Víspera de Navidad

Se situó sobre mí y me quito toda la ropa, me recorría con dulces besos y mordidas hasta llegar a mi entrepierna, separo mis piernas y comenzó a darme un poco de lengua acompañada de dos dedos, ¡Uff! lo hizo tan bien que no tarde en alcanzar un primer orgasmo...

Después de mi fallida relación con Roberto, siguió lo mejor de las vacaciones de navidad. En cierta cena navideña con los amigos me re encontré con chico que siempre me gusto y que no tarde en enterarme que también le gustaba, lo nombrare César. César fue compañero de la prepa, en la actualidad está en Ingeniería junto con otros amigos, como en toda cena hablábamos de todo el tiempo transcurrido, no tardo en salir el tema de las parejas, yo sin novio, él sin novia, debido a la experiencia cercana con Roberto decidí indagar rápidamente con uno de mis amigos si era verdad que no tenía novia, una vez confirmado que era soltero puse manos a la obra.

Esa noche iba vestida realmente muy bien, pese a que no uso muy a menudo faldas, esa noche opte por una mini de mezclilla acompañada de mallas, ya que estaba fresca la noche, botas hasta la rodilla de cuero, chaqueta de cuero, algo así como muy rocker. Todos mis amigos se sorprendieron y me dijeron que estaba súper guapa, que debería vestir así más a menudo, al fin y al cabo hombres.

Para todo esto en dicha cena no tardo en llegar Roberto, mis amigos no saben (¡Ni sabrán!) lo que ocurrió con él, ante todos solo fue un saludo simple y sin más me fui con César, quien estaba cada vez más cariñoso y yo gustosa aceptaba sus cariñitos. Cabe mencionar que Roberto no llevo a su novia, así que en cierto momento que fui al baño me siguió, quería hablar de lo nuestro, por supuesto que no había un “lo nuestro” lo que paso había sido una aventura cualquiera que no se iba a repetir mientras tuviera novia, me pidió mil veces perdón, que lo había hecho porque realmente me quiere (claro en su cama nuevamente) así hasta que llego César y pregunto de que hablábamos, obviamente Roberto no me iba a arruinar eso, así que me busque una excusa y nos fuimos.

Comencé a sentir los efectos del alcohol, y debido a que el lugar de la cena es una casa muy grande de un amigo le dije que me marchaba a dormir, obviamente me lleve a César conmigo. Ya en la habitación nos acostamos en la cama, que para mala o buena suerte era individual, debido a la cercanía de nuestros cuerpos en cierto momento comenzó a besarme y acariciarme, me gire para quedar frente a frente, los besos eran muy tiernos pero llenos de pasión, él no paraba de recorrer mi cuerpo con sus manos, cada vez me apretaba más, en todo momento sentí la dureza de su pene ya quería tocarlo, tenerlo entre mis labios, pero César no me dejaba al parecer aquello era para complacerme y vaya que lo logro. Se situó sobre mí y me quito toda la ropa, me recorría con dulces besos y mordidas hasta llegar a mi entrepierna, separo mis piernas y comenzó a darme un poco de lengua acompañada de dos dedos, ¡Uff! lo hizo tan bien que no tarde en alcanzar un primer orgasmo, que pese a que no fue muy intenso si me hizo querer más. Creía que era mi turno de complacerlo, pero no fue así César me dijo que esa noche sería entera para mi, vaya hombre que encontré.

César no dejaba de acariciarme, explorarme, yo solo me dejaba hacer. Realmente es muy tierno y a la vez sabe como calentarme, al tenerme a su entera disposición y estando sobre mi deseaba que ya me penetrara, pero no lo hacía, me torturaba solamente pasando la punta de su pene por mi vagina, una delicia total, yo alzaba mis caderas para lograr la penetración con lo que César alejaba su delicioso pene, en verdad necesitaba que me metiera todo su pene. Estuvo así unos minutos que parecían  eternos, enterré mis uñas en su espalda, le dije que no fuera cabrón y que ya me la metiera, con lo que esbozo una sonrisa y la fue metiendo lenta muy lentamente, apenas metía un poco y la sacaba, metía un poco más y la sacaba nuevamente, eso no es a lo que estoy acostumbrada; a que me la metan toda de una embestida, pero lo estaba disfrutando como nunca. Al parecer realmente quería que disfrutara ¡y vaya que lo hice! En la posición de misionero, cuando al fin me metía toda iba a un ritmo moderado, me besaba en los labios, bajaba a besar-succionar mis pezones, mordisqueaba mi cuello, no tarde mucho en alcanzar otro orgasmo, este realmente fue fuerte, al sentir eso César no tuvo piedad y comenzó a moverse muy rápido, lo que hizo que mis gemidos aumentaran de volumen y me llegara otro orgasmo, tres orgasmos, vaya noche. Ante esto César no tardo mucho en terminar, me hubiera gustado sentir esa leche, pero ante todo uso condón.

Francamente después de eso estaba demasiado cansada como para seguir, así que caímos en un sueño profundo. A la mañana siguiente desperté gracias a un beso en la mejilla, acompañado de un “Buenos días hermosa” seguía desnuda en la cama, él también, sabía que era momento de compensar todas las atenciones de la noche anterior, tome su pene con mi mano estaba medio firme, comencé a recorrerlo con mi mano, de arriba abajo, apretaba un poco, sentía como se ponía cada vez más duro le besaba la boca, mordisqueaba su labio inferior, nuevamente él tenía sus manos en mis tetas, me dijo que le encantaban le dije que eran todas suyas. Al estar lo suficientemente duro su pene le pedí un condón, lo saco de su chamarra, se lo puse e inmediatamente me monte en él, esta vez sí que tenía el control así que iba un poco rápido, me agache a besarlo y él me abrazo por la cintura, yo seguía moviendo mis caderas de arriba hacia abajo, eso era la gloria en cierto momento que me detuve siguiendo con el ritmo establecido continuo moviéndose para seguir con la dulce penetración y como consecuencia no tardo en eyacular, yo seguí moviéndome y alcance un pequeño orgasmo con lo cual apretaba su pene por los espasmos.

De nuevo acostados me dijo que había sido fabuloso, que le encanto y que no piensa dejarme ir, le respondí que por esa mañana sí que me tenía que dejar ir, que ya era de que me fuera a lo que me abrazo, beso y me dijo que en verdad quería seguir con lo nuestro de una forma más seria con lo cual me reí y pregunte que cómo era eso, con lo que respondió que quería que fuéramos pareja. Y es que si bien una cosa es pasar una noche de locura y otra seguir con la relación, pero después de cómo me lo había hecho en la noche sabía que yo también necesitaba más de él, con lo que respondí que seguiríamos en contacto, si bien no como novios que si íbamos a salir, le pase mi número, me vestí y despedí.

Al salir del cuarto y bajar a la sala me encontré con Roberto, retomo lo de la noche anterior que quería hablar de lo nuestro, le dije que no me molestara más, que hiciera el favor de respetar a su novia, al parecer no le importa tanto ya que intento besarme con lo cual se gano una cachetada, me había dado cuenta de que es un patán y qué patán, pero en fin después de la cachetada le dije que en verdad ya me dejara en paz, que no me quería, que tan solo quería volver a acostarse conmigo a lo que me dijo que no, que en verdad me quiere y que extraña nuestras pláticas le rete al decirle que si en verdad tanto me extraña por qué no dejaba a su novia, no supo dar respuesta así que pase a su lado y me fui.

Continuara….