Volando con la tía Paloma (3)

Continuamos con la historia.

VOLANDO CON LA TIA PALOMA (3)

Tercera parte de la historia con mi tía.

Tras estar esa tarde teniendo un sexo como hasta entonces nunca en mi vida, salimos a cenar algo y a divertirnos por ahí. A pesar de ser domingo, había mucho ambiente. Cenamos en un sitio típico de guiris y posteriormente fuimos a un disco pub a tomar algo. Pedimos ya un par de cubatas y estuvimos bailando un rato. La verdad es que no aguantamos mucho, nuestros pensamientos estaban en otra cosa, así que tras entonarnos un poco con un par de bebidas cogimos un taxi de vuelta al hotel. Esa sería, en principio nuestra última noche en el mismo, por lo que había que aprovecharla bien.

Al llegar a la habitación, nos quitamos la ropa en menos de lo que canta un gallo y ya nos estábamos besando y metiendo mano. El chocho de la tía era una especie de manantial de la cantidad de fluidos que emanaba

  • Me has hecho revivir, Albert…me has devuelto la vida, mi amor- decía mi tía entre gemidos.

  • Y tu a mi me has hecho un hombre de verdad

  • Eres más hombre que muchos que conozco que se jactan de serlo, cariño- decía mi tía entre jadeos.

  • Con una maestra como tú…cualquiera saca matrícula de honor- le dije mientras mi mano acariciaba su entrepierna.

  • Oh, dios mío, Albert…que bueno eres conmigo…me haces sentir cosas que no había sentido…si…si…si- estaba a punto de correrse con una paja que le estaba haciendo.

  • Eres la mejor, tita…la mejor

  • Sigue un poco más mi amor…sólo un poco más- la venida de mi tía era inminente.

  • Si, tita, si!!!- la verdad es que yo también estaba a punto de correrme. Me vacié de forma importante.

  • Oh, mi amor…no quiero volver a Las Palmas mañana- dijo mi tía, con un mohín de disgusto

  • Ni yo, Palomita…me quedaría aquí toda la vida

  • Y yo…si es contigo.- me dio un beso- Enséñame de nuevo las fotos que me hiciste en la playa…me ponen un montón

  • Y a mí…menos mal que las tengo…para poder recordarte como te mereces- le dije a mi adorada tía.

Empezamos a jugar de nuevo…le empecé a acariciar suavemente el conejo a la tita. Ella sonrió al tiempo que me ayudaba abriendo un poco más las piernas. La tía se encendía poco a poco. Era como una loba, que cuando coge una presa no la suelta. Le acariciaba el coño con mi mano…frotando su clítoris con la palma de mi mano abierta, cosa que me dijo que la ponía como una moto. Ya empezaba a gemir, y eso era decir poco, ya que si estabas en la habitación de al lado, perfectamente puedes pensar que tienes puesta una peli porno a todo volumen. Cuando se vino la tita, cambió de posición y se puso de tal forma que mi polla le quedó justo frente su cara…sus intenciones estaban más que claras. Pasó su lengua por mi capullo. Se entretenía haciéndolo, rozando una y otra vez el surco de mi balano con la punta de su lengua. Estaba a punto de correrme y eso que la tita no se la había metido aun en la boca. Era una experta en el tema de la mamada. Cuando ya estuvo un rato dándole a la lengua se la metió de golpe en la boca y empezó a subir y bajar. A los pocos minutos me corrí como una bestia, llenándole la boca con mi néctar. Me levanté de la cama y cogí a mi tía, la apoyé en mi cadera y la dejé caer, para ensartarla directamente. La tenía cogida por su esplendido culo y con el apoyo de mis manos empezamos la follada. Era genial…una máquina del sexo. Como he dicho no gemía…chillaba y entre tanto me metía la lengua en la oreja, lo que me encendía aun más.

  • Paloma…me corro de nuevo…ya estoy- casi no podía aguantar más

  • Lléname mi amor…lléname- Paloma casi no podía hablar ya.

Caímos rendidos en la cama y dormimos hasta tarde. Nos levantamos, desayunamos y nos fuimos a la playa. Otra vez a los montículos de piedra entre las dunas, donde nos despelotamos. Fue un día de sabor agridulce, por lo que significaba volver a Las Palmas. Cuando ya eran las 7 de la tarde, recogimos y volvimos.

Al llegar a la casa de mi tía tuvimos una noticia genial. Su marido tenía guardia ese jueves, lo que significaba que el fin de semana lo tendría libre desde el viernes, lo que para nosotros no era bueno, pero nos dio la alegría del siglo…lo habían invitado a un congreso, en el último momento y saldría el viernes a Tenerife, volviendo el lunes a primera hora, directamente a trabajar. Mi tía tuvo que hacer milagros para que pareciese que estaba un tanto disgustada por no disfrutar el fin de semana (cosa que si haría). Esa semana fue un tanto dura…porque no pudimos hacer nada, salvo meternos mano en la playa, cuando íbamos a Playa del Inglés.

Uno de los días, por la tarde, mi tía fue a una agencia de viajes a buscar algo para el fin de semana. No quería un hotel, y pudo coger un apartamento en una zona que se conoce como el "Campo Internacional". Fuimos lunes y martes a la playa. El miércoles nos quedamos en Las Palmas, fuimos a la playa de Las Canteras, donde hay más producto nacional, pero menos guiris. Es una muy buena playa de ciudad, creo que la mejor que conozco de tipo urbano. Evidentemente ese día la tita se puso un bikini, bastante pequeño, pero sin dejar ver ninguno de los más preciados trozos de piel de mi pariente. Fuimos a comer con Gerardo a un sitio bien cuando salió de trabajar y por a tarde dimos una vuelta por la ciudad. Por la noche casi no pude dormir. Ansiaba que llegara el jueves como agua de mayo. Nos levantamos todos juntos, para desayunar y esperamos un rato en la casa antes de salir rumbo al sur de la isla, para dejar tiempo y poder coger el apartamento. A eso de las 12 de la mañana salimos. Un poco más de una hora más tarde llegamos a nuestro destino. El apartamento era bastante nuevo y muy bien equipado, con una tele LCD bastante, un baño muy bien dotado, etc. casi no habíamos terminado de dejar las bolsas en el suelo, cuando Paloma y yo nos estábamos besando como locos, tocando todo lo que podíamos y más y sin pensarlo más, estábamos en la cama follando como animales. Salimos completamente sudorosos y nos fuimos a la piscina del complejo. Esa tarde estuvimos allí. La tita se puso en topless, a diferencia de la playa de Las Palmas, donde estuvo tapada. Estuvimos un buen rato y nos fuimos a duchar, para salir a comprar al supermercado. En la ducha volvimos a echar otro polvo y la verdad es que cuando más follábamos, más queríamos follar. Después de comprar era casi la hora de ir a cenar. Pedimos un taxi para ir a la zona de marcha de Playa del Inglés. Cenamos en uno de los múltiples restaurantes que hay. La comida no era la mejor del mundo, pero ni mucho menos era mala. Pedimos un par de jarras de sangría para acompañar la cena y tras una copa de helado impresionante salimos a la marcha pura y dura. Fuimos a una disco y pedimos las bebidas. Nos pusimos a bailar en la pista. Estuvimos un rato bailando y acabamos las copas. Fui a pedir otro par, mientras Paloma descansaba un rato. Cuando estaba en la barra se me acercó una mujer de unos 30 años, más o menos, que luego me diría que se llamaba Elena.

  • Hola… ¿me das fuego?- preguntó mientras ponía un cigarrillo entre sus labios

  • Claro- dije, mientras sacaba una caja de cerillas que tenía en el bolsillo, a pesar de no fumar, pero Paloma, si

  • Por cierto, me llamo Elena…- dijo la chica, que era realmente guapa, una de esas canarias morenas muy guapas de cara y con un cuerpo que parecía muy bien formado.

  • Bueno…yo me llamo Alberto- le dije mientras miraba hacia donde se había quedado mi tía.

  • ¿Quieres beber algo?- me preguntó

  • Ya he pedido, gracias

  • Bueno, entonces bebamos la copa- dijo ella levantando su copa

  • Esto…es que no he venido solo- le dije de forma educada.

  • No te preocupes, mi niño…yo no soy celosa- me dijo con ese acento canario tan meloso.

  • Bueno…si quieres venir

  • Vale, mi amor- dijo mientras me seguía

  • Paloma, ella es Elena. Elena…Paloma

  • Hola- le dijo mi tía a la entonces desconocida para ella, mientras me miraba de forma inquisitiva

  • Hola...no quería ser entrometida…pero le pregunté a Alberto si quería tomar algo y me dijo que estaba acompañado y yo le dije que no era celosa…espero que no te moleste, mi cielo…pero es de lo mejorcito que he visto por aquí. La mayoría de los tíos que merecen la pena son unos moscones profesionales.

  • Bueno, hija, nada. Me alegro que te guste Alberto- dijo mi tía, que casi no podía ocultar su malestar. Sacó un cigarrillo y se le di fuego, como acababa de hace con nuestra nueva conocida

  • ¿Tú no fumas, Alberto?- me preguntó Elena.

  • No…no creo que sea muy bueno

  • Ah, no…no es nada bueno…pero como dicen que hay que morirse de algo….es broma. Yo solo fumo cuando salgo los fines de semana o como ahora en vacaciones.

Estuvimos un buen rato charlando. Al cabo de un rato la tita estaba de mejor humor y ya no le parecía que Elena fuera una fresca sin más. Era simpática, educada, culta…de ese tipo de personas que a mi tía le gustaba. Después de tomar otro par de copas ya era hora de irse. Nos levantamos todos y nos dirigimos a la puerta. Elena nos acompañaba

  • Bueno…si quereis podemos ir a mi apartamento- nos dijo Elena

  • No se…- dijo Paloma

  • Si os animáis

Mi tía me miró y yo no sabía que hacer…le vine a decir que lo que ella quisiera

  • Bueno…si quieres, podemos ir a nuestro apartamento, mejor- dije Paloma, que prefería jugar en casa.

  • Por mi vale- dijo Elena

En seguida Elena me cogió de un brazo y la tita, al verlo, me cogió del otro, así que iba con una mujer a cada lado. Cogimos un taxi y fuimos al apartamento. Al llegar les ofrecí a esas dos mujeres tan guapas algo de beber. Eligieron entre lo que teníamos y se les llevé las copas. Nos sentamos en el sofá y pusimos la tele, casi sin volumen para hablar. Por la hora que era, la programación no era de prime time, así que casi todo eran series muy malas, concursos para sacarte las pelas y por supuesto en los canales locales, sobre todo, imágenes de sexo. Estuvimos hablando y Elena nos contó que estaba separada, que tenía una hija que en estos momentos estaba con su padre y que estaba de vacaciones en el sur de la isla, pero que normalmente vivía en un pueblo de la zona norte de la isla. Yo no sabía que hacer. Al parecer a esa mujer le gustaba, pero estaba con mi tía…y no podía hacer nada sin "su permiso". Nosotros le contamos algo…que estábamos de vacaciones por unos días, por supuesto sin decirle que éramos tía y sobrino. Al igual que mi tía era profesora en secundaria y nos dijo que si bien lo había pasado mal por culpa de su separación, ahora estaba genial. Se terminaron las bebidas y preparé otras. Elena sacó tabaco de su bolso y nos preguntó si nos importaba que fumase. Por supuesto la tita le dijo que podía fumar y entonces nos dijo que si queríamos un poco de hierba. La tita dijo que por ella si, pero que no podía hablar por mi. Les dije que hicieran lo que quisieran. Entonces Elena sacó una piedra y la preparó, encendió el porro y se lo pasó a la tía Paloma, que le dio una profunda calada y me pasó. Nunca había probado eso, así que lo hice y se lo devolví a Elena. El ambiente era cada vez más relajado. Estaba entre las dos mujeres, sentados en el sofá. En ese momento en la tele salía una escena de porno en la que estaba un hombre con dos mujeres.

  • Mira…como nosotros- dijo la tía Paloma, divertida

  • Si…incluso el chico parece más joven que las dos mujeres, como nosotros- rió Elena.

  • Ya…pero esas dos están…- preferí callarme, por si acaso

  • ¿Están más qué?- preguntaron las dos al unísono

  • Nada, nada

  • ¿Más qué?- volvieron a preguntar

  • Más ligeras de ropa- dije yo, con lo que se llevaron un pequeño chasco

  • Eso tiene fácil arreglo- dijo la tía y se quitó la camiseta en un momento

  • Claro que si- confirmó Elena, quedándose en sujetador

  • Pues si- dijo yo y también me quité la camiseta y le di un beso a la tía, cogiendola un poco por sorpresa.

  • Oye…que yo también existo- dijo Elena, por lo que me giré hacia ella y le di otro beso, al tiempo que le acariciaba sus tetas por encima del sujetador. En ese momento mi tía se quitó el suyo y ayudó a Elena a despojarse del propio. Allí estaba yo con dos hembras insuperables medio desnudas y totalmente liberadas. Me volví de nuevo hacia donde estaba la tía y la besé de nuevo. Era casi como una pelea entre ellas, a ver quién me acaparaba. Me puse en pie y me bajé los pantalones, dejando entrever mi gran erección. Casi se vuelven locas al verla y se lanzaron a bajarme los calzoncillos. Empezaron como otra pelea a ver quien me la chupaba y me pasaban alternativamente sus lenguas por encima de mi polla. Era como un sueño. Por mi parte las besaba alternativamente (quien no estuviera en el pilón) y les tocaba las tetas, muy morenas en ambos casos. Hasta que la tita se levantó, se bajó los pantalones y las bragas y se quedó en pelotas. En seguida Elena la imitó y todos nos fuimos a la habitación. Nos acostamos de forma que de nuevo quedé en medio de Elena y la tía. Seguimos con los juegos de caricias, con la salvedad que esta vez tocaba pelo. Tenía mis dos manos ocupadas en los dos coños de las dos mujeres que me acompañaban. Tenía la polla a punto de reventar. Me levanté un poco para dejar a Paloma ponerse en medio, con las piernas abiertas, preparada para echar un polvo. Tal y como la tenía la empalé directamente. Mientras tanto, Elena se puso a chuparle las tetas a paloma, que estaba en lo máximo del placer. Como era habitual estaba gritando como una loca. Elena seguía con la chupada de tetas de la tita y de paso le pasaba una de sus manos por el coño que en ese momento me estaba follando. La tita se corrió como nunca hasta entonces. Descansamos unos momentos y entonces me dediqué a atender a nuestra invitada. Para mi sorpresa antes de darme tiempo a hacer nada, Paloma empezó a comerle el coño a Elena

  • ¿Te gusta?- le dijo la tita a Elena

  • Oh, dios, si que me gusta- gemía Elena. Me uní a la tita en la misión de comida de coño.

Al poco me puse un condón y follé con Elena. Era diferente que con la tita, pero era genial. Dormimos muy a gusto esa noche. Por la mañana, al levantarnos y tras desayunar decidimos ir a la playa. Fuimos a nuestra zona habitual. Le dijimos a Elena que íbamos a la zona nudista y dijo que por ella genial. Cogimos uno de los cúmulos de piedras habituales, éste un poco mayor, ya que éramos tres y tras poner las toallas en la arena. Nos quitamos la ropa y nos pusimos a tomar el sol, ya que la noche había sido "dura". Me acordé de la cámara y les pregunté si les podía hacer unas fotos. La tía dijo, por supuesto, que por ella no había problema y Elena solo puso la condición, como antes la tía, que fuesen solo para "consumo personal". Le dijimos que por supuesto y saqué la cámara. Se pusieron juntas a posar, a principio por separado y luego, más juntas, besándose, como si fueran autenticas lesbianas. En total, otras doscientas fotos más para mi archivo personal. El resto del fin de semana lo pasamos en la playa, de marcha y follando los tres juntos, de todas las formas posibles, con la tía, con Elena, entre ellas, los tres juntos…en fin, el mejor fin de semana de la historia, al menos para mi