Visita familiar
Despues de trabajar nadie cree que las visitas familiares puedan terminar de esta forma.
Tarde de junio, acabo de llegar de trabajar y hace un calor de perros, me meto en mi habitación para ponerme la ropa de estar en casa y entra mi compañera de piso.
Me cuenta que va a ir a por un familiar suyo a la estación que necesita quedarse en casa por esta noche porque mañana tiene que coger un tren. Cuando sale de casa, aprovecho y me doy una ducha, al salir decido ponerme un poco más fresquita y meto en mi habitación para enredar un poco con el ordenador.
Al rato aparece mi compañera de piso con "su familiar", un morenazo de más o menos 1,80, con unos ojazos marrones que te tiran al suelo y bastante bien hecho. Se hacen las presentaciones obligatorias y mi compañera decide bajar a comprar algo para poder cenar los tres, el chico dice que prefiere quedarse en casa porque está cansado del viaje.
Después de estar un rato metida en mi habitación bastante aburrida sentada al ordenador aparece el susodicho morenazo justo cuando me estoy agarrando el cuello quejándome del dolor, el chico bastante educado se ofrece a darme un pequeño masaje, yo accedo encantada.
Mientras el chico está deleitándome con el manejo que tiene de las manos, de repente empiezo a sentir como ha cambiado las manos por la boca. Empieza a comerme el cuello mientras con una mano me empieza a acariciar la garganta. Le pregunto que qué está haciendo, pero con su mano libre me tapa la boca, de la garganta empieza a bajar a los pechos, pero no puedo decir nada, excepto algún suspiro que se me escapa sin querer.
Pensando en que mi compañera puede llegar pronto decido aligerar un poco el proceso, me giro en la silla y me encuentro en primera plana con su ombligo, le empiezo a bajar los pantalones y lo que me encuentro es digno de darle un homenaje, por lo que cojo lo recién encontrado y me lo meto en la boca, el chico parece que se queda sin palabras. Mientras escucho sus gemidos, empiezo a calentarme ya demasiado, tanto que no puedo aguantarme mas, me levanto de la silla, le siento y me quito los pantalones del pijama que llevo puestos.
Me siento encima suyo, y empieza a entretenerse otra vez con el cuello, me pone tan cachonda que no dudo en cogerle la polla y metérmela dentro, estuve cabalgando encima suyo hasta que me cogió y me tiro a la cama, me tumbó y decidió meter su cabeza entre mis piernas, no pude reprimir ni los gritos ni dejar de pedirle que no parara. Me vino a la cabeza que mi compañera estaría apunto de subir y le cogí la cabeza me la acerque a la boca mientras con la otra mano metía su polla otra vez dentro de mi, le agarre con las piernas y le susurre al oído que no parara hasta que me hiciera terminar. Mientras sentía sus sacudidas no podía parar de gritar y eso le gustaba más y empujaba más fuerte, me volvía loca.
A los dos minutos no pude reprimir el gemido que me provocó sentir cómo estaba haciendo que me fuera, para que no me oyeran los vecinos empecé a morderle el hombro, me apartó, salió de mi, y me puso bocabajo, preferí incorporarme un poco para que resultara más cómodo y no dudo en volver a metérmela, después de casi 20 minutos de empujones y sudores, me susurró a la oreja que ya venía, me sujeto bien de las caderas para que no me escapara y termino dentro de mi, para luego terminar encima de mi jadeando de cansancio.
Me dio la vuelta me comió la boca y se calzó los pantalones, y se fue de la habitación diciendo que le había encantado hacer escala en mi habitación. Al rato apareció mi compañera de piso y la verdad es que me encantan que las visitas familiares que nos hace este chico terminen siempre de la misma manera.