Vivencias de mi matrimonio 2
En el principio del matrimonio es duro conocer la rutina, pero por suerte descubrimos un mundo de placer.... ¿quieres que te cuente como es mi excitante matrimonio? lee nuestros relatos y descubriras nuestras vivencias, y haznos participes de tu opinión, gracias.
Bien como prometí aquí estoy con la continuación. Llegue a casa y Oscar estaba preparando el almuerzo.
-¿hola que tal la mañana?
- bien marido, he aprendido muchas cosas, y quiero explicarte cuales y como.
Nos sentamos en el sofá, y tranquila comencé mi explicación, conté con pelos y señales todo, despacio y dando todos los detalles, Oscar callado con la cabeza baja y rojo no dijo nada, cuando termine me miró y en voz baja .
¿tan pequeña la tengo?
sí, hoy he sido consciente de ello
¿ pero no te doy nada de placer?
sí, pero no siempre, y me gustan más cosas
¿te gusta mandar y hacer sufrir?
sí, pero no sufrir mucho, un poquito de dolor, pero poco, pero mandar sí, mucho, necesito saber que soy tu reina, tu ama, tu dueña, que mis deseos los cumplas
has disfrutado, se nota
mucho, no sabes cuánto, y más pensando en que tu toques aquí Me levanté y subí la falda
baja las bragas
están mojadas Y las bajó, con la mirada en sus pies y esperando mi orden.
- Tócame, acaricia mi pipita y hazme gozar si sabes
- Haré lo que ordenes Ama, seré tu perro fiel, y quiero que sepas que estás sacando el sumiso que siempre llevé dentro, desde hace mucho, que me gusta sentirme un poco….. humillado, y saber que antes otro ha tocado, lamido, gozado tu cuerpo……….me excita.
Mientras hablaba acariciaba mi sexo, de una manera que nunca antes nunca lo había hecho, me hacía sentir mas excitada cada instante, hablaba despacio y de manera sumisa, casi llorando, buf que placer me hacía sentir, las piernas me temblaban, las caricias por momentos eran más intensas, y entonces puso la lengua en la pipita, sentí como desde las entrañas se me estremecía todo el cuerpo, entonces lo aparté.
desnúdate .
bien ama.
pero hazlo junto al ventanal.
Solo una persona podía verlo, un vecino, gordo y viejo, que le gustaba mucho mirar, y me apetecía darle el gusto, Oscar enseguida entendió mis gustos, pues todo lo hizo despacio y avergonzado, cuando terminó, me acerqué y le pedí.
- ahora desnúdame a mí.
Lo hizo despacio y acariciando cada parte de mi piel que dejaba libre, le separé.
- solo haz lo que te ordene.
Bajó la mirada y esperó.
- De rodillas
Se puso de rodillas esperando, yo me pasee por la habitación, enseguida vi al vecino entre los visillos, tiene como un radar para saber que estamos cerca, eso me excitó, y abrí la ventana de par en par, al hacerlo pudo ver todo mi cuerpo en su esplendor, imaginé que eso le excitaría de manera especial, me dejé caer en el filo de la mesa y abrí las piernas.
- Lame el chochito, pero acércate de rodillas como un perro
Vi como el vecino se pegaba al ventanal, e imaginé que estaría tocándose, la pollita de Oscar era minúscula en ese momento, casi un lunar, entonces empezó a lamer el coño que ya estaba muy mojado, el vecino solo vería a Oscar de rodillas de espaldas a él y mis pechos, que entonces eran bien duros y levantados, me los acariciaba y pellizcaba los pezones, el servil Oscar lamía como un perro hambriento, entonces ordené.
- Ponte boca arriba y mastúrbate
- Si mi ama
Cuando se colocó vi que la minipolla estaba creciendo más de lo normal, aunque seguía siendo pequeña,Oscar sabía que el vecino miraba y se cortó un poco tenía complejo de picha corta, entonces me coloqué sobre su boca agachada de manera que su lengua llegase a mi placer.
- Si muy bien perro, sigue así, lame a tu ama.
El viejo estaba pegado a los cristales para poder ver bien, la cortina le quitaría vista, entonces hice el gesto de que la descorriese, vi que se quedó parado y pensando cómo no entendiendo o bien sin tener la seguridad de lo que le decía, entonces a tientas tomé el teléfono y le llamé, mi voz sonó aterciopelada e insinuosa.
- Hola vecino ¿porque no descorres la cortina? Así verás mejor
- ¿Como dice?
- Si vecino, te estoy viendo, no disimules, siempre miras para ver si puedes ver algo, hoy tienes una función porno solo para ti, anda abre la cortina y disfruta a placer.
Colgué el teléfono, la voz del vecino sonó entrecortada y excitada, tardó como dos minutos en abrir las cortinas, y cuando lo hizo estaba en ropa interior propia de su edad, eso me hizo reír.
- Jajaja mira el viejo verde está bien caliente.
Pero a la vez que me reía me excitaba, me di cuenta de cierta inclinación mía hacia los mayores, entonces noté que el calor llegaba a mis entrañas, la minipolla estaba brillante y roja, el orgasmo estaba a punto.
- No te corras
- Ama no puedo esperar
- No te corras cabrón
- Como ordenes
Me venía, sentí que el cuerpo temblaba, un torrente de placer me retorcía por dentro, gemí primero bajito, después más fuerte, más, más, y grité, grité como una loca, mientras de rodillas me sacudía por los espasmos del placer.
- Sigue perro, sigue aaaggg¡¡¡¡ sigue cabrón.
Oscar lamía y apretaba mi culo con sus manos, el viejo abrió los cristales para escuchar más claros mis gritos y vi como se le mojaron los calzones, y como se desplomaba sobre el sillón, me corrí y me desplomé junto a mi marido, entonces vi que se había corrido.
- Te he ordenado que no lo hagas.
- No he podido aguantar, perdona
. - No, no te perdono, ponte en pié, eres un cabrón consentidor flojo, te corres a la primera pichafloja, memo, tienes una minipolla que no sabes dominar, te voy a enseñar.
Con cansancio me levanté y fui a la cocina y cogí un cucharón de madera, le puse sobre mis piernas y le azoté cuatro veces en las nalgas, las puse rojas, después le puse frente a mí y él se tapó, entonces de un manotazo le quité las manos, le di un golpe seco y no demasiado fuerte en la minipolla, le dolió, pero calló, los golpes y los insultos le volvieron a poner un poquito dura la polla, estaba rojo, excitado, avergonzado, sabía que el viejo ecuchaba,se sentía humillado, pero ese era ahora su papel y su placer.
- Disculpa ama, no volverá a suceder.
- Eso espero, y tu viejo verde, que sea la última vez que te corres sin mi permiso.
El viejo estaba riendo, y entre risas me respondió.
- ¿ me vas a pegar también a mi?
- ¿Quieres comprobarlo? Creo que te gusta.
mientras hablaba estaba de frente a el desnuda, las piernas mojadas por mis jugos y las babas de mi marido, los pechos rojos de pellizcarmelos, era un cuerpo apetecible para el, pero sabía que sería dificil de tener.Se quedó pensando un momento y sobando la polla sobre su ropa,cerró las cortinas. Me quedé un rato reposando y me diri
gí a la ducha, una ducha caliente y reconfortante, había sido una muy buena experiencia, había descubierto cosas de mi persona que desconocía, y lo mejor cosas de mi marido que ni llegué a imaginar y sabía que descubriría muchas más, teníamos todo un mundo por delante, y una vida para descubrirlo.
Pero ya sabéis eso lo contaré otro día…….. un beso caliente. Irene.