Volver a empezar

¿Antonio a tenido una vida dura será recompensado?

Volver a empezar

Mi nombre es Antonio tengo treinta años no tengo familia, mis padres murieron el mismo día de mi nacimiento, cuando mi padre llevaba a mi madre al hospital para que me diera a luz tuvieron un accidente, mi padre murió en el acto y mi madre aguanto con vida hasta que me tuvo en sus brazos después de traerme al mundo.

Mi niñez no fue nada fácil, de casa en acogida en casa de acogida, no duraba mucho en ninguna de ellas, según todos me encerraba demasiado dentro de mí creando una armadura impenetrable.

Tal vez tenían razón, pero también podía sentir que ninguna de esas familias me quería, solo sonreían cuando cobraban el cheque que les daban todos los meses por haberme adoptado, un dinero que iba destinado a todo menos a mí, fueron pasando los años y mi personalidad llego a ser tan fría como una glaciación, si tenía un problema lo arreglaba yo sin pedir ayuda a nadie.

Entré a trabajar en un taller que arreglaban motores de barcos, me pusieron de pinché de un trabajador muy bueno reparando motores, pero un tirano tratando a las personas, yo obedecía lo que mandaba y de esa forma fui aprendiendo el oficio, fijándome en como trabajaba él.

Llego un momento que no me importaba que me gritara o insultara, incluso que me zarandeara, yo solo quería aprender y en ello puse todo mi esfuerzo llegando un momento que mi destreza con las herramientas supero a la suya, Anselmo termino despidiéndolo por su mal comportamiento con los trabajadores y sobre todo con los clientes

Por las noches empecé a hacer cursos especializándome en mantenimiento de maquinaria industrial, trabaje para un par de empresas medianas, trabajaba tanto y tan bien que el boca a boca hizo que una empresa grande de las potentes se fijara en mí, necesitaban a un operario capaz de encargarse de arreglar toda la maquinaria de la empresa y ser capaz para arreglárselas si se necesitaba una pieza y esta tardaba en llegar.

Sabiendo eso me apunté a un curso nocturno de torno y fresadora para poder crear la pieza si la avería era urgente y el pedido de esa pieza se podía demorar semanas, en esas llego el lunes día que empezaría a trabajar en esa gran empresa, cuando llegue en la puerta me esperaba Celia(la reconocí enseguida), ella era la mejor amiga de la hija de una de las familias que me adopto y en su momento empezamos a salir, pero la relación se cortó una vez que esa familia decidió desprenderse de mí.

Yo- Celia cuanto tiempo que guapa estas.

Celia- Tú también estás muy guapo.

Me enseño la empresa y no me quitaba los ojos de encima, la verdad que Cecilia era todo un bombón, rubia, ojos verdes un metro sesenta y cinco de estatura pecho mediano vientre plano y un culo y unas piernas cinceladas por el mismo Miguel Ángel.

Yo modo un metro ochenta, tengo el pelo castaño corto, mis ojos son grises y tengo todo el cuerpo fibrado sin un gramo de grasa por practicar un deporte que me vuelve loco la escalada, muchas chicas me han dicho que soy muy guapo, pero yo no le doy mucha importancia a eso.

Los primeros meses fueron duros hasta que me familiarice con la maquinaria, después de eso cree unas rutinas de trabajo diarias para mantener todas las maquinas a punto, Celia y yo empezamos a quedar todos los viernes a cenar y después solíamos ir algún local de moda a tomar algo y a bailar.

La verdad es que me enamore de ella como un loco, gracias a ella destruí esa armadura que siempre llevaba y mi frialdad fue templándose en cada cita, yo soy una persona valiente y quería a Celia así que una noche mientras cenábamos me abrí en canal y le dije lo que sentía por ella.

Yo- Celia estoy locamente enamorado de ti y me gustaría empezar una relación contigo (muy nervioso).

Celia se me quedo mirando sin decir nada, lo pase fatal llegue a pensar que me mandaría a la mierda y se levantaría de la mesa para marcharse, pero no fue eso lo que ocurrió sonrió y me dijo que ella sentía lo mismo.

Terminamos de cenar y en vez de ir a un local a celebrarlo me llevo a su casa, una casa de dos plantas con un salón enorme con chimenea y unas habitaciones más grandes que mi propia casa, según entramos por la puerta besándonos, Celia se las arreglo para desabrocharme primero a mí el pantalón y ella la blusa que llevaba, dejando al aire esos preciosos pechos coronados con unos pezones grandes y rosados, se agachó y después de sacar de su encierro a mi polla la chupo de la base hasta la punta.

Eso no fue lo que me puso cardiaco sino la mirada que me echo mientras se metía mi polla en su boca, estuve a punto de caramelo, pero aguante, después fuimos a su habitación donde tumbada en la cama con las piernas abiertas dándome una invitación sin género de dudas para que le comiera su sexo, su sabor fue el mejor bocado que había comido en mi vida, terminamos la noche yo tumbado boca arriba y Celia encima de mí con su cabeza apoyada en mi hombro diciéndome lo mucho que me amaba, que nunca pudo olvidarse de mí y que siempre estuvo esperando este momento.

Yo por mi parte empecé a llorar de alegría, por fin podía saborear lo que era ser feliz, lo había visto en otros, sabía lo que era, pero hasta ese momento jamás lo había experimentado, la noche fue muy especial para mí.

De esa noche han pasado tres años, tres años maravillosos al lado de la que es la mujer de mi vida, pero como dice el dicho, que poco dura la alegría en la casa del pobre.

Un lunes cuando llegue a la empresa me encontré con un hombre trajeado de unos treinta y cinco años, por su acento parecía ser francés, Celia parecía estar muy entusiasmada con su compañía tanto como para ignorar mi saludo dos veces, pensé que sería un cliente importante y decidí que después la saludaría.

Me bajé a mi garita que se encontraba en el sótano de la empresa, muchos dirán que cutrez, pero allí no bajaba nadie y era el sitio con más paz de la empresa, allí nadie me molestaba.

Al mediodía fui a buscar a celia para ir a comer juntos, pase por el despacho del padre de celia y después del de la madre, en ambos despachos recibí un gruñido como contestación, si mis suegros no me podían ver ni en pintura, estaban convencidos de que yo estaba con su hija por el dinero, así que no me quedo otra que ir a mi taquilla y llamar a su móvil.

Por cada llamada la contestación era apagado o fuera de cobertura, me empecé a preocupar así que me dirigí donde su mejor amiga en la empresa para sí sabía donde estaba mi novia, esta al verme puso una cara como si de repente abría entrado un camión de estiércol aprestándolo todo.

Yo- ¿Raquel sabes donde esta Celia?

Raquel- ¿Y yo porque tendría que saberlo?

Yo- ¡Venga Raquel no me jodas!

Raquel- Se ha ido con el socio nuevo.

Yo- ¡Socio nuevo, Celia no me había comentado nada!

Raquel- Pues que raro porque lleva más de dos meses negociando con él.

Puso una cara como pensando que había metido la pata hasta el fondo y a mí me mosqueo que no os hacéis una idea.

Yo- ¡Nada Raquel si la ves dile que quiero hablar con ella!

Es verdad que había estado viajando los últimos dos meses a Francia por cuestiones de trabajo, pero no había notado ningún cambio extraño en ella, es llegar el Galo y volverme el hombre invisible.

Las semanas fueron pasando y nuestra relación cada vez era más distante, os juro que intente de todo, le compre flores, intentaba pasar el máximo tiempo posible con ella en casa, la sacaba a bailar porque a ella le encantaba aunque yo lo odiaba, pero en todos y cada unos de esas situaciones había un denominador común, la cara de hastío de Celia.

Una noche que llegue a casa le dije la frase fatídica.

Yo- ¡Celia tenemos que hablar!

Celia- ¡No puede esperar, he quedado con Raquel!

Me dejo con la palabra en la boca, cogió un abrigo se lo puso y salió de casa, no me dejo ver mucho, pero mientras se ponía el abrigo pude darme cuenta de que ese vestido que llevaba era nuevo, yo no se lo había visto nunca.

Una vez que salió de su casa llame al novio de Raquel que también trabajaba en la empresa y era un chaval muy majo.

Yo- ¿Jota te hacen unas birras en el bar de al lado de la empresa?

Jota- Que va Antonio, esta noche Raquel y yo nos quedamos en casa no se encuentra muy bien, ¿te importa si lo dejamos para otro día?

Yo- No hombre no, dile a Raquel de mi parte que se cuide.

Todas las alarmas sonando a pleno rendimiento, Celia no me había mentido en mi vida, o eso creía yo (iluso profundo).

Celia llegó a las cinco de la mañana y lo primero que hizo fue meterse en el baño y ducharse, yo me encontraba en la cocina desayunando porque aunque era sábado a mí me tocaba ir a currar a la mañana y decidí madrugar para no pillar atasco.

Yo- ¿Celia te lo has pasado bien con Raquel?

Celia- ¿Si porque lo preguntas? (voz pastosa)

Yo- Por nada, ayer hablé con el Jota y me dijo que Raquel no se encontraba bien por eso te lo pregunto.

Celia salió del baño blanca, pero enseguida se recuperó y me dijo que Raquel al final se animó a salir, menudo rostro tenía mi novia me acababa de mentir descaradamente a la cara, yo cogí las llaves del coche y me fui a trabajar, pensé que si me estaba engañando que mejor que enterarme lo antes posible.

Paso la semana sin pena ni gloria justo nos saludábamos y esa era la conversación diaria, mientras ella era la felicidad absoluta yo volvía a plantearme en desempolvar mi antigua armadura, ese viernes yo tenía turno de noche así que deje una cámara grabando en unas baldas donde guardaba mis libros y que sabía que celia no tocaba para nada.

La noche paso rápido pues tuve un par de averías bastante complicadas y me tuvieron entretenido, mande un par de mensajes a Celia en los descansos, pero no contesto a ninguno, estaría ocupada, cunado llegue a casa celia ya había salido fui directo a la habitación, estaba impoluta, entonces cogí la cámara y la enchufe al portátil, aunque ya me lo esperaba era muy distinto verlo que intuirlo, infinitamente más doloroso.

En las imágenes se veía a Celia mamándole la polla igual que lo hacía conmigo poniendo la misma cara, eso para mí fue como si me clavaran un cuchillo en las entrañas, después se veía como el Galo cogía a mi novia y la empotraba contra la estantería, casi tirando su contenido al suelo, menos mal que la cámara no sé cayo, podía ver la cara de extremo placer de celia y como el Galo le decía cosas al oído.

Galo- ¿El carnudo no te folla así verdad?

Celia- ¡No, es un eunuco de mierda, no conocí el placer hasta que tuve tu polla dentro!

Después le cogió y tumbándose él boca arriba en la cama ensartaba el coño de Celia mirando a la cámara, el Galo intento una inclusión anal, pero Celia se lo impidió, eso fue muy poco consuelo para la traición de mi novia, no quise ver más.

A partir del día siguiente empezaría a buscar trabajo en otro sitio mientras tanto tendría que aguantar, mis jefes eran los padres de Celia, me odiaban a muerte estaba claro que se pondrían a favor de su hija y terminaría en la puta calle.

Lo primero que hice fue cambiar al turno de noche, ese era el turno con el que menos coincidía con Celia y así tendría que ahorrarme las consiguientes mentiras, como mi garita estaba en el sótano tampoco tenía que ver a los tortolitos, una de las tardes con poco trabajo me dispuse a recoger parte de mi ropa para cambiarme a mi casa, cuando salía por la puerta de la empresa vía a la mujer más hermosa que hubiera visto en toda mi vida, un metro setenta, pelo negro liso hasta la mitad de la espalda, ojos color miel, unos pechos medianos y su mejor atributo un culo de infarto.

Era una mujer de bandera y banda de música, parecía preocupada y me dirigí a preguntarle que le ocurría.

Yo- ¿Se encuentra bien?

Mujer- Si había quedado aquí con mi marido, pero no ha aparecido y me tiene muy preocupada (acento francés)

Yo- ¿Cómo se llama su marido?, yo trabajo aquí y podría preguntar.

Mujer- Pierre.

No me jodas, el puto Galo el tío que se follaba a mi novia estaba casado con semejante monumento y le ponía los cuernos, no me lo podía creer.

Yo- Tiene usted tiempo tenemos que hablar, ahí en frente hay una cafetería muy agradable.

La mujer me miraba con algo de desconfianza, pero accedió, más bien porque era invierno y en la calle hacia frió.

Yo- ¡Sí, sé perfectamente donde esta su marido!

Mujer- ¿Lo sabe?

Yo- Si, en estos momentos seguramente se encontrara con mi novia.

Mujer- ¡No le comprendo!

Saque el portátil y abrí una carpeta con todos los videos que había grabado por si en el futuro los padres de Celia intentaban joderme para tener algo con que defenderme, la pobre mujer puso los ojos como platos primero, pero después empezó a llorar amargamente.

Me sentí mal por ser el mensajero, pero se merecía saber con qué clase de lombriz estaba casada, esa tarde no probamos los cafés, se quedaron en la taza fríos como lo estaban nuestros corazones, entonces me pregunto.

Mujer- ¿Qué voy a hacer ahora?

Yo- Podría divorciarse.

Mujer- ¿Y usted?

Yo- Espero encontrar otro trabajo pronto y desaparecer de la vida de esta gente sin dejar ni rastro, después estuvimos hablando de diferentes cosas, le comenté que conocía una abogada muy buena que era amiga mía y que la podía asesorar, le di el teléfono y le dije que la llamara sin falta, cuando se iba a levantar para irse.

Yo- Que mal educado soy no me he presentado, soy Antonio.

Mujer- Yo me llamo Chantal.

Nos despedimos con un apretón de manos, esa mujer tenía algo que me ponía nervioso, pero en el buen sentido de la palabra y tenía un nombre muy bonito, pero reprimí enseguida esos pensamientos, mi idea era desaparecer y empezar de nuevo.

Pues no desaparecí, todos los viernes quedaba con Chantal que me iba contando todo lo que había hablado con mi amiga la abogada, me pidió si podía prestarle los videos para tenerlos como prueba, yo le dije que sin problemas.

Una mañana que me levante Celia me esperaba en la cocina con una cara de pocos amigos, lo primero que me pregunto.

Celia- ¿Por qué falta ropa tuya del armario?

Yo- Ya sabes que he cambiado al turno de noche y mi casa queda más cerca de la empresa que la tuya así que por eso me he llevado ropa.

Celia- Pareciera que has cambiado el turno para no verme

Yo- Que va mujer, que cosas tienes, ahora tendrás que disculparme pero llego tarde.

Cuando me disponía a irme antes de no poder contenerme más y hacer que arda Troya, Celia me detuvo y me dijo.

Celia- En una semana es mi cumpleaños, quería que superas que estás invitado.

Éramos prácticamente unos desconocidos, salí de casa de Celia sin contestarle nada, había quedado con en dueño del taller mecánico de motores de barco que me cogió cuando tenía dieciocho años, se iba a jubilar y quería traspasarme el local, estaba en otra ciudad así que perfecto para mis planes.

Anselmo- Te veo muy bien Antonio.

Yo- Para usted no pasan los años don Anselmo.

Anselmo- No me hagas la rosca que no voy a bajar el precio.

Yo- ¿Cuánto me pide?

Anselmo- 150.000 euros y podrías pagármelo a plazos.

Yo- ¿Déjeme unos días para pensarlo don Anselmo le parece bien?

Anselmo- Claro, ya me dirás que decisión tomas.

Nos despedimos y me fui a por mi segunda cita que no era otra que con Chantal, cuando llegue estaba eufórica, tenía los papeles del divorcio en la mano y quería tirárselos a su marido a la cara.

Yo- Tengo una idea mejor Chantal.

Chantal- ¿Cuál?

Yo- El viernes que viene mi exnovia cumple años, pensaba regalarle un video con sus mejores hazañas amatorias y tú podrías aprovechar para entregarle los papeles del divorcio delante de todos que te parece.

Después de que esa preciosa mujer dejara de reírse lo comente lo de la compra del taller, pero ni aun vendiendo mi casa me llegaba, entonces Chantal dijo.

Chantal- Yo tengo un dinero que herede y si tú vendes tu casa tendríamos el dinero para comprar el taller.

Yo- ¿Tú estás segura?

Chantal- Soy contable, pero Pierre nunca me dejo trabajar quería que estuviera siempre en casa, te vendrá bien para el taller.

Yo- La verdad que si, porque soy un desastre con los números.

Durante esa semana hicimos todos los tramites, mi casa era pequeña, pero estaba bien situada y no pedía mucho así que la conseguí vender enseguida, después lo que hice fue escribir una carta de renuncia a mi puesto de trabajo.

Llego la noche de la fiesta y fui a recoger a Chantal, estaba preciosa, yo me esmeré, pero a su lado parecía el patito feo, la fiesta sé aria en un restaurante que alquilaron los padres de Celia, cuando Chantal y yo hicimos nuestra entrada ella cogida de mi brazo todo el mundo se giró, al Galo casi le da un infarto y la cara de celia era un poema.

Pierre- ¿Qué haces aquí y cogida del brazo de este?

Chantal- ¡Tú cállate y coge esta carpeta, quiero los documentos firmados para ayer!

El Galo abrió el sobre y se quedó más blanco que un muerto, volvió a meter los documentos en el sobre y no oso volver a abrir la boca.

Celia no decía nada me conocía bien, sabía que la había descubierto y lo nuestro se había acabado, pero yo me acerque le di un beso en la mejilla y le dije.

Yo- ¡Solo he venido a traerte tu regalo de cumpleaños, luego me marcharé tranquila así podrás disfrutar del Galo!

Pase por al lado de los padres de celia que me miraban con odio y puse el pendrive en una de las televisiones, cuando se puso en funcionamiento lo primero que se vieron fueron imágenes de Celia con el Galo en distintas posturas, celia comiéndole la polla al Galo, pero la guinda del pastel fue el video de que reprodujo a continuación y los gritos de placer de Celia que se escucharon por toda la sala, yo me di media vuelta para marcharme cuando el padre de celia me cogió del brazo y me dijo.

Padre de celia- ¡Tú quien te crees que eres, el lunes serás despedido!

Yo- ¡Es verdad se me olvidaba, esto es para ti mi carta de dimisión RENUNCIO!

Chantal y yo salimos de ese restaurante cogidos de la mano sin mirar atrás dejando tras de nosotros el tumulto que se había formado tras el visionado del video.

EPILOGO

Ya ha pasado medio año desde aquella fiesta y el taller nos va genial, Chantal y yo decidimos empezar a conocernos para sí en un futuro surge empezar una relación.

Según me contó el Jota a Celia le entro una depresión de la que no se recupera, el Galo desapareció de su vida como a cenicienta el coche de caballos cuando dieron las doce.

Los padres de Celia se divorciaron en cuanto se descubrió que el padre de Celia sabía lo que su hija estaba haciendo y le encubría, la madre de celia me llamo una mañana para disculparse y me reconoció que se había equivocado conmigo, espero de todo corazón que le vaya bien en la vida.

Después de la traición de Celia llegué a pensar que jamás volvería a quitarme otra vez la armadura, pero la vida me está dando otra oportunidad para ser feliz y pienso aprovecharla.

FIN.