haciendo planes de la que sería su nueva vida.

  • Ahora que tengo vacaciones las podemos aprovechar para hacer el traslado.

  • Es verdad, aún no hemos empezado.

  • Aún tenemos tiempo - dijo abrazando a la rubia.

  • Todo el del mundo - Sora besó el cuello de la morena - ya tienes alguna idea para aprovechar estas vacaciones?

  • Claro que sí!, voy a amarte cada día y cada noche, que te parece mi plan?

  • Un plan estupendo, y que tal si lo llevamos a cabo - dijo juguetona la rubia.

  • Mmm, no sé, no sé.

  • No sabes? - preguntó sorprendida.

  • Es que Tadeo nos está mirando - dijo con timidez.

Sora miró hacia atrás al muñeco que estaba apoyado en la mesita, después volvió a mirar a la morena.

  • Mejor que nos mire.

  • Por qué?

  • Porque si vas a amarme día y noche tendrá que acostumbrarse... no crees?

  • Supongo que sí...

Summer enseguida se puso encima de la rubia y comenzó a besarla con pasión. Las caricias y los besos dieron paso a los cuerpos desnudos y unidos, y esos cuerpos se abandonaron en el más maravilloso placer que hayan experimentado jamás. Summer y Sora siguieron amándose durante horas. Cuando sus cuerpos no dieron más de sí, se abrazaron en el más completo sentido de la palabra y se susurraron durante el resto de la noche cuanto se amaban.

Fin