Visita inesperada
Mientras me tocaba, llego una vista que vino a darle un giro total a mi satisfacción.
Hoy romperé un poco con mi esquema cronológico de mis vivencias a lo largo de mi vida y les contare algo que me paso hace un par de semanas…
Era viernes por la noche, y no tenía ningún plan. Últimamente no salgo mucho, así que suelo quedarme en casa para descasar y hacer deberes. Me había bañado, había secado mi cabello y me había dispuesto acostarme, esta noche me apetecía dormir sin ropa, normalmente lo hago, pero por extrañas razones que ni yo misma se, tenía mucho tiempo sin dormir así.
Estando acostada y desnuda, algo empecé a sentir, sabia de lo que se trataba (estaba excitada) pero quise dejarlo a un lado y proseguí con lo mío. Fui a buscar una crema corporal y empecé aplicarla por toda mi piel para humectarla después del baño, note que eso no sirvió de nada, al contrario, solo logró ponerme peor, estaba cansada y realmente no era mi pienso tocarme esa noche, pero creo que me estaba empezando a rendir.
Me volví a tumbar sobre mi cama y me entregue completamente a ese sentimiento de excitación, comencé suavemente acariciar mi abdomen con la yema de los dedos, poco a poco mientras subía por mis pechos note que mis pezones comenzaban a elevarse y no pude evitar no darles la atención que estos pedían, los masajee, jale, era una sensación maravillosa, yo realmente estaba MUY EXCITADA. Estaba cansada así que no quise perder el tiempo y mi mano fue directamente a mis partes íntimas, me gusta siempre estar depilada así puedo sentir mucho mejor la humedad y la piel de mi vulva, abrí sus labios con mucha delicadeza como si se tratara de abrir un regalo sorpresa y para mi sorpresa está bastante húmeda, he de decir que a mis dedos se les facilitaba bastante deslizarse por todos sus rincones.
Esta noche quería pensar en ti, en que fueras tu quien pasaba sus dedos por mi sexo y me tocaba con tal frenesí, que eras tú quien habría mis piernas para encontrarse con la parte más caliente de mi cuerpo. Mientras más te imaginaba mi mente viajaba más a todo aquello que dices querer hacerme, sabes cómo me gusta que me trates: rudo e imponente. Me encanta que me digas que me quieres hacer y que de tu boca salga todas esas palabras que de solo imaginarme en este momento hace que mi mano quiera dejar de escribir y vaya directo a mi sexo, te imagino a ti, si, a ti, abriendo mis piernas para llevar tu cabeza entre medio de ellas y beses cada centímetro de mi dulce manjar, te encanta lo sé, porque siempre me lo dices, aunque a decir verdad no se a quien le gusta más si a ti o a mi porque siempre consigues volverme loca. Haces que termine en tu boca, ¡mmh que delicia!, se tu siguiente cuartada porque te conozco y se cómo te gusta jugar con mi parte trasera. Me elevas mi culo dejándolo a tu disposición, te encanta masajear mis nalgas sentir su carnosidad y redondez, las besas y azotas ligeramente, las acaricias como si fuesen tu tesoro más preciado, te gustan y mucho, las abres y comienzas a besar la entrada de mi ano, sabes que ante eso no me puedo resistir jamás porque me vuelve loca que lo hagas, tu lengua juguetona hace muy bien lo suyo y que decir de tus dedos que los invitas al gran festín para dar entrada a uno y luego dos, me haces gemir como nunca; sabes cuando ya me encuentro lista y me inclinas más sobre la cama para que tu pene comience entrar de un solo golpe por mi ano, ante tal acción grito y aprieto con todas mis fuerzas las sabanas de la cama, me gusta que seas rudo pero sabes, a veces me lastimas… Pero como quejarme ¡si me encanta!
Sin darme cuenta por todas esas escenas que hacía en mi cabeza, abrí mis ojos y vi que de mi vagina corrían y corrían líquidos hacia mi ano, mi mano estaba totalmente mojada y yo entregada al cien al sentimiento. En eso que estoy a punto de cerrar mis ojos para seguir imaginando lo que me hacías y suena la puerta de mi casa. ¡No puede ser! Porque me hacen eso justo en ese momento, ¡ufff! Me levante rapidísimo de mi cama y por el nervio de saber quién era y atender lo más rápido la puerta para seguir en lo mío, fui a mi closet y tome un vestido negro corto pegado al cuerpo, obviamente el pensar en ponerme ropa interior no fue una opción para mí, lo que quería era abrir ya. Abrí la puerta y para mi sorpresa era mi hermano, no recordaba que desde la tarde me había comentado que iría a mi casa por unos papeles importantes que teníamos que revisar. Lo pase, pero para mi gran sorpresa no venía solo, venía acompañado de un amigo que en mi vida había visto, no es como que se sepa el sequito de amistades que tiene, pero si los conozco en su gran mayoría, me lo presento y cordialmente nos saludamos, yo con el nervio de cambiarme rápido y abrir la puerta olvide por completo que mi vestido era muy corto y ceñido totalmente al cuerpo y que había un gran detalle: no tenía puesta ropa interior.
El casi de inmediato me hizo recordarlo, puesto que después de darme la mano a manera de saludo por la presentación, su mirada se posó por todo mi cuerpo y se quedó varado en mis pechos, hago recordatorio que mis pechos son MUY grandes así que es casi imposible no darte cuenta de su existencia, este no dejaba de mirarlos a lo cual quise decirle “si, están muy grandes ¿y?”, pero por decencia me contuve y ligeramente voltee hacia ellos para ver si había algo extraño y si, mis pezones estaban su punto de elevación máximo, uno de ellos esta perforado y se hacía notar muchísimo más todavía. Mi hermano me pidió entrar a un pequeño escritorio que tengo en un pasillo que da hacia mi recamara, accedí y me quede con su amigo, mi hermano es 3 años más grande que yo, pero a juzgar al amigo probablemente era un par de años más grande que mi hermano. Estábamos sentados en la sala, yo en el sillón y el en una silla frente a mí, por cortesía empezamos a platicar de cosas típicas para romper el hielo, el no dejaba de verme las piernas por lo corto que era mi vestido y volteaba mucho a mis pechos para ver si conseguía nuevamente ver sobre salir mis pezones, confieso que por la manera en que me miraba estaba comenzando a excitarme pero también la situación se estaba haciendo un tanto incomoda; le ofrecí un vaso con agua y él lo acepto, al pararme del sillón sentí como mi vestido se subió casi por la mitad de mis nalgas, al llevar mi mano a la tela y jalarlo, en efecto, me di cuenta que se subió más allá de la base de mis nalgas, disimule lo más que pude que no había pasado nada pero fue imposible, el vio todo el espectáculo, no sé si solo vio mis nalgas o alcanzo ver parte de mi intimidad.
Fui por el vaso con agua y se lo entregué el me dio las gracias con una sonrisa de oreja a oreja, a estas alturas no sabía si las gracias eran por el vaso con agua o por haberle mostrado mis nalgas. Entro mi hermano a la sala y se sentó en el sillón, el empezó a explicarme todo el paleo que teníamos que firmar y yo sin sentarme en el sillón me eche de medio cuerpo al descansa brazos del sillón, inocentemente digo que volví a olvidar lo corto de mi vestido y del detalle de no traer ropa interior… sentía una mirada muy fuerte y voltee a ver al amigo y note que no dejaba de ver mis piernas y nalgas, que debido a la posición en la que estaba se dejaba ver todo de mí, admito que eso ya me calentó demasiado y más porque cuando me cambie no tuve ni tiempo de secar los jugos que salían de mi así que puedo imaginar que hasta la humedad de mi entre pierna vio. El jamás se dio cuenta que note como me miraba puesto que estaba embebecido con la escena, mi hermano por su lado estaba tan atento leyendo y explicándome que jamás se enteró.
A mí la situación me tenía al tope, y aproveche para contonear mis caderas para que mi vestido se subiera un poco más, se lo que digo y estoy casi segura que le di acceso directo a ver mi vulva, porque inclusive abrí ligeramente mis piernas para que tuviera una vista más explícita. Mi hermano termino de hablar y me pregunto si tenía claro todo lo que me había explicado, obviamente yo jamás le puse atención, pero accedí que si me había quedado claro todo y firmamos. Se levantó del sillón y fue directo a la cocina para ver que me robaba de comida, en cuanto mi hermano salió de la sala de estar el amigo me pidió el baño y se levantó de inmediato como si hubiese visto un fantasma, sé que probablemente la escena hizo que su amiguito saliera de su cueva así que como vio que ya se irían fue acomodarse su pene o algo así porque tardo apenas un minuto en el baño. Se despidió muy efusivo y ambos pasaron a retirarse.
Si yo ya estaba excitada antes, ahora lo estaba muchísimo más. En cuanto cerré la puerta comencé a bajar el cierre de mi vestido, entre a mi habitación y termine por despojarme de mi ropa, me tire de un solo clavado en mi cama, mis jugos estaban al mil y mi sexo pide más atención que nunca, no podía olvidar el cómo me miraba ese chico, recreaba la imagen en mi memoria otra vez, el sentado frente a mí y yo dando todo un espectáculo enseñándole mi culo, esta vez me desvestiría frente a él de una manera muy sensual a paso muy lento, dibujaría mi silueta con mis manos pasando por cada una de mis curvas, bajaría muy lentamente el cierre de mi vestido y poco a poco lo iría bajando, primero te daría visión absoluta de mis pechos, los masajearía y apretaría para después ir bajando y quitándome completamente el vestido. Me siento en el descansa brazos del sillón con mis piernas completamente abiertas para que notes la humedad de mi sexo, tu mirada lo dice todo: te encanta el espectáculo. Sigo masajeando mis pechos y jalo ligeramente mis pezones, mientras una mano sigue jugando en mis pechos la otra va lentamente bajando por mi abdomen hasta llegar a la meta, comienzo a pasar la yema de mis dedos por el contorno de mi vulva para luego llevar mi dedo medio y pasarlo de arriba abajo y por cada rincón.
Me encanta, comienzo a gemir muy sutilmente disfrutando de lo que hago, pero no me es suficiente así que comienzo a meter un dedo dentro de mi cavidad, oh si, se siente tan bien, esta tan caliente y húmeda; tu que estas frente a mi mirándome comienzas a verme con cara de deseo queriendo ser tu quien ponga ese dedo dentro de mí. Introduzco otro dedo y comienzo a gemir más fuerte, me gusta sentirme bien llena, no puedes más y vienes a mí a ayudarme a terminar con lo que comencé, te incas frente a mí y comienzas a comérmela toda, tu lengua esta feroz, hambrienta, me chupas con una intensidad que me haces gemir como loca, te acabas de dar cuenta de lo puta que puedo llegar a ser así que de golpe metes dos dedos en mi vagina mientras me sigues chupando, tus dedos entran y salen de una manera muy veloz y con mucha facilidad por los jugos que esta emana, estas siendo muy rudo pero no importa así me gusta yo mientras aprovecho mis piernas para rodear tu cabeza y apretarte más a mí para que no puedas escapar de lo que estás haciendo.
Estoy a punto de venirme y por mis jadeos entre cortados lo notas y paras, sin pedirme permiso o hablar me volteas y me inclinas sobre esa parte más alta de sillón, dejando mi culo expuesto hacia ti, escucho que empiezas a quitarte tu cinturón y te digo que no, que no lo hagas, pero a ti parece no importarte porque solo me callas. Abres mis nalgas y comienzas a pasar mis líquidos vaginales a la entrada de mi ano para introducir tu dedo pulgar en el mientras dos más de ellos van directo a ser introducidos en mi vagina, me tienes bien llena dándome por ambas partes, me haces gemir tanto que la verdad no sé si me estarán escuchando mis vecinos, y a decir verdad no me importa.
Me estoy acostumbrando a tus bestiales dedos, cuando en eso los sacas de mis dos agujeros, tomas tu pene y de un solo empujón lo metes por mi culo, yo grito muy fuerte, me dolió, pero me recompensas dándome suave para que disfrute y me vaya acostumbrando. Metes dos de tus dedos por mi vagina, ¡me encanta sentirme llena! Que me den por ambos lados para mi es lo mejor me estás haciendo gemir como puta, lo estoy disfrutando mucho y lo sabes porque empiezas acelerar el ritmo de tus embestidas, al parecer quieres reventarme e culo o por lo menos eso me haces pensar por la forma en la que me penetras. Comienzo a gemir más fuerte, ya estoy por venirme, que sensación tan rica, mmmh me encanta, luego de varias embestidas brutales te dejas vaciar en mí, me dejaste hecha polvo. Acomodas tu ropa y te despides. Me quedo tirada en mi cama imaginándome toda esa escena, aun teniendo espasmos de la gran corrida que me acabo de dar, estalle como hace mucho no lo hacía, lo único que me queda decir es “gracias hermano por traer a tu amigo”.
Me quedo sin moverme un rato para recuperarme y me dispongo a dormir, pero para mi sorpresa después de estar dos horas dormidas, me despierta una sensación muy peculiar en mi entre pierna a lo cual vuelvo a darle toda mi atención.