Visitada por los vampiros
Este tipo de relatos es un poco para quienes me seguís y habéis insistido por correo que los publique.
Visitada por los vampiros.
Había estado las últimas semanas muy ocupada, estaba nerviosa porque nunca antes había realizado algo parecido. No quería decepcionar a Velkan, así que puse en marcha el ordenador y busqué consejos en varias páginas especializadas en el tema. Esto hizo que me excitara mucho y terminé en páginas de sexo, haciendo que consiguiera varios orgasmos tocándome. Estaba en lo mejor de un orgasmo cuando llamaron a la puerta de la casa.
Cuando abrí me encontré con Vladimir. Su cara arrugada y semblante grisáceo, sus ojos inexpresivos y su boca sin dientes llamó completamente mi atención. Su traje perfectamente planchado, su blanca camisa de seda hacia que contrastara con el traje negro.
Él se quedó admirando sin disimular mirando mis pechos, que pugnaban por salir por mi escote. Disimulaba muy mal la sorpresa al encontrase con que le había abierto con un vestido tan excesivamente escotado, que apenas ocultaba el nacimiento de mis pezones.
Vaya. Menuda sorpresa, Supongo que tú eres María, la que nos ha invitado para alimentarnos, a Velkan y a mí...
¿Alimentar? ¿Qué significa eso...? – Me había quedado con la mente en blanco y no reaccionaba ante esa situación.
Perdona cielo. Soy Vladimir. Creo que Velkan te ha avisado de nuestra llegada. Tú debes ser María, ¿Cierto?
Si... si. Pero me has pillado de sorpresa, porque esperaba a Velkan. ¿No viene él?
Si, no tardará en llegar, ya que se ha entretenido en dejar el coche donde no estorbe, pero puedes seguir con lo que estabas haciendo mientras llega él.
Puede pasar y le esperamos mientras llega.
Con una reverencia pasó hasta el salón, tomando asiento en el sofá, mientras yo ponía bien los cojines para que no le molestaran. A continuación me fui a la cocina a subirme un poco el vestido y disimular mis duros pezones que pugnaban por salirse del vestido.
No había tenido apenas tiempo de nada, cuando volvió a sonar el timbre y cuando abrí estaba Velkan con un ramo de rosas rojas en la mano.
- Te traigo estas rosas, que yo mismo he seleccionado entre las más bellas de mi jardín, para la mujer más hermosa que conozco.
Le agradecí el gesto poniéndome de puntillas y depositando un beso en su mejilla.
Había estado muchos días pensando en este momento y ahora que se me presentaba, había quedado completamente parada sin saber cómo reaccionar. No podía quitarme de la cabeza el motivo de su visita, pero me había pillado por sorpresa que viniera acompañado. Solo pude balbucear unas entrecortadas palabras
Gracias cariño. ¿Quieres pasar y las pongo en un momento en agua?
No quiero molestarte, solo te traía un pequeño detalle de agradecimiento por tu invitación...
¡No hacía falta! No hacía falta que te hubieras molestado, anda, pasa.
Hice que se sentara en el sofá al lado de Vladimir mientras me entraba en mi habitación y me arreglaba, para estar más atractiva. Me arreglé el pelo y me cambié de ropa poniéndome un vestido de gasa si sujetador ni bragas. Quería causar muy buena impresión. Mi figura se reflejaba en el espejo del armario, donde se podían apreciar mis pezones a través de la gasa y el reflejo de mi entrepierna, entre los pliegues de la falda. Cuando salí pude observar la expresión de de asombro en el semblante de ambos hombres. Me senté entre los dos y comenzamos a tratar temas triviales para ir rompiendo un poco el silencio despertado ante mi aparición.
¿Cuántos años tienes?
38 años.
Pues parecen menos, estás muy bien.
Me parecía extraño. Me estaban desnudando con la mirada desde que salí del dormitorio y únicamente se les ocurre preguntar por mi edad.
Perdona, yo no quería molestarte al preguntar tu edad...
¿No querías que me sintiera mayor?
Ambos sabéis a lo que habéis venido y desde hace mucho que conocéis mi edad.
Vladimir es la segunda vez que me ve, pero tu Velkan ya me conoces desde hace mucho.
¿Queréis hacerme preguntas más interesantes o vais a seguir por este tipo de preguntas?
Estuve unos segundos en silencio, me habían sorprendido, pero quería que fueran más directos.
Tus tetas. ¿Te han crecido desde la última vez que te vi o son imaginaciones mías?
Si, después de la última vez, he estado embarazada y me crecieron al nacer mi hijo y darle de mamar.
Ante mi respuesta se miraron el uno al otro y desviaron su mirada a los oscuros pezones que se adivinaban a través del vestido.
-¿Sigues teniendo leche en la actualidad?
Me quedé sorprendida por la pregunta. No pensé que a unos vampiros que se alimentan de sangre, les importara si estaba lactando.
¿Cuál es el motivo de esa pregunta? Quiero que sepáis que si, sigo teniendo leche, ya que mi hijo sigue alimentándose de mis pechos a pesar de su edad.
Perdona por la pregunta, pero nunca hemos probado la sangre de una mujer lactando y creo que estamos perdiendo el tiempo.
Creo que tenéis razón, ya sabemos el motivo por el que estamos reunidos y si lo deseáis podéis empezar a comerme cuando os apetezca y luego juzgáis si os gusta la sangre de una lactante.
Levanté los brazos y de un tirón me sacaron el vestido por la cabeza, dejándome completamente desnuda en medio de los dos.
- Joder, decidiros por dónde empezar, pero ir despacio que tenemos tiempo. Quiero sentir cada momento y disfrutarlo enteramente.
Velkan me sujetó de mi pelo largo rubio acercando su boca a la mía nos fundimos en un beso lujurioso. Succionaba mis labios con fuerza. Sentía el sabor salobre de mi sangre, debido a fuerza con que me mordía los labios, mientras sus manos apretaban mis tetas comprobando si salía leche de ellas. Me estaba poniendo a mil. Mientras Vladimir no perdía el tiempo y acariciaba mi vagina, restregando su mano por mis labios vaginales y poniéndome a mil con el roce de sus dedos en mi clítoris. Velkan me tomó de la cintura y me depositó en su regazo, quedando mis tetas a la altura de su boca. Me empezó a devorar los pezones como si no hubiera un día después.
Podía sentir su polla pugnando por penetrarme, mientras no dejaba de chupar mis pezones. Podía sentir sus dientes apretando y su lengua lamiendo y azotando las sensibles puntas de mis tetas. Saltaba con su boca de un pezón a otro, para volver a succionar la sangre de mis reventados labios.
- Por favor no me destroces, ni me dejes marcas permanentes, que pueda descubrir mi marido que has estado conmigo. Tómate tu tiempo y disfrutemos de este encuentro sin prisas. No me devores como un lobo hambriento.
Me hizo caso y me dio la vuelta colocándome de espaldas a él. De esta postura mi culo quedaba apoyado en su dura polla que ahora pugnaba por penetrarme por detrás. Sus manos apretaban mis tetas ofreciéndolas a Vladimir que admiraba mis pezones hinchados y enrojecidos por la acción de su compañero.
- Ten, puedes probar ahora si esta putita tiene leche, porque por el tamaño de sus ubres parece que los tenga llenos.
Vladimir no se hizo repetir la sugerencia y comenzó a chupar mis sensibles pezones. Mientras podía sentir la polla de Velkan como se abría camino en mi culo penetrando con empujones rítmicos, dando la sensación de estar intentando partirme en dos. El placer que sentía en mis pechos enmascaraba el dolor en mi trasero, creo que estaba consiguiendo extraer leche de mis tetas, el placer al sentirlos chupados era muy intenso.
Podía sentir como se aproximaba el orgasmo sin que la polla de Velkan hubiera llegado a penetrar completamente en mí. Estaba gimiendo y retorciéndome de placer.
- Seguid… no paréis. Me estoy corriendooooo…..
En el momento en que Velkan consiguió meter toda su polla, me llegó un orgasmo muy intenso, haciendo que mi vagina soltara un chorro de flujos sobre Vladimir, pillándolo por sorpresa y mojándole de cintura para abajo.
Me entró la risa al ver su cara de asombro, pues a la leche que estaba sacando de mis tetas se unía a la que brotaba de mi vagina.
¿Nunca habías visto correrse a una mujer de esta manera?
Joder, no me lo esperaba. Nunca me había pasado que se hubieran meado encima de esta manera.
No es habitual, pero en mi caso si suele pasarme en algunas ocasiones. No son meados, son flujos vaginales originados por el placer del orgasmo.
Ahora si me lo permites quiero hacerte disfrutar hasta que se te salten las lágrimas de placer.
Echándome un poco hacia delante sin sacar la polla de Velkan de mi culo, le bajé los pantalones y los calzoncillos hasta los tobillos, admirando su polla que apuntaba orgullosa hacia el techo, me escupí en las manos y cogiéndola comencé a hacerle lentamente una paja.
- Tienes una polla muy hermosa. ¿Has tenido alguna enfermedad o problema en ella?
- No deseo arriesgarme a contraer algo, que luego me haga lamentar el haber hecho esto.
Tengo miles de años. Soy lo que vosotros los humanos entendéis como inmortal, aunque eterno no hay nada en este mundo, envejezco como cualquier hombre, pero el proceso es tan lento, que para vosotros es inapreciable. Por lo tanto soy inmune a las enfermedades conocidas.
- Nunca he tenido enfermedades sexuales.
Más tranquila por su comentario me introduje aquella gran polla en la boca empezando a lamer la punta y chupando toda la parte que dejaba libre el frenillo. Le daba lametones en la punta, para a continuación introducirla y succionar una y otra vez, mientras no dejaba de acariciarla con mis manos.
Era delicioso sentir como entraba la polla de Velkan en mi culo, mientras devoraba literalmente la polla de Vladimir. El gustito salobre de la polla del vampiro inundaba mi paladar y sus gemidos de placer me incitaban a insistir en mi labor.
- María me vuelves loco, vas a hacer que me corra en menos de un minuto si continúas así.
Me sujetó del pelo y apretó mi cabeza sobre su polla, haciendo que me entrara toda hasta la garganta. Debido a la sorpresa de su acción me entraron muchas nauseas y me faltaba la respiración. Empezó a bombear fuerte follando mi garganta. Velkan me empujó hacia delante sin dejar de follarme el culo, dejándome a cuatro patas empalada entre los dos, mientras. No podía dejar de chupar la polla de Vladimir ni Velkan sacaba su polla de mi culo. Jugaban con mis tetas colgantes, apretando los pezones y tirando de ellos hacia abajo, como para comprobar la longitud que podían alcanzar.
Continuaban con sus embestidas mientras azotaban mi culo y jugaban con mis colgantes pechos.
Podía sentir que la polla de Vladimir estaba de punto de correrse y no podía durar mucho tampoco la de Velkan.
- Por favor correros ya, estoy llegando al límite y me voy a correr de nuevo.
Pude sentir la leche inundar mi garganta y los estremecimiento del otro vampiro me confirmaron que también se había corrido en mi culo.
A continuación me pusieron tendida en el sofá con mi cabeza colgando por el lateral. Mientras Velkan me ponía la polla en la boca para que la limpiara, Vladimir se apoderó de mis tetas apretando los pezones. No podía comprender como podía seguir saliendo leche de mis pechos después del tratamiento recibido. Consiguieron que volviera a tener otro orgasmo sintiendo correr los flujos por mis muslos y manchando el sofá.
No te vayas a creer que hemos terminado contigo.
Vas a correrte más veces que la vez que más que hayas corrido.
Por favor, dadme un respiro, me duele el culo y tengo los pezones irritados.
Aun no te hemos follado ese lindo nido de amor que tienes entre las piernas y está diciendo, ¡fóllame!
Hoy vas a saber lo que es estar bien follada.
Velkan se tendió en el sofá y me hizo sentar encima de su polla, cogiéndome de los hombros me atrajo hacia él, dejándome tendida con mis tetas apretadas sobre su pecho, empezando a follarme de nuevo pero por la vagina, que debido a lo bien lubricada que estaba, dejaba entrar y salir aquella gran polla sin mucha dificultad.
No contentos con follarme uno solo, Vladimir se puso detrás de mí y abriendo mis nalgas, puso su polla en la entrada de mi dolorido culo, empujando y sincronizando sus movimientos con los de su compañero, empezaron a follarme coño y culo al mismo tiempo.
Vladimir tiraba de mi pelo hacia él y Velkan lamía y succionaba mis pezones alternando de uno a otro. El placer que me estaban dando era indescriptible. Los orgasmos se estaban encadenando uno detrás de otro sin tiempo para recuperarme.
Aquella velada me estaba enseñando que mi cuerpo no tenía límite. Con aquellos dos profesores del sexo, estaba experimentando algo que jamás había sentido con mi marido, ni con los amigos con los que me había acostado hasta entonces.
Una vez se corrieron llenándome el culo y el coño con su semilla, me hicieron chuparles las pollas para limpiarlas.
- Ahora que te hemos complacido y llenado con nuestra leche, tienes que llenarnos tú con el fluido vital de la vida.
- Nosotros tenemos que alimentarnos con sangre y que mejor sangre que la de la mujer que nos hemos follado.
Una vez terminado de decir esto Velkan se acercó a mí y empezó a besar mis labios relamiéndose después de saborear la sangre que brotaba de mis heriditas ocasionadas con sus afilados dientes. Poco a poco fue desplazando su boca por mi rostro hasta alcanzar mi garganta. Podía sentir el roce de sus colmillos como si me arañaran dos agujas muy afiladas.
– Por favor no me dejes señales donde se puedan ver.
– Alimentaros pero sin dejar señales que puedan verse y descubrir que habéis estado conmigo.
Velkan haciendo caso a mis palabras siguió chupando y lamiendo por mi cuerpo, llegando hasta mis pezones, donde se entretuvo un rato chupando y haciéndome gemir con sus mordisquitos, pero sin llegar a clavar sus colmillos.
Poco a poco llegó a mi vagina, donde estuvo un rato lamiendo y chupando, hasta que pude sentir como si dos clavos se introducían en mi tierna carne.
– Ahora me toca a mí, aunque como has podido comprobar no tengo colmillos.
Es lo que me dijo Vladimir enseñando su desdentada boca.
- En mi caso la lengua es con lo que me valgo para alimentarme, pero como vas a experimentar, no es una lengua normal.
Sacando su lengua, puede ver que esta medía tanto o más que su polla y en la punta presentaba la apariencia de la boca de una lamprea. Era como si tuviera una lamprea sonrosada de 20 cm. implantada en la boca en lugar de la lengua.
Para quien no haya visto nunca una lamprea, explicaré que su lengua presentaba una abertura en la punta en forma de ventosa, pero rodeada de muchos dientes inclinados hacia su interior.
Ver acercarse aquella lengua a mí me produjo escalofríos y mucho más cuando se dirigió directamente hacia mis tetas. No podía creer que aquello pudiera sujetarse a mis pechos.
Intenté retirar mis tetas del alcance de aquella monstruosa lengua, pero en un movimiento rápido se sujetó a mi pezón derecho, quedando firmemente sujeta por los dientes a mi aureola.
– Nooooo… por favor, eso no. Por favor.
No solo no me hizo caso, sino que estiró de mi pezón clavando más profundamente los dientecillos en él.
Jamás había pensado que pudiera existir algún ser como el que me estaba mordiendo el pezón con semejante lengua. Me dolió mucho al ser penetrado por tantos dientes como alfileres, pero al cabo de unos instantes el dolor se fue calmando. Seguramente la saliva de ese ser producía el efecto de calmar el dolor y únicamente podía sentir como se alimentaba con lo que succionaba de mi pecho.
Estaba siendo comida por dos vampiros en pago al placer que me habían dado unos momentos antes y tenía la certeza de que no me iban a quitar la vida, para poderse alimentar en posteriores ocasiones.
Una vez Vladimir soltó mi pezón, pude ver como la aureola presentaba muchos puntos sangrantes alrededor del pezón y este estaba ensangrentado presentando una incisión en la punta, por donde había succionado mi sangre.
No había terminado aún conmigo, ya que rápidamente se apoderó del otro pezón haciendo que gritara por la sorpresa y el dolor.
- Noooo…. Mas nooooo por favor. Me duele mucho.
No me hizo el más mínimo caso y mordiendo el pezón repitió lo mismo que con el anterior. Una vez pasada la primera sensación de dolor, pasaba a ser como un hormigueo en mi adormecido pezón.
Las fuerzas me estaban abandonando debido a la pérdida de sangre y me sentía como si flotara. Los dos pezones me ardían una vez había terminado de de comérselos y mi vagina y culo me dolían debido a haber recibido más polla de la que normalmente recibo en una semana.
Cuando desperté al día siguiente estaba tirada en el sofá y me encontraba muy débil. Haciendo un esfuerzo pude llegar hasta el baño donde pude apreciar en el espejo, el estado en que habían quedado mis tetas y vagina, ya que los pezones mostraban muchos pinchazos alrededor de los pezones y otros más profundos en el centro de éstos, junto con un cerco amoratado y mostraban restos de sangre seca que debía haber salido a través de las numerosas heridas. El vampiro se había alimentado por succión a través de las heridas en los pezones y los moratones en las aureolas eran por haberse sujetado con fuerza a los pechos.
Mi vagina presentaba varios puntos sangrantes, donde había sido mordida, pero habían cumplido mis deseos de no dejar huellas en sitios que se pudieran ver una vez vestida.
Hasta aquí he contado el resultado de mi invitación a dos vampiros para cenar en mi domicilio.
He tenido otros encuentros con Velkan y otros vampiros, pero eso es para otros relatos.
Marirosa.