Voluptuosas memorias de un burgués arrepentido (3)
La tía es una auténtica puerca... Se quita la falda llena de lamparones: no lleva bragas. Saca una palangana de debajo de la cama que contiene agua, se acuclilla y se moja los cuatro pelos que todavía conserva y la vulva. Para terminar las abluciones, se mete el dedo medio en la vagina y lo saca cubierto de un líquido verdoso, mezcla -supongo- de semen y de mocos, que daría asco a cualquiera... Lejos de asquearme, me excita.
Tercera Entrega
(...) Nuevamente tenía que sorprender a una mujer. ¡Pero qué desgraciado soy...! ¿Por qué no doy con tías normales, como aquella vez que fui a recoger a mi sobrino?. Ahora que lo pienso, aquello tampoco fue muy normal...
Mi hermana se demoraría en el trabajo y me llamó para que fuese a recoger a Nico. Es un chaval despierto, muy adelantado para su edad, como dice su abuelo. Y además es mi ahijado... ¡La de caprichos qué le consiento...! No. No le llevo de putas, sólo tiene cuatro años...
No sé si has ido a recoger a un chiquillo al colegio. La expresión de alegría que puso Nico lo decía todo. También me gustaba que me sorprendiesen al salir del cole. Cuando alguno de mis tíos venía a por mí, sabía lo que me esperaba: toda una tarde de antojos satisfechos... Pero esa tarde, además de los deseos de Nico, iban a ser complacidos los míos.
Llegué quince minutos antes. Me quedé reclinado en el capó del coche, cuando llegó ella. Alta, rubita de ojos claros, metro setenta, sonrisa Profidén, pechos enormes, y ..., embarazada. ¡Vaya bombo que portaba la tía! Por lo menos de ocho meses.
- ¿Esperando a su hijo?
- No. En realidad es mi sobrino, pero como si fuese mi hijo.
- Los hijos lo son todo ¿verdad? Míreme a mí, con veintidós años: Kevin con cuatro y éste "patalón...", pasado mañana salgo de cuentas.
- ¡Qué bien...! - Por decir algo-.
La verdad es que estaba como un queso, no me extraña que estuviese preñada... Bueno ya me entiendes... Y ahí están los niños corriendo hacia la verja, como en estampida.
- Tío, tío. - Me espetó todo entusiasmado-.
- ¡Qué pasa Nico! ¿No das un beso a tu tío...?
- ¡Sí!
- ¿Nico es tu sobrino? ¡Qué casualidad, es el mejor amigo de Kevin! Por cierto, me llamo Lorena..., es un placer - Cuando saludas a una mujer, lo único que haces es juntar las mejillas ¿no?, pues ésta me asestó dos sonoros y húmedos besos en mis carrillos, que me dejaron estupefacto-
- El placer es todo mío, soy Jose... - En realidad, parece que era compartido...-
- ¿Por qué no vamos a merendar a casa?¿Te parece Nico? - "¡Qué vergüenza, utilizar a un niño para solazarse con un hombre!"
- ¡Sí! - Dijeron al unísono los dos críos-
Ante una situación así, qué harías... Pues dejarte llevar, ¡joder!. Les seguí en mi coche: Nico iba en el de Lorena, con su inseparable amigo Kevin. ¿Por qué coño rebuscamos tanto el nombre de los críos? ¡Hay qué joderse!
Llegamos a una urbanización de lujo. Dos manzanas más adelante, nos detenemos. Todo el camino, iba cachondo como un babuino, imaginando cómo sería follar con una tía en tan avanzado estado... Me la imaginaba en pelotas, con unas tetas morrocotudas y caídas sobre su enorme vientre..., y esas aureolas magníficamente hinchadas por las hormonas, incitando a ser engullidas con desespero. Inevitablemente tendría que correrme en su panza... ¡Uf, qué calentón! Me quedé en el coche llamando a mi hermana para evitar que me viesen empalmado.
Nuevamente, nada es como parece... Entramos en casa, y..., ¿adivinas quién está allí? Por supuesto: el marido. ¡Me cago en la leche...! ¡Dita sea mi suerte! ¿Y esos dos besos...? Nuevamente, tronco, no todas las tías que son simpáticas quieren follar, ¡qué no te enteras!
- ¡Julio, él es Jose, el tío de Nico!
- ¡Hola, qué tal! ¡Nico es un niño encantador!
- Sí, se parece a su tío... Es broma... - ¡Vaya un marrón...!
- María prepáranos algo para picar...
- Sí señora...
¡Ostias, qué ven mis ojos! ¡Cómo está la chacha...! Morena de pelo y piel, ojos de miel, tetas y culo de infarto, piernas kilométricas..., y ese dulcísimo acento caribeño, madre mía, debe de tener un monumento en la plaza de su pueblo. Es un poco joven para mi gusto..., ¡qué joder, es una niña! Pero vamos, si hay que cepillársela, se la cepilla uno y fuera ¿eh...?
- ¡No sabes la suerte qué tenemos con María! Ahí donde la ves es toda una mujer de su casa... -¡Y qué lo digas! Qué se lo pregunten a tu marido..., con la cara de vicioso que tiene...
- Lo parace, lo parece..., pero no es un poco joven...
- Tiene diecinueve años y acaba de venir de América..., Nos la recomendó la hermana de Julio, ¿sabes?, una prima de María trabaja para ella...¡Hay..., hay, hay qué dolor se me ha puesto...!
Nervios, gritos, rotura de placenta..., ¡Madre mía qué cantidad de líquido!
- ¿Llamo una ambulancia... ? -Pregunto acojonado-
- No. Me la llevo en el coche...
- Yo me quedo con los niños..., cuando sepáis algo me llamáis. - Y un huevo, yo me quedo con María, para..., contarle un cuento-.
No sé si es buena o mal suerte, pero tengo ante mí a una preciosidad y no puedo dejar escapar la ocasión... Después de que nos calmamos, doy de merendar a los enanos y busco un DVD de Disney para que no molesten: me voy a la cocina para charlar con María...
- ¿Te gusta España?
- La verdad es que sí...
- Una señorita tan linda como tú, tendrá un montón de pretendientes a ambos lados del mar...
- Pues, mire qué no...
- Será porque tú no quieras...
- La verdad, es que estoy harta de que se me insinúen... Se me insinúa el señorito Julio, su señor padre, el señor padre de la señora y ahorita usted... - ¡Pero qué te pasa macho, que te cazan todas!-
- ¡Vamos, qué eres una chica decente...!
- Ya no me chupo el dedo, si a eso se refiere..., ahorita chupo cosas más sabrosonas... - ¡Joder con la niña!
- ¿Y...?
- A buen entendedor, con pocas palabras...
- ¿Entonces..., follamos?
- ¡Menos mal qué te has decidido, ladrón...! La cama de los señores es enorme y tienen hidromasaje en el baño.
No quiero meter la pata... El problema es saber cómo le gusta que se la apreten: si en plan macho, o en plan "mimitos". En su país debe de estar acostumbrada a hombres cañeros, y a lo mejor busca algo tranquilo... Aunque, a lo mejor lo que quiere, precisamente es caña... ¡Joder, macho...! ¡Cojones, voy a ser yo mismo! ¡Pues anda qué no me he follado tías!
Efectivamente, la cama de Lorena es enorme... Lo primero que hacemos es darnos un baño. Bueno..., realmente lo segundo. Miro cómo se desabrocha la bata y cómo muestra su minúscula ropa interior con descaro. Sostén negro y braguitas blancas... El sostén se abrocha por delante, así que de un movimiento seco deja sus lolas al aire... Un poco caídas, pero lejos de afearlas, les da un aire muy natural. Tiene unos buenos y tostados pezones ..., tanto es así que sus hijos jamás pasarán hambre: nadie resistiría no mamarlos.
Tras sus bragas se esconde un chumino de campeonato... Lo tiene pelado... ¡Joder qué manía tienen las tías con afeitarse el chichi! ¡Si dónde hay pelo hay alegría...! Pero no le pongo más pegas... En realidad me enloquece: los labios mayores son incapaces de recubrir los menores, que sobresalen insolentes a través de aquéllos. Sin embargo lo que más me excita es ver el protege slip que hay adherido en ellas, abundantemente impregnado de su flujo vaginal... Cualquier mujer lo hubiese ocultado, pero ella no. Es como si estuviese orgullosa de sus mocos, y no es para menos, la niña se mojaba como una auténtica hembra. Es más, descaradamente, me las arroja a la cara, y es entonces cuando aprecio la intensidad de su aroma... Esencia de mujer .
Se abalanza sobre mí y muy nerviosa, me desnuda. Por poco me estrangula cuando me saca la corbata. ¡Hay mucha hambre en ese cuerpo...! Llevaba tres o cuatro minutos con mi rabo erecto. No hizo falta insistir: con una insinuación, lo engulle como si se lo fueran a quitar. ¡Madre mía qué soberana mamada...! Tuve que hacer verdaderos esfuerzos para no regar su boquita carnosa en menos de un minuto. Me gusta que me la chupen despacio, ella de rodillas, con las manos a la espalda, y follar suavemente su cavidad bucal. También disfruto haciendo de rabiar a la chupona de turno, desviando la polla de la trayectoria de su boca y evitando que me la coma una y otra vez, restregándola en su cara. Pero lo mejor es cuando doy golpecitos secos en su lengua anunciando la corrida: un par de lametazos en el frenillo y después solo el vigoroso fluir del semen dentro de su garganta. Punto por punto, lo trato de hacer así con María.
Decido abandonarme y no apretar más mi próstata. La corrida es provocativamente copiosa. De nuevo me sorprende: su boca se ciñe sobre mi aparato para no dejar escapar ni un átomo de mi rica leche. Es obsceno ver como, instantes después, regurgita el seminal fluido y lo desborda por su barbilla y cuello para ir a parar a sus tetas. Entonces se las lamo descontrolada y ruidosamente, sorbiendo mis propios fluidos. Se impregna una mano con mi semen y me va dejando un rastro por donde quiere que la chupe. Se detiene en círculos en el ombligo, introduciendo suavemente en él su índice. ¡Qué gracia al ver cómo la pelusilla se le pega al dedo...! Lejos de ruborizarse, sonríe descaradamente. Es encantador besar el vientre a una mujer, meterle la lengua en la cicatriz de su nacimiento y descender lentamente hasta su sexo... ¡Y es qué una barriguita ligeramente abultada, me descontrola!
Para entonces María, tenía el coño hecho agua y no deja de sobárselo. Como no podía ser de otra manera acudo en su ayuda. Nada más poner mi lengua en el capuchón de su clítoris se rinde en mi boca, deleitándome con una mayor cantidad de su fangoso y aromático flujo... Quedamos unos instantes abrazados en la tarima de roble humedecida con el sudor de nuestros cuerpos. Cuando la fuerza retorna a los miembros, nos incorporamos y nos metemos en la enorme bañera de Lorena.
El agua caliente fluye en distintas direcciones, creando una reconfortante sensación en nuestra piel. Nos limitamos a asearnos el uno al otro, deteniéndonos en nuestras partes íntimas. Pero lavar la raja a una mujer me deja temblando. Un hormigueo recorre mis genitales que se manifiestan con una viva erección. Detenerme en sus pliegues con la mano enjabonada notando cómo palpitan de deseo y descubrir su eréctil miembro rojo y brillante como una cereza, no es nada comparado con la contemplación del espasmódico jadeo de la mujer que acaricio... Inevitablemente, María se derrumba en un nuevo y placentero clímax.
- Me has dejado muerta... ¿Qué tal si cada uno se lava lo suyo?
- Será lo mejor.
Salimos de bañera y nos secamos. Nos costó verdadero esfuerzo no unirnos en ese momento... Una vez secos, alcé en brazos a la niña que tenía delante y me la llevé a la cama...
- Déjame hacer... - me dijo, con la respiración entrecortada - Te tienes que relajar, tú y tu rabo..., hasta que se quede fofo.
- ¿Por qué?
- Me gusta sentir como crece en mi interior y me llena por completo...
Fue difícil que aquello bajase. Más todavía, después de lo que me había dicho. ¡Tan joven y tan sabia en las Artes del Amor...! Sin embargo la providencial entrada de Nico en escena, sirvió de bálsamo benéfico...
- Tío..., ¿qué hacéis sin ropa?
- Nada Nico, María se ha puesto enferma y estoy cuidando de ella.
- ¡Ah bueno! Se han terminado los "bibujos", ponnos más... - La madre qué te parió, por poco me da un infarto... Menos mal que no era Kevin-.
- ¡Vamos a poner más dibujos a los peques...! Escúchame Nico - le digo cuando salimos de la alcoba -, es importante que...
- ¡Qué sí, no te preocupes, no me voy a ir del pico! Pero ponte algo más que la toalla porque Kevin es un chivato. ¡Y quiero a Pocahontas, que está tan buena como María...! - ¡No te dije qué es una chaval muy despierto!-
Después de este lapso, de verdadera apoplejía, me reúno con María para disfrutar de una tántrica experiencia. Se ahorcaja sobre mis caderas y se introduce mi miembro morcillón, no sin dificultad, dado que el tamaño y la consistencia no permiten contundencia. Presa de la excitación del momento, mi miembro empieza a crecer en su íntima cavidad. La oposición que realizan sus músculos vaginales hace que el momento sea muy excitante. La cara de María es un poema épico a la gesta de mi polla... Su cabalgada no se hace esperar, las sensaciones se magnifican y las palabras y gestos de pasión se hacen máximas... Te recomiendo la experiencia. Es difícil orgasmar simultáneamente con tu "partenaire", pero el mito se alcanza y el placer transciende hasta la última de las órbitas celestes.
Recobramos la cordura, empapados en sudor y otros humores...
- ¡Mi amor, qué rico que estuvo...!
- ¿Oye, donde has aprendido a follar así?
- En un lupanar, por su puesto... Mi papito nos vendía a mis hermanas y a mí. Nos hacía desfilar desde niñas, así lascivas frente a sudorosos machos y nos entregaba al mejor postor.
- ¡Joder, lo siento!
- No lo sientas mi amor. Gracias a ello, ahorita gozo sobremanera. Y cuando tenga un hombre todo para mí, le haré el más feliz del mundo...
- No lo dudo... Será muy afortunado.
Nos aseamos y pusimos presentables. Cuando fuimos al salón, Pocahontas se lucía casi en cueros. Kevin se había dormido y Nico me guiñó un ojo en cuanto me vio. María se llevó al primero a su cuarto y yo me senté al lado de mi sobrino.
- ¿Lo has pasado bien? -Me dijo con insolencia-.
- Sí Nico... Muy bien.
- Me alegro. ¿Cuándo nos vamos?
En ese momento, llaman a la puerta. Era el padre de Julio para darme el relevo. Lorena había parido un precioso bebé. Por la mañana iríamos a visitarles. Se hacía de noche de regreso a casa... El cielo es más hermoso después de folgar.
María era una mujer experta, pero de gustos sencillos... Si hubiese querido, podría haber sido yo aquel hombre al que se refería. Tuvimos un par de encuentros más, pero aunque lo intentamos, ninguno fue tan bueno como el primero. Es cierto, a mi edad, el mejor polvo que echas con una mujer suele ser el primero... El resto son variaciones sobre el mismo tema, burdas copias del original. Por eso me alejé de ella y de todas con las que follo... Y por eso tengo ahora el problema que tengo, con la enferma sexual que me ha tocado en suerte. Y lo malo es que nunca rechazo un reto... ¡Así me va!
Tengo que idear algo inolvidable. Lo de Marga estuvo muy bien, pero con esta otra tía, no va a dar resultado. Necesita mucho más. Está claro que yo solo no puedo complacer sus incesantes demandas...
... Sí. Es un buen plan... ¡Coño, es cojonudo! Alquilo un coche: un Ibiza. No puedo ir con mi Jaguar a los míseros arrabales del sur. Es arriesgado ir allí, pero el plan debe de ser ejecutado. Me crié en un barrio obrero y sé de lo que hablo. Allí hay gente buena y mala, aunque abunda ésta última. Intento pasar desapercibido, pero dando a entender que puedo plantar cara a cualquiera. Si algo aprecia esta gente es que tengas guáramo y no te arredres con nadie. Visto con camiseta negra sin mangas, ceñida a mi sólida anatomía. El pantalón es de corte, también negro, una talla menos para marcar paquete. Llevo botos de media caña, también negros. Añado un par de cadenas, ambas de plata... Parezco un macarra de putas baratas, pero esa apariencia me mantendrá a salvo. Entro en un sórdido bareto. Está mal iluminado y huele a rancio. Son las doce de la mañana de un lunes, y está lleno...
- ¡Eh tú, ponme un coñac! - Le digo a la pechugona camarera, con pinta de fulana...-
- ¡Y esos humos, rey...!
- Tengo un mal día.
- Todos los días son malos. ¿Qué se te ofrece, guapo? Es la primera vez que te veo...
- De business... ESTOY BUSCANDO HOMBRES CON COJONES, QUE ME AYUDEN EN UN ASUNTO...
El tono es provocadoramente alto, para que todos los parroquianos me oigan. Ninguno se da por aludido... Mi apariencia les impone, o eso creo. Se me acerca un tipo pequeño, pero recio como el alambre. Me fijo en su mirada: su único ojo observa con dureza; el otro es de cristal brillante. Realmente me acojona, y eso que le saco dos palmos....
- Pías mucho, grandote...
- ¡Vaya, menos mal qué alguien tiene lo que hay que tener...!
- Sin pasarte..., que te meto. - En estos momentos tengo el corazón que se me sale de la caja- Ven conmigo al almacén...
Entramos en una habitación sin ventanas llena de cajas de botellas. Lo primero que pienso es que, por la puerta del fondo pueden salir dos matones para molerme a ostias...
- Tienes muchos huevos viniendo aquí tan gallito... - Le he impresionado, esto marcha- O eso, o eres gilipollas... Porque sólo a un tío cojonudo o a un auténtico subnormal, se le ocurre venir aquí con un peluco de treinta mil euros... - ¡Ostias! No me he quitado mi Breguet de platino, ¡qué fallo! Este tío no es un simple chorizo...-
- Tengo gustos caros... Y dinero para costearlos. - Acierto a improvisar con un nudo en el pecho-.
- Estás empezando a gustarme, gallito..., siéntate. Me llaman Tránsfer.
- ¿Tránsfer?
- Qué pasa tío, no veías Willy Fogg - Por poco me meo de la risa Un tipo tan duro, con el nombre de un personaje de dibujos animados-.
- ¿Y por qué Tránsfer?
- Porque viajo mucho..., ¡no te jode! Por el ojo de cristal, tronco. Cuando Tránsfer hacía una putada le brillaba el ojo, no te acuerdas... Y yo soy bueno haciendo putadas. Hago unas putadas, de puta madre... ¿Bueno, a qué cojones has venido aquí?
- No sé si puedo confiar en ti...
- ¡Vete a tomar por el puto culo...! Si quieres me lo cuentas, y si no, te vas cagando ostias de aquí... ¡Mi tiempo vale dinero!
- Vale, tronco... No te enfades. Verás... Tengo un socio que me la ha jugado y quiero darle un escarmiento a través de su mujer. Seguro que tienes unos cuantos amigos que pueden coincidir con ella en un descampado y...
- ¿...Violarla?
- Tú lo has dicho.
- ¿La tía está buena...? Porque si está buena, cuenta conmigo..., y gratis.
- Creo que a ti te gustan pechugonas. Ésta..., como una plancha.
- A mí me da igual, yo como de todo...
- Si pero, quiero más tíos... - Me imagino la escena y me descojono: no le duras ni un minuto...-.
- Puedo llamar al guineano...
- ¿Un negro? ¡Bien!
- No... No es negro. Está casado con una de Guinea y le llamamos "el guineano..." No, ahora que lo pienso..., con la parienta tiene más que de sobra. Menuda fiera... Me canceló una deuda con ella, y por poco me hernio...
- ¡Cojonudo!
- ¡Oye, qué tengo amigos importantes! "El Minguela" estuvo en la cárcel por violarse una chavalita. Luego, podemos contar con "el Costa", que es un animal... Un día se la sacó y se puso a jugar al billar con ella, no te digo más..., como dos azulejos de esos.
- ¿Alguno más?
- "El Abrelatas". Le llamamos así porque sólo tiene un diente, el hijoputa. Pero de rabo, según mi mujer, está "sobrao"...
- Y van tres...
- ¡Oye, cuatro, qué si no cuentas conmigo, al carajo con todo...!
- ¿Cómo vamos a prescindir de ti, si eres el cerebro del grupo ?- Me estaba quedando con él, pero se lo tomó como un cumplido-.
- ¡Ah bueno, creía...! Se me ocurrirá alguno más. Este es mi móvil... Cuando te interese me das un toque y hablamos de dinero... Más que nada por cubrir gastos, ya me entiendes...
- Ya... No te preocupes: el dinero siempre por adelantado. Mil euros, pero por un trabajo bien hecho, no quiero chapuzas, ni que ninguno se pase... Sólo sexo. Oído cocina.
- ¡Tú confía en nosotros qué "semos" profesionales!
- De acuerdo... ¿Por cierto, tu mujer todavía trabaja?
- ¿Rosario...? Si hombre. Y te lo va a hacer gratis... Porque yo lo mando... ¡Rosario! ¡ROSARIO...! ¡Ven aquí ostias...! Está más salida que el pico de una plancha... No le hace ascos a nada.
- ¡Ya voy, qué prisas...!
- Te lo vas a hacer con mi amigo... ¡Coño, no sé cómo te llamas!
- ...Roberto.
- Pues eso, te lo vas a hacer con "el Rober", que es gente fina... Si te pone que mire, miro, a mí los cuernos "ni fu ,ni fa..." Duelen cuado crecen, pero luego dan de comer... ¡Ja, ja, ja! ¡Qué pena que Marisol no esté ahora...! ¡Oye, tenemos una ecuatoriana en la cocina! Es menudita, pero más limpia que el jaspe ¿A lo mejor te hace un apaño? ¡Con lo grande qué eres macho, necesitarás por lo menos dos para satisfacerte...!
- Rosario ya es mucha mujer...,
- Ya sabes que la casa de "el Tránsfer" y lo que hay en ella, es de "el Rober"... ¿Está claro?
- Diáfano...
- ¿Eih?
- Muy claro...
- ¡"Ansí" me gusta!
"Tránsfer".... Todo un personaje. No será el único "business", que hagamos juntos... Tengo debilidad por él. Lo cierto es que tengo debilidad por los más miserables de este mundo... Será toda una experiencia tirarme a su parienta delante de él.
Subimos al piso de arriba donde hay un par de habitaciones. Entramos en la de la izquierda. El olor espanta, nada más entrar. Las sábanas debían de venir con la vieja cama de hierro, y ya tienen personalidad propia...
- ¿Te habrás lavado el chichi, no? Acabas de estar con un cliente y "el Rober" es un tío con clase...
- No me ha dado tiempo... Si no metieras tanta prisa...
- ¡La madre qué te parió guarra...! ¡Y luego dices qué te pego, lo que no sé es cómo no te mato...!
- Ahora me lavo, hombre...
La tía es una auténtica puerca... Se quita la falda llena de lamparones: no lleva bragas. Saca una palangana de debajo de la cama que contiene agua, se acuclilla y se moja los cuatro pelos que todavía conserva y la vulva. Para terminar las abluciones, se mete el dedo medio en la vagina y lo saca cubierto de un líquido verdoso, mezcla -supongo- de semen y de mocos, que daría asco a cualquiera... Lejos de asquearme, me excita.
- Chúpate el dedo...
- ¿Cómo...?
- ¿No has oído lo que te ha dicho "el Rober"? ¡Te lo chupas y punto...! Es la leche de un vejete que se pule la pensión a primeros... ¡Joder cómo bombea el anciano! ¡Ja, ja, ja!
Introduce el dedo en la boca y lo rodea fuertemente con sus labios, libando el horrible líquido... No hace el más mínimo gesto de repugnancia, incluso sonríe una vez lo ha tragado...
- ¡Satisfecho cabronazo...! ¡Anda, métemela, métemela...! ¿O la tienes de adorno?
- No te cortes..., reparte estopa y punto.
Tengo el permiso de su marido, así que le suelto un par de ostias en su regordeta cara y va a parar encima de la cama, agarro su cabellera teñida con la derecha y con la izquierda arranco la botonadura de su blusa, descubriendo dos magníficas ubres...
- ¡Te las voy a mear, puta!
Me saco la chorra, dura como el pedernal, y meo su oronda anatomía, demorándome en la boca que permanece abierta. De reojo, veo que "Tránsfer" se está meneando su picha moruna, y está a punto de eyacular. Los chorros de su lefa, inundan el ya empapado rostro de Rosario. Siento náuseas, pero la excitación puede conmigo...
Tengo que follármela y hacer que disfrute como una perra... Se la enhebro de un empellón y me aplico contundentemente durante un buen rato. El chapoteo es incesante, y los pedos de su chocho atronadores...
- No puedo más... ¡Sácamela, sácamela...! ¡Me matas...! ¡Hijoputa, hijoputa!
Aprieto los dientes, conteniendo la corrida. Debo de continuar y abrirla en canal si hace falta..., pero no puedo más y me suelto en su interior con una ardiente sensación de beatitud.
- Sí señor... Hacía años que no me corría con la golfa de mi mujer.
- ¡Ay Rober...! ¡Qué rica jodienda! Tendrás que visitarme a menudo...
Ni yo mismo me entiendo: he llevado las riendas. ¿Por qué no es siempre así...?