Vive cada día como si fuese el último
A un chico la vida se le apaga, en el dia que el creia que era el mas afortunado, lo mas triste es que habran cosas que jamas dira y le diran.
Pablo estaba desesperado por que sean las diez de la noche, que era la hora en la que iría a ver a su amada Elisa. Después de una semana de pedirle perdón por las cosas que le había dicho por razón de sus celos, de haberla celado sin motivo alguno, ella le dijo que lo vería en el parque de al frente de su casa para hablar, pero a las diez, si llegaba mas tarde no le daría chance a nada.
Ese día Pablo falto a su ultima clase en la universidad, sentía que debía bañarse bien, rasurarse y estar lo mas guapo posible para su amada. Sus ojos se veían brillantes, su piel estaba radiante y todo era alegría.
Eran las nueve de la noche y el estaba listo, un polo nuevo, un peinado prolijo, pero aun era demasiado temprano para llegar la cita, y sabia que si llegaba muy temprano se aburriría y se pondría de mal humor porque el esperar no era su mayor virtud. Nueve y diez de la noche salió de su casa, y decidió caminar, irse caminando dando tiempo de pensar en las cosas correctas para decirle. Calculo lo que frecuentemente hacia de su casa a la casa de ella. 20 minutos se dijo, y con todo tendría tiempo de fumarse un par de cigarros, comer un caramelo y menta, y estar descansado a las diez de la noche.
"Ya vengo", dijo a su hermana y a su prima que estaban en la sala. Ellas en mucho tiempo no lo habían visto tan feliz, y con tantos ánimos. Camino lento para no agitarse, evitar sudar. Mientras caminaba recordó lo mucho que la lucho para que ella lo acepte como enamorado, las flores, los detalles, todo eso le enseño a valorar una relación, recordó el primer beso, la primera vez que hicieron el amor, un fin de semana después del cumpleaños de ella. La noche no le parecía tan oscuro, el frió no le incomodaba, la vereda esta vacía y a el no le importaba, solo tenia el deseo de ver a su amada.
A medio camino el se dio con la sorpresa que en el piso había una moneda, la tomo, la miro y sonrió, se dijo para si mismo "estoy de suerte, nada puede salir mal". Su sonrisa era franca, iba pensando la manera mas bonita de decirle a Elisa que el la amaba, que no quería pasar un día sabiendo que ella estaba lejos, que su corazón latía mas fuerte cuando ella estaba cerca y que aun sentía que sus piernas aun le latían cuando ella estaba cerca, y por esa misma razón el la celaba, por que odiaba que los demás se le acerquen, ver que ella les de besos en las mejillas a sus amigos, odiaba eso. Pero había decidido ser mejor persona, dar lo mejor de el y alejar sus celos, ir a terapia si así lo fuera necesario.
Cruzando el ovalo de la calle, sin darse cuenta un camión lo choca y lo envía a cinco metros del impacto, cae de cerebro y muere instantáneamente. Si logro sentir el golpe fue en escasos segundos. Estaba a solo cinco minutos de llegar a su cita.
Nunca sabrá que ella lo había perdonado y que ella también haría concesiones, que para ella fue especial porque fue el primer hombre al que ella se entrego, el primer hombre que se peleaba con otro por defenderla. Todo quedo en nada, ella se marcho enojada porque el no llego a la cita. Ella se entero esa madrugada, lloro amargamente hasta el amanecer, y en el entierro. Lo que nadie sabia, es que el donde este y ella en la tierra, se amarían a pesar no haber nacido para pasar su vida juntos.