Viuda con hijo
Este relato es fruto de mi imaginación, pero hubiese sido bonito que ocurriese.
LA SOLEDAD.-
Esta historia ocurrió cuando estaba en la carrera, hace unos 15 años. Vivamos en una pequeña capital de provincia y yo estaba estudiando en Madrid.
Fue doloroso volver a casa en aquellas circunstancias. Lo hacía para el entierro de mi padre, que había muerto en un desgraciado accidente de tráfico. Ese iba a ser un buen año para mí, empezaba la carrera, había iniciado una relación con una chica estupenda, en los primeros parciales tuve buenas notas...pero todo se truncó por culpa de un conductor ebrio que empotró su coche contra el de mi padre. El resultado fue que murió en el acto, según nos dijeron, no sufrió.
El caso es que como soy hijo único me tuve que hacer cargo de todo, ya que mi madre no estaba en condiciones de nada.
Hasta ese entonces en mi casa éramos tres, mi padre, ahora fallecido, Antonio, que cuando murió tenía 44 años. Mi madre, Paloma, en ese entonces, 41 años y yo, con 18 años, casi 19, que me llamo igual que mi padre, pero me llaman Toni.
El accidente ocurrió poco después de haber realizado los parciales y recibir las notas, a principios de marzo. Para hacerme cargo de todo le dije a un amigo que por favor me pasara los apuntes y las notas de clase. Como no podía ser de otra manera me dijo que no me preocupase que me lo mandaría todo. Así me pude centrar planamente en el papeleo. Habría un juicio, ya que el conductor como dije estaba borracho y varias cosas más, pero la verdad es que el aquel momento el dinero era lo de menos, quizá porque económicamente no estábamos mal. Mi padre tenía una farmacia y mi madre daba clases en un instituto de secundaria. Por mi parte estudiaba farmacia, como no podía ser de otra forma, ya que la farmacia de mi padre sería para mí.
Dadas las circunstancias, madre estaba totalmente hundida, decidí quedarme un tiempo. Ella se opuso, pero terminó por aceptarlo. Cuando estaba mejor, se incorporó al instituto y yo volví a la universidad.
El tiempo fue pasando y terminó el curso. Como tributo a mi padre me propuse aprobar todas las asignaturas y a base de mucho estudio lo hice. Era hora de volver junto a mi madre.
Cuando llegué a casa mi madre se puso muy contenta, como no podía ser de otra manera. A pesar de todo la noté todavía un poco hundida, pensé que era por lo poco que había pasado desde la muerte de mi padre. Le dije que ese año nos teníamos que ir de vacaciones. En principio no había problemas, ya que farmacia tenía un farmacéutico hasta que yo me pudiera hacer cargo de la misma. Mi madre se quedó un poco dubitativa.
La verdad, Toni, no creo que me apetezca mucho ir por ahí.
Mamá, no puedes encerrarte ahora. Tienes que salir, relacionarte. Ya se que es muy duro...pero la vida sigue.
No se...la verdad es que no tengo ilusión por ver monumentos, o ciudades...
Pues nos vamos a un sitio a descansar. La verdad es que estos meses han sido muy duros.
...Bueno...iremos, pero por favor encárgate tú de todo.
Hecho.
Como me había dicho eso, fui a una agencia de viajes a ver que podía obtener con tan poco tiempo de antelación. Casi todos los sitios estaban a tope, y quedaban algunas plazas para ir a Ibiza, Mallorca, Tenerife, Gran Canarias y Fuerteventura. Como pensaba que mi madre no querría mucho alboroto opté por esta isla, que me dijeron era la más tranquila de todos los posibles destinos. Le dije a mi madre cuando me preguntó el destino, que era una sorpresa.
Fuimos a Madrid a coger el avión y allí se enteró del destino, cuando fuimos a la puerta de embarque. Llegamos a Fuerteventura, nos subimos a un coche que nos esperaba y fuimos al hotel. Era una maravilla, nuevo, con habitaciones estupendas, a pie de playa, un paraíso.
Por cierto, hasta ahora no he descrito ni a mi madre ni a mi. Como he dicho tenía 41 años, 1,72, y unas medidas de 85-65-95, que si bien no son perfectas, para alguien de su edad están más que bien. Además es muy guapa, con una mirada embriagadora, pelo ni corto ni largo, de un tono castaño natural, pero que había aclarado un poco a base de tintes. Yo por mi parte, soy un poco más alto, sobre 1,80, moreno y me considero bastante normal.
La habitación como dije estaba muy bien, con vistas al mar. La cama, de tamaño king size. Llegamos para la cena y bajamos al comedor, luego nos acercamos al bar, donde nos tomamos un par de copas, y mi madre fumó un par de pitillos, hábito que había dejado, pero a raíz de la muerte de mi padre, retomó, si bien poco.
La verdad, Toni, ahora creo que si que ha sido una buen a idea venir aquí. Romper un poco con la rutina de la casa, los recuerdos...
Ya te lo dije.
Gracias, cielo.
Al decir esto me dio un sonoro beso en la mejilla, que hizo que me ruborizara un poco. Al rato nos fuimos a dormir. Tengo que aclarar que en casa, las costumbre eran de los más conservador, y a mis padres no los había visto ni en ropa interior, así que para ponernos los pijamas entramos al baño.
Al día siguiente fuimos a desayunar y luego la idea era ir a la playa. Cuando ya en la playa mi madre se quitó la ropa y se quedó en bikini, pude comprobar como era la moda en nuestra ciudad. Era estilo años 60, y casi tapaba tanto como un bañador de hoy. Me reí.
¿De que te ríes?
No, de nada.
Como que de nada. Ah!, ya se, es por el bikini, ¿no? Un poco pasado de moda.
¿Un poco? La verdad es que yo nunca los he visto de moda.
Vale, capto la indirecta. Luego me compraré alguno en la tienda del hotel
Al volver al hotel para comer, lo hicimos un poco pronto para poder pasar por la tienda. Mi madre se puso a ver los bikinis.
Toni, no se, he visto varios, pero todos me parecen demasiado pequeños. Incluso a algunos les falta la parte de arriba.
¡¡Ja, ja! No les falta, mamá. Son así, para las que quieren hacer top less. Podrías probarte uno.
¿Yo?, haciendo top less. Que diría la gente...
Olvídate de la gente. Yo se que tú no harías top less, pero por favor no digas que por la gente. Tu forma de ser hace que no lo hagas, pero no creo que aquí nadie mire si tú lo haces. Por si no te diste cuenta en la playa hay más gente en top less que con bikini. Incluso hay una playa nudista a un par de Km. de aquí
En serio. No lo sabía.
Ni yo. Me enteré viendo un folleto del hotel ayer la habitación.
Bueno vete cogiendo mesa, que me voy a probar un bikini y ahora voy.
Vale.
Hicimos una comida ligera, subimos a la habitación a lavarnos los dientes, y mi madre a cambiarse de bikini. Volvimos a la playa. Fuimos a un par de hamacas que había libres. Me quité la camiseta, extendí la toalla y me dispuse a coger bronce. Pero en eso veo que mi madre se quita la camiseta y se queda en top less.
¡Mamá!, ¿Qué haces?
¿Con que por mi forma de ser no haría top less? Eh?, pues ves que si.
Era la primera vez que le veía las tetas a mi madre. La verdad es que fue toda una sorpresa. Se puso bastante crema protectora, a pesar de lo cual, por la tarde tenía las tetas bastante sonrosadas.
Esa noche salimos un rato a la terraza de la habitación a hablar un poco mientras nos tomábamos un par de copas.
Espero que no te haya molestado lo de esta tarde.
¿El que?
Ya sabes, que hiciera top less. Espero que no pienses que soy una cualquiera...
Si pensara eso, serían unas cualquiera la mitad de las mujeres de España, incluyendo a mi novia.
No me digas que ella hace top less.
Por Dios, mamá, claro que lo hace, pero eso hoy día no es nada raro.
Entonces no estás molesto.
Claro que no.
La verdad es que estos meses los he pasado bastante mal.
Ya me imagino...
No creo que puedas imaginarlo.
¿Por que no?
No se como decirlo...
Pues diciéndolo.
Vale. La verdad es que aparte de Almudena (una íntima amiga de mi madre) tú eres a la única persona a la que se lo podría contar. Es un poco delicado...
¿Me lo quieres contar o no?
Si...bueno, no seas impaciente. Tu padre y yo éramos...como decirlo...sexualmente muy activos...
No creo que vuestra vida privada...
Quieres escucharme un poco... la verdad es que hacíamos el amor todos los días, pero la cosa no quedaba ahí.
¿Como que no quedaba ahí?
Una noche que estábamos en casa de Almudena y Luis (el marido de Almudena) empezamos a hablar de sexo. La verdad es que habíamos bebido bastante, e incluso nos habíamos metido un par de rayas y no se como salió el tema del intercambio de parejas. La cosa es que Luis dijo, medio en broma, medio en serio, que podríamos probar eso a ver que tal nos iba. La cosa se fue desmelenando hasta que tu padre y Almudena dijeron que venga. A mi me daba al principio un poco de reparo, pero, claro, era la única que me opondría, así que acepté. Esa noche follé por primera vez con alguien que no era mi marido...
No me lo puedo creer. Lo padres nos hablan de lo malo de las drogas y vosotros os metíais...y luego follaste con Luis.
Claro, a la vez que tu padre follaba con Almudena...
La verdad es que está muy buena...
Si que lo está. Y en cuanto a las rayas te advierto que lo nuestro era un consumo muy ocasional... La cosa es que ahora no solo me he quedado sin tu padre, sino que además no puedo volver con ellos yo sola...me da no se que...
Todavía eres joven...puedes buscar otra pareja. Si es por mi, no te preocupes...
No. La verdad es que solo querría otra pareja para follar, perdona por el lenguaje, pero es así, ya que el amor solo lo siento por tu padre y por ti.
La verdad, no se que decir...
No hace falta que digas nada. Con el apoyo que me has dado es más que suficiente.
Pero, ya sabes, si necesitas algo, no tienes más que pedirlo
Esa conversación me dejó un...algo que no sabía describir. Mi madre me había abierto las puertas de su secreto más íntimo. En principio pensé que quería desahogarse, pero luego me di cuenta que era el mensaje de una mujer necesitada. Mil ideas pasaron por mi cabeza, e incluso llegué a ver a mi madre como una mujer y no solo como madre, como hasta ese entonces.
Nos fuimos a dormir. Mi madre debido a la pequeña insolación que tenía usaba prendas muy amplias, y para dormir se las quitó todas, excepto las bragas, es decir que también hacía top less en la cama...
Al cabo de un rato noto que mi madre se acerca y me abraza.
Gracias por todo lo que haces por mi
Tú harías lo mismo.
Ya, pero se supone que somos los padres los que debemos ser fuertes, y hasta ahora, quien ha demostrado esa fortaleza has sido tú.
Me dio un beso, en la mejilla, cerca de la comisura del labio, muy largo, y siguió abrazada a mí. Un poco después, con los movimientos típicos que se producen en la cama quedamos frente a frente. No se a que fue debido, si por la calentura de la conversación previa o que, pero el caso es que mi polla estaba dura como un garrote. En un movimiento mi madre me tocó mi verga. Abrió mucho los ojos, pero no dijo nada. Su reacción fue la de pegarse un poco más a mi. Luego nos hicimos los dormidos, si bien los dos sabíamos que ninguno lo estaba. Mi madre un poco y yo otro poco hicimos que quedásemos encajados como si estuviéramos follando. Al poco ella comenzó a moverse como tal. Yo no pude más y empecé también a pasar mi polla por encima de su coñito.
Por Dios, Toni, ¿que estamos haciendo?
No lo se, pero nunca había estado así.
Ni yo, pero no creo que esté bien...
¿Por qué?, no le hacemos daño a nadie.
Eso es verdad.
Nuestros movimientos eran cada vez más violentos, y en un momento dado me bajé el pantalón del pijama con el que dormía.
Toni, cariño, no, eso no...
¿Por qué?
No está bien...
Decía que no estaba bien, pero seguía moviéndose como una loca. Yo no dije nada, seguía pasando mi polla por encima de sus bragas. No se cuando lo hizo, pero de pronto me di cuenta que mi verga estaba moviéndose sobre pelos. Eso significaba que mi madre se había quitado las bragas. Ya no podía más. Abandoné la posición que tenía de lado y me puse sobre mi madre.
Despacio, por favor, amor mío.
Si, despacio.
La verdad es que lo hice muy despacio, con mucho amor, pero lo que hice fue introducir mi miembro viril en la vagina por la que vi la luz por primera vez. Luego mis embestidas fueron cada vez más fuertes hasta que llegó un momento en que me corrí dentro del coño de mi madre. Ella por su parte se había corrido en dos ocasiones. Cuando terminé nos mirados y nos besamos apasionadamente.
La cosa es que después de probar quería más y así al poco tiempo le estaba mordiendo los pezones a mi madre, de forma muy delicada porque todavía los tenía doloridos por el sol. En un par de minutos tenía la estaca otra vez dura y monté de nuevo a mi madre.
Esa noche fueron tres veces las que follamos.
Al día siguiente como era de esperar nos levantamos tarde. En principio no sabía como iba a reaccionar mi madre, pero cuando se acerca a mi, completamente desnuda, y me dio un beso en los labios se me disiparon las dudas.
Buenos días, mi amor, ¿que tal has dormido?
La verdad es que hace tiempo que no dormía tan bien.
A mi me ha pasado lo mismo.
A partir de ese día para la gente éramos madre e hijo, pero en la intimidad éramos amantes, muy apasionados.
En esas vacaciones madre se destapó del todo. Recuperó su jovialidad, e incluso me invitó a ir a la playa nudista. Fuimos y fue la primera vez que hice el amor dentro del agua. Es una sensación diferente.
Pero como todo tiene un fin esas vacaciones se acabaron y volvimos a la rutina de nuestra pequeña ciudad, pero con la diferencia que ahora dormía con mi madre (bueno y la follaba cada día varias veces). Hasta que llegó un día que me dijo
Toni, esta noche vana a venir a casa Almudena y Luis. La verdad es que no se que puede pasar, pero por si acaso te prevengo. No creo que intenten nada, ya que tú para ellos eres "sólo mi hijo". Pero ya sabes lo que te conté. Es más alguna vez terminamos follando los cuatro juntos.
Vale. Estaré preparado "por si acaso".
Esa noche llegaron a cenar, y la verdad es que nos portamos como los perfectos anfitriones. Una cena muy bien preparada, buen vino en abundancia, un postre exquisito...casi no se podía pedir más. Además veía a mi madre sonreír de nuevo. La verdad es que todo marchaba muy bien.
(Mamá) Ahora vamos a sentarnos en la sala a tomar café.
(Luis) Supongo que habrá también puro y coñac, digo yo
(Almudena) Por Dios, Luis, como eres.
(Yo) Por supuesto que hay coñac y puro.
Me levanté y traje lo solicitado. La verdad es que no fumo, pero en las bodas de mis tíos más jóvenes y mis primos solía fumarme el puro que daban, así que cogí un par de puros de la caja.
(Almudena) Gracias...
(Yo) Ah! Tu también quieres uno...toma, ya cojo yo otro
(Almudena) Lo siento, pensaba que era para mí.
(Yo) Es que no sabía que fumases
(Almudena) Me pasa lo que a ti. No fumo, pero de vez en cuando un purito...
Mi madre por su parte se fumó un cigarrillo, de los pocos que fumaba ya, a petición mía, solo en reuniones y cuando salíamos por ahí (a Madrid, normalmente).
La noche siguió su curso de forma muy animada. Ya nos habíamos bebido una botella de coñac y empezamos una de whisky.
(Mamá) La verdad es que estoy bastante mejor. En gran medida gracias a Toni, que se ha ocupado de todo y ha suplido a su padre en todo.
(Almudena) Hija, será en casi todo ¿no?
(Mamá) No, no, digo que en todo, todo.
La verdad es que estábamos todos bastantes bebidos, si bien yo quería mantener un poco el tono, por lo que era el que en mejores condiciones estaba.
(Almudena) Por Dios, Paloma, que estamos hablando de tu hijo, y habrá cosas que hacía su padre que él no podrá
(Mamá) Ya te digo que se ha ocupado de todo.
(Luis) Venga, ya Paloma. No nos estarás diciendo que follas con tu hijo...
(Mamá) Eso es exactamente lo que hacemos
(Almudena) No me lo puedo creer.
(Mamá) Pues si. La verdad es que no tengo secreto para Toni.
(Luis) Entonces...
(Mamá) Si, Luis, entonces sabe como empezamos con lo del intercambio de parejas y a veces incluso nos lo montábamos entre los cuatro.
(Almudena) Entonces...
(Luis) Entonces podríamos hacer otra de las fiesteritas de antes...
Así empezó todo. Atenuamos las luces, nos sentamos todos juntos en el sofá, Almudena, yo, mi madre y Luis. Almudena me abrazó, mientras mi madre y Luis hacían lo mismo.
(Luis) Vuelvo en un minuto.
(Almudena) ¿A dónde vas?
(Luis) Sorpresa.
Al cabo de un par de minutos volvió. Sacó una bolsita y preparó unas rayas de coca sobre el cristal de la mesa. Inmediatamente Almudena se metió un tiro, luego mi madre, la seguí yo (que era la primera vez que lo hacía) y finalmente Luis. La verdad es que la sensación era rara, pero sobre todo tenía unas ganas de follar que no podía aguantar. Inmediatamente empecé a tocarle las tetas a Almudena a la vez que la besaba. Mi madre y Luis estaban a lo suyo. Poco a poco le fui quitando la ropa a Almudena y descubrí que estaba más buena de lo que pensaba. Le comí las tetas mientras ella gemía como una perra en celo. Le abrí las piernas y le comí el coño. La verdad es que estaba a tope. Entre la coca y ver a mi madre comiéndole el rabo a Luis...estaba a punto de estallar. Mientras le chupaba el chocho a Almudena, le acaricié el conejo a mi madre, que a su vez me agarró del culo y me arañaba. Ya no podía más. Me coloqué sobre Almudena y empecé a follarla.
(Almudena) Oh Diosss!, que bien, eres una máquina, sigue, sigue, así, así...
(Mamá) El condenado no veas como folla, el muy cabrón.
Terminé en Almudena. Al poco rato comenzó a mamarme el rabo, mientras Luis se follaba a mi madre a cuatro patas. Un instante después veo como mi madre le hacía un cunnilingus a Almudena. Eso me encendió más todavía. Me vine el la boca de Almudena, que se tragó todo lo que pudo, pero tenía restos de mi leche por su boca. Se acercó a mi madre y se dieron un gran beso en la boca. Yo estaba que no podía más.
Descansamos un poco y ahora fue mi madre la que me dio un beso, estaba dispuesta a follar conmigo.
Esa noche no la podré olvidar mientras viva, porque fue la primera, pero la verdad es que se repitieron más de una vez. Incluso pasaba que mi madre cuando yo estaba en Madrid se lo hacía con ellos dos, o solo con Luis, ...o solo con Almudena, y yo a veces lo hice solo con Almudena ( Solo con Luis...no es lo mío).
A partir de ese año mi madre y yo siempre nos íbamos de vacaciones a un sitio de playa, pero nos informábamos antes de que hubiese una playa nudista cerca, ya que tomamos esa costumbre. Incluso una vez Luis y Almudena se vinieron con nosotros. La verdad es que si bien a quien amo de verdad es a mi madre, el cuerpo de Almudena no tiene desperdicio, con unas tetas perfectas, nada caídas para la edad que tiene, un culo que levanta pasiones y, esto ya por experiencia personal, un coño que no se cansa de recibir polla.