Vivo de las mujeres decentes-libro 2 (Capítulo 10)

Pilar cuenta cómo conoció a Gonzalo y luego hace lo propio a Rigo ¿Qué se lo toma bien?

Vivo de las mujeres decentes - Libro 2

Capítulo10

Llevo tiempo sin deciros nada ni contar mis últimas vivencias. Lo estoy pasando muy mal desde que nos separamos Rigo y yo, además que cada vez me está quedando más claro que aunque le sigo interesando, ya no va a creer nunca más en mí. Ahora estoy deambulando por la vida como si fuera una autómata, que se mantiene propulsada por mínimos porcentajes de posibilidades de volver a disfrutar de su confianza y de su amor.

Pero lleva razón en desconfiar de mí, porque  yo misma lo hago a estas alturas. Quizás me precipité al echar el móvil al agua, no lo sé y hasta he analizado qué sería de mí si viviera en pareja con León, pero no me veo en esa tesitura, si no lo he querido nunca después de casi dos años de sexo, cómo lo voy a querer en un futuro, él no me aportaría nada más que su miembro y sus humillaciones. De eso ya he pasado página y ahora tengo que pensar en mi futuro inmediato fuera del entorno de Rigo. Debo encontrar un nuevo hombre que me  llegue a querer de verdad y que sea digno de ser amado por mí, pero es que en cuanto tengo a alguien delante, lo primero que hago es compararlo con él y ahí se acabaron las buenas perspectivas.

Hay un arquitecto que está terminando el mejor hotel de la zona y lleva un tiempo pidiéndome salir, ir a cenar a algún sitio o tomar una copa en un pub. Es un buen chico, se llama Gonzalo y es un morenazo muy guapo, demasiado diría yo, vamos que no me fío de él, creo que tiene momentos casi femeninos en sus ademanes y otros que expresan todo lo contrario. Igual salgo con él para ver por donde respira de verdad, si fuera bisexual, podría ser el segundo en la familia y hasta me hace reír este hecho.

Hace unos días estábamos tomando un café de trabajo, cuando al coger mi móvil, apareció en pantalla la cara de Rigo que es mi pantalla de inicio. Enseguida se interesó por él y cuando le dije que hacía un mes era mi novio, se interesó mucho más, en fin, qué difícil es encontrar un hombre normal.

Ahora le ha dado a Rigo porque yo tenga sexo con los miembros del club, la semana pasada estuve con mis tíos en la casa de Adela y Samuel y cómo solo éramos cinco, no pude evitar volver a tener sexo con mi tío, tampoco iba a estar todo el rato con Samuel. Mañana tengo una cita con Julia y Rafael para hacer un trío con ellos, otra cita también propiciada por Rigo, pero no tengo más remedio que seguir esta terapia que él se ha inventado para tenerme activa sexualmente hablando, a ver si de esa manera puedo mantener su atención aunque sea follándome a todos los miembros del club swinger.

El viernes volveré a estar con él, que en verdad es raro que nos sigamos viendo de esta manera, pues nos comportamos como si fuésemos la pareja de enamorados que siempre hemos sido desde que nos conocimos, aunque sé que éste fin de semana me va a querer compartir con todos los que van por allí y algunos del mismo Londres.

De todos modos es una delicia poder disfrutar esos ratos con él, siempre y cuando no saquemos al tercero en discordia en nuestras conversaciones.

Julia y Rafael me han preparado una sorpresa, pues también están aquí Isabel y Andrés, que al enterarse de nuestra cita no han querido perderse la reunión, sobre todo Andrés que me tiene muchas ganas, pero a mí se me ha caído la libido a los pies al recordar que él fue quien me trajo a León por última vez a la cama y que en la práctica supuso el final de la relación con mi novio.

Enseguida me preguntó qué había pasado entre nosotros porque se había enterado de nuestra separación.

-Lo hemos dejado Andrés, era un asunto que se veía venir porque no compatibilizábamos bien, cosas que pasan entre tantas parejas que lo dejan.

-Pues es una lástima porque hacíais una pareja magnífica, además que es un buen chico muy educado, ¿Sabes que fue el único que me llamó para felicitarme por el evento que se hizo en nuestra casa?

Por poco me desmayo allí mismo al enterarme con quien estuvo hablando Rigo, para conocer la persona que había autorizado a León a que se viniese a follar con nosotros. Seguro que también le sacó que fui yo quien se lo pidió. No se andó por las ramas para aclarar sus dudas, se había ido a la fuente de primera mano, con razón subió para hacer las maletas, no tuvo que preguntarme nada más para estar seguro de lo que hacía.

Tan mala cara me vio Julia que me llevó a un aparte para preguntarme si me pasaba algo.

-No sabes como lo siento, Julia, pero me encuentro fatal, seguro que tengo algún virus estomacal o algo que no me ha sentado bien, pero me voy a tener que ir a casa.

-Claro cielo, vete tranquila que yo se lo hago saber a los demás. ¿Nos vemos el viernes en Londres?

-Espero que ya me encuentre bien y nos podamos juntar allí.

Nos dimos dos besos y me marché sin llegar siquiera a despedirme de los demás. Todo me iba de mal en peor.

El miércoles volví a coincidir en el hotel con Gonzalo y por primera vez le acepté una cena para esa misma noche, tenía que intentar cambiar el rumbo de mi vida. Fue mi tía Cristina la que me animó a que lo hiciera, después de haberle estado soltando toda la perorata de lo que me pasó en casa de Julia, la conversación con Andrés y mi reacción de abandonar por patas la casa y la reunión que me había concertado Rigo.

-Tienes que admitirlo ya de una vez cariño, Rigo no va a volver contigo y debes abrirte a otras expectativas y Gonzalo parece un chico ideal, no paras de hablarme de él, deberías intentarlo al menos, si después la cosa no va pues te buscas otro y ya está.

-Es que tengo la sospecha de que tiene un ramalazo gay o bisexual, no sé qué hacer, pero bueno lo intentaré como tú dices, a ver qué pasa.

-Oye que tu tío también lo es y mira lo feliz que somos en nuestro matrimonio. Nunca se sabe donde vas a encontrar al hombre de tu vida.

Él me recogió en el portal del piso de la plaza y nos fuimos andando al restaurante donde había reservado la mesa. Ahora que lo veía más arreglado que con su traje del trabajo y su casco blanco, comprobaba que era un hombre súper atractivo, su pelo moreno y algo largo, sus ojos marrones destacados en el blanco de sus ojos, unos labios muy bonitos, con 1,85 de estatura, un cuerpo recto, sin un gramo de grasa y lo que más me llamó la atención, sus manos perfectamente cuidadas.

¿Y donde estaba el problema? ¿Porqué seguía soltero y sin compromiso? ¿Qué era lo que perseguía de mí?

Me explicó cómo había sido su vida, sus estudios en una de las mejores universidades de España, sus máster conseguidos en las de más prestigio de Estados Unidos y del Reino Unido. Hablaba perfectamente inglés y francés. En el tema personal me confesó que había tenido una novia con la que llegó a tener planes de boda, pero que al final lo dejaron.

Yo le conté de mis estudios, mi matrimonio y su fracaso, además de mi noviazgo con Rigo y posterior ruptura.

-Es el chico de la portada de tu móvil, ¿Verdad? -me preguntó y me extrañó al mismo tiempo que se acordara, tras haberlo visto una fracción de segundo el otro día-, es un chico muy guapo.

Pues solo me faltaba que se fijara más en él que en mí, que además esa noche me había acicalado para estar a mi mejor altura.

-Suena raro que un hombre se refiera a otro en esos términos, -le dije con una gran sonrisa, como si no tuviese importancia-, se ve que posees una gran sensibilidad para apreciar la belleza, allá donde se encuentre.

Gonzalo era un tipo muy inteligente como demostraba los logros ya conseguidos, por lo que captó enseguida el trasfondo de mis palabras.

-Yo tengo la misma sensibilidad para apreciar la belleza de una mujer, como la de un hombre y como puedes observar no me recato en demostrarlo. Tu novio es un hombre muy guapo, ya te digo yo.

-Bueno, una cosa es que tengas esa sensibilidad para reconocer que un hombre es guapo o muy guapo y otra muy distinta es que te pueda incluso atraer, que en eso me darás la razón que lo que a ti te atraen son las chicas, ¿Verdad?

Ahora lo dejé a los pies de los caballos con el planteamiento que le hice, a ver por donde me salía ahora.

-Pilar, hay veces que la sensibilidad llega a confundirte con la realidad, que para mí no es otra que disfruto tanto admirando a una mujer tan bella como tú y mira que esta noche estás verdaderamente radiante, como admirando un hombre como ese chico que fue tu novio.

-Mira por donde en eso coincides con mi tío José Luis, aunque él se declara abiertamente como bisexual, ahora está casado con mi tía Cristina, pero antes estuvo tres años viviendo en pareja con mi socio Raúl.

-¡Ah! Sí, bueno a Raúl lo veo de continuo y ahora caigo en José Luis, el empresario del holding de empresas que preside su padre.

-Exacto, ese es mi abuelo.

-Jopé, que pequeño es el mundo. En fin, que sí que me identifico mucho con tu tío y su manera de ser. Pero hoy estoy contigo y no quiero pensar en otras cosas Pilar.

¿Jopé? ¡Joder, coño, se dice Joder! Bueno, asunto aclarado, ahora a seguir buscando por ahí.

-Parece que lo dices como si también hubieses convivido con otro hombre, como hizo mi tío.

-Lo hice Pilar, lo hice y no me arrepiento, también sabía que tú lo estabas sospechando y es una tontería que te quiera engañar, pero si tú quieres, podríamos intentarlo nosotros también. Ya te digo que me gustas muchísimo, eres muy bella Pilar, pero también muy inteligente y por supuesto muy perspicaz. Yo estaría dispuesto a intentarlo contigo. Te prometo que si estoy contigo no estaré con nadie más.

-Vas muy rápido Gonzalo, veo que además de sensible eres muy impaciente. Comprenderás que lo tengo que pensar porque no estoy nada convencida de una relación de ese tipo, pero no creas que yo soy una santa. Además te confieso que me sigo viendo con Rigo, como amigos con derecho a roce, ya me entiendes y esta misma semana voy a Londres para estar con él.

-No me importa todo eso si al final formalizamos una relación entre nosotros, comprendo que te sea difícil olvidar a un hombre como ese Rigo, pero estoy dispuesto a esperar lo que tú quieras si de verdad lo vas a pensar. Cuando regreses y tengas tiempo lo volvemos a hablar.

-Cuando regrese te daré una respuesta. Te adelanto que para mí eres un hombre muy atractivo y digno de mí, pero déjame que lo piense.

-¿Quieres venir a mi apartamento a tomar una última copa?

-No Gonzalo, mañana me espera un día demencial y si me acuesto tarde no daré pie con bola en todo el día.

-Está bien, nos veremos la próxima semana, anda te acompaño a tu casa... hasta el portal, mujer, no seas mal pensada, que no voy a subir.

Con buen humor y un aire de franqueza entre los dos nos fuimos agarrados de la mano hasta el portal de mi piso.

-¿Me puedes dar una foto tuya? Una en la que estés muy guapa, como esta noche.

-Espera, acerquémonos a esa farola y nos hacemos un selfi los dos juntos, así le enseño a Rigo con quien he salido hoy.

Al final hice seis, enviándole a él la que más le gustó, pero yo no borré ninguna.

Lo primero que hice cuando llegué a casa fue enviarle una de las fotos a mi tía Cristina por si lo conocía ella o mi tío José Luis. Luego los llamé pero no lo conocían y a los dos les pareció un hombre que valía la pena a pesar de su condición y que podría intentarlo con él.

El día siguiente a media mañana y cuando más liada estaba con mi trabajo, volví a recibir otro mensaje de un número desconocido que enseguida abrí para poder leerlo.

Pilar, no te enfades conmigo por este nuevo mensaje.

Solo quiero pedirte que hablemos porque ni siquiera me diste una explicación para dejarme.

Por favor, solo un café y me lo cuentas.

Te echo mucho de menos, te lo juro.

Un beso.

León

Lo que me faltaba, ahora había pasado a ser educado y todo. ¿Hablar? No tenía nada que hablar con él, ya le había dicho en multitud de ocasiones que si lo que hacíamos provocaba mi ruptura con Rigo, aquella relación terminaría en el acto y se lo decía, porque él me requería con demasiada asiduidad y estaba propiciando que nos volviera a pillar. Así que le pasé una copia a mi tío y a Rigo, bloqueando el nuevo número inmediatamente.

El viernes cogí el primer vuelo de la tarde para ir a Londres, porque por la mañana me era imposible debido a mi trabajo. En el aeropuerto me recogió Conrad, el chico que estaba empleado en la casa de Adela, pues Rigo estaría a punto de salir del curso y no pudo hacerlo él mismo.

Yo llegué un poco antes que él lo hiciera con Toñi que había ido a recogerlo a la sede del curso. En la casa ya se encontraban las dos hermanas y su íntima amiga Rita, con sus respectivos maridos. Rigo y yo tendríamos que compartir su habitación, porque al parecer esperaban alguna pareja más. Ambos subimos a soltar nuestras cosas y a darnos una ducha antes de bajar con los demás. Allí comentamos el último mensaje de León.

-En este mensaje ha estado muy conciliador -me dijo él-, si lo has bloqueado como dices, creo que será suficiente.

-Eso dicen mis tíos, aunque han hablado con el jefe de seguridad para que estén más atentos en lo que queda para completar el mes de vigilancia. Ha partir del lunes solo me voy a quedar en mi casa, porque allí lo tiene más difícil para abordarme que en el piso de la plaza.

De todos modos, notaba que él no terminaba de estar convencido de la veracidad del mensaje, que más bien era otra estrategia de ambos para convencer a los demás de que seguía sin verme con León. Pero eso me lo había ganado yo a pulso con mi anterior comportamiento y menos mal que por lo menos no hablamos más del asunto, porque temía que me lo iba a soltar en cualquier momento.

-¿Qué tal ayer con los demás? -le pregunté a sabiendas que habrían tenido una buena sesión de sexo.

-Rita y José estuvieron en casa de unos amigos y llegaron tarde. Nosotros tres estuvimos un rato en la piscina donde tuvimos un poco de sexo, ya sabes, luego cenamos y vimos una película aunque lo que más hicimos fue charlar. Por cierto que Julia me comentó que te sentiste mal el otro día y que te tuviste que marchar, ¿Qué te pasó?

-Pasó que Isabel y Andrés también estaban invitados y hablando con él, me comentó que era una pena que hubiésemos roto, que hacíamos una buena pareja y que tú eras muy educado pues fuiste el único que lo llamó para felicitarle por la velada que organizó en su casa. Se me cortó el cuerpo Rigo y se me quitaron todas las ganas de tener sexo esa tarde, así que le dije a Julia que me sentía mal y que tenía que marcharme a casa.

-Ya... tengo que hablar con Andrés, le debo una disculpa por sonsacarle lo que pasó esa noche.

-Por favor, no lo hagas porque le vas a tener que explicar lo que te hice y eso no estuvo bien, nadie lo va a entender, porque eso no lo hace más que una mala persona como yo. -Se lo dije y no pude evitar echarme a llorar.

-Venga Pilar, no te pongas así, no le diré nada, anda, no llores que hoy quiero que solo pienses en pasarlo bien. Seguro que nos tienen preparado algo para esta noche.

Él me rodeó con sus brazos quedando los dos abrazados un buen rato, mientras no dejaba de consolarme. Menuda gilipollas estoy echa, ¿Cómo pude dejar que pasara todo eso? Es que es una buenísima persona y yo una cabrona redomada.

-Rigo te tengo que decir que hay un chico con el que cené el otro día, después de rechazarle muchas invitaciones.

-¡Ah! ¿Bien, no? -me respondió algo cortado-, claro, tienes que comenzar a salir con otros, aunque un poco pronto... que tampoco es un impedimento, por supuesto...

-Bueno, es que no va a ver otros... vamos... que él lo que quiere es seguir saliendo conmigo.

-No sé Pilar... eso lo tendrás que aceptar tú, claro. -Me volvió a responder algo más nervioso.

-Sí, le he dicho que lo tendría que pensar, que me sigo viendo contigo en plan de amigos con derecho a acostarnos, pero él dice que lo entiende y que está dispuesto a esperar a que yo me lo piense.

-¿Y no le importa?

-Supongo que sí que le importa, pero dice que lo comprende y que si al final decido aceptarlo, le habrá valido la pena esperar lo que haga falta. Que yo le gusto mucho y... todo eso.

-Entonces tendremos que ir pensando en dejarlo solo en amigos, pero sin más derechos, ¿Verdad?

-No quisiera que cambiara nada hasta que lo piense y tome la decisión. Es que ni me lo esperaba Rigo, si salí con él fue por la insistencia de mi tía Cristina que sabe que tú ya no vas a volver conmigo y este chico le parecía un buen candidato para comenzar a salir con otros, ya sabes... ni por asomo me esperaba que quisiera formalizar una relación conmigo.

Pero él parecía que no quería seguir con ese tema, se le notaba incómodo y yo también pensé que con lo que le había contado era suficiente, al menos por el momento, ya le completaría la historia más adelante.

.../...

Nota.-

Lo que más me gustaría sería conocer si este capítulo os ha gustado, así que os animo a que dejéis vuestra valoración y si hacéis un comentario, mejor que mejor.

Gracias.