Volando con la tía Paloma (1)

Mi tía es la mujer más maravillosa de la tierra.

VOLANDO CON LA TÍA PALOMA (1)

Hola a todos. Mi tía Paloma es la mujer más maravillosa del mundo. Ahora les explicaré el por qué.

Para empezar ortodoxamente les diré que me llamo Alberto, pero me suelen llamar Albert, como si fuera en inglés, ya que todo empezó después de un viaje que hice al Reino Unido a aprender un poco de inglés cuando tenía 9 años. Bueno, les diré que estoy en la Universidad, estudiando Ingeniería Industrial. Tengo 20 años y acabo de terminar el tercer curso y pude irme de vacaciones a casa de mi tía Paloma a Gran Canaria. Somos de Madrid, y para mi era una alegría poder ir a disfrutar de unas buenas vacaciones, ya que el curso había sido de lo más duro y a pesar de todo, pude aprobar todas las asignaturas, así que mis padres estaban encantados de poder darme ese respiro. Tengo que decir que no creo que sea feo, sobre todo según me dicen algunas de mis amigas, pero el principal problema que tengo es que soy muy tímido con las chicas, así que como en Canarias me han dicho que las mujeres son muy abiertas y amables…pues eso, a ver si había suerte.

La cosa es que fuimos al aeropuerto y cogí un avión rumbo al aeropuerto de Gando, en Gran canaria. Allí me recogieron mis tíos, Paloma, hermana de mi madre, de 44 años, uno menos que mi madre. Son muy parecidas, si bien mi tía se conserva un poco mejor que mamá, debido, creo al clima de Canarias y a que hace un poco de deporte. Su marido se llama Gerardo, es médico y trabaja en uno de los hospitales que hay en Las Palmas, donde tienen una casa de lo más chulo. Bueno, por un problemilla de mi tía, no tienen hijos, así que recibir familiares es una cosa que les gusta mucha, tratándonos siempre de forma maravillosa. Mi tía da clases es un instituto de secundaria de la capital, por lo que los veranos los tiene libres, no así su marido, que tiene vacaciones se un mes, como la mayoría de la gente. Desgraciadamente, cuando fui tenía que trabajar, y encima, como hay mucha gente de vacaciones, tenía más guardias de lo habitual.

Salimos del aeropuerto y fuimos a su casa, donde después de dejar las cosas y tomar una ducha fuimos a dar una vuelta por la capital, Las Palmas de Gran Canaria, a disfrutar de la gente y del clima, que en verano es genial, ya que no hace tanto calor como en Madrid. Cenamos en un sitio muy agradable, comida típica de Canarias, con un buen pescado fresco y las célebres "papas arrugadas con mojo". Después de dar otra vuelta volvimos a la casa de mis tíos, ya que Gerardo tenía trabajo al día siguiente.

Cuando me levanté ya mi tío se había ido hacía un rato y mi tía, después de preguntarme que quería desayunar me dijo que podíamos ir a la playa, al sur de la isla, que si bien quedaba un poco lejos, merecía mucho la pena. Le dije que por mi, encantado, así que cuando terminé el desayuno me puse la ropa para ir a la playa y salimos rumbo al sur de la isla. Llegamos a Playa del Inglés, y tras aparcar el coche nos dirigimos a la playa propiamente dicha. Es enorme y estaba bastante ocupada, pero se podía estar muy bien. Tras entrar nos dirigimos a la zona de la playa más cerca de la punta que la separa de otra playa famosa, la de Maspalomas, que realmente es la misma playa. Llegamos y extendimos las toallas, moderadamente cerca de un kiosco de la playa, para poder refrescarnos cuando hiciera falta. Me quité la camiseta y los pantalones y me quedé con el bañador puesto. Mi tía hizo lo mismo, quedándose en bikini, en principio, porque en seguida echó mano a la espalda y se desabrochó la parte superior, quedándose en topless.

  • Bueno…a lo mejor te sorprende un poco, pero verás que es muy frecuente ir así por esta zona- dijo mi tía cuando me la quedé mirando como un tonto, observando sus bien formadas tetas bien doradas por el sol de las islas afortunadas.

  • No…si ya me he dado cuenta, solo que me ha sorprendido un poco, sobre todo al ver lo que piensan los yayos de estas prácticas- le respondí, sabiendo que mis abuelos piensan que las mujeres que hacen topless o nudismo son unas fulanas pecadoras que arderán en el infierno. La verdad es que las tetas de la tía eran tremendas, redonditas y con unos pezones puntiagudos que desafía la ley de la gravedad.

  • Bueno…espero que sea un secretillo entre nosotros…no quiero ser la hereje de la familia y convertirme en una proscrita- dijo divertida

  • Descuida…por mí como si te pones en pelotas. No creo en esa mojigatería de los abuelos, propia de hace mucho, mucho tiempo- le dije, expresando lo que realmente pensaba y si además, caía algo más, pues mejor.

  • Vaya, hombre, me alegro oírte eso. Es bueno ir con los tiempos.

Estuvimos un buen rato en la playa, comimos algo en una hamburguesería y por la tarde volvimos a la ciudad, en un viaje de poco más de media hora. Estuvimos yendo unos cuantos días a la misma playa, y nos solíamos poner en la misma zona, por lo que ya controlaba bastante el personal. La verdad es que se veían algunas tías que quitaban el sentido, tanto nacionales como de importación. Más de una vez mi tía, entre risas me tuvo que llamar la atención por ser muy descarado mirando alguna chica. El viernes antes de irnos a la playa, Paloma me dijo que preparase algo de ropa para pasar unos días en el sur de la isla, ya que Gerardo tenía guardias el viernes y el domingo, por lo que hasta el lunes por la tarde no volveríamos. Me prestó una maleta pequeña y puse ropa de playa y para salir algo por la noche. Ya de camino en el coche, me dijo que nos quedaríamos en un hotel, que había intentado buscar apartamento, pero que fue imposible, o bien estaban llenos o era mejor no quedarse en los que tenían plazas libres. Me contó que consiguió una buena oferta en un hotel de cinco estrellas, por lo que sería un bonito fin de semana. Llegamos el hotel y la recepción ya no te dejaba indiferente, lo mismo que el trato, exquisito. Nos inscribimos y subimos a la habitación, que era genial. Nos pusimos la ropa para bajar a la playa y cogimos el coche para ir a la del Inglés, que es la que a mi tía más le gustaba. Estuvimos en la playa un buen rato y al volver al hotel mi tía vio que había Spa y me preguntó si quería un masaje, que ella si. Le dije que bueno y fue a reservar. Al día siguiente, a las 6 de la tarde tendríamos el masaje. Esa noche salimos a cenar y dar una vuelta por la zona de marcha de Playa del Inglés, que es mucha. Volvimos en taxi al hotel, no muy tarde para ir a la playa. El sábado caminamos un poco más, yendo hacia la zona de la punta, donde están las dunas.

  • Mira, Albert… ¿ves esa zona con piedras formando una especie de círculos?- me preguntó mi tía

  • Si ¿Qué son?

  • Bueno esas son las zonas donde la gente viene a hacer nudismo…bueno, los que son un poco vergonzosos, ya que toda esta zona es nudista y puedes ver a la gente en pelotas desde la orilla hasta aquí (había un buen trecho)

  • ¿Y como sabes tanto? ¿Acaso haces nudismo aquí?- lo dije en plan de bromas, a ver si picaba la tía.

  • Bueno, si, a veces me vengo aquí a broncear de forma integral.

  • Si quieres quedarte, pues sigo un rato y ya quedamos- le dije, pensando que a lo mejor mi tía quería hacerlo ahora.

  • No hombre, no- seguimos caminando un rato más, hasta que tomamos el sol cerca de las dunas.

Volvimos al hotel no muy tarde para el tema del masaje. Por un pequeño lapso, que fue que mi tía no dijo que no éramos pareja, nos pusieron en una misma cabina de masajes, con lo que ello suponía. Fue un poco de corte cuando nos dijeron que pasáramos a la cabina y que nos desvistiéramos.

  • En fin, Albert, ya me has visto las tetas y ahora verás un poco más. – la tía Paloma estaba un poco cortada.

  • No pasa nada. Lo malo es que tú también tendrás que verme a mí.

  • Si, claro, no había pensado en ello. Bueno…fuera cortes- dijo mientras se quitaba toda la ropa y se quedaba como mi abuela la trajo al mundo. Yo, evidentemente hice lo mismo

Nos dieron los masajes y subimos a la habitación. Nos arreglamos y salimos, como la noche anterior, pero cenamos en un sitio un poco mejor, no tan de comida rápida como el viernes. Luego dimos un paseo y nos invitaron a entrar en varias discotecas, pubs, nos ofrecieron de todo…en fin, que al final entramos en un disco-pub que parecía tener un ambiente más o menos tranquilo. Pedimos unas bebidas y nos fuimos a la pista de baile. Cuando se nos acabaron los cubatas pedimos otros y luego otros más. La noche se animaba y con ella, nosotros. Estábamos en ese punto que todo te parece bien, sin llegar a estar del todo ebrio. Tía Paloma bebía y fumaba (cosa que no hace) y se reía mucho. Me decía que hacía tiempo que no se lo pasaba tan bien. Seguimos un rato, pusieron alguna lenta que bailé con la tita y ya bastante tarde pillamos un taxi de vuelta, pero parece ser que a mi tía le quedaba cuerda para rato. Al llegar a la habitación seguía bailando y cantando. Fue al minibar y preparó unos cubatas

  • ¡Vamos, que siga la fiesta!- me dijo mientras hacía ademán de brindar y tarareaba una de las canciones de moda que habían repetido hasta la saciedad en la disco.

  • ¡Uhhh…fiesta!

  • Menos mal que has venido, Albert…porque el soso de tu tío no sabe divertirse- me cogió por la espalda para bailar y a mi me dio como una descarga eléctrica- ¿qué pasa, sobrino…te has puesto nervioso?

  • Esto…no, ¿por qué?

  • No se…me pareció- me volvió a coger por la espalda y yo estaba en auténtica tensión- venga, baila conmigo- me agarró más fuerte y se movía más.

  • Claro, Tía…a bailar- dije mientras apuraba mi cubata de un trago, y cogía a mi tía con fuerza por la espalda para bailar con ella.

  • ¡Así me gusta, con fuerza!- siendo ahora ella la que mataba su bebida. La música que sonaba era de un canal musical que había en la tele y de repente pusieron una balada, con la que mi tía se abrazó más a mí y empezó a tocarme el culo- Albert, ¿crees que soy atractiva, todavía?

  • ¡Claro! ¿Por qué lo dudas siquiera?-

  • No se, quizá porque últimamente digamos que no tengo mucho éxito…ya me entiendes, ¿no?

  • No… ¿como que no tienes éxito?

  • Joder, Albert…que Gerardo ya no, vamos…que ya no follamos casi y mira que tengo muchas ganas

  • Pues no se por qué…porque eres del mejor nivel que he visto.

  • Venga ya…no lo digas para subirme la estima

  • Lo digo en serio

  • Gracias, cariño- dijo mi tía, acomodando su cabeza contra mi pecho

  • De nada, tita…además, es verdad- le dije mientras le daba un beso en la cabeza. En ese momento ella me miró y yo a ella y fue como si estallase la tormenta…nos empezamos a besar como locos al tiempo que nos deshacíamos de la ropa y nos fuimos a la cama

  • Oh, Albert…te necesito dentro de mi…ahora, mi amor.

  • Si, tita- le dije mientras buscaba la entrada de su húmedo chumino y dirigía allí mi polla. Una vez dentro, Paloma puso sus piernas sobre mis hombros.

  • Hasta el fondo, Albert…hasta el fondo…toda dentro- casi no podía hablar

Estuvimos un rato follando hasta que llegué a mi límite

  • Paloma…ya estoy

  • Córrete en mi coño, amor…llénalo

  • ¡Siiii!

En el momento que me corría, mi tía tuvo una especie de espasmo por el que me rodeó con sus piernas y me apretó muy fuerte

  • ¡Oh, diosssss, que bueno…que bueno. Me gusta!

Nos dormimos casi muertos por el cansancio. Al día siguiente cuando me desperté vi a mi tía en la terraza del la habitación, ya despierta, fumando un cigarro

  • ¡Buenos días, tía!

  • ¡Buenos días, Albert!, ¿Cómo has dormido?- dijo mientras le daba una última calada al pitillo y lo apagaba

  • Bien ¿Y tú?

  • Bueno, la verdad es que no muy bien…estoy un poco confusa

  • ¿Por?

  • Joder…por lo de anoche

  • Por el tío

  • No…non es por eso. El cabrón ese está liado con una enfermera del hospital…lo sabe todo el mundo, hasta yo, es porque lo que hemos hecho no está bien ¿no?

  • ¿por?

  • Pues porque soy tu tía y….

  • ¿No te ha gustado?

  • No, no es eso…me ha encantado

  • ¿Le hemos hecho algo malo a alguien, aparte del tío?

  • No…el cerdo que se joda…que pruebe su propia medicina

  • ¿Entonces?

  • No se, igual estabas molesto

  • ¿Yo? Que va, si he estado con la mujer más guapa de la isla, ¿porqué iba a estar molesto?

  • ¿Entonces?

  • Carpe diem, Paloma- ahora la llamaba por su nombre, más que por nuestra relación

  • Gracias, Albert- fui hacia ella y le di un beso, en la boca, seguido de otro, y otro y unos cuantos más...

CONTINUARÁ