Vivo de las mujeres decentes-libro 2 (Capítulo 11)

Rigo reacciona tras conocer que Pilar está empezando a salir con Gonzalo.

Vivo de las mujeres decentes - Libro 2

Capítulo 11

Me lo soltó a los veinte minutos nada más encontrarnos los dos ese viernes en la casa, ella procedente del aeropuerto y yo de la sede del curso, dejándome muy descolocado porque no me lo esperaba tan pronto. Sabía que aquello podía suceder ante mi negativa rotunda de volver con ella en plan de novios, pero estaba muy acomodado a la situación que manteníamos, ella intentando congraciarse conmigo y yo no aceptándolo, pero perdonándole la vida y de camino follando con ella y manejando sus distracciones sexuales, su terapia, los mensajes con el que fue su amante, contándole casi todos los polvos que echaba en Londres, en fin, que si ella aceptaba a ese chico, yo me ahorraría todas esas tareas de aquí en adelante.

¿Pero era eso lo que yo quería? Lo primero que sentí fue un rechazo total a toda la actividad sexual, que seguro estarían preparando los demás para esa noche. Jamás había tenido esa sensación interiormente.

Antes de eso comentamos el mensaje del que fue su amante, pero que yo no terminaba de creerme desde el primer minuto en que lo leí. Enseguida pensé que podría ser otra de las mentiras que preparaban entre los dos, como hicieron anteriormente, para continuar engañándonos a todos. La conozco muy bien y supe que ella se dio cuenta de hasta donde la creía, así que enseguida cambió de conversación. Pero luego me soltó la bomba del nuevo pretendiente.

También observé que ella no quiso contarme mucho más al notar mi incomodidad, que no supe disimular de ninguna manera y mucho menos delante de ella. Tampoco yo llegué a preguntarle nada de él, quién era, de qué lo conocía, a qué se dedicaba y sobre todo qué le iba a responder a la proposición que le hizo. Pero teníamos que bajar para estar con todos los demás y nos estábamos entreteniendo demasiado.

Como me imaginaba junto a ellos se encontraba el matrimonio formado por Daisy y Thomas y más tarde llegaría otra pareja por lo que en total éramos seis, si Pilar y yo nos contábamos como otra más. La verdad es que Daisy venía espectacular con el cuerpazo que tenía y la poca ropa que llevaba. Era una especialista en enseñarnos el tanga a todos, igual que hizo el primer día que la conocí en cuanto se sentó cruzó tres veces las piernas y ya me tenía la polla morcillona. Esa noche la tenía que follar, porque el sábado que coincidimos en la velada swinger, me quedé con las ganas.

Thomas quedó encantado con Pilar, bueno él y todos los demás, porque estaba guapísima, no se había puesto sujetador y su escote le daba mucha libertad de movimientos a esas tetas-peras que tanto me gustaban, pero a saber si me estaba despidiendo de ellas esa noche. Joder, me dieron unos escalofríos inmensos solo de pensarlo, tendría que hacer un esfuerzo y sobreponerme a esos pensamientos que tanto me afectaban. En unos momentos nos juntamos todos a la mesa para comenzar la cena y como solíamos hacer en estos casos, nos sentamos tal como íbamos llegando, quedando yo curiosamente entre Thomas y Daisy que ahora más que nunca me enseñaba medio tanga sin el más mínimo atisbo de taparse.

-Pilar está hoy preciosa -me dijo Tomas que seguro que daba por hecho que éramos pareja-, y a ti te veo algo cambiado, como si tuvieses tres años más que el otro día, pero en el buen sentido, ¡Eh! Que sigues siendo muy atractivo pero ahora se te ve más curtido, seguro que son los aires de Londres. -Terminó diciéndome con unas risas que yo secundé, aunque su comentario me dejó más preocupado y más decidido a desterrar eso que tenía en una esquina de mi cerebro, que no me dejaba en paz.

-Daisy también viene hoy guapísima y dispuesta a comerse al mundo, ¿Tú la has visto? -Le dije señalándole el tanga que nos mostraba-, hoy no se me va a escapar.

Nosotros volvimos a reírnos y ella hizo como si se fuese a tapar, pero terminó por colocar la falda casi en la cintura dejándonos ver el triángulo entero y los vellos de la raya que adornaba su coño. Luego llevó su mano a mi entrepierna donde la dejó apoyada bastante rato mientras solo utilizaba la mano derecha para comer.

-Mujer que no le estás dejando cenar, -le decía Thomas con una gran sonrisa mientras me daba un apretón a la altura del glande-, joder, vaya lo que tienes ahí.

Luego me contaron que llevaban cuatro años casados y que solo estuvieron un año prometidos antes de hacerlo. Que empezaron en este mundillo porque ella seguía teniendo relaciones con su ex-novio anterior y luego se intercambiaban con la novia de él, terminando por hacerlo los cuatro juntos y que seguían viéndose un par de veces al mes aunque ellos no pertenecían al mundo swinger.

-Pero ¿Thomas lo sabía desde el principio que seguías con tu ex? -Le pregunté a ella.

-Nooo, -me respondió soltando unas risas-, se lo dije dos meses después de estar saliendo con él, en realidad es que nunca he parado de follar con mi ex. Pero no creas, que tuve que convencer a Thomas para que no me dejara, porque se cogió un cabreo de la leche. Mi ex-novio es muy celoso con su mujer, si no, te invitaría a uno de nuestros intercambios.

No sé porqué pero esta historia tenía bastante morbo, por lo que mi rabo admitía ya hasta tres manos si se terciaba.

-Insistirle a ver si me deja estar con vosotros, me encantaría teneros a las dos en la misma cama.

-Es imposible Rigo, -me dijo Thomas con el asentimiento de Daisy-, pero de todas formas se lo diremos a los dos.

Pilar estaba frente a nosotros y aunque mantenía una conversación con Rafael y Adela, no perdía puntada de lo que hablábamos nosotros, desde el momento en que Thomas comentó que estaba preciosa, agradeciéndolo con una sonrisa y tirándole un beso. Seguro que algo me diría luego de esa relación de Daisy y la reacción de Thomas.

Acabábamos de cenar cuando se presentó el último matrimonio un poco exótico en esas latitudes,  él Orlando, un cubano de 34 años según me enteré luego y ella Hilary de casi 40, no muy agraciada de cara, pero con buenos argumentos en el resto de su cuerpo. Orlando era alto y de buena constitución, de piel morena y una pequeña barba en la perilla traía un pantalón beige claro muy fino, que dejaba entrever un pollón que se marcaba perfectamente en su posición flácida, por lo que empalmado debería ser un escándalo.

Enseguida se acondicionaron las camas de la piscina, la temperatura ambiente se reguló para que no tuviéramos problemas al desnudarnos y las chicas prepararon toallas de baño y otras pequeñas para podernos limpiar, así como geles e incluso preservativos. Las luces se atenuaron al tiempo que comenzó a sonar una música de fondo bastante sicodélica.

Samuel nos aclaró que esa noche deberíamos usar protección sin excepciones, porque no todos teníamos vigentes los análisis. Al parecer era lo que se solía hacer en estos casos para no señalar a los que incumplían las normas. Eso no evitaba la cara de decepción que evidenciaban casi todos los partícipes.

Toñi y Tali fueron las encargadas de retirar toda la ropa que se amontonaba en las cuatro camas, así como de servir las bebidas que les pedíamos y algunos pinchos para aquellos que necesitaran reponer fuerzas. Daisy no se separaba de mí, dejando claro que quería ser la primera en tener relaciones conmigo esa noche, al igual que Thomas que estaba sentado junto a Pilar frente a nosotros hablando de sus cosas, pero también pidiéndosela el primero al tenerla agarrada por la cintura.

Nosotros comenzamos a besarnos con besos cortos, de forma que nos retirábamos a cada instante para mirarnos muy risueños antes de volver a arremeter con el siguiente. Después nuestras risas se fueron perdiendo mientras ganaba nuestra lujuria al pasar a mayores nuestras caricias, lamidas y chupetones. No dejaba de ver a Pilar que estaba siendo agasajada de la misma manera por Thomas, al que tendió en la cama para comenzar a hacerle una buena mamada, cosa que no me daba nada de celos, todo lo contrario pues me encantaba verla disfrutar con estos buenos amigos.

Después me tuve que reír internamente al ver que Orlando acabó más tarde compartiendo cama conmigo, se podía decir que era la cama de las pollas XXL, porque era tremendo el pollón que se gastaba el tío, más oscuro que su propia piel, al igual que los testículos que se veían muy negros. Mientras yo penetraba a Julia, él lo hacía con Adela pero teniendo mucho cuidado de no correrse, porque por lo visto era de una sola corrida y siempre la reservaba para el final, de esta manera creo que se las folló a todas, incluida Pilar por supuesto y a cada una le sacó al menos un orgasmo, tampoco se libró de más de una mamada de alguno de los otros maridos. Todas y todos pasaron por nuestra cama. Al final se corrió en los pechos de su esposa y de Daisy que fue a la última que se folló. Yo perdí la cuenta de con quien me corrí, aunque creo que fue con todas y alguno que quiso compartir mi leche con la chica de turno.

Derrengados todos nos fuimos a las habitaciones a ducharnos y a dormir, aunque sé que entre los más duchos en ésto se intercambiaron para hacerlo, pero yo preferí dormir con Pilar, pues sí, porque la echaba de menos y porque era muy posible que muy pronto dejaría de hacerlo para siempre.

Al día siguiente después del desayuno se marcharon los dos matrimonios ingleses. Pilar y yo nos pedimos un taxi para irnos al centro de la ciudad a dar un paseo, comer y tomarnos un tiempo que yo quería aprovechar para hablar con ella como lo tenía que haber hecho desde un principio.

-Anda cuéntame quien es ese afortunado que te está tirando los tejos. Quiero saberlo todo de él.

Ella se quedó algo desconcertada al principio, sin conocer cuáles eran mis intenciones al demostrar ese interés repentino por conocerlo, pero después no dejó de hablar de él todo el rato, dejándome patidifuso cuando me dijo que era bisexual como su tío. Por último me mostró varios selfies que se había hecho con él bajo la farola que hay al lado de nuestro portal, bueno del portal del piso de la plaza.

-¿Tienes pensado la respuesta que le vas a dar?

-Tengo muchas dudas, por supuesto que no tiene nada que ver con lo nuestro, vamos con lo que tuvimos nosotros, yo no estoy enamorada de él ni sé si algún día lo podré estar, pero tendré que empezar de nuevo Rigo, a no ser que haya algo que lo impida, ya sabes. -Me dijo en clara referencia a que ese algo fuese que yo decidiera darle una nueva oportunidad.

-Ojalá yo lo tuviera claro Pilar, si te digo la verdad no me esperaba que ésto te pasara tan pronto y tengo un nudo en el estómago desde que me lo dijiste que no se me quita en ningún momento.

-A mí me pasa lo mismo cielo. No sabes lo que yo daría por volver atrás y comportarme como Dios manda, pero me porté muy mal contigo y no puedo esperar nada más de ti, bastante oportunidad me diste después de lo del piso.

-¿Entonces no quieres esperar un poco más?

Ella se giró para mirarme a los ojos intentando obtener de ellos unas dudas razonables.

-¿Y qué le digo, que tú te lo estás pensando y que me lo pida de nuevo dentro de seis meses?

-Joder Pilar, llevas razón, tampoco yo quiero ahora comprometerme en una nueva relación. Mira, ven dentro de dos semanas y lo decidimos definitivamente. No tengas problemas en salir y tener sexo con este Gonzalo, estaría bien que lo conozcas más a fondo, que no te quepan dudas de lo que vas a encontrar en él.

-¿No quieres que venga la semana que viene?

-No, pasa el fin de semana con él, luego a la siguiente semana si quieres vienes y lo hablamos, cuéntale lo que te he pedido, no quiero más engaños Pilar.

-Está bien, como siempre haré lo que me pides. ¿Te puedo pedir yo que hasta el lunes hagamos vida de pareja, cielo?

-Vale... amor mío. -Le respondí riéndonos los dos.

Luego estuvimos muy cariñosos besándonos a cada momento, como si de verdad fuésemos novios todavía. Esa noche los demás tenían eventos a los que acudir y querían que lo hiciéramos con ellos, pero les dimos una excusa y nos quedamos en nuestra habitación donde estuvimos haciendo el amor hasta el amanecer.

El domingo nos levantamos para almorzar con todos los demás, en grata armonía y buen humor lo pasamos muy bien oyendo todo lo que habían hecho esa noche en otro club distinto al que me llevó Cristina, pero similar en los procedimientos según nos contaron.

El lunes se marcharon todos, aunque Pilar disfrutó de un último orgasmo del que no se quiso limpiar cuando se marchó, solucionando el problema con unas bragas normales y un salvaslips.

.../...

Dios mío, me surgen unas dudas tremendas con Rigo, por un lado no quiere ni pensar que yo pueda establecer una nueva relación, en este caso con Gonzalo. Pero por otro ya me ha dejado bien claro que no quiere más compromisos formales y es que yo sé que va a ser imposible que él se conforme con tener una relación única conmigo, eso ya no volverá a ser igual, ni para mí, ni para cualquier otra chica con la que mantuviera una nueva relación. Rigo tiene un potencial enorme para interesar a cualquier mujer, e incluso a ciertos hombres, nada más hay que ver cómo atrajo la atención de Gonzalo con solo verle la cara en mi móvil una fracción de segundo.

Estos últimos días me contó que le realizó una especie de terapia a una compañera de curso a la que se estuvo follando toda una tarde, junto a su marido que era el más interesado en esa terapia. Lo peor es que estaba seguro que tendría que repetir y si a eso se le añade que iba a hacer lo mismo con su amigo Pedro y su novia, estaba claro que a Rigo ya no se le podía contener en una relación estable y clásica, necesitaba mucho más y si eso suponía que su pareja tenía que ser compartida con otros hombres, ni lo dudaría, por supuesto salvo con León, eso era una línea roja o del arco iris, por ahí no pasaba.

Ahora me ha pedido incluso que me acueste con Gonzalo y hasta que pase un fin de semana con él y la verdad es que no lo llego a entender, no sé qué es lo que pretende exactamente con eso, aunque posiblemente me aproximo a sus intenciones si pienso que lo que quiere es que me de cuenta de que con Gonzalo puedo tener un futuro. Desde luego que su sexo no lo iba a igualar mi amigo el arquitecto ni en un fin de semana, ni en 20 años de relaciones.

Os preguntaréis ¿Cómo es que entonces lo hacía con León si no me aportaba ni por asomo lo que me daba Rigo? Pues yo tampoco lo sabía y lo estaba intentando averiguar con la ayuda de mi psicóloga, aunque seguramente sería porque los tenía a los dos, el uno que me follaba bastante bien y el otro que me hacía llegar a los cielos cada vez que se acostaba conmigo, además de lo enamorada que estaba de él, pero en cuanto me faltó mi novio ya no quise pasar ni un minuto más con mi amante. Además, creo que Rigo ya asume que he cortado de verdad con el que fue mi amante, al menos eso es lo que me parece.

Sin embargo, ahora me estoy replanteando verme otra vez con León y así se lo he hecho saber a mi psicóloga que cree que existe una conexión entre la relación con esta persona y cualquier otra que yo pueda tener en forma más estable. En realidad no sé porqué me ocurre ésto, pero yo creo más bien es porque veo que Rigo se está acostando con medio Londres y lo nuestro ya parece que no tiene mucho arreglo. No sé si me citaré otra vez con León, pero ya no lo descarto teniendo en cuenta que soy una mujer libre y no tengo que darle explicaciones a nadie. Si lo volviera a hacer con él, al primero que se lo diría es a Rigo, además de a mis tíos. Ya no me importaba mucho lo que pudieran opinar ellos.

Me encantó escuchar cómo el viernes pasado Daisy le contaba su infidelidad a Rigo y cómo ya no dejó de acostarse con su ex hasta el presente, últimamente con su marido y la otra pareja a la vez, a ver si se ablandaba con lo que le hice yo y me perdonaba. ¿Se podría repetir esta historia conmigo y Rigo y León como mi ex-amante?

Hasta el miércoles no me encontré con Gonzalo al que volví a ver por motivos de trabajo, no quería que él viera en mí un mayor interés por encontrarnos que el justo y necesario, pero le acepté otra cena cuando me lo pidió, de eso se trataba lo que tenía que cumplirle a Rigo.

Esa tarde fue la tercera que le daba la tabarra a mi tía Cristina, porque ese era mi entretenimiento favorito de cada día, aunque cuando tenía sesión con la psicóloga hablaba mucho menos con ella, pero el suficiente para tenerla informada de todo lo que pasó en Londres y lo que iba a pasar con Gonzalo en esas dos semanas antes de que yo volviera a ver a Rigo. Tenía mucha confianza en ella y en mi tío que con lo cotilla que era, estaba segura que hacía que le contara todo lo que hablábamos y muchos consejos de Cristina eran una mera transmisión de lo que me aconsejaría él mismo.

-Pues nada cielo, ponte guapa y muy sexy para salir con Gonzalo. Oye, que es muy guapo, atractivo y el hombre merece mucho la pena.

-Pero es que propiciar que se acueste conmigo en nuestra segunda salida, es un poco fuerte si se trata de establecer el inicio de una relación.

-Mira cariño, siendo Gonzalo bisexual no dejes de hablarle de Rigo y muéstrale alguna foto más donde él se vea de cuerpo entero y muy atractivo. Dile también que es muy abierto de mente y que por eso te ha pedido que tengáis sexo.

-Lo que temo es que Gonzalo me pida que no viaje más a Londres, porque no puedo dejar de ver a Rigo todavía, tenemos que seguir hablando de todo ésto tía.

-Díselo, dile que necesitas más tiempo aún para seguir pensando en esta nueva relación. Seguro que te va a dar todo el tiempo que razonablemente tú necesites.

Luego con la ayuda de Dolores que tenía buena mano para peinarme y el minivestido gris oscuro con bastantes lentejuelas muy pequeñas, un gran escote en V que dejaba ver bastante bien mis pechos y los taconazos que calzaba, cogí el coche para dejarlo en el parking de la plaza donde el pobre Gonzalo llevaría diez minutos esperándome.

Fuimos en su coche a un restaurante que no conocía pero que me encantó por su buena comida, el buen servicio y porque la mesa que había reservado ofrecía bastante intimidad a los dos. En cuanto me quité el abrigo sus ojos hicieron chiribitas y es que la verdad estaba radiante y muy sexy. Allí comenzamos a charlar de temas de trabajo que nos afectaban en esos momentos, pero enseguida él cambió la conversación para tratar los que más importancia tenían para nosotros.

-¿Qué tal por Londres?

-Muy bien, allí nos encontramos con otros tres matrimonios amigos nuestros que también viajaron y con los que hemos pasado muy buenos ratos.

-¿Él... tu ex no piensa venir algún fin de semana?

-¿Es que quieres conocerlo en persona?

-Más adelante, tal vez, pero te lo pregunto porque como vais todos a verlo, mejor sería que él se desplazara aquí.

-No, él dice que va a aprovechar estos dos meses para practicar y perfeccionar su inglés todo lo que pueda, la verdad es que lo habla perfectamente.

-Es raro que habiéndolo dejado ahora sigáis como amigos y teniendo sexo, ¿Es que tenéis alguna posibilidad de volver a retomar vuestra relación?

-Creo que no Gonzalo y si hay alguna posibilidad ésta sería muy remota. Tampoco nos debemos ninguna fidelidad y los dos hemos tenido sexo también con otras personas y seguiremos teniéndolo, claro, al menos mientras sigamos en este impás.

-Ah, claro... si ya no sois pareja... está bien lo que hacéis.

-Sí, pero seguimos teniéndonos mucha confianza, de hecho le he hablado mucho de ti.

¿Ah, sí?

-Sí, le he enseñado los selfies que nos hicimos la otra noche, cómo te he conocido... en fin lo poco que sé de ti, ya sabes.

-¿Y cómo es él? Porque de él tampoco me has hablado mucho.

-Pues ahora tiene veinte años, aunque parece mayor que yo como siempre le digo, es un hombre muy tranquilo, pero eso sí muy guapo y atractivo, además de inteligente. Espera que te enseñe algunas fotos de él, -le dije mientras abría la carpeta donde había seleccionado una imágenes suyas en el móvil-, mira éste es.

En cuanto lo vio centró toda su atención en esas fotos de Rigo, unas veces solo y otras conmigo, donde estaba con el guapo subido y eso lo supo apreciar con toda claridad Gonzalo.

-Verdaderamente es muy guapo, -me dijo con una sonrisa-, y en ésta está súper atractivo... bueno  en todas.

Los dos sonreímos abiertamente.

-Además es de mente abierta y liberal, para que te hagas una idea me ha insistido que tengamos sexo los dos, así nos conoceríamos mejor.

A él casi se le cae mi móvil sobre la mesa pues todavía lo tenía en la mano pasando una foto y otra, ampliándola para verlas mejor y todo eso que solemos hacer todos para mostrar unas imágenes a los demás, solo que a él no le hacían falta esas ayudas. Después reaccionó devolviéndomelo antes de que sufriera una caída de verdad.

-Pues sí que es claro en sus planteamientos. ¿Y tú le haces mucho caso?

Antes de contestarle le dediqué una gran sonrisa y alargué la mano para apretar la suya.

-Bastante, él quiere que no me queden dudas cuando vuelva allí y le cuente mis impresiones sobre ti.

-Mujer, también le puedes llamar por teléfono o hacerle incluso una videoconferencia.

-También es verdad, bueno ya lo decidiré más adelante.

Cuando nos marchamos me invitó de nuevo a su casa para tomar una última copa. Y acepté.