Visita de cortesía (y 2)

Una historia real

-¿Lo hago bien así? –Preguntó.

-Muy bien, pero me deberías dejar que yo también tocase algo.

Sin decir palabra separó los muslos, con la corta falda sus minúsculas braguitas quedaron de inmediato a la vista. Alargué la mano y empecé a acariciarle el coño por encima de ellas. Enseguida empezó a agitarse.

-Anda –dije-, quítate las bragas.

-Sí, pero tú también los pantalones.

Me desprendí de zapatos, pantalones y calzoncillos, y al instante se había metido la polla en su boca y la mamaba con fruición.

Al poco apareció Lola con los cafés y dijo:

-¡Vaya, veo que os habéis lanzado! ¡Pues yo también quiero!

Uniendo la acción a la palabra se desnudó por completo y no sé cómo se las arregló para subirse al sofá entre los dos y plantarme el coño en la boca. Claro, yo empecé a lamérselo de inmediato. Al momento gritaba:

-¡Ay cabrón, que bien lo chupas! ¡Cómo me gusta! ¡Quiero que este placer me dure mucho! ¡O repetirlo cuando me corra!

Alicia; que también estaba ya presa de espasmos; también balbuceó:

-¡Yo no puedo más! ¡Folladme o comedme el coño a mí también! ¡Quiero correrme, yaaa!

-Espera que me corra yo y luego éste te folla, guarra –Dijo Lola.

Pero todavía tardó un rato en correrse, mientras la otra se agitaba como presa de ataques epilépticos.

-Venga, échala un polvo aquí mismo para que descargue. Luego nos tomamos el café y nos vamos a seguir a la cama.

-¡Sí, sí! –Suplicó Alicia-. ¡Méteme ese pedazo de polla hasta los huevos!

-Venga, destrózale el coño, que yo os voy a grabar en vídeo.

Tumbé a Alicia en el sofá, le elevé sus piernas hasta la altura de su cabeza y se la metí de un solo golpe.

-¡Ah, ah! –Gemía- ¡Esto es follar, esto sí es follar! ¡Me voy a correr viva!

No pasaron dos minutos.

-¡Ya, ya, me corroooo! ¡Joder qué polvo, qué gustazo!

Lola; que efectivamente había colocado la cámara de vídeo en un trípode; se había sentado en un brazo del sofá para salir en la imagen y se masturbaba con total dedicación.

-Venga –Me dijo-, córrete tú también, pero en nuestras bocas.

Se la saqué a Alicia y me puse en pie, ellas de rodillas ante mí. Tras unas pocas chupadas por parte ambas, les fui llenando la boca con mi leche.

Alicia se desnudó, pues todavía no lo había hecho del todo, y nos sentamos los tres juntos en el sofá a tomar el café que, por un milagro, aún seguía caliente. Desde luego ellas se lo tomaron con una mano, pues la otra fue lanzada a mi polla en cuanto nos sentamos.

-¡Qué maravilla de orgasmo! –Dijo Alicia-. ¡Qué ganas tenía de una corrida así! ¿Me seguirás follando en la cama, verdad?

-Claro –Respondió Lola-, pero después de que me folle a mí.

-Tranquilas –Intervine-. Habrá para las dos.

-Pues vamos ya a la cama –Dijeron casi al unísono.

Cuando llegamos a la cama yo ya estaba de nuevo en “orden de marcha”. Me tumbé en la cama y Lola dijo:

-Vamos a cabalgarle Alicia. Tú ponle el coño en la boca y yo le follo.

Así lo hicieron. Mientras Lola me follaba, marcando ella el ritmo, yo jugaba con mi lengua y mis manos en el coño de Alicia. Aunque me consta que Lola no es bisexual, el fragor de la “batalla” las llevo a besarse en la boca y acariciar sus pechos mutuamente en medio de gemidos, jadeos, gritos…

Lola se corrió clavándome las uñas en el pecho.

-¡Que bien follas cabrón! ¡Como me llenas el chocho de polla! ¡Ahora métesela a esta puta!

-¡Sí, sí! –Suplicó Alicia-. ¡Pero métemela por el culo por favor!

No me hice de rogar, la puse a cuatro patas, me ensalivé bien la polla y se la introduje en el culo, primero despacio, luego con enérgico empujones.

Lola se había levantado para encuadrar la cámara; que se había llevado al dormitorio; y se volvió a tumbar a nuestro lado para frotar el clítoris de Alicia mientras yo la enculaba.

Estuvimos más de tres horas follando como locos, de todas las formas y en todas las posturas, hasta que Alicia, agotada, sudorosa, pero feliz, dijo que se tenía que subir porque el marido llegaría en unos momentos. Cuando se hubo vestido nos despedimos de ella con más besos y achuchones y Lola le dijo:

-Te pasaré copia del video para que te hagas unas buenas pajas cuando estés sola.

-Vale, pero aparte del video esto tenemos que repetirlo con frecuencia. ¿Cómo he gozado! Y cuanto antes mejor.

Cuando se fue, lola me dijo:

-Anda vamos a salir a cenar algo, pero ni te imagines que tú has terminado ya. Luego querré más.

FIN

© José Luis Bermejo (El Seneka)