Vodka- Mojito
Como pude me levante y la lleve a mi habitación, entre pequeños besos la tumbe en la cama y me desvestí...
Viernes por la noche, llego a la fiesta de mi amiga que parece bastante animada, la que no lo está soy yo, pero vengo por cumplir porque a veces hay que poner la amistad por encima de algunas cosas, saludo a mi amiga le doy su regalo y ella amistosamente me dice “debes conocer a esta chica” sigo sus pasos al compás de esa música electrónica y del bullicio de las personas que retumba en el piso. A primera vista no la note, tal vez a la segunda o tercera, sus ojos negros se clavaron en mí y yo solo le respondí con una sonrisa, estaba parada detrás de la barra del bar, parecía ser la bartender, ella dio unos pasos hacia mí y pude notar un tatuaje que tenía en su pecho que me llamo mucho la atención, nos presentaron y le extendí la mano en gesto de amabilidad, me hizo una especie de caricia en los dedos que decidí pasar por alto y solo le pedí un trago, pues para eso estaba ahí, para solamente servir tragos o no? Me sirvió un vodka-mojito excelente elección.
El trago estaba delicioso, y la chica trabajaba muy bien con sus manos debo admitirlo, me aleje sin más a conversar con las demás de tonterías, nada del otro mundo, de política, de las clases en la Universidad y cualquier otra cosa que se nos ocurrieran; mientras algunas adulaban mi vestimenta empezó a sonar una canción que sinceramente incitaba a muchísimas cosas, un chico me invito a bailar y por no dejarlo mal frente a los demás, acepte. Moví mis caderas al ritmo de aquella canción mientras el chico hacia lo posible por seguirme el ritmo, a lo lejos detecte la mirada inquisidora de la bartender, parecía seria, le sonríe y fingió seguir trabajando, no pude evitar reírme por su actitud, le dije al chico que me diera unos minutos y me aleje de allí, camine hacia unas escaleras que estaban cerca asegurándome de que ella seguía viéndome (que no era difícil porque no paro de hacerlo desde que llegue) tome una rodaja de limón que había puesto en mi trago, la sostuve entre mis labios y la succione despacio mirándola a los ojos. Si, había decidido seguirle el juego, las cosas de una noche jamás me gustaron pero hoy quería y necesitaba hacer algo distinto.
Otro chico se me acerco muy decidió y a la vez un poco nervioso, me invito a bailar y acepte, empezamos a movernos y él se pegaba demasiado a mi cuerpo, lo cual me hacía sentir muy incómoda, disimuladamente le daba pequeños empujones con mis codos para que entendiera su límite, de pronto apareció ella, empezó a bailar con nosotros, bueno detrás de él, el chico debía pensar que era su día de suerte, pobre tonto. Entrelazamos nuestras manos por debajo de sus brazos y no sé cómo hicimos pero apartamos al chico como pudimos y bailamos sin importarnos los demás, pegando nuestros cuerpos lo mas que podíamos, mis manos bajaban por su cintura guiadas por aquella música electro, se acercó a mi oído y me dijo “te gustaría ponerte más cómoda?”. Sin aguantar dos pedidas me despedí de mi amiga, no sin que antes me lanzara esa típica mirada que tiran tus amigos cuando te estas liando una tía, y me fui de ahí con esa chica de la cual no sabía ni su nombre y la verdad no me parecía necesario saberlo, era linda, misteriosa y coqueta con eso me bastaba.
No pasó nada en el camino hasta que subimos al elevador para llegar a mi piso, me beso, fue un beso suave como para ver mi reacción, le sonreí y la bese sin pensarlo con mucho deseo, mientras la besaba metí mis manos entre su pequeño short negro que no dejaba mucho a la imaginación, ella soltó un pequeño quejido entre mis labios, lo que hizo que crecieran más mis ganas, tome su pierna derecha y la sostuve por encima de mi cintura, así era más fácil que mi manos jugaran en su entre pierna, lastimosamente en ese momento se abrieron las puertas del elevador cortando la emoción del momento.
Entramos a mi piso, pensé en mostrárselo primero pero no me dio tiempo, se lanzó a besarme esta vez con el mismo deseo con el que yo lo había hecho, ahora su lengua era atrevida y jugaba con la mía dentro de mi boca, me llevo a un sofá que estaba cerca de la entrada, levanto un poco mi vestido, me sentó al borde y se arrodillo entre mis piernas ya sabía lo que quería. Tomo mi clítoris entre sus labios y lo acariciaba con la punta de su lengua mientras sus manos pasaban por mi abdomen y subían para acariciar mis senos por debajo del vestido que aun tenia puesto.
Como pude me levante y la lleve a mi habitación, entre pequeños besos la tumbe en la cama y me desvestí, ella miraba atenta aquel acto, me coloque sobre ella y como pude le saque su short, desabroche su camisa de abajo hacia arriba y a medida que lo iba haciendo le daba besos y mordiscos sensuales a su abdomen, llegue a su pecho metí mis manos por detrás de su espalda para quitarle su sujetador y serpenteé mi lengua por las ramas de su tatuaje, ella solo se mordía los labios, acaricie con la punta de mis dedos todo su cuerpo mientras me dedicaba a devorar su cuello bajando lentamente hasta sus senos y lamiendo aquellos pezones que ya se encontraban erectos, ella tomo mi mano y la dirigió a su entrepierna, metí mis dedos entre sus labios mayores y masajee su clítoris, estaba hinchado y muy húmedo, entre besos apasionados y gemidos frecuentes la penetre y comencé a embestirla con rapidez, me encantaba ver su rostro enrojecido por el placer, sus ojos entrecerrados, y sus manos apretando sus senos. Abrí sus piernas y me acerque a su sexo, rozando su clítoris con mi lengua mientras seguía embistiéndola, a veces dejaba mis dedos adentro y los doblaba un poco para estimular su punto G, cosa que la estremecía y la hacía perder el control de su cuerpo, como pude tome su clítoris entre mis labios y lo succione tan fuerte que me tomo del cabello y me empujó más hacia ella para que no la soltara, hasta que se corrió en mi boca y mis dedos sintieron como su vagina se contraía., Subí para besarla de nuevo, para que probara su propio sabor y entre besos y caricias, nos sumamos a un vaivén de nuestros sexos, rozando nuestros clítoris tan suave pero tan intenso que hizo que nos viniéramos en un intenso orgasmo. Y así pasamos gran parte de la noche, hasta que caímos rendidas.
Cuando desperté ella ya no estaba, supongo que al igual que yo, sabía que era cosa de una sola noche.