Voluptuosas memorias de un burgués arrepentido (2)
Como te decía, busco hombres que quieran sexo conmigo. De noche deambulo por descampados con el deseo de ser violada... La otra noche tuve mi recompensa... Llevaba puesta ropa para la ocasión: faldita corta tableada por encima de la rodilla, zapatos negros, de tacón de aguja y blusa blanca semitransparente anudada a la cintura... ¡Vamos..., como una putita!
Voluptuosas memorias de un burgués arrepentido
Segunda Entrega
Hoy ha sido un día aciago: Ninguna ha caído en mis redes. No voy a dormir a casa, me quedo en mi guarida. Entro en el portal y oigo ruido en el cuarto de la caldera. La puerta está entreabierta...
Lo siento señora... Se me ha escapado.* Me asomo y veo al hijo de un vecino de rodillas con la picha fuera. En frente tiene una mujer abierta de piernas, que sólo lleva una gabardina blanca desabrochada. Es una mujer de mediana edad, con una figura todavía deseable. No te preocupes chico..., estas cosas pasan.*
El chico va a salir, y no debe verme. Me escabullo hacia la puerta de la calle y busco refugio en un recodo... De dos zancadas el chico entra en el ascensor. La mujer tiene que salir por donde yo estoy, y quiero ver su cara.... Ahí está, viene hacia mí, oigo sus pasos. Me dirijo a ella.
Buenas noches* . No parece sorprenderse. Es más me dirige una sonrisa... Lo que hace a continuación me desconcierta-. ¿Oye puedes ayudarme? Diciendo esto se desabrocha el abrigo y me muestra nuevamente su desnudez. Esta vez aprecio mejor los detalles. Tiene los pechos prietos, no muy grandes, las costillas se marcan en su piel... Carece de vello púbico. Sin embargo, lo que más llama mi atención es la bellaza de su rostro. * No voy con putas...
Puta es la que cobra por follar. Yo lo hago gratis... Por favor ayúdame..., tengo un problema.
¿De qué tipo?
¿Vamos a hablar todo el tiempo...?*
¡La ostia, qué cosas más extrañas me pasan...! En un segundo tengo que decidir qué hacer. La mujer no representa ningún peligro para mi integridad, no creo que sea una ladrona... Parece exhausta...
** ¿Tienes problemas con las drogas?
- ¡Qué no tío!,¡qué no! sólo quiero echar un puto polvo, ¡joder¡ ¿Vas a ser tú o me busco a otro...?*
Empujo se menudo cuerpo al ascensor. En cuanto cierro la puerta, se abalanza sobre mí y empieza a besarme. Enseguida busca mi polla que, a pesar del momento, seguía fláccida. Desabrocha la bragueta y me la saca. Su voracidad asusta, pero me dejo llevar. No tengo tiempo ni de que se ponga erecta. En dos segundos consigue hacerme correr... Engulle el semen con avidez...
¿Te recuperarás para un buen polvo, no? * Me dice con boca a rebosar de esperma. Claro Acierto a decir extenuado. Nunca me había corrido tan rápido... Ni en mi primera vez. Menos mal... El chico del cuarto me ha dejado con la miel en los labios y estoy que exploto. Si llego a saber que eras tan sensible, no te la chupo.
Últimamente no sé qué me pasa con las mujeres... Voy un paso por detrás de ellas. ¡Coño!, después de lo de Marga..., creía haberlo aprendido todo sobre ellas. ¡Cuán equivocado estoy!
Llegamos a mi apartamento y la fiera vuelve a entrar en acción (me refiero a la convulsa desconocida que tengo delante, no a mi polla, que sigue atontada). Se deshace de la gabardina y se tumba en el suelo.
* Cómemelo. ¡CÓMEMELO...!
Me hinco de rodillas y miro su amoratado chocho...
- Es que tienes semen en el coño...
- Es del chavalín del cuarto... Sólo es un niño. ¿Te da asco el semen de un niño? Trae- Ensaliva su mano y se la pasa espasmódicamente por su raja.- Ves ya está limpio ahora te toca a ti.
Lamo sus pliegues vaginales que todavía tienen restos de semen. No me desagrada. El único semen que había probado era el mío. Es más penetrante el olor, que el sabor. Tan sólo es una salada papilla caliente de sabor a pescado..., muy similar al moco de la vagina en días fértiles.
Su clítoris es descomunalmente grande. Nunca me había comido uno tan, tan grande... Pero lo que más me llama la atención son los cardenales que tiene alrededor de la vulva y en el perineo. Unos son verdosos, más antiguos, y otros, recientes, cárdenos y opacos...
No deja de retorcerse. Tira de mi pelo con desesperación, como si yo no llegase a dónde ella quisiera. Chupo mi dedo medio y pulgar. Introduzco el primero en su vagina y con el segundo acaricio su eréctil miembro. Mi intención es encontrar la callosidad de su conducto, que tanto gustan las mujeres de ser acariciado. Por fin lo localizo: me demoro en él para que estalle de placer..., y lo consigo.
Menos mal que he dado con "la combinación de su caja fuerte..." Su rictus se relaja. Ya parece humana. Nuevamente me llama la atención la belleza de sus facciones. Si estuviese más rellenita, sería perfecta. Sin embargo su mirada no tiene vida. Sus ojos verdes me recuerdan a los de las muñecas que tenían mis hermanas: absortos.
** ¿Qué te ha pasado, tía? Parecías una fiera acorralada...
Ya te he dicho que tengo un problema...
Pues háztelo mirar...
Estoy en tratamiento psiquiátrico desde hace cuatro años... Lo llaman furor uterino. Sí, soy una lasciva, una ninfómana... Llámalo como quieras. Su voz se quiebra y comienza a llorar totalmente derrumbada.- No lo puedo evitar... Desde la mañana a la noche voy en busca de hombres. Mi marido se ha marchado de casa con los niños... Le he hecho la vida imposible... Me he tirado a sus amigos, a sus compañeros de trabajo..., hasta a su padre. Y lo ha aguantado todo, porque me quiere..., pero lo último ha sido demasiado. El mes pasado me descubrió haciéndolo con mi hijo Alberto... Por dios, sólo tiene doce años, y le obligué a follar a su madre.
¡Joder!
Ninguno creíamos que podría llegar tan lejos... Pero ya ves... Forcé a mi propio hijo a que me metiera su pichita... Me decía: mamá, mamá, esto no está bien, déjame, soy un niño... Hecho eso intenté suicidarme... Cuando salí del hospital no había nadie en casa..
Cálmate. No llores... ¿Por, por qué tienes tus partes moradas? - Recordé mi escena con Marga y cómo tenía días después el coño.- ¿ Te autolesionas?
No. Eso es de follar. Hay días que lo hago hasta diez veces... Tanto por el coño como por el culo. Antes estaba intentando hacérmelo con un chiquillo. No siempre encuentro un hombre dispuesto... Normalmente se espantan y salen corriendo... Pero cuando quiere, le exijo que se aplique, y aquí tienes el resultado.
Me decías que estabas en tratamiento...
También me follo a mi psiquiatra. Un auténtico hijo de puta, cien euros la hora para, literalmente, darme por el culo...
Pues sí, tienes un problema...
Estoy lúcida hasta que me suben los calores, como yo los llamo..., y me convierto en lo que has visto. Sabes qué..., ya me están subiendo.*
Mi polla ya se ha recuperado y pienso afanarme en complacer sus instintos más soeces. No quiero que piense que soy un picha floja que no aguanta ni un asalto... Ni siquiera me demoro en preámbulos: quiere sexo rudo y se lo voy a dar.
Allí mismo, en el vestíbulo del apartamento, vuelve a echarse al suelo. Esta vez a cuatro patas, y me pide que se la ensarte en seco en el ojete. No sé quién siente más dolor si ella que sufre una brutal dilatación en un instante, o yo que tengo el prepucio amoratadamente desplegado... Por suerte para los dos, tiene el recto repleto de heces blandas, que coadyuvan a la penetración...
Tras cinco minutos empujando, me corro en su interior con una deliciosa sensación de bienestar que se inicia en mi bajo vientre, y recorre después todo mi cuerpo... Pero no ha sido suficientemente para La Bestia: enseguida me reprocha la, según ella, prontitud de mi eyaculación. Y eso, que mientras la sodomizaba, no paraba de estimular su lívido chocho... Siempre he soñado con conocer una tía con un libido exagerado, pero he de confesar que ésta mujer me queda grande.
Mi picha está llena de mierda. No, no me la limpia con la boca... Ni se me ocurre pedírselo, aunque una tía así... Nos damos una tibia ducha y nos metemos en la cama para dormir algo. En vez de eso comienza a darme detalles impúdicos de su vida. Tiene la costumbre de pasear a altas horas de la noche con la intención de encontrar algún noctámbulo que se la tire.
** Como te decía, busco hombres que quieran sexo conmigo. De noche deambulo por descampados con el deseo de ser violada... La otra noche tuve mi recompensa... Llevaba puesta ropa para la ocasión: faldita corta tableada por encima de la rodilla, zapatos negros, de tacón de aguja y blusa blanca semitransparente anudada a la cintura... ¡Vamos..., como una putita! Caminaba con un cadencioso contoneo, cuando dos malandrines que apestaban a sudor y tabaco, me arrastraron a un callejón y me amenazaron con rajar mi cuello si no accedía a sus requerimientos. Fingí que estaba asustada y con lágrimas en los ojos, les supliqué que no me ultrajaran... Fue excitante ver la expresión lujuriosa en su abyecta mirada, y escuchar los insultos que proferían.... Bajaron sus pantalones. Uno de ellos no llevaba ropa interior. Los calzones del otro tenían una gran mancha reseca en la parte delantera... Sus pollas estaban ya duras. No eran muy grandes..., la verdad es que eran ridículamente pequeñas: el niño de antes la tenía más grande. Lo que me llamó la atención era el hedor que desprendían y lo sucias que estaban... No me importó mamarlas, es más, disfruté haciéndolo. Los muy mierdas, se corrieron en pocos segundos... Y ahí me dejaron tirada, con mi ropita manchada de semen, y más salida que una perra... De eso hace tres días y es mucho tiempo para mí. Por eso, cuando vi al chaval supe que sería fácil de seducir y aunque poco, calmaría mi calentura. Los jovencitos no se niegan a ayudar a una dama en apuros. Los adultos sois gilipollas, os lo ofrecen en bandeja y no lo queréis...
- Vamos a dormir un poco, ¡anda! Tengo que reponer fuerzas: dentro de un rato te vas a enterar...*
Cuando desperté era de día y mi nueva amiga no estaba. Sin embargo había dejado una nota: "entrena antes de llamarme, tienes que superar tu marca..." No sé que haría otro hombre en mi situación: los toros se ven muy bien desde la barrera... Todos hemos deseado tener una amante ninfómana, y follar a todas horas con ella... No es tan fácil. Siguiendo con el símil taurino, si no consigues ganarle el terreno al toro, estás perdido, y una cornada de semejante mujer es mortal de necesidad.
Salud y Sexo
Indiscreto