Vivo de las mujeres decentes-libro 2 (Capítulo 22)
Último capítulo de este relato.
Vivo de las mujeres decentes - Libro 2
Capítulo 22
No sabía si debía seguir contando mi historia pues creo que lo he hecho en abundancia, aunque pienso que estos dos últimos años merecen que los conozcáis, porque han surgido cambios en mi vida bastantes importantes y pienso que ya definitivos.
Empiezo por el principio de poco antes de mi boda con Darcy, una mujer asombrosa en todos los aspectos, que me demostró lo mucho que me quería desde el primer día que nos comprometimos. Ella curiosamente profesaba la religión católica, cosa poco habitual en el Reino Unido pero que cada día se va haciendo más normal, por lo que no tuvimos ninguna pega para casarnos en la catedral de nuestra capital a la que asistieron todos nuestros amigos de aquí y bastantes de Londres, así como nuestros familiares, incluido Marcus, mi ya cuñado que no tuvo más remedio que claudicar y empezar a tragarme de una vez, al poder observar la cantidad de gente que nos acompañó y la de amigos suyos que también lo hicieron.
Darcy estaba preciosa con su vestido de novia y esa felicidad que todos podían apreciar en su rostro y que a mí me llegó a emocionar más que nada porque no tenía muy claro si yo me merecía una mujer como aquella, teniendo en cuenta que hasta ese momento casi me había comportado como un crápula. Me sentía muy orgulloso de ella y en menos de media hora sería mi esposa para siempre, sí, para lo bueno y para lo menos bueno. Tony no dejó de recabar la atención de todos los presentes durante nuestro enlace y es que a sus cuatro años era una gozada verlo correr de un lado para otro, hasta que su madre le dirigió una mirada para que se comportara y vaya si lo hizo. Todavía me produce unas risas internas al recordarlo intentando permanecer quietecito junto a mi padre en la primera fila.
Solo estuvimos una semana de viaje de novios porque la verdad es que yo estaba muy atareado con mi negocio en la capital. Darcy comprendía la situación y no puso ninguna pega, aunque seguro que a ella le hubiese gustado estar dos meses en el caribe los tres juntos, pero también tenía trabajo terminando de darle los últimos toques a nuestra casa, por lo que se lo tomó bastante bien.
Fue una inmobiliaria la que nos facilitó el chalé que adquirimos en otra urbanización cercana a la de Pilar. Tiene dos plantas distribuyendo las cinco habitaciones en la de arriba y un gran salón, cocina y dos habitaciones para las empleadas del hogar en la de abajo. Dispone de un jardín enorme con varios árboles, entre ellos tres olivos que me encantan, pues en estos momentos están cargados de aceitunas que muy pronto podrán recogerse y a las que nuestro jardinero le sabe sacar bastante provecho. El mobiliario y parte de la distribución no terminaba de ser del agrado de mi esposa, por lo que requirió la mano experta de Pilar en eso de los diseños de interiores y en tres meses le dieron un cambio que hasta me parecía otra casa cuando definitivamente la ocupamos. La habitación contigua a nuestro dormitorio principal, ha sido habilitada como escritorio y es ahí donde Darcy pasa todos los días casi una hora despachando con su hermano o incluso con alguien más que le acompañe.
Ahora disponemos, cómo no, de Román que es nuestro jardinero, piscinero y experto en el mantenimiento de nuestro chalé, al tiempo que su esposa Josefina, -Pepi le gusta que la llamen-, se dedica a la labor de empleada del hogar además de ser una excelente cocinera. Ambos viven en nuestra casa y están contratados a tiempo completo. Ellos tienen 35 años y llevan 6 de casados.
Sabiendo que en poco tiempo acabaríamos teniendo alguna velada con nuestros amigos del club, los reunimos un día y le explicamos que éramos swingers y lo que eso conllevaría al vernos desnudos o practicando sexo junto a las personas que acudirían a nuestro evento. Se quedaron muy impresionados con lo que le contábamos, pero prometieron ser discretos sin hablar de ello con nadie ajeno a nosotros mismos, comportarse con normalidad durante esas reuniones que ellos verían en el interior de la casa o en el jardín y por supuesto seguir manteniendo el respeto debido a nuestros invitados, vieran lo que vieran.
La primera velada que celebramos en la casa se produjo un par de meses después de la boda, interviniendo nuestros amigos más queridos del club, las hermanas Julia y Adela y la simpática Rita, solo faltó a la cita Samuel que se encontraba precisamente en Londres debido a sus negocios, Rafael y José ya eran muy conocidos por Darcy, con lo que la reunión se desarrolló por los mejores cauces. La hicimos un jueves por la tarde-noche con objeto de darnos tiempo para la velada del sábado con el club. Julia a petición nuestra se trajo al matrimonio que tenía empleado en su casa, la estupenda Lola y su marido Juan que en un principio ayudaron a Román y Josefina en la preparación de las vituallas que nos servirían más tarde como aperitivos junto a las bebidas. Todo lo asimilaron muy bien, hasta que nuestra fiesta particular se inició y se dispusieron a preparar el salón para facilitar nuestros juegos, ella vestida con su tanga y un sujetador que dejaba entrever las areolas y Juan con el taparrabos habitual en él al prestar sus servicios en esos eventos. Nuestros empleados estaban absortos sin atreverse a intervenir en un principio, hasta que fue Josefina la que reaccionó en primer lugar para ayudar a Lola con las toallitas, papeleras y todo lo que podríamos necesitar en unos minutos, pues ya nos estábamos desprendiendo de nuestras ropas y Román entró más decidido en acción ayudando en las indicaciones que le transmitía Juan, aunque lo que no podían disimular tanto él como su esposa era su nerviosismo ante la tarea que les tocó desarrollar ese día. Ellos no se habían desprendido de sus uniformes naturalmente.
Lo que les dejó fuera de juego definitivamente fue la participación posterior y plena de los dos en nuestras relaciones, primero Lola a requerimiento de José que al final la compartió conmigo y luego Juan que se folló con bastante potencia a Adela. Otra de las cosas que les dejaron patidifusos aparte de vernos follar en tan diferentes maneras y posiciones, fue ver cómo Juan y José me la mamaron, o cómo me follé a las dos hermanas alternando entre una y otra mientras las hacía tocarse entre ellas. Naturalmente Darcy también les dio a nuestros empleados un buen espectáculo, follándose cómo no al bueno de Juan en su última corrida.
Cuando todos se marcharon después de ducharse y asearse en las habitaciones de arriba, nosotros nos quedamos con nuestras batas como única ropa, tomándonos una última copa en el sofá que estaba más cerca de nuestro maravilloso jardín, mientras comentábamos cómo se había desarrollado todo y las posibles mejoras que podríamos llevar a cabo en la próxima vez. Nuestros empleados no terminaban de dejarlo todo como si allí no hubiese ocurrido nada esa noche, hasta que se aproximaron a nosotros.
-Señor Rigo, -me decía Josefina-, nosotros no estamos preparados para hacer lo que han hecho los empleados del señor Rafael.
-Por supuesto, -le contesté-, habéis estado magníficos los dos para ser vuestra primera vez, bastante habéis hecho con realizar vuestro trabajo y no haberos retirado. Para eso han venido Juan y Lola, por si vosotros no podíais hacerlo.
Se lo tuve que explicar todo a Darcy que aunque ya se manejaba bastante bien en nuestro idioma, aún había cosas que si se decían más rápido no las entendía.
-Pero si ustedes necesitan que les atendamos en otras ocasiones, cuenten con ello, no nos vamos a retirar nunca y no será necesario que nos tengan que sustituir los empleados de otros señores. Pero participar haciendo eso... bueno que no podemos...
-Está bien Román, no te preocupes porque nadie os va a requerir mientras no cuenten con nuestro permiso. Juan y Lola es que son los que nos atienden habitualmente en las veladas de nuestro club y tienen una gran experiencia participando en todos los eventos. Gracias por ofreceros para otras ocasiones. Mañana os daremos una gratificación y siempre la tendréis después de cada una de nuestras reuniones.
A continuación llamé a Puri para ver cómo se encontraba nuestro hijo y nos fuimos a la cama con la tranquilidad de saber que llevaba más de dos horas dormido.
Una semana más tarde Pepi le pidió a Darcy que le comprara la misma ropa que llevaron Juan y Lola para nuestro evento, que eso sí que lo podrían hacer. Cuando me lo contó más tarde no pude evitar empalmarme y ella entre risas me decía que ya se había dado cuenta que Josefina estaba demasiado buena y que yo no le quitaba el ojo de encima, pero que no se me ocurriera follármela sin su permiso porque me la cortaba de raíz.
“Los uniformes” se los compró unos días más tarde y quiso que los dos les diéramos el visto bueno a los mismos. Román presentaba un buen bulto en ese taparrabos a pesar de que lo tenía flácido y ella... joder cómo estaba ella, menudo par de tetas tenía la Josefina y esas nalgotas tan sabrosas, no lo pude evitar y me empalmé de nuevo.
-Jomán, siempge paga aggiba, -le señalaba a él el cipote en el taparrabos, pero el pobre no se enteraba y tuvo que ser ella la que metió su mano en el interior para ponerle la polla hacia arriba, dándole al final dos toques con los dedos extendidos encima del paquete para darle su aprobación una vez que la dejó en la posición correcta-, eso es.
-¿Qué te parecen cómo han quedado? -Me preguntó-, las tetas muy tapadas, ¿No?
-Un poco, sí, -le respondí, mientras me incorporaba para recolocarle mejor el sujetador para que asomaran al menos las areolas-, así está algo mejor, aunque no estaría de más que le compraras una talla menos o que no se pusiera ninguno.
Luego le traduje a los dos lo que acabábamos de comentar.
-Es que si no me pongo nada, se me van a caer un poco, ya tengo 35 años señor Rigo, con 20 no me hacía falta...
-Mejor te lo quitas para que los señores lo puedan ver. -Le pidió su marido, no tardando ella en desprenderse del mismo entregándoselo a él para dejar sus brazos en jarra.
Otra vez le traduje a Darcy que me dio a entender que lo había comprendido.
-Están bien, no se ven muy caídas, más bien es por los grandes que son sus tetas.
-¿Puedo? -Le pregunté a ambos mientras ya llevaba mis manos a sopesar esos pechos.
-Sí señor Rigo, sin problemas. -Respondió ella antes que hablara su marido.
Entonces las sostuve con las palmas de mis manos muy abiertas subiéndolas y bajándolas varias veces, para terminar agarrándolas y así poder apreciar su dureza.
-Las veo perfectas, -me dirigí ahora a Darcy-, puede pasar perfectamente sin el sujetador.
-Pues díselo a ver si está conforme.
Ellos aceptaron sin poner ninguna pega más, aprovechando para darle a ella mi última instrucción.
-Josefina a partir de ahora no volverás a pegar en nuestra puerta para entrar en la habitación, lo harás sin más y no retrocederás si estamos desnudos o haciendo el amor, tampoco vas a ver algo que no hayas visto ya la otra noche.
Se puso muy roja, miró a su marido y asintió con firmeza mirándonos a nosotros. Después también se lo expliqué a mi esposa que no tenía claro lo que le acababa de decir, sonriendo a los dos empleados dando su aprobación también a eso, terminando por darme una palmada en mi rabo que estaba en plan provocador con tanta teta de por medio.
-Joder cielo, es que no veas las tetas cómo me han puesto. -Le dije, alguna vez era una ventaja que los demás no te entendieran.
-Señora Darcy, -intervino ahora Román-, es que... -se volvió hacia mí, pensando que yo lo entendería mejor-, bueno que si no puedo controlar esto... que puede que se salga por arriba. Es que es muy pequeño. -Remató ya su excusa.
-Por nosotros no vas a tener ningún problema, a no ser que se salga demasiado y quede poco estético.
Él se quedó callado y yo aproveché para explicarle esto último a Darcy.
-Pues tendré que empalmarlo para ver hasta donde le llega.
-Acércate a ella, -le dije a Román-, tendrá que comprobarlo.
Él dio tres pasos para ponerse delante de mi esposa que no dudó ni un segundo en bajarle el taparrabos y volver a agarrarle la polla que ya no estaba flácida, incluso diría que un poco más que morcillona. Pero con unos diez meneos de la mano de ella lo puso a tope.
-Joder cielo, éste tampoco anda corto de polla, -me dijo y miró a Josefina con cara de admiración-, es musso jandje.
Ella soltó unas risitas. Entonces mi mujer le volvió a subir el taparrabos quedando más de media polla al aire.
-Harán falta dos tallas más porque si no va a ser un escándalo, -me aseveró al ver lo pequeño que se había quedado el trapito de tantas lentejuelas, pero la polla no la soltaba por arriba-, y lo gorda que es.
-Menuda guarrilla estás hecha, te veo dándole todos los permisos al tres patas éste, pero para tu deleite particular, zorrita mía.
Cinco minutos después estábamos en nuestra habitación echando un polvo lleno de morbo y guarradas por las cosas que nos decíamos.
-¿Te gusta nuestra Pepi? Vaya tetas que tiene.
-No está mal, vamos que sí me gusta, bueno las tetas -le respondía mientras la atizaba todo lo más adentro que podía con mi pollón algo olvidado un rato antes por el protagonismo del otro-, ¿Y Román que tal? Parece que su polla te ha entusiasmado mucho...
-Joder, menudo pollón, de verdad... dame más fuerteee... aaaggg... sigueeee... mássss...
Estaba a punto de venirme con ella, así que apreté todo lo que pude mis mandíbulas y arrecié en el bombeo hasta que mi esposa consiguió su orgasmo y yo seguí un poco más hasta sacarla para incorporarme con mi polla agarrada por la base, consiguiendo dejarle toda la cara embadurnada con la descarga que le estaba echando. Los ojos no los podía abrir porque las dos cuencas las tenía rebosando de leche y cuando fue a protestar, le metí toda la polla en la boca dejándola sin palabras, nunca mejor dicho.
Luego la saqué y comenzamos a reírnos los dos con unas risitas que terminaron en grandes carcajadas. Entonces ayudándonos con nuestras manos retiramos todo el esperma que pudimos, terminando por darnos un beso de lo más guarro por el sabor exagerado a semen que tenía su boca.
.../...
Han pasado dos años.
Tony está a punto de cumplir los seis años y es un niño sumamente espabilado y sorprendentemente inteligente, ahora con su hermanita Inés que solo tiene tres meses componen la parejita de la que me siento el padre más feliz de este mundo.
Darcy se ha acostumbrado a vivir en nuestra ciudad estupendamente, sobre todo al clima inmejorable comparado con el que puede disfrutar en Londres. Se lleva muy bien con todas las mujeres que pertenecen a nuestro club, especialmente con las dos hermanas Julia y Adela y cómo no, con su inseparable amiga Rita. Por supuesto que con Pilar ha hecho muy buenas migas y nos hemos seguido relacionando con ella y su marido en las veladas de los sábados donde ya hemos follado varias veces durante un año aproximadamente. Fue en una de nuestras visitas a su casa donde volvió a hacerse patente por tercera vez ya, que ella continuaba acostándose con su amante, porque creo que nunca llegó a ser su ex-amante, cosa de la que estoy muy seguro.
Ocurrió a raíz de una indiscreción de Francisco, su jardinero, que en un momento en que estábamos charlando en el jardín sobre unas cañas de bambú, me dijo que el jardinero que las plantó le aconsejó cómo las tenía que recuperar cuando las vio algo ajadas. No llegó a decirme más debido a una nerviosa intervención de Pilar para cortar esa conversación, ni falta que me hacía preguntárselo para saber que ese jardinero se llamaba León, entre otras cosas porque conocía que fue él quien las plantó.
Desde ese día no he vuelto a tener relaciones sexuales con ella en los eventos del club, ni tampoco hemos acudido a un encuentro privado donde se encuentre ella. Las excusas en éstos casos las da mi esposa que está enterada de todo lo ocurrido entre nosotros, además de mis deducciones de esa conversación con Francisco. Estoy seguro que Pilar sabe el motivo y si me comentase algo al respecto, no dudaría en confesarle mi convencimiento de que sigue acostándose con su amante. Y como ya he comentado en varias ocasiones, me parece muy bien que lo haga, pero yo también tengo derecho a desechar mis encuentros con ella si se daba esta situación.
Sin embargo, aunque parezca extraño, nuestra amistad continúa vigente y seguimos visitándonos, pero de lo otro, nada de nada.
A Darcy le ha confesado que no está atravesando uno de los mejores momentos con Gonzalo, a pesar de que se encuentra embarazada de cinco meses y que ambos están muy ilusionados con la niña que van a tener dentro de poco. Espero de verdad que solo sea una falsa alarma y que todo le vaya bien, porque creo que ellos se complementan estupendamente con los permisos que se tienen concedidos y estoy seguro que lo del amante lo está autorizando él, si no lo está disfrutando junto con ella, que no me extrañaría nada. No me olvido de aquellas veces en que la vi con moratones que Pilar le achacaba a su marido, que estando presente no lo desmentía. Ahora estoy seguro también que no era otro, si no su amante el verdadero culpable de esas marcas.
.../...
Sé que ésta es la última vez que podré explicarme de todo lo que ha ocurrido en estos dos últimos años. No quiero ni intentar quedar bien con nadie, solo deseo saber contar mi verdad.
Como ya sabéis me casé hace unos años con Gonzalo, del que en estos momentos me encuentro embarazada de cinco meses. Va a ser de una niña, lo que me hace muchísima ilusión al igual que a mi marido que ya ha acondicionado una habitación en el piso de la plaza y otra en mi casa de la urbanización. Ambas están ya provistas de todo tipo de enseres, peluches de todos los tamaños, ropa para la peque... con deciros que ha comprado dos sillitas para bebés que montará en mi coche y en el suyo unos días antes de su nacimiento.
De todas formas ya hace un año que contraté a una diseñadora de interiores con la que puedo compartir gran parte de mi trabajo, así dispongo de algo más de tiempo para mis cosas y como no, para mi propia hija en cuanto llegue a este mundo, bueno para mí llegó hace ya cinco meses.
Toda la familia está expectante porque todo vaya bien y conocer pronto a mi hija. Y qué decir de mis tíos, en concreto de mi tía Cristina que está todos los días pendiente de mí. Ella es la que me acompaña a todas las visitas a la ginecóloga, además de hacerme sentir acompañada por la mejor amiga, que es lo más importante para mí en estos momentos. Por supuesto que mi madre está también muy al tanto de como llevo mi embarazo.
El que no lo ha llevado muy bien que digamos ha sido León, pues no terminaba de amoldarse a los preservativos durante los seis meses que ha tardado Gonzalo en dejarme embarazada, incluso creo que en ese tiempo se ha corrido más veces en mi culo que en mi coño con tal de no ponerse la gomita. No han sido pocas las veces que ha preferido correrse también en el culo de Gonzalo antes de hacerlo conmigo, en eso mi marido ha salido ganando.
Os estaréis preguntando porqué sigo con mi ex-jardinero después de todo el daño que me ha causado en esta vida, pero tampoco tengo una respuesta muy clara y ya ni me la planteo. Me gusta a mí, le gusta a mi marido y le gusta al cabrón de León. Al único que no le gusta es a Rigo.
Nunca lo hemos hecho en el piso de la plaza porque no quiero que Rigo se entere, pero todo se fue al traste por una conversación que tuvo con Francisco en el jardín, cuando le habló de una recomendación que le había dado mi anterior jardinero, que no era otro que León y aunque intervine para cortar de inmediato esa charla, el daño ya estaba hecho y Rigo averiguaba de nuevo que yo me seguía acostando con mi amante. El problema es que ya no lo tengo nunca en mi cama desde que hace dos años se comprometió con la que ahora es su esposa e incluso desde algo antes, salvo en contadas ocasiones en las que lo pude disfrutar en las veladas swingers y unas pocas veces en que han aceptado los dos estar con nosotros en unos privados, aunque nunca más desde esa charla con mi jardinero actual.
Dentro de poco será el segundo aniversario de su boda con Darcy con la que ha tenido una hija hace tres meses. Le han llamado Inés por ser el nombre de la abuela de él que falleció el año pasado. Es una niña preciosa que ha venido a hacer de parejita de su hermano Tony que ahora con casi seis años está guapísimo. No quiero ni pensar que esos niños podrían ser los hijos que yo hubiera podido tener con él, pero lo pienso y muchas veces, prácticamente cada vez que los veo y no dejo de reprocharme por haberle sido infiel de esa manera tan descarada como lo fui.
Muchas veces me acuerdo de Daisy y su esposo Thomas, que estando ella casi en las mismas circunstancias que yo, no dejó nunca de follar con su ex-novio, pero no fue exactamente mi caso, porque ella se lo contó a Thomas a los dos meses de conocerlo y él dio su permiso para que siguiera haciéndolo. Por el contrario yo no dejé nunca a León y siempre intenté que Rigo no lo supiera, propiciando que me pillara dos veces cometiendo esa infidelidad y ésta última que aunque ya no lo es, él no me va a perdonar nunca en lo que me queda de vida.
Gonzalo me está pidiendo últimamente que me vaya olvidando emocionalmente de Rigo, que ya no es nada sano para mí que siga enamorada de él. Ellos ya tienen su propia casa en una urbanización cercana a la nuestra y dada mi amistad con Darcy, no dejamos de visitarnos, pero como unos buenos amigos y sin nada de sexo, lógicamente.
Mi marido ahora está trabajando en unas nuevas construcciones en los alrededores de Toledo y gracias al AVE, le es muy cómodo venir a verme muy a menudo, incluso entre semana. El caso es que allí ha dado con un hombre que lo tiene loco y con el que creo, aunque él lo niega, que está conviviendo el tiempo que está desplazado y la verdad es que no sé cómo va a terminar nuestro matrimonio si ésto se confirmara, bueno, sí que lo sé, que lo nuestro se acabaría de inmediato. Era uno de los riesgos de casarme con un hombre bisexual, lo asumí, pero también se lo dejé muy claro el día que formalizamos nuestro compromiso de pareja. Si mi tío se enterara de mis sospechas, no tardaría en averiguarlo a través de la empresa de seguridad, pero de momento prefiero seguir confiando en mi marido.
Desde luego había algo que propiciaba que lo estuviese haciendo mal, muy mal y si me separaba algún día de Gonzalo, sería mi segundo fracaso matrimonial. Rogaba porque eso no pasara pues sentía miedo de encontrarme otra vez sola para sacar adelante mi vida. Necesitaba a mi marido para apoyarme en él, ya no tenía a mi lado al hombre que más he amado nunca y que me daba ese apoyo en cuanto se lo pedía, ahora tenía su propia familia y no podía ir a pedirle que me diera un abrazo, que me dejara dormir toda una noche en su cama abrazada a él, que me amara aunque no se comprometiera como me decía en Londres. Si yo con un cachito de cariño por su parte ya era la mujer más feliz del mundo... pero él ya me había sentenciado y no hay reparación posible a los rotos que yo misma y voluntariamente he llevado a cabo.
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Desde que me casé jamás le he sido infiel a mi esposa y pienso seguir por ese camino que me he trazado, aunque no cejo en mi empeño de convencer a Darcy de que no estaría mal que hiciéramos unos privados con Lea y Carmen y algunos amigos más y ya no me manda a donde pica el pollo como hacía al principio.
Viajamos bastante a Londres, sobre todo cuando Tony tiene vacaciones escolares. Allí somos muy bien acogidos por nuestros amigos y familiares. En varias ocasiones hemos coincidido con Samuel y Adela, aprovechando para darle un abrazo a la buena de Toñi que tanto hizo por mí durante el curso de perfeccionamiento del inglés. Conrad siempre me enseña el Zippo que le regalé, muy satisfecho por mostrar el escudo de su equipo.
Daisy sigue espectacular como siempre y en casi todas las veladas solemos follar. No ha perdido nada de su encanto seductor y provocador que tanto me agrada a mí y al memo que tengo entre las piernas. Malory ya no acude al club porque el bueno de Colin no da ahora para esas veladas, pero no dejamos de participar en los privados que plantea ella o proponemos nosotros mismos donde siempre son nuestros invitados.
Mi negocio sigue incrementando los beneficios, lo que me está permitiendo saldar las ayudas a todos los que me la ofrecieron. Mi padre sigue llevando los suyos y hemos decidido en familia que sea Luisa la que se vaya haciendo cargo de los mismos. A ella le hace mucha ilusión y para qué negarlo, a mí muy poca llevarlos yo mismo pues tengo en mente poner en práctica nuevas ideas de negocio que estoy estudiando últimamente.
Darcy no descarta también en un futuro que Tony curse sus estudios en Londres, lo cual me parece bien, aunque eso va a ocasionar que no podamos estar juntos todo el tiempo como a mí me gustaría, pero eso sería más adelante y no quiero pensar en esas cosas de momento.
En algunas de estas separaciones por estar ella en Londres con Tony, ambos hemos asistido como invitados a algún privado y siempre acompañados por algunas otras parejas de nuestros conocidos, nunca a solas con una persona. Os confieso que la primera vez que ella acudió en Londres a un privado con Malory, Thomas, Ginger y compañía, no dejé de pensar en mi esposa todo el tiempo y la cena que me preparó esa noche Puri, casi no la pude probar porque me sabía a cuerno quemado. No sabía si a los otros miembros del club les pasó lo mismo en su primera vez. Pero en cuanto yo hice lo propio, ya no me volvió a pasar más, incluso en una ocasión me llamó la cabrona en plena faena con Phillip para preguntarme si ya estaba cenando, mientras jadeaba como una puta del mejor burdel, valiente zorra.
Por último deciros que con Pilar todo sigue igual, ella sabe que estoy al tanto de que continúa teniendo relaciones con su amante, pero nunca me ha comentado nada sobre este tema desde el día que Francisco sin saber siquiera lo que conllevaba su charla, me lo contó. Creo que debido a nuestra relación tan especial y durante tantos años, debería habérmelo contado ella misma, pero no quiso o no fue capaz, o pensaba que las pocas relaciones sexuales que últimamente teníamos se acabarían del todo, incluso seguro que temía que rechazara hasta su amistad, no lo sé, pero si me quedaban algunas dudas por si había elegido bien al casarme con Darcy, éstas se habían evaporado dándome la razón, gracias a Dios, por haber acertado plenamente.
Perdonadme pero es que estoy en el estudio y mi esposa me está reclamando desde nuestro dormitorio, es raro porque hace un rato me dijo que no tenía sueño, voy a ver que quiere...
FIN
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Quiero daros las gracias por haber seguido esta historia y solo espero que os haya podido entretener que es lo que he pretendido desde el primer día. Ese es el objetivo que me marqué al comenzarla, al igual que en los dos relatos anteriores..
No sé si seguiré escribiendo alguna historia más, ganas no me faltan, pero ahora no tengo nada pensado.
Un abrazo a todos y hasta la próxima si la hay.