Visita inesperada 2
Esta es la continuación de mi relato anterior, a petición de 2 de mis lectores lo extenderé un poco más y tratare de darles más detalles. Espero que les guste...
Como les conte en mi relato anterior, en una noche de trabajo termine en la cama con mi jefe, al siguiente dia de tremenda faena el se fue de mi casa sin decir ni siquiera "Buen dia", esto me hizo sentir terriblemente usada y mal, pues me di cuenta de que estaba dañando una familia, una esposa e hijos que ni siquiera conocia.
Paso aquel fin de semana sin nada extraaordinario, me encerre en casa a pensar lo que habia hecho y meditar bien mi siguiente paso; no tenia ganas de llegar a la oficina aquel lunes, ahí todo seria definitivo seria la otra mujer, esperaba desprecio de mi jefe al fin y al cabo ya habia conseguido lo unico que podia obtener de mi.
Me sentia muy diferente en comparación a como me sentia la noche que habiamos pasado juntos, Marco ya habia mostrado como querian que fueran las cosas, y yo no estaba dispuesta a secundarlo; decidida a todo cuando callo el medio dia, entre sin aviso a su oficina, sabia que nadie nos escucharia pues todos se habian ido a almorzar, con una terrible rabia en la mirada me acerque a el en silencio, me sente en una silla y comenzamos a hablar.
-Esto no puede ni va a seguir así, olvida lo que pasó aquella noche tu y yo de ahora en adelante tendremos el minimo trato posible, como vi no te importó lo que pasara conmigo, simplemente deseabas una aventurilla y ya.- dije yo, pero no estaba para nada preparada para su respuesta.
-¿De que hablas? aquella noche fue magnifica, jamas estuve con mujer más candente que tu, me fui a la mañana siguiente sin decir nada porque tenia temor de dañar lo que pasamos juntos, escucha cuando te metiste conmigo a esa cama sabias que soy un hombre casado y no te voy a prometer ni jurar amor, las cartas, el romance, ser una pareja, todo eso conmigo no lo vas a obtener, si quieres algo de mi va a ser solo sexo salvaje y rudo, lo ultimo que quiero es una niñita fastidiosa creyendo que voy a dejar a mi esposa.- dijo Marco con una actitud arrogante; senti como si me apuñalaran el pecho, pero tenia razon nada más que eso podia buscar y bueno las aventuras son un juego de dos y yo tambien se jugar.
-Bien- dije dibujando una sonrisa en mi rostro -Solo sere tu amante, pero aclaremos las cosas, no espero que al acabar la noche seas romantico pero al menos despidete o haz un par de comentarios buenos, y no me ignores en la oficina eso me quita lo candente- Dicho esto me mordi el labio inferior mientras cruzaba la pierna lentamente.
-Eres el demonio, no solo eres toda una puta en la cama si no que tambien lo eres en la oficina, tentandome de esta manera, odio lo que eres, pero me encanta al mismo tiempo- dijo mientras se acercaba a mi y me levantaba, me acerco a su cuerpo y paso sus brazos por mi cintura, y me dijo al oido - Te invito mañana en la noche a un lugar especial, solo tu y yo para celebrar nuestro acuerdo, ve sin ropa interior quiero llegar facil a esoto.- mientras con una de sus manos apretaba fuertemente mi coquito, comence a mojarme pero mejor me separe de el y sin decir nada simplemente sali de su oficina.
Todo el dia estuve inquieta pensaba a donde me llevaria, la noche fue eterna para mi, y el dia siguiente fue muy dificil de superar, deseaba mucho tenerlo conmigo, verlo por ahí caminando sin podermele tirar en sima era toda una tortura; al final llego la hora de salir, me fui rapidamente a mi casa a buscar que me pondria, habia un vestido que nunca habia usado, un tono rojo fuerte, no podia ponerme brasier con ese vestido pues tenia un escote pronunciado en el pecho y la espalda, y mejor aun no se notaba que no llevaba, recogi mi cabello en una coleta alta y me maquille bien, me puse tacones y me prepare pues esa noche seria inovidable, estaba decidida a darle a Marco una noche que no olvidaria nunca.
Mi jefe paso a recogerme en su auto y primero fuimos a un mirador en el cual se veia toda la ciudad, aprovechando que no habia nadie Marco comenzo un juego intenso, nos pasamos a la parte trasera del auto y comenzo a besarme como aquella noche en la cual nos entregamos por primera vez, en un acto frenetico me sente en sus piernas mirandolo de frente, el noto lo exitada que estaba y comenzo a ser mas dulce y delicado, primero retiro la parte de arriba del vestido, dejando mis senos al descubierto, los atendio con mucha delicadeza y ternura, era casi irreconocible, pero me gustaba; yo lo besaba fuertemente mientras uno que otro gemido escapaban de mi y al borde de la locula comence a desabrocharle el pantalon.
-Espera ¿que haces?- dijo Marco.
-Desabrocho tu pantalon no es obvio.- conteste un poco molesta.
-Este no es el lugar del que te hable- respondio el con una sonrisa picara. Me pidio que me bajara de el y me incorporara, fuimos a un lugar cercano era una especie de cabaña, era bella y bien adornada.
-Este era el misterioso lugar- dije sorprendida.
-Si- respondio el sonriente - El hecho de que seas solo mi amante no quiere decir que no tendre buenos detalles contigo, en serio me gustas y te quiero solo mia- continuo mientras me abrazaba.
Me senti como en una telenovela barata así que opte por callarlo besandolo freneticamente, como la primera vez; intente borrar todo rastro de romanticismo porque eso era lo ultimo que queria, quite mi vestido de un solo tiron, y tambien a tirones comence a quitar su camisa, y a besar su abdomen, me encantaba, esa noche el no me haria nada, todo lo haria yo; así que como buena esclava comence a desabrochar su pantalon, su miembro se sentia muy duro debajo de su ropa interior, lo lance a la cama y comence un juego, subi por sus piernas dando suaves y lentos besos acompañados de roces de mis senos, subi por su pelvis sin siquiera tocar su miembro, recorri cada parte de su abdomen y pecho lenta y suavemente, bese su cuello como si fuera un suave bonbon.
Marco estaba al borde de la locura sus manos se desviaban a tocar mi vulva pero yo no se lo permitia, de repente me pose sobre su pene, baje su ropa interior y como la vez pasada comence a hacerle seco oral, ahora mas lento y muchisimo mas profundo, sensual y potente, no tardo mucho para llegar al climax, y me senti un poco insatisfecha, pense que aguantaria mas.
No contaba con que al ser Marco un hombre dominante querria domarme así que como pudo se levanto de la cama, me tomo y me beso fuertemente y me llevo hasta una mesa, me sento en ella y de un solo movimiento dejo su pene adentro de mi, fue magnifico ese salvajismo, el toque especial de la noche; con el mismo salvajismo envistio mi cuerpo durante un largo rato haciendome temblar y gemir, estaba tan abierta que se deslizaba su pene con mucha suavidad dentro de mi, para darle mas sabor a las cosas lo aparte fuertemente de mi, me di la vuelta recostando mi pecho en la mesa, abriendo bien mis piernas y diciendo -Si me quieres, ven por mi.- mi sorpresa llego cuando senti que se arrodillo debajo de mi y empezo a lamer mi vulva, cada lametazo me hacia estremecer y flaquear las piernas, senti que me iba a caer, termine en un orgasmo fuerte e intenso, Marco por su parte me cargo y me llevo a la cama donde se posiciono sobre mi y empezo una vez mas a envestirme con la fuerza y potencia que tanto lo caracteriza, sentia que iba a enloquecer mis gritos eran fuertes e intensos mientras el tambien esbozaba uno que otro grito de vez en cuando, para cuando iba a llegar al climax por segunda vez quise quitarme para que Marco terminara fuera de mi, pero el me apisiono y a la fuerza termino adentro de mi, no me gusto nada lo que hizo así que antes de que saliera de mi lo aprisione fuerte con mis piernas y le dije - Si tu ya terminaste pues yo no, así que dale hasme llegar al climax o esto se acaba- como pudo Marco siguio con buen ritmo hasta que mi climax llego y con un fuerte grito por fin habia terminado.
Las cosas la mañana siquiente fueron diferentes, nos levantamos temprano comimos algo y me dejo en mi casa, me bañe y arregle para ir a la oficina; una vez llegue el ya estaba ahi con una gran sonrisa...