Volver a empezar Celia
La versión de Celia
Volver a empezar Celia
Me encuentro en la terraza de una cafetería que se encuentra cerca del taller que Antonio y la exmujer de Pierre han comprado, he venido como todas las semanas con la intención de pedir perdón, pero como en las otras ocasiones no me he atrevido comportándome como una cobarde.
Dándole vueltas al café con una cucharilla me remonto a la época en donde nos conocimos, la familia de mi mejor amiga Ana habían adoptado a un chico, según las malas lenguas se había quedado huérfano el mismo día de su nacimiento.
Ana y su familia le hacían él vació, Antonio que así se llamaba tenía una mirada dura, parecía ser capaz de soportarlo todo y no necesitar a nadie, mire a mi amiga y le dije.
Yo- ¿Ana, porque no me lo presentas?
Ana- ¡No merece la pena Celia, no habla nada y se pasa todo el día metido en su habitación!
Todos los días me solía cruzar con ese chico, siempre estaba solo, no sonreía nunca, pero se podía intuir una buena persona dentro de esa coraza fría como un glacial, un buen día que decidí ir al cine, puesto que Ana había cancelado el plan.
Cuando salí de casa estaba nublado y hacia un poco de fresco, pero no parecía que fuera a llover, entre al cine y vi esa película que llevaba meses deseando ver, cuando salí del cine entusiasmadisima, estaba cayendo un diluvio importante.
Del cine a casa no había mucho camino así que decidí arriesgarme, a los pocos minutos estaba calada y muerta de frió, me metí debajo de una parada de autobús, temblaba y rezaba para que el autobús llegara pronto, estaba sentada en el asiento de la parada hecha un ovillo con la cabeza metida entre las piernas, entonces note que alguien me echaba una prenda por encima, para cuando me di cuenta quien fue el autobús estaba llegando y él ya había cruzado al otro lado metiéndose en el taller donde trabajaba.
La persona que me echo la cazadora por encima no fue otro que Antonio, ese detalle me pareció tan bueno, el cero absoluto como le llevaba Ana demostró tener un corazón ardiente y lleno de compasión, quería conocerlo aunque me costara la relación con Ana.
Al día siguiente fui a casa de Ana y me abrió su madre entonces le pregunte.
Yo- ¿Está Antonio?
Madre de Ana- No celia está en el trabajo, ¿querías algo de él?
Yo- No, solo quería devolverle esta cazadora que me presto ayer para resguardarme de la lluvia.
Hacia un buen día y fui dando un paseo, según me acercaba al taller donde trabajaba Antonio empecé a notar una especie de sensación rara en el estómago, mi boca se secó y mis manos no paraban de sudar, entre en el taller y pregunte por él.
Yo- ¿Estoy buscando a Antonio se encuentra aquí?
Jefe de Antonio- Si ahora viene, Antonio cogete un descanso alguien te espera fuera.
De repente apareció con su semblante de siempre, se plantó delante de mí y me saludo dándome la mano, entonces fuimos a la cafetería que se encontraba cerca de su puesto de trabajo.
Antonio pidió dos cafés con leche y se me quedo mirando.
Yo- Solo quería devolverte esto y darte las gracias.
Vi que el hombre más cercano a una glaciación se empezaba a sonrojar y agachaba la cabeza muerto de vergüenza me pareció tan adorable.
Antonio- No son necesarias, te vi empapada y era lo mínimo que podía hacer.
Después de ese primer momento la conversación se convirtió en muy amena, Antonio tenía muchos temas de conversación muy interesantes y mi corazón latía a mil por hora, termino su descanso y demostrando que avergonzado o no era valiente me pidió salir el viernes por la noche para ir al cine, cosa que yo acepte.
La semana se me Hizo eterna, pero llego el día tan ansiado, toco el timbre de mi portal a la hora que habíamos quedado como un clavo, vestía unos vaqueros, una camiseta gris y una cazadora de cuero, la verdad que le quedaba muy bien y estaba muy guapo, yo me puse un vestido con una cazadora por si terminaba refrescando.
Después de salir del cine fuimos a cenar y después a tomar una copo, la verdad que me lo estaba pasando muy bien con él, poco a poco según iba pasando la noche Antonio se estaba abriendo cada vez más, dentro del bar estaba Javier, era el malote del barrio y desde siempre andaba detrás de mí, siempre quiso meterse entre mis piernas, pero nunca lo había conseguido, no me gustaba su forma de ser, pero reconozco que su chulería me ponía muy caliente.
Antonio me contó que estaba en esa casa de acogida hasta que pudiera ahorrar lo suficiente para alquilar un piso pues ya era mayor de edad, Javier no hacia más que mirarme y cada vez estaba más caliente, decidí dar por terminada la noche, pedí a Antonio que me llevara a casa, una vez que me dejo en el portal y se despidió de mí con dos besos, la verdad que ese chico me gustaba, Antonio se fue para la casa de Ana y yo espere a que apareciera Javier para quitarme la calentura.
Con Javier siempre había disfrutado el sexo, era brusco era autoritario y solía sacarme unos orgasmos muy placenteros, pero esa noche no consiguió que me corriera, tenía mi mente en otro sitio, más bien en otra persona.
Decepcionado por mi actitud me dejo en casa y me dijo que sería la última vez, yo sabía que eso no se lo creía ni él, en cuanto le insinuara algo volvería a follar conmigo seguro.
Al poco tiempo empecé a salir con Antonio, la verdad que me trataba muy bien y con sumo respeto, él era virgen y la primera vez que lo hicimos fue un desastre, se corrió al poco que meterme su polla en la boca, se esmeró en comerme el coño, de forma torpe, pero con mucha voluntad y la penetración no fue mucho mejor, y no esto no tenía nada que ver el tamaño, Antonio tenía una polla por encima de la media, el problema es que estaba tan nervioso que no fue capaz de controlar la eyaculación, si algo me quedo claro es que torpe o no siempre puso mi placer por encima del suyo y se esmeró en conseguirlo dentro de su torpeza.
Esa fue una de las cosas que hizo que me enamorara de Antonio, y me dije a mi misma que tendría paciencia, que el chico ponía todo de su parte y que poco a poco mejoraría en el sexo, las siguientes veces no fueron mejores, pero por ponerle empeño y ganas no seria, Antonio no lloraba ni se enfurruñaba, se lo guardaba todo para él, pero podía notar su frustración.
Unos días después de nuestra última sesión de sexo, al mirar por la ventana vi a Javier y sabiendo que no debía y no estaba bien volví a acabar follando con él en su coche, esta vez él estaba recostado sobre el asiento inclinado y yo con su polla metida en el coño dándole la espalda, me estaba proporcionando mucho placer, Antonio y Javier eran como la noche y el día, pero en un momento dado pude ver mi rostro en el retrovisor y vi como sendas lágrimas caían por mi rostro.
Las siguientes veces que estuve con Antonio le trate con muchísimo cariño intentando quitarme esa sensación de ración que me acompañaba todos los días, si os preguntáis si volví a caer con Javier, la respuesta es si, Antonio era mi novio, pero Javier era la que me dejaba satisfecha.
Al final los celos de Ana fueron demasiado y los padres de esta no tuvieron más remedio que devolver la custodia de Antonio, este se buscó un trabajo nuevo que le llevaría a otra ciudad y nos despedimos con la promesa de volver a vernos entre llantos incontrolables.
Según volvía a mi casa tenía una cosa clara, que amaba a Antonio con todo mi ser, pero que separarse de mí fue lo mejor que le había pasado, por suerte no se enteró de mis infidelidades con Javier y la ruptura no fue por ese motivo dándome la oportunidad de volver a tener otra oportunidad con Antonio siendo más adulta y madura.
Esa oportunidad se dio a los años, la empresa de mi padre necesitaba un técnico en mantenimiento que fuera capaz de reparar todas las maquinas, me toco a mí hacer la selección de los curriculums para las entrevistas, empecé a mirar y para mi sorpresa ahí estaba el currículo de Antonio, no me lo pensé, me olvide de los demás y concerté una cita con él.
No le dije quien era por teléfono y la entrevista la hizo con uno de los operarios, después de hablar con este quedo impresionado con el buen hacer de Antonio y nos dijo que lo contratáramos sin más demora, quedamos con el que empezaría a trabajar un lunes.
Ese lunes estaba yo emperrándole en la entrada de la empresa bastante nerviosa, no lo había visto en años, como estaría, seguiría tan guapo, abría engordado o estaría clavo, lo que vi me dejo impactada, seguía teniendo ese bonito pelo castaño y esos ojos grises penetrantes, pero lo que más me llamo la atención fue que tenía un cuerpo musculado, pero no un músculo de esos de gimnasio, no tenía ni un gramo de grasa en el cuerpo, tuve que disimular para que no se me notara que me había ruborizado, le enseñe la empresa y me dijo.
Antonio- Celia cuanto tiempo que guapa estas.
Yo- Tú también estás muy guapo.
La verdad que no tuvo problema para empezar a trabajar después de ver la empresa, esa semana se dedicó a conocer toda la maquinaria y el viernes quedamos para cenar, en esa cena me contó que había descubierto la escalada, y se había enamorado de ese deporte.
Ahora entendía de donde venía ese cuerpo tan bonito que tenía, esa misma noche terminamos en mi casa haciendo el amor, menudo cambio pego Antonio, cuando dejo al descubierto mis pechos y empezó a chuparme los pezones me llevo al mismísimo cielo, después fue bajando poco a poco hasta llegar a mi coño, me miro y sonrió, yo normalmente solía llevarlo sin ningún pelo, pero a mi último amante le gustaban peluditos y por lo visto a Antonio también.
La comida de coño que me dio fue muy buena consiguió que me corriera gritando mi orgasmo entre temblores, después llego mi turno libere su polla de su prisión y me la metí en la boca el gemido de gusto que salió de los labios de Antonio hizo que mi corazón diera un vuelco, entonces Antonio me levanto y se sentó en la cama y me sentó sobre sus piernas, yo me fui introduciendo su polla en mi coño poco a poco disfrutando cada centímetro, una vez de tenerla toda dentro empezamos un suave vaivén mientras cuestas miradas se cruzaban.
De los ojos de Antonio brotaron sendas lágrimas que yo recogí con mi boca y después nos besamos, nos corrimos a la vez y fue muy especial, se puede decir que nuestra nueva oportunidad comenzó ahí.
Durante tres años junto a Antonio fui una mujer muy feliz, viajamos por muchos lugares, me enseño a escalar, la primera vez que fuimos pensé que me moría por hacer lo que me dijo que no haría y no era otra cosa que no mirar abajo, Mis padres no tragaban a Antonio sobre todo mi padre que creía que estaba conmigo para pegar el gran braguetazo.
Las reuniones familiares eran un clavario, pero la armadura de Antonio era insoldable, jamás soltó ni una queja ni una mala palabra siempre educado, si mi padre hubiera hecho un mínimo esfuerzo en conocerlo hubiera visto que lo que menos le importaba a Antonio en el mundo era el dinero para él, el mayor de los tesoros era tener una familia y ser feliz a su lado.
Yo estaba dispuesta a darle esa familia que el destino le negó el mismo día de su nacimiento, pero la vida te pone pruebas y yo no fui capaz de superar la mía, no siendo digna del amor de Antonio.
Mi padre quería ampliar la empresa y me dijo que en Francia había una empresa muy intensada en asociarse con nosotros, ellos hacían productos parecidos a los nuestros y así podríamos empezar a producir para toda Europa.
Fui la encargada de ir a las negociaciones con nuestra contraparte francesa, cuando llegue al aeropuerto me estaba esperando un hombre, era el hombre más guapo que hubiera visto en mi vida, pero cuando hablo para saludarme tenía la voz varonil más sexy que hubiera escuchado en mi vida, media un metro noventa, espaldas anchas, pelo negro, mandíbula ancha y barba de tres días, tendría unos treinta y cinco años y ya coqueteaba conmigo solo con la mirada.
Mi primer viaje a Francia lo pasé fatal, cada vez que estaba cerca de ese hombre se me encharcaba el coño, los pezones me dolían de los duros que lo tenía y la respiración se me agitaba, me invito en un par de ocasiones a cenar, pero decline la invitación porque sabía que de aceptar como acabaría la cosa.
Volví al lado de Antonio mi amor, pero no podía quitarme de la cabeza ese hombre de nombre Pierre, hable con mi padre para que sería otro el que seguiría las negociaciones, pero este me dijo que en Francia se habían negado, que o era yo o las negociaciones se terminarían.
Yo - Papa, me da igual no quiero ir y punto.
Papa- ¿Por qué no quieres ir hija?
Yo- Porque pondría mi noviazgo en peligro y yo amo a Antonio.
Papa- ¡Estos son negocios y abecés hay que hacer sacrificios!
Mi padre dio por zanjada la conversación no dándome opción y en una semana tendría que volver a Francia otra vez, esa semana intente ser la más cariñosa del mundo con Antonio, este no era tonto y algo se olía, pero como era costumbre en él se lo guardaba todo.
Mi segunda visita a Francia fue el principio del fin, esta vez sus insinuaciones, gestos caricias estaba destinadas a calentarme y bien que lo hicieron, terminamos en el baño de su despacho yo con las bragas en los tobillos y votando sobre la polla de ese hombre que la tenía incrustada hasta el final de mi coño, Antonio era bueno en la cama, pero este jugaba en otra liga, y no tenía nada que ver con el tamaño de la polla porque los dos calzaban un tamaño parecido.
Me hizo darme la vuelta para que viera mi cara de desencajada por el placer y en ese momento me di cuenta de que irremediablemente estaba en manos de Pierre, las negociaciones fueron de cine, el tío firmo los papeles mientras yo le hacía una mamada debajo de la mesa y no firmo hasta que me trague su corrida.
Pierre- Así me gusta mi putita.
Sé que tendría que haberme molestado, pero eso me encendió más, los otros dos viajes que hice a Francia lo único que vi fueron las padeces y el techo de la habitación del hotel, Pierre me dijo que tenía intención de mudarse a España y así trabajar todos juntos desde allí.
El primer día que Pierre piso las oficinas le recibí con gran entusiasmo porque sabía lo que vendría después, mi entusiasmo fue tal que no hice caso a Antonio y además me molesto que estos dos estuvieran en la misma sala, ese al mediodía había quedado a comer con Antonio por costumbre, pero cuando Pierre me dijo que quería invitarme a comer no me lo pensé dos veces.
Recibí varias llamadas de Antonio que ignore sistemáticamente, al rato recibí una llamada de Raquel que si conteste.
Raquel- Celia tía creo que he metido la pata, le he dicho que habías ido a comer con el cliente nuevo.
Yo- ¡Joder Raquel podrías haberte callado ostias!
Esa tarde no hubo sexo entre Pierre y yo, Raquel me corto todo el royo, es verdad que mientras Pierre estuvo en Francia y yo aquí no me costaba comportarme normalmente con Antonio, pero al estar ahora Pierre aquí mi atracción hacia él podía más que mi amor por Antonio.
Yo cada vez era más distante con Antonio y mira que lo intento todo, me compro flores, intentaba pasar el máximo tiempo posible conmigo en casa, me sacaba a bailar porque me encantaba aunque él lo odiaba, pero en todos y cada unos de esas situaciones había un denominador común, mi cara de hastío.
Ahora solo tenía ojos para Pierre y sabiendo que eso estaba mal y el daño que le haría a Antonio me hacía sentir culpable y eso me cabreaba con él, sé que es irracional, pero era lo que sentía.
Una noche que Antonio llego casa me dijo la frase fatídica.
Antonio- ¡Celia tenemos que hablar!
Yo- ¡No puede esperar, he quedado con Raquel!
Le deje con la palabra en la boca, cogí mi abrigo me lo puso y salí de casa, no le deje ver mucho, pero mientras me ponía el abrigo pudo darse cuenta de que ese vestido que llevaba era nuevo.
Salí del portal y cogí un taxi que me llevo a su hotel, no llegamos ni a probar bocado, según me abrió la puerta estaba desnudo, me agache a comerle la polla, como me gustaba hacérselo, siempre miraba al techo y suspiraba de placer.
Normalmente no me solía dejar que siguiera hasta el final, pero esta vez cuando note que estaba a punto me agarro la cabeza e incrusto su polla en mi garganta descargándolo todo en ella, no me quedo otro remedio que tragármelo todo.
Después me hizo agacharme apoyándome sobre la cama y me ato los pies a los pies de la cama y los brazos al cabecero, tenía las piernas muy abiertas y sin mediar palabra me la metió de un empujón, no os mentiré me hizo daño, pero fue un dolor que también me produjo placer, no sé que tenía este hombre, pero me tenía como hechizada, hacia todo lo que me pedía menos una cosa, en un momento dado me la saco del coño y me la intento meter en el culo, cosa que le impedí con un grito y una mirada de que si sigues por ahí el polvo se acabó.
No puso buena cara, pero lo acepto, el sexo anal es una cosa que me da pánico y solo Antonio ha sido el único hombre que me ha respetado y no me lo ha pedido nunca, ni sacado el tema tan siquiera.
No sé cuantas horas estuvimos follando en esa habitación de hotel, lo hicimos a cuatro patas, después le cabalgue como una amazona desbocada, solo sé que termine desecha y con el coño escocido u la boca desencajada.
Celia llegué a las cinco de la mañana y lo primero que hice fue meterme en el baño y ducharme, él se encontraba en la cocina desayunando porque aunque era sábado a él le tocaba ir a currar a la mañana y decidió madrugar para no pillar atasco.
Antonio- ¿Celia te lo has pasado bien con Raquel?
Yo- ¿Si porque lo preguntas? (voz pastosa)
Antonio- Por nada, ayer hablé con el Jota y me dijo que Raquel no se encontraba bien por eso te lo pregunto.
Me quede blanca, pero me recupere y le dije que al final Raquel se recuperó y salimos, le mentí descaradamente, lo peor era que cada vez me salía más natural, la situación se volvió muy enrarecida, ya solo nos saludábamos y nos despedíamos, pero yo estaba feliz porque esa noche iba a volver a follar otra vez con Pierre.
Cuando llego a casa fuimos directo a la habitación de matrimonio a Pierre le daba mucho morbo hacerlo sobre la cama del carnudo como decía él, le hice la mamada como solía hacérselas a Antonio, hasta ahora a Pierre se las hacía de forma diferente, entonces me cogió y me empotro contra la estantería donde Antonio tenía todos sus libros, tuve una pizca de remordimiento, pero cuando me la metió se me paso, volvió a intentar el sexo anal y tuvimos otro conato de terminar el polvo, pero consiguió capear el temporal y tumbándose en la cama lo cabalgue hasta que nos corrimos, después se vistió aduciendo que tenía otro compromiso.
Yo me dediqué a limpiar para que Antonio no se diera cuenta de nada, dejándolo todo impoluto, De lo primero que me di cuenta los días siguientes fue que Antonio cambio al turno de noche como si no quisiera que coincidiéramos en todo el día, además de darme cuenta de que cada vez faltaba más ropa de él en casa.
Una mañana no pude aguantar más y le pregunte.
Yo- ¿Por qué falta ropa tuya del armario?
Antonio- Ya sabes que he cambiado al turno de noche y mi casa queda más cerca de la empresa que la tuya así que por eso me he llevado ropa.
Yo- Pareciera que has cambiado el turno para no verme
Antonio- Que va mujer, que cosas tienes, ahora tendrás que disculparme pero llego tarde.
Vi como se ponía en marcha para irse entonces le detuve y le dije.
Yo- En una semana es mi cumpleaños, quería que superas que estás invitado.
Las veladas sexuales con Pierre se fueron dando mientras que mi relación con Antonio se estaba hundiendo como el Titanic, por fin llego la noche de la fiesta de mi cumpleaños, yo me adelante y fui a recoger a Pierre para ir con él, Antonio me dijo que tenía algo que hacer y que iría después, eso me dejo intranquila hasta que me encontré con Pierre y temporalmente se me olvido la angustia que recorría mi cuerpo.
Nos encontrábamos en la fiesta y de repente hizo su entrada Antonio y de su brazo iba sujeta la mujer más hermosa que hubiera visto en mi vida, mire a Pierre y me temí lo peor.
Pierre- ¿Qué haces aquí y cogida del brazo de este?
Chantal- ¡Tú cállate y coge esta carpeta, quiero los documentos firmados para ayer!
Yo no decía nada lo conocía bien, sabía que me había descubierto y lo nuestro se había acabado, pero él se acercó me dio un beso en la mejilla y me dijo
Antonio- ¡Solo he venido a traerte tu regalo de cumpleaños, luego me marcharé tranquila así podrás disfrutar del Galo!
Cuando el televisor se puso en funcionamiento lo primero que se vieron fueron imágenes mías con Pierre en distintas posturas, yo comiéndole la polla a Pierre, pero la guinda del pastel fue el video de que reprodujo a continuación mis gritos de placer que se escucharon por toda la sala, Antonio se disponía a marcharse y mi padre lo detuvo.
Papa- ¡Tú quien te crees que eres, el lunes serás despedido!
Antonio- ¡Es verdad se me olvidaba, esto es para ti mi carta de dimisión RENUNCIO!
Entre lágrimas vi como Antonio salía del restaurante cogido de la mano de esa mujer que era la esposa del hombre con el que había sido infiel a Antonio de forma tan cruel, en el restaurante se formó un gran escándalo y yo lo único que hacia era llorar y maldecir mi estupidez.
De esa noche ha pasado un año y medio y mis peores miedos se han hecho realidad, cuando Antonio estuvo preparado empezó una relación con esa mujer y van a ser padres de una criatura, ella esta embarazada.
A mí lo único que me queda es soñar semana tras semana que la mujer que lleva esa criatura en el vientre soy yo, y mientras pienso eso siempre me viene una frase a la cabeza.
Que poco valoramos las cosas hasta que las hemos perdido.
FIN.