Vivencias de mi matrimonio, y apareció una putita
Ya sabeis de mi cambio y el de mi marido, cada día me levanto con nuevas ganas de inventar, de disfrutar....de dominar, soy su ama, su reina, su dueña y poco a poco cada vez seremos más, disfrutad el relato, un beso muy dulce y húmedo.........ponedlo donde querais...
Bien, como prometí, continuaré con mis relatos, no con tanta frecuencia como quisiera, pero aquí estoy.
Ya sabemos que descubrí en mi marido ese ser sumiso y con más deseos de ello, también descubrí mi lado exhibicionista, el marido cabrón consentido y la esposa putita dominante, aunque una dominación moderada, pero si queréis enseñarme como os gusta encantada.
Después de aquella vivencia de los dos mostrándonos al vecino, la vida nos cambio, de tal modo que incluso la distribución de la casa alteramos, la ropa interior por supuesto.
Al día siguiente después del trabajo acudí como casi todos los días a la zapatería que ya conocemos, unos días solo entraba miraba algo y sin mediar palabra me marchaba, el zapatero, Guillermo, sabía que en cuanto entrase tenía que abrirse la bragueta, era mi orden, y saludarme como señora, a veces entraba directamente a la trastienda y el al momento aparecía, me gustaba ponerle encendido, le rozaba, besaba, sobaba su polla, y a veces teníamos sexo y otras no, lo dejaba todo duro empalmado y deseoso, en esos momentos me decía:
- No señora no, que después me duele
- Te aguantas ya sabes, que tu mujer que haga un trabajito
- Ella no es muy suelta ya sabe, además no es sábado
- Pues te la machacas cuando estés en la cama y que ella te vea, que se dé cuenta que necesitas sexo.
Y así terminaba muchas veces, las que mas, siempre acudía sola, pero un día lleve a una compañera, una chica joven y un poco inocente, Luz, habíamos hablado de muchas cosas y de sexo claro, pero ella era , o al menos parecía inocente, le daba un poco miedo el sexo, porque le habían contado que dolía, no tenia novio, así que decidí llevarla a probarse unos zapatos, jajajajaja
- Ven que te vas a comprar unos zapatos
- Vale, unos altos, como soy bajita…
- Bien, pero primero quita las braguitas
- ¿Las bragas? ¿Porque?
- Porque hace tiempo que andas calenturienta, que no sabes lo que es el sexo, y una chica de 20 años ya tiene edad de saber lo que es al menos que le hagan un dedo
- ¿un dedo, eso que es?
- Jajana eres increíble, una paja¡¡
Se sonrojó y miro al suelo sin saber qué hacer ni que decir
- ¿Haber, tú te haces pajas?
- Claro¡ pero sola en mi cama sin que nadie me vea
- Pues hoy te la van a hacer, si quieres claro
- Nunca me he metido el dedo
- Jajajaja eres una cría, bueno hoy tendrás una nueva experiencia ¿Te apetece?
Me miró con la cara roja, y con vergüenza, y despacito asintió. Había más de una sorpresa, no solo para Luz, sino para Guillermo y para mi marido, el cabrón, me encanta llamarle así. Luz es una chica muy menuda, morena de piel extremadamente clara y ojos verdes, una carita de niña y un cuerpo casi infantil, pecho pequeño y apenas media 1,50 de estatura, una chica muy dulce y buena pero después vi que había más. Nos dispusimos para salir del trabajo, no sin antes pasar por el baño y que luz se quitase las bragas, hice que se las quitase delante de mí, para hacerle perder un poco el pudor, pude ver que tenía un pubis bien peludo negro y rizado, se que a algunos hombres eso le fascina, puede que a los chicos también, le di una toallita intima y le dije:
- Refréscatelo guapa, que con tanto pelo tendrá calorcito.
- Y es extraño, pero se ha mojado con las cosas que me has dicho
- Y al ver que te lo estoy mirando guapa, que ya veo un poco como eres
- Me cortas Irene, no pienses mal de mi
- No pienso mal, solo que eres inexperta y tienes que aprender, porque además tu quieres y demandas aprender, yo voy a ser tu maestra, me harás caso en todo, y serás un poco mi sirvienta, espero que estés de acuerdo, si no ponte las bragas y vete a casa.
Tenía la falda en la cintura, las bragas en el bolso y las piernas abiertas, su negro y rizado chocho al descubierto y la toallita en las manos después de haber refrescado semejante selva negra, se quedó parada unos segundos meditando, y yo me acerqué y rocé con los dedos esos rizos, solo los rocé no toque más, pero se estremeció, y los ojos le brillaron, la puse de cara al espejo y le abrí las piernas, le abrí también el coño y le rocé dos veces el clítoris, abría la boca como un pez fuera del agua, y gemía, la tenía apoyada sobre mi cuerpo, dejé de rozarla y la dejé que se contemplase, entonces ella comenzó a tocarse, le di un golpecito en la mano:
- Quieta, solo quería saber si eres como yo pensé, y si que lo eres y más, eres una putita que igual te da hombre que mujer.
- Si, sé que eso es malo, pero no me importa,( y entre sollozos, me explicó ) una prima que es mayor que yo a veces me tocaba, y después me hacía ponerme como un perrito y lamerle el suyo, al principio no quise, pero después me acostumbre y me gustó.
- Sabía que había algo en ti, bien, ahora aunque hagas mi voluntad siempre serás libre de hacer lo que quieras, siempre harás lo que te apetezca.
Nos marchamos y llegamos a la zapatería, había una pareja comprando unas botas y Guillermo al vernos se puso rojo, y yo al ver que no se bajaba la cremallera, con un gesto elocuente se lo ordené, con discreción lo hizo, no dejaba de mirar a Luz, y ella a su vez, esperando mis órdenes.
- Buenas tardes señora
- Hola Guillermo que tal, vengo con una amiga, quiere que le pruebe unos zapatos.
- Bien enseguida estoy con usted.
Terminaba de atender a la pareja, Luz a mi orden se sentó en un sillón y abrió un poco las piernas, la falda era corta y mostró los muslos perfectamente, el chico de la pareja también miró y sonrió a Luz, y esta, aprendiz aventajada respondió con una sonrisa y un cruce de piernas espectacular, que al hacerlo se pudo ver su desnudez intima, el chico en un gesto de lamer el aire se despidió y se marcharon.
- Señora ya estoy a su disposición.
- Bien Guillermo ella es Luz una amiga y quiere probarse zapatos,
El cómo le había ordenado ya tenía la bragueta abierta y se estaba notando el abultamiento, se acerco a la putita(así llamaremos en adelante a Luz) y preguntó el numero de pié lo hizo con una rodilla en tierra y las manos tocando los pies, adivinó mis deseos, la putita entreabrió las piernas y el entendió que podía subir las manos, y así lo hizo, al llegar a las ingles y notar todo ese vello se le escapó un suspiro y no pudo por más que levantar un poco la faldita para mirar, se le escapó un suspiro de admiración al ver esa selva, quedó acariciando los rizos esperando mis órdenes, sabía que tenía que esperar, la putita se movía en el sillón como temblando, tenía su coño expuesto a un señor mayor desconocido, era el primer hombre que la tocaba, los ojos le brillaban, y no sabía si relajarse y disfrutar o salir corriendo. En ese mismo instante se abrió la puerta, todos se sorprendieron, pero era Oscar mi cabrón.
- Tranquilos es mi marido, Guillermo creo que es mejor meternos en la trastienda.
Y así lo hicimos, entramos y empecé a ordenar.
- La niña es inexperta, nunca le ha entrado nada aquí(diciendo eso rocé con el dedo los rizos) Oscar quítale la falda con mimo
Entonces Oscar se acerco a su espalda le abrió despacio la falda y la sacó por las piernas, mientras lo hacía besaba el culito, los muslos…a un gesto mío le sacó la camiseta y quedó solo con el sujetador, me coloqué tras de ella y se lo quité, nunca había tocado a una mujer hasta ese momento, pero lo desee, y así lo hice, quité el sujetador despacio, acariciando los pechitos, pellizcando los pezones, de areola pequeña, pero pezones grandes, los hombres miraban, el zapatero miraba de reojo a mi marido, sorprendido de verle allí, y Oscar mirando ese cuerpecito virgen, deseando lamerlo entero y esperando mi orden.
- ¿Te gusta que te toque las tetas verdad zorrita?
- Si Irene, me gusta, estoy muy caliente
Me separé de golpe y le di un azote en el culo, eso la sorprendió y me miró extrañada.
- Cuando estemos trabajando y en el recinto de la empresa, para ti soy Irene, pero fuera, soy tu ama, tu reina, tu señora, espero que lo entiendas.
- Si ama, como gustes
- Oscar, desnuda al viejo, hazlo despacio y acariciándole.
- Ama por favor no me pidas eso, soy tu marido, quiero tocarte a ti, a la putita, dejar que te toquen que te vean, pero no quiero tocar hombres
- No ama, ni y tampoco, no quiero que me toque tu marido.
- A ver, creo que no entendéis, sois mis perros, mis serviles, haréis lo que os pida, y con gusto, de ahora en adelante , si, la niña es la putita, tu zapatero el viejo cabrón y mi marido el cabrón,¿ entendido?¿alguna objeción?
- Pero es que…
No acepté más peros, le di un bofetón en la boca al viejo que enseguida se calló, mi marido me miro y comprendió, se que comprendió, pero aún así protestó, sin demasiado énfasis, quería también su castigo.
- Ama, es denigrante lo que me pides
- Denigrante dices, es un cuerpo deseoso de placer, pero bien toma tu castigo.
Tomé una regla que había sobre una mesa, y le di un golpe seco en su minipolla, le duele, pero le gusta.
Mi marido desnudo al viejo acariciando un poco, después ordené al viejo hiciese lo mismo, desnudos los dos, los ordene abrazarse de forma que se frotasen las pollas, mientras yo les acariciaba los culos, los cuellos y bese sus bocas, metí las manos entre sus cuerpos rozando por donde había un hueco, para mi sorpresa las pollas se fueron poniendo duras y no se soltaban esperando mis caricias, invité a la putita que les acariciase y comenzó a imitar mis movimientos, ellos seguían abrazados y nosotras les besábamos, en más de una ocasión coincidimos en la misma boca, en el mismo culo, lejos de disgustarnos nos gustó, y noté como putita buscaba mas mi boca que la de los chicos, las pollas, pequeña la de cabrón y grande la de viejo, estaban duras y calientes, entonces les azoté los culos y les ordené:
- Separaros cabronazos, que no queríais pero mirad como os habéis puesto, mariconazos, si os gusta, si da igual, es placer, puro y duro placer, esta putita no deja de buscar mi boca y tiene el chocho empapado.
Mientras les hablaba tocaba sus pollas, las apretaba y ellos gozaban, me puse muy caliente, muy perra, tenía las bragas mojadas.
- Viejo quítame las bragas con la boca, pero primero cabrón quita la falda, después tu putita me quitas el sujetador.
Uno a uno siguieron mi orden, primero la falda, despacio besando mis piernas , después las bragas con la boca, las bajo por detrás, lamiendo el culo, después delante lamiendo el chochito, después bajando hasta sacarla por los pies, y entonces la putita me abrió el sujetador, y lo quitó sin más, no se atrevía a mas, entonces le toque el coño y le tiré de los pelos hasta que la pegué a mí.
- Comete los pechos, no seas melindres que te gusta, anda.
Lamió los pechos con poca soltura, y poco éxito, mientras yo le rozaba los vellos, estaba muy caliente la putita, pero yo también y quería correrme como fuese, me senté en un sillón, me abrí de piernas y le dije a viejo.
- Anda cómete el coño, enseña a mi marido como me lo haces, mira cabrón como otro tío me chupa lo que tu tenias que hacer, cabronazo mira como me come este viejo cabrón.
Insultarle le hacía sentir placer, y verme con otro también, le pedí que se meneara la minipolla mientras, y la putita miraba toda excitada, sentí que me venía el orgasmo, me sentí arder, entonces le quité de un manotazo.
- Puta chupa tu, quiero que me hagas correr, y tu cabrón con ella.
Mi marido y la putita me chuparon, el cabrón de mi marido no dejaba de sobar a la putita la tenía bien caliente y contenta, les dejé mientras yo tenía placer, me chuparon y chuparon hasta que necesité los dedos dentro, y en ese momento grité y el viejo los apartó y metió los dedos como dos torpedos que explotaron llenos de placer dentro de mí, grité, gemí, me retorcí como una leona enfurecida, me corrí saliendo mis jugos y correando los muslos mientras la putita y mi marido miraban, ella agarró bien esa minipolla y la meneó, el se dejaba mientras le sobaba las tetas, el espectáculo era excitante, me corrí y quedé desplomada sobre el sillón, respiré profundo y tomé resuello, entonces ….
- Ven putita, siéntate sobre mí, hoy no he follado, solo me han masturbado unos dedos muy expertos, ahora te toca a ti.
- Si mi ama, estoy muy caliente y deseando sentir como tú.
Mientras la acomodaba sobre mis piernas, abriendo las suyas, le acariciaba los pechos, y ordene.
- Viejo, come sus tetas, hasta ponerlas rojas, con cuidado, pero con deseo, cabrón lámele el coño como te he enseñado, hazle sentir, gemir, gozar, y cuando veas que ya no puede más mete un dedo, solo uno, no quiero que tenga hoy todo el placer.
Empezaron y sentí como vibraba en mis piernas ese cuerpecito, el viejo lamia las tetas y las manoseaba, de vez en cuando también tocaba las mías, mi cabrón lamio muy despacio haciéndola desear , ella gemía y pedía más, yo acariciaba su vientre le besaba el cuello, ella buscaba mi boca pero se la negaba…
- Hoy no todo el placer, aprende a tomar lo que te dan y disfrútalo.
- Estoy muy caliente, quiero másssss….
- Espera putita, goza lo que tienes.
- Estoy muy caliente, me voy a correr…
- Espera no seas niña, goza, aguanta un poco, retente…
Los pechos los tenia rojos y llenos de babas, el viejo los lamia, mordía y acariciaba, y de vez en cuando bajaba la mano a mi coño chorreante, eso me gustaba, mi cabrón lamía con más intensidad por momentos, el cuerpo vibraba, y casi saltaba, entonces Oscar sintió que era el momento, metió un poquito el dedo, y haciendo círculos dilató un poquito ese chochito que estaba cerradito, ella se tensó y gemía de placer, el siguió un poquito, y cuando vio que el cuerpo de la putita no podía más, de golpe metió el dedo corazón, lo metió de golpe, seco y quedo quieto unos segundos, ella gritó, se quedó quieta, por unos segundos todos nos paramos, y dejamos que fuese él quien marcase el ritmo, metió y sacó el dedo despacito suave, a la vez que lamía alrededor, ella empezó a gemir despacito y volvió a moverse, como una danza de agua, el cada vez más rápido ella cada vez más excitada, el ritmo se volvió trepidante el viejo continuó con sus pechos y mi coño , gritaba, gemía se retorcía y por fin, al cabo de unos minutos…..
- Siiiii que gusto, que placer….. me corroooooo¡¡¡¡¡¡
Se envaró se tensó arqueándose como una caña de bambú, gritó y se desplomó sobre mí.
Esperamos unos minutos hasta que se repuso, fuimos al baño a lavar a la niña ese chochito que le habían penetrado un poquito, fui yo quien la limpie, nos adecentamos todos lo que pudimos y nos marchamos, dejamos al zapatero en su tienda, con la polla dura, él sabía que no podía correrse hasta que yo le ordenase, y se quedó caliente y duro.
- Que me permites hacer mi ama,
- Que te la machaques mirando detrás del escaparate, o donde tú quieras, hoy te has portado bien, y tienes mi permiso.
No sé que hizo ni me importa, mi cabrón la tenia bien dura debajo de las braguitas de encaje azul que llevaba , ese fue uno de los cambios, Oscar dejaría de utilizar slip para utilizar bragas de encaje cuando sabia que tendríamos “fiesta” jajaja eso me excitaba muchísimo.
Ocurrieron más cosas aunque no esa noche, pero como ya sabéis, eso…. Eso es otra historia y la contaré en otro momento, un beso ardiente….Irene.