Visitando a mi novio y su compañero de piso

Una historia en la que acabo siendo utilizado por mi novio y su compañero de piso

Hacía un mes y medio que mi ex se había tenido que ir a vivir al extranjero por motivos de trabajo. Llevábamos juntos poco más de un año en el que hubo muchas idas y venidas que habíamos vivido con gran intensidad. Mientras buscaba algo más definitivo para vivir, había alquilado una casa a un amigo suyo de toda la vida que yo aun no conocía más que en Facebook, pero ya sabía que era un poco cabraloca. Se llamaba Alex y era un tío moreno y que se había dado su primer ciclo hace poco, por lo que estaba realmente cuadrado. Mediría metro ochenta y cinco o así. Rodri, mi novio, era bastante loco del gimnasio, por lo que tenía un cuerpo diez. Moreno de piel y pelo, metro ochenta, ojos grandes y color castaño. Era un chulo de sonrisa irresistible que se creía con el Mundo a sus pies, y más o menos así era.

Yo que aun estaba en la universidad decidí que el mi viaje de fin de carrera, en vez de hacerlo con los de mi clase, lo utilizaría para ir a ver a mi novio. Nada más aterrizar me recogió en el aeropuerto y de camino ya le estaba metiendo la mano en la bragueta. Joder, como me gustaba su polla. Era una polla recta, morena, de un tamaño medio grande que utilizaba de maravilla. En el primer semáforo que no hubo un coche a nuestra altura aproveché para metérmela en la boca y saborear su gusto salino. Estaba tan cachondo que no podía parar de imaginar en el momento en el que me la iba a meter en casa.

Cuando por fin aparcamos en el garaje, Rodri me dijo que no sabía si estaría Alex, porque le comentó que nos iba a dejar la casa libre un rato para que nos diésemos la bienvenida. Cuando Rodri fue a abrir la puerta rápidamente alguien la abrió desde dentro:

  • Que bien que ya estéis aquí. Justo salía yo ahora a dar una vuelta. Un placer conocerte. - dijo Alex mirándome fijamente y dándome dos besos.
  • Igualmente. Luego nos tomamos algo juntos. Y muchas gracias por dejarme invadir tu casa unos días.
  • Para nada, es un placer. Mi casa es tu casa. Cualquier cosa que necesites, dímelo. - dijo esa última frase follándome con los ojos y salió por la puerta después de volver a despedirse.

Yo, un poco cohibido, me dí la vuelta mirando a Rodri y puse cara de “joder con Alex”. Era cierto que estaba muy bueno, pero no se cortaba ni un pelo. Ni con el novio de su amigo.

  • No te preocupes. Él es así. Además, eres su tipo totalmente, seguro que le has encantado.
  • Si... yo también lo creo.

Y ahí nos olvidamos de Alex y nos pusimos a lo nuestro. Yo me tiré a su boca y mientras poco a poco le desabrochaba el pantalón y él hacía lo mismo. De camino a la habitación nos quitamos la ropa como pudimos quedando desnudos frente a la cama. Yo me senté y comencé a darle una mamada como a él le gustaban. Nos mirábamos a los ojos mientras no me sacaba la polla de su garganta y él agarrándome del pelo me movía la cabeza a su ritmo. Me encantaba sentir que me utilizaba para darse gusto. Habría hecho lo que él quisiera; y así fue. En un momento dado me saco su polla de la boca, me escupió en la boca y me la volvió a meter hasta hacerme retroceder de una arcada. El pelo rasurado de su polla jugaba en mi nariz y sus huevos golpeaban con fuera contra mi barbilla mientras el me follaba la boca.

  • Joder, como he echado de menos esta boca de zorrita hambrienta.

Yo sin poder, ni querer contestar, seguí mamando tal y como Rodri me pedía. Después de 10 minutos en los que acabé de rodillas lamiéndole los huevos, me puso de pié:

  • Venga, que como sigas así me voy a correr antes de siquiera haberte follado como a ti te gusta.
  • Si joder, métemela.

Y así hizo. Me puso a cuatro patas en la cama y apuntando su polla en el centro de mi agujero la fue metiendo poco a poco. Estaba tan cachondo que no me importaba el dolor que me producía al entrar, fruto de poco huso que había dado a mi culo desde que Rodri se había mudado. Me encantaba sentir como su polla, como un palo ardiendo iba entrando poco a poco en mi culo, hasta que al final, debido a mi extremo grado de excitación, eché hacia atrás mi culo terminando de meterme yo su polla y levantándome buscando su boca.

  • Joder, como me gusta que seas tan zorra.
  • Fóllame joder. Dame tu leche.
  • Tranquilo que acabas de llegar. Y justo leche no te va a faltar.

Dijo esto y me empujo violentamente contra la cama para volver a ponerme en cuatro, me agarró del pelo con las dos manos y comenzó a montarme como si fuese un caballo. Notaba su polla entrar y salir entera de mi culo y sus huevos golpear contra los míos. Me azotaba como a una yegua y cada vez me la clavaba con más fuerza. Yo estaba en el séptimo cielo dejándome follar de forma tan brutal, y él no tardó con correrse. Yo notaba su taladro en mi próstata y sin querer tocarme para evitar correrme le escuché comenzar a jader.

  • Joder, no creo que aguante mucho más.
  • Dame tu leche joder. Si...

Y al final me corrí tanto y tan fuerte, que debí apretarle tanto el culo que él se corrió dando un berrido que debieron escuchar los vecinos.

  • Joder, que bueno Rodri. Quiero que me folles así todo el viaje.
  • Tranquilo, que este solo ha sido el de bienvenida.

Nos reímos los dos y fuimos al baño a lavarnos un poco. Yo al fin y al cabo llevaba todo el día de viaje. Después de una ducha rápida, volvimos desnudos a la cama y seguimos conversando. Hubo un momento en el que mientras hacíamos un poco de cucharita y hablábamos escuchamos la puerta de la calle. Debía ser Alex que volvía ya del paseo, y nosotros con la puerta abierta de par en par.

  • Holaaaaa. Hay alguien en casa??
  • Holaaaa, estamos en el cuarto – dijo Rodri riéndose mientras yo me cubría hasta arriba.
  • Vaya, ya veo que se lo han pasado bien.
  • Estamos echando una siesta, que estaba cansado del viaje – dije yo todo rojo.
  • Jajajaja si, una buena siesta. A ver si me echo yo una de esas también – dijo Alex con cara de salido.
  • Si quieres te avisamos para echarte la siesta con nosotros – dijo Rodri mientras su polla dura entraba mi ojete totalmente dilatado y lubricado aun por su corrida.

Yo me quedé quieto, cogelado y rojo. Intenté dar un codazo a Rodri para zafarme de él, pero no hubo manera. Sobre todo porque se iba a notar más mi excitación y que me la acababan de meter.

  • Hombre, si me dejáis meterme y echamos una siesta, yo encantado. Puedo? - me dijo Alex mirándome directamente a mi.
  • Yo no sé... a ver qué dice mi novio...
  • Si tu quieres que echemos todos la siesta un ratito a mi no me importa – mientras decía este, Rodri comenzó un suave bombeo que hizo que se me entrecortará la respiración.

Yo directamente no ya no pude contestar. Dejé que pasase un breve momento de silencio y entonces Alex hizo ademán de sentarse a los pies de la cama, a lo que yo le dejé sitio al lado mío y aprovechando para clavarme más la polla de Rodri. Se tumbó de cara hacía mi, con una media sonrisa, aun vestido y encima de las sábanas. Yo saqué el brazo desnudo y fui directamente a acariciarle la polla por encima del pantalón. Rodri me estaba follando ya al 100% y yo estaba tan cachondo que me daba todo bastante igual. La polla de Alex era bastante grande. Más grande que la de Rodri. Alex acercó su boca a la mía y comenzó a darme un beso con mucha saliva mientras yo le bajaba el pantalón y jugaba con sus huevos y su polla. Él de un salto se levantó y se desnudó dejando ver su cuerpazo musculado y su polla tiesa, también morena y gorda, muy gorda. Retiró las sabanas para entrar en la cama y Rodri aprovechó para levantarme, ponerme de nuevo a cuatro patas y comenzar de nuevo una follada tremenda, mientras me agarraba la cabeza para meterme la polla de Alex en la boca.

  • Uf, joder como la chupa de bien. Venías con hambre del viaje, eh? - dijo Alex descojonandose.
  • Ya te dije que era la mejor comida de polla de Madrid.

Claramente habían estado hablando de mis dotes amatorias... algo que no me terminaba de hacer gracia, pero que me ponía bastante cachondo. Yo me deleitaba con la polla de Alex mientras Rodi me reventaba el culo. Alex echándose hacia delante me abría el culo para que la polla de Rodri entrase aun más y sus huevos chocasen contra los míos haciendo un ruido acompasado. Joder qué placer... Alex acompañaba la follada de Rodri con unos buenos azotes que me ponían aun mas cachondo.

  • Joder que zorra es... como traga por el culo y por la boca.
  • Jajajajaja – escuchaba a Rodri reir mientras asentía y disfrutaba de la follada. Presumiendo de lo zorra que era su novio.
  • No mentías. Oye, dejame que reviente yo un poco a esta zorra. Que la quiero ver gemir.

Yo, con la polla de Alex metida hasta la garganta les dejaba hablar y hacer. Estaban dándome un placer como hacía meses; y el hecho de sentirme usada como una buena zorra me ponía aun más cachondo. Notaba con la polla de Rodri entraba y salia entera alternándose con los dedazos de Alex en mi culo. En alguna ocasión se encontraban dentro los dedazos de Alex y la polla de Rodri, lo que me dilataba aun más y me hacía dar pequeños gemidos.

  • Venga, si quieres prueba tu, para que veas qué tal.
  • Eso, déjame que monte un poco yo a esta zorra.

Alex pegó un salto y se puso detrás de mí rápidamente. Me clavó su polla de un solo golpe y dió un aullido como un lobo mientras yo comenzaba a gemir como la zorra que me pedía que fuese.

  • Buaaah, no te esperabas esta polla, eh? Pues toma zorra, disfrutala. - y comenzó a meterme una follada con tanta fuerza que me hizo caer de bruces contra la almohada. Lo único que podía hacer era levantar mi culo para que entrase aun más profundo y me diese más placer. Alex totalmente encima mío y rodeándome el cuello con su fuerte brazo continuó jadeán y hablándome a la oreja mientras me envestía – Lo estás disfrutando, eh zorra? Ya me dijo Rodri que te iba a encantar tu regalo de bienvenida. Abre bien el culito así, que te lo vamos a dejar que no te vas a poder sentar, que parece que te gusta.

En ese momento apareció Rodri aun empalmado y limpio despues de darse un agua.

  • Venga que yo me quiero correr y te voy a dar la merienda tal y como a ti te gusta.

Alex me puso de rodrillas otra vez y con su mano izquierda agarró mi pelo para emprotrarme contra la polla de Rodri, y con su mano derecha me comenzó a dar azotes acompasados a su follada. Estaba gimiendo tanto que Rodri no tardó en correrse en mi boca. Noté y saboreé todos sus trallazos de lefa que inundaron mi boca. Joder qué buena estaba. A los 2 segundos me corrí yo y prácticamente a la vez Alex, dando de nuevo un aullido mientras me agarraba de las caderas clavándome su polla hasta el fondo, donde la dejo unos segundos mientras se corría. Acabamos los 3 tirados en la cama, con la respiración aun entrecortada y aun bastante cachondos. Cubiertos en saliva y sudor.

  • Pues si ha estado bien la bienvenida – dije yo en tono de broma.
  • Pues espérate, que hay más.