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Saqué la polla del culo, y sin condón, y sin importarme que anduviese con la regla, se la clavé e el chochito hasta las trancas.

El 20 del agosto del 2019 recibí una llamada de whatsapp.

11.12.-Hola.

11.13.-Buenos días, muñequita linda. ¿Cómo estás?

11.14-Bien.¿Y tú?

11.15.-Peor que tú, tú estás buenísima. Estás de toma pan y moja.

11.16-Jejejeje. Eres bobo.

11.20.-Síííí, lo soy, pero eso no quita para que hiciese sopitas en tu chochito.

11.22.-Jejejeejeje. Estás loco. Oye. ¿Puede preguntarte algo?

11.23.-Claro, dispara.

11.25.-¿Cómo fueron las sesiones de sexo con tu esposa? Sé que no debería preguntar, pero me da curiosidad.

11.29.-El viernes oral, vaginal y anal, sábado y domingo solo vaginal.

11.33.-A tu esposa le gusta anal. No lo sabía.

11.37.-Sí, para acabar le gusta correrse con un anal, aunque a veces le gusta el anal al comenzar. Depende en que posición se ponga sé lo que quiere. Pena que quiera tan pocas veces.

11.43.- Bueno, esta vez quiso mucho. Ves que te sigue deseando.

11.45.-Sí, pero me desea de pascuas en viernes. Pasará mucho tiempo hasta la próxima vez.

11.46.-Pero te desea. No sabía que a tu esposa le gustaba el anal, eso me sorprendió.

11.47.-¿A ti no te va?

11.48.-No.

11.50.-Seguro que tu pareja no te lo hace bien. Si te acariciara con la yema de dedo el ano y te lo lamiera y te lo follara con la punta de la lengua, y te lo follara también con el dedo pulgar hasta que sintiese que te ibas a correr le pedirías que te la metiera.

11.54.-Sí, eso de la lengua y el dedo lo hace y me gusta, pero meterla, no sé, ya no me va, me incomoda mucho.

11.56.-La tendrá muy gorda.

11.58.-No, normal. No sé, me incomoda.

12.-Será que nunca tuviste un orgasmo anal y por eso no te gusta. O no te gusta y punto.

12.01.-Exacto, no me gusta y punto. Solo sé que sí lo hice alguna vez y recuerdo que me gustaba, y ahora ya no, en fin...

12.2.-Es lo que pida el cuerpo en cada momento.

12.03.-Exacto.

12.04.-A mí el mío me pide el tuyo para hacerle cochinadas, pero pide uno y no le dan...

12.06.-Jeiejeje. Tu esposa es mejor en el sexo que yo. Tiene más experiencia.

12.08.-En eso te equivocas. Casi siempre se deja hacer. Se echa y disfruta. En el sexo es en lo único que no le gusta esforzarse.

12.13.-Disculpa, sacaba una ropa de la lavadora. ¿Por qué dices eso?

12.14.-Por qué le gusta que le haga más que hacer.

12.15.-Entiendo, pero te besa y te la chupa, ¿no?

12.18.-De chupar nada, y besos cuando ya se va a correr.

12.19.-¿No se besan mientras hacen el amor?

12.20.-Cundo se iba a correr me comía la boca.

12.21-Te preguntaba si solo te besa cando se va a correr

12.22.-Exacto, cuando está muy caliente.

12.23.-Entiendo.

12.25.-Hace años eran los besos los que calentaban en los preliminares, ahora ya es todo más ordinario.

12.27.-Entiendo. Supongo que eso es normal, ¿no?

12.29.-No, normal no es. A lo mejor ahora entiendes porque te digo que besar tus labios debe ser cómo estar en la gloria.

12.33.-Sí, entiendo, de hecho ahorita entiendo porque te atraigo tanto, porque me deseas. Me gustaría darte lo que deseas, y deseo probarte al menos.

12.36.-Al menos un par de horitas. ¡Coooooooño! A pedir, pedir bien. Nunca me mandaste una foto en la que se viera tu preciosa cara, tus bellas tetas y tu rico coño. Ya sabes para que la usaría en la nueva travesía por el desierto.

12.40-Jejejeje. Es cierto, nunca te la mandé. Ya te la pasaré cuando esté más arreglada.

12.42.-Joder, que te quiero ver desnuda no vestida. Disculpa, me emocioné.

12.43.-No tienes que disculparte, bobito.

12.44.-Hoy como alitas de pollo, pero prefería comerte a ti, aunque solo fuese un poquito. Estás más rica que las alitas de pollo con patatas fritas...Y con esa foto...

12.46.-Jejejee. Noooo. Las alitas de pollo con papas fritas están más ricas que yo.

12.47.-Ni la ambrosía que comían los dioses esta más rica que tú.

-Me idealizas, José, nooooo, no estoy tan rica.

A las 12.51 me llegó una fotografía donde no se le veía la cara. Estaba echada sobre la cama con un sujetador negro y un tanga a juego. Estaba para comerla, pero no era la foto que le había pedido

A las 12.54 me mandó una fotografía en la que estaba todo muy oscuro. Miré de nuevo la primera fotografía.

12.55.-¡Qué buena estás, linda!, pero enseñas menos que una monja de clausura.

No me entendió lo que le quise decir.

12.55.-¡¿Qué?!

12.55.-Que no enseñas tus encantos, princesa.

A las 12.57 me mandó otra fotografía en la que estaba encima de la cama con las piernas abiertas, en posición para comerle el coño o follarla. Me puse palote.¡Es que estaba cañón! En aquel momento me tiraba encima de ella y la follaba hasta que nos corriéramos cómo dos locos.

12.57.-Ahora sí. Ahora estas para follarte hasta que eches por fuera. ¡¡¡Qué polvazo tienes, jodida!!!

12.57.-Jejejejee.

A las 12.59 me llegó una fotografía con su culo, un culo redondo, precioso, lástima que tuviese un tanga azul puesto y no se le viese el ojete. Acto seguido me llegó otra fotografía con su chochito.

12.59.-¡Cómo me estás poniendo,cabrona!

No le mentía. Tenía un empalme del 16.5, que es lo que me mide la polla.

1.00-¿La tienes parada?

1.00.-Sí, pero con ganas de trabajar.

1.01.-Jejejeje, ¡Nooooo! te preguntaba si estás empalmado.

1.02.-Cómo un burro salido... Es que estás para comerte y lo sabes. ¡¡¡Jooooooooder cómo estás, criatura!!!

1.03.-No, no lo sé. Mi culito salió bien en esa foto, no creas que es así.

1.05.-No, no es así, le pusiste photoshop, ¡no te jode! Y tu coño tampoco es así. Va a ser el de tu vecina.... Eres la cosita más sexy que vi en años.

1.07.-Noooo, claro que no.

1.08.-Ese chochito corriéndose en mi boca... ¡¡Qué delicia debía ser!!

1.10.-A lo mejor no te gusta.

1.11.-Noooo.Tan seguro cómo que los pájaros no vuelan. Lamerlo jugosito ya debe ser algo mágico.

1.12.- Jejejeje. Bobito.

1.12.-Cachonda.

1.13.-Jejejejeje.

Miré el reloj y supe que era hora de dejarlo, estaba con mi polla llorando en la mano, pero llegaba a comer su pareja.

1.15.-Mañana a la mañana estoy solo en cama a las ocho, a las nueve, a las diez, a las once... Si quieres seguir esta conversación...

1.17.-¿No estás solo ahora?

1.17.-Sí pero ya va a ser la una y media.

1.18..-¿Y?

Al oír el ¿y?, me entró un no sé que, que que se yo.

1.18.-¿Quieres jugar?

1.19.-Sí. ¿Puedo llamarte?

1.19.-Llama

A las 1.20 sonó el teléfono.

-Hola, princesa.

-Hola, bobito. ¿Qué haces?

-Estoy en mi cama con la polla en la mano. ¿Y tú?

-Ahorita estoy sentada en el sillón. ¿Quieres oír algo?

Recé para que fuera lo que yo pensara.

-Claro.

Era lo que yo pensaba, sentí el... ¡¡Clash, clash, clash, clash, clash, clash, clash, clash, class!!, que hacían los dedos dentro de su chochito al encontrarse con los jugos. Sacudí mi polla con ímpetu.

-¿Lo oíste?

A saber cuanto tiempo llevaba tocándose para estar tan mojada.

-¡Joder cómo estas, muñequita linda!

-Empapadita, estoy empapadita, cariño.

-Lo que daría por estar ahí, abrirte las piernas, lamer tu chochito con la lengua plana, sacarla cubierta de jugos, saborearlos y después follarte la vagina con ella ... Lamerte el clítoris, y cuando te corrieras beber tu deliciosa corrida.

-Sigue diciéndome cosas. Oooooooooooh -¡¡Clash, clash, clash, clash, clash, clash, clash, clash, clash, clash!! ¿Qué más me harías, cabrón?

-Te pondría a cuatro patas, puta, y te follaría a lo bestia, y cuando comenzases a correrte, te la quitaría del chochito, te metería la punta de la polla en el culo y me correría dentro.

-¡Ay, ay, ay! -¡¡clash, clash, clash, clas, clash, clas, clash, clash!! ¡Ay que riiiico! ¡¡Ah, ah, ah, aaaah!! ¡¡¡¡Aaaaaaaaaaaaaaah!!!

Gritaba tanto que me corrí cómo si mi polla fuese un geiser. Al acabar quedó en silencio, era cómo si se cortara la comunicación. No la oía ni respirar, pasado un tiempo, le pregunté:

-¿Te corriste?

-No, ¿y tú?

No me gustaba mentirle, pero no le quería cortar el rollo, con la leche aún en la mano, en mi pelvis y en mis pelotas le dije:

-Tampoco, pero juraría que te habías corrido.

-Pues no, no me corrí. ¿Quieres volver a sentirlo?

-Sí.

-Pídemelo por favor.

-Por favor, preciosa.

-Ruégamelo.

-Por favor, peeeeeerra.

-¡Clash, chash, clash, chash, cash, clash, clash, clash, clash, cash...!!

-¿Lo oíste, cabrón?

Cerré los ojos. Eché la mano derecha a mis pelotas empapadas y después lamí la mano pringada de leche imaginando que era su chochito y mi leche sus jugos vaginales, luego le dije:

-Si puta, lo oí, puta, que eres mi puta, mi zorra, aunque lo disimules eres mía, mía y solo mía.

-¡Ayyyyyy, ayyyy, ayyyyyyy, ayyyyyy, ayyyyy! Sí, soy tu puta, soy tu zorra, cabrón. ¡¡Fóllame duro!! ¡Ayyyyyy, Ayyyyyy, ayyyyyyyy, ayyyyyyyyy! -¡¡cash, clash, clas, clas, clash, clash, clash, clash, clash, clash!!- ¡Ay que rico, ay que rico, ay que rico! Jajajajajajaja! ¡¡¡Ay que riiiiiiiiiiiico!!

Volvió a desparecer en combate. Al rato oí su dulce voz de nuevo.

-¿Te gusta oír mis gemidos?

-¿Te corriste? Por la manera de chillar...

-No, paré cuando me iba a venir.

Yo juraría que se había corrido... En fin, que cuando se corriera, ríete tú de los conciertos de rock duro, los decibelios de la voz que saliese de su garganta me iban a dejar sordo.

-¿Tu esposa no chilla al sentir placer?

-No, al correrse, hace: Aaaaaaaah, aaaaaaah, aaaaaaah. Creo que se le jodió el volumen

Rompió a reír con ganas. Su risa era preciosa.

-Me hizo gracia. Se le jodió el volumen...

Volvió a reír, y luego se puso seria de nuevo. Me preguntó:

-¿Quieres volver a sentirla?

-Si

Esta vez no me pidió que le rogara. Sus dedos chapotearon en su chochito, que más que chochito parecía piscina.

-¡¡Clash, clash, clash, clash, clash!! -Pídeme que me corra -clash, clash, clash, clash, clas, clas, clash-. Pídeme que me corra, cabrón.

Yo ya estaba otra vez palote y con ganas de correrme

-Aguanta un poco, putona.

-¡No puedo, cabrón! -clash, clash, clash, clash, clash, clash, clas, clash! Dímelo.

-No, zorra, no te lo voy a decir.

-¡Por favor, dímelo! -¡¡clash, clash, clash, clash, clash, clash, clash, lash, clash!! ¡¡¡Diiiiiiiiiimeeeeelooooo!!!

-Te amo.

¡¡¡Me corroooooooooooooo!!!

Esta vez sentí sus gemidos hasta el final. Fue maravilloso oírla de nuevo mientras llegaba al cielo. Me volví a correr. Cerré de nuevo los ojos y volví a lamer mi mano pringada de leche imaginando que era su coño corriéndose. Hacía más de veinte años que no me corría dos veces haciendo una paja.

-¿Te gustó sentir cómo me corría?

-Sí.

-¿Te has corrido?

-Sí, pero...

-¿Pero qué?

Parecía que me leía la mente. En la pantalla del celular apareció su coño peludo y mojado y un dedo subiendo y bajando por sus labios. Había encendido la cámara. Sabía que me volvían locos los coños peludos. Quise creer que se dejara crecer el vello para mí, pero yo tenía la polla flácida y ni aquella visión hizo que se levantase.

-¡La hostia! ¡¡Qué rica!!

-¿La de tu mujer no está rica?

Vi su mano cogiendo una de sus grandes tetas y la lengua lamiendo el pezón.

-Te voy a contar algo -le hable en bajito, casi susurrando-. El viernes cuando le comí el coño a mi esposa, te lo estaba comiendo a ti. Con la luz apagada, cerré los ojos y le metí la lengua en su coño peludo. A pesar de haberle comido las tetas estaba poco húmeda, pero después al lamer su clítoris muy lentamente y de hacer círculos con la punta de mi lengua sobre él, se empezó a encharcar. Ya eras tú -La polla, que hasta ese momento la tenía morcillona, se me puso tiesa cómo un garrote -sentí su respiración acelerada y sus gemidos mientras veía cómo dos de sus dedos entraban y salía en su coño lentamente. Mi polla comenzó a despertar- Lamí desde tu ojete hasta tu clítoris arrastrando las babas de tu coño, paraba, los saboreaba, y seguía lamiendo. Te chupé el clítoris -vi como sus dedos apretaban el capuchón- y después metí mi lengua dentro de tu vagina -vi cómo metía tres dedos dentro del coño. Sus gemidos fueron subiendo de tono-. Luego ya me dediqué por completo al clítoris, te lo chupaba, y te lo lamía de abajo a arriba, despacito. De tu boca salió un "¡Oh!" Levantaste la pelvis, te metí la mitad de mi lengua en el chochito, tú buscaste el resto con tu pelvis y te corriste en mi boca.

-Cabrón, ¡Cómo me has puesto! Estoy empapada, pero no, no debes pensar en mí cuando follas con tu mujer. Aunque por un lado me halaga por el otro... ¿Y al follar su coño y su culo también pensaste en mí?

Veía tres de sus dedos empapados en jugos acariciar el clítoris, y mi polla se volvió a poner tiesa como si hubiese tomado viagra, Le respondí.

-Si, es muy placentero meter a un tercero en la cama, y si está tan buena cómo tú, mucho más. Si un día lo haces ya verás cómo te gusta.

-Tú que sabrás lo que meto yo en mi cama.

-¿Lo hiciste?

-Si, metí a un hombre mi cama estando con mi novio. Me estoy poniendo malita. Dime. ¿Cómo me follaste el chochito y el coño mientras se la metías a tu mujer?

-Déjame ver tu cara.

Enfocó su preciosa cara. Tenía sus bellos ojos marrones cerrados. Estaba para comerla.

Vi llegar sus tres dedos mojados a la boca, los abrió y tenían cómo una especie de telaraña de jugos entre ellos, los lamió, los chupó... Después enfocó su chochito y vi cómo metía los tres dedos en él, acto seguido los sacó y siguió acariciando el clítoris con ellos, ahora de forma vertical, ahora de forma horizontal, ahora haciendo círculos. Seguí hablando, más que hablando, susurrando.Ya mi polla empezaba a soltar aguadilla de nuevo.

-Cuando te metí la polla en el coño lo hice de un golpe de riñón, después la saqué, y fui metiendo y sacando el glande, te hacía esto una docena de veces y luego te daba caña hasta el fondo. Cuando ya estabas buena de ir te follé el chochito apuntando hacia arriba. Tu puntó G fue creciendo... Sentí cómo una corriente de agua inundar mi polla y de repente el interior de tu chochito parecía una fuente. Sentí cómo apretaba mi polla, no era el coño de mi mujer, era tu coño.

Vi dos de sus dedos entrar en su vagina, follarla a toda hostia y sentí el chapoteo: ¡¡Clash,  clash, clash, clash, clash,clash, clash...!! Sus gemidos eran escandalosos Luego los sacó y volaron sobre su clítoris. Oí cómo decía

-¡¡Me corro, cabrón, me corro!!!

Sus gemidos no eran tal, eran los alaridos de una fiera al correrse. Mi polla, cómo si fuese la de un chaval se corrió por tercera vez. Diana seguía disfrutando cuando yo acabé. Lamí la leche de mi mano por tercera vez. No me supo salada al principio y amarga al final, pero me supo a ella. Al acabar de correrse, me preguntó:

-¿Te corriste otra vez?

-Sí, con esta ya son tres veces. Y si supieras lo que hice...

-¿Me comiste el chochito cuando me corrí?

No le podía decir lo que hiciera, me daba corte, así que le dije:

-Algo así.

-Si llegamos a estar más cerca el uno del otro...

-Mira que voy. Sé donde vives y donde trabajas.

-Cobarde.... Acabo de mirar el reloj y es muy tarde... Tengo todo sin hacer. Hasta mañana, cariño.

-Hasta mañana, te quiero.

-Yo también te quiero, bobito.

Al día siguiente, a las doce de la noche, a quien le llegó un mensaje de whatsapp fue a Diana.

-Hola.

-¡Qué raro que llames! dijiste que nunca lo ibas a hacer. ¿Pasó algo?

-No, pero puede pasar, ¿No decías que tu novio esta semana trabajaba hasta las cuatro de la madrugada?

-Trabaja. ¡Eres un gamberro! Sabías que ahorita iba a estar solita en la camita.

-Tú solita en la camita y yo solito aquí fuerita.

-¿Dónde estás?

-¿Fuerita de tu casita?

-¡Nooooooo! Estás locooooo.

-Me llamaste cobarde. ¿Te acuerdas?

-¡Estaba bromeando!

-Pues nada, me voy por donde había venido.

-No te vas a ir, lo sé, no se hace un viaje tan largo... ¿Dónde estás?

-A unos tres cientos metro de tu casa dentro de mi auto. ¿Quieres que me vaya?

-No, ven por la puerta de atrás de mi casa que está todo a oscuras.

Fui y Diana me abrió la puerta vestida con una camisa blanca de hombrey un tanga negro. Cerró la puerta con rapidez.

-Estás muy loco.

Le planté un beso en los labios, lo recibió con agrado. Luego me miró y me dijo:

-No vamos a poder hacerlo.

Le rocé la polla dura contra su cuerpo, y le respondí:

-Esta no es de tu misma opinión.... Pero tu mandas. ¿Acaso está a llegar tu novio?

-No, quien me acaba de llegar es la regla.

Me preocupé

-¡¿No estamos solos en casa?!

Le dio la risa, una risa que me encantaba oír.

-Nooooo, recién me bajó la menstruación.

-¿Y?

Me cogió de la mano y fuimos hablando hasta la sala.

-¡¿Cómo que y?! Sería asqueroso hacerlo así.

-¿Para quién?

-Para ti.

-Traigo condones. ¿Nunca te follaron estando de regla?

-Noooo.

-Alguna vez me comentaste que los días que tienes la regla son los que más ganas tienes. ¿Me mentiste?

-No, nunca te miento.

La volví a besar. Ya no había marcha atrás, le quité la camisa y allí estaban las tetas más ricas de la comarca y más allá, unas tetas con areolas marrones y gordos pezones. Ahora iba a ser mi lengua la que saborease aquellas delicias, esponjosas pero firmes... Se las comía un poquito, le comía la boca y se las volvía a comer... Al quitarle las bragas vi que aún no pusiera compresa o tampón, o lo que fuera que se pusiera. Tenía unas manchitas de sangre en ellas, me agaché y le besé el clítoris. Me dijo:

.¡¿Qué haces, guarro?!

-¿Te gusta?

-Sí, pero...

-Pues calla y disfruta.

Le lamí el clítoris de abajo a arriba al tiempo que con la yema de mi dedo medio le acariciaba el ojete. Al rato el clítoris sacó la cabeza del capuchón, como saca un lagarto la cabeza de su escondrijo para tomar el sol, altivo, lo chupé y aún se puso más altivo. Diana cogiendo mi cabeza, gemía y no decía nada, y nada dijo hasta que no le volví a lamer el glande erecto de abajo arriba, entonces dijo:

-¡Qué rico se siente!

Aceleré los movimientos, apreté la lengua contra el clítoris, y al rato explotó:

-¡¡Me veeeeengo!!

De su coño salió una corrida bestial. Sus jugos oscuros cayeron al piso mientras las piernas de Diana temblaban una cosa mala. Yo tenía un empalme brutal. Al acabar de correrse saqué la polla. Diana se puso en cuclillas y me la mamó. Mamaba de maravilla, mas aunque no la supiera mamar, llevaba tanto tiempo sin que me la mamasen que no duré nada. Al correrme puso su lengua plana sobre mi glande, y después la metió en la boca y se tragó mi leche espesa y calentita. Nada más ponerse en pie, le dije:

-Apoya las manos en el respaldo de ese sofá y abre las piernas.

Se puso en posición, y me preguntó:

-¿Qué me vas a hacer ahora, cochino?

Me agaché, le abrí las nalgas con las dos manos y después le bese y le lamí el ojete, para acto seguido follárselo largo rato con mi lengua. Sabía que no le gustaba el sexo, anal... Pero dicen por ahí que una mujer no es tuya hasta que te la chupa y deja que se la metas en el culo... Se la froté en la entrada del ano, y le pregunté:

-¿Puedo?

-Mete.

Le escupí varias veces en el ojete y después metí la cabeza de la polla milímetro a milímetro. Cuando iba por la mitad, Diana, empujó con el culo y la acabó de meter. Vi cómo sus manos apretaban el respaldó del sillón. Seguí metiendo y sacando (sin sacar el glande), despacito, Diana, ayudaba echando el culo hacia atrás. Pasado un tiempo ya la polla entraba y salía causándole un gran placer, mas no suficiente placer cómo para que se corriese. Saqué la polla del culo, y sin condón y sin importarme que anduviese con la regla, se la clavé en el chochito hasta las trancas. La follé al estilo perro, moviendo mi culo de atrás hacia delante y de delante hacia atrás cómo si lo tuviera poseído por un diablo. Mis manos magreaban sus teas... La besaba en el cuello... Poco después, Diana giró la cabeza y buscó mi boca, al dársela me escupió dentro, y me dijo:

-¡Maricón!

Le escupí en su boca y le dije:

-¡Puta!

Nos besamos con pasión, y poco después, me dijo:

-Me voy venir otra vez- me volvió  besar-. ¡¡¡Me vengoooooooo!!!

Le tapé la boca con una mano y en ella se ahogaron los gemidos de la pantera. Le dije:

-¡Te voy a llenar el coño de leche, Diana!

Sentí cómo me empujaban. Abrí los ojos y vi a mi esposa. La había despertado a las tantas de la madrugada. Me preguntó:

-¿Quién es esa Diana con la que estabas soñando?

Se ve que estuviera hablando en sueños. Dije lo que me vino a la Cabeza.

-La diosa romana de la caza.

-¿E non terá un irmán por ahí pra min? (¿y no tendrá un hermano por ahí para mí?

Me sorprendió su pregunta.

-¡¿Qué?!

Apagó la luz.

-Anda, duerme, canalla, duerme y deja dormir.

Las pajas que habíamos hecho Diana y yo por la mañana tuvieron agradables efectos secundarios.

Ya veis, volví con ella... Es que es tan bella...

Quique