Visita al despacho de mi profe favorito

Un día andaba muy calentita, pero no quería a un chavo, sino un hombre mayor que mi hiciera vibrar. Así que le hice una visita a Alejandro, mi profe consentido.

Una visita al despacho de mi profesor consentido.

Un viernes por la tarde fui a visitar a Alejandro a su despacho. Eran cerca de las siete y como era viernes ya no había casi nadie en la oficina, sólo su secretaria –que por cierto me echó unos ojos de pistola- y uno que otro más. Por ahí de las siete y media, luego de varios cuchicheos sobre la alumna que viene a ver al jefe, otra más, por fin Alejandro me recibió. La verdad aunque estaba en esos días que andas urgid@ de sexo, no iba particularmente cachonda. Llevaba una blusa negra medio transparente, una falda corta –no mini- unas medias negras que me llegaban a medio muslo y un conjunto negro de ropa interior pequeño, como los que me gustan.

Unos minutos después de haber entrado, Alejandro les dijo a las personas que quedaban que si querían y no tenían pendientes, podían irse. Lo que por supuesto hicieron. Nos sentamos uno frente al otro, en el lado del escritorio opuesto al suyo.

-         Bueno, ¿y qué te trae por aquí, Teresita?

-         Nada más quería saludar, platicar, no sé –me movía en la silla coquetamente-

-         Ah, muy bien. Pues un placer, cuando quieras, ya sabes.

-         Gracias. –Alejandro comenzaba a comerme con la mirada-

-         ¡Qué guapa! ¿A dónde vas? ¿A romper corazones?

-         No, ningún plan.

-         ¿Y tu novio?

-         Le dije que iba a cenar con unas primas.

-         Andas de traviesa, entonces.

-         Tal vez.

-         Te ves muy bien de negro. Linda blusa, bonita falda –cuando lo dijo comenzó a acariciarme las piernas-

-         ¿De veras le gusta? –abrí un poco mi escote-

-         Ábrete un poco más la blusa –así lo hice desabotonando un botón más y él acariciaba mis piernas subiendo cada vez más sus manos; las separó y se acercó a mi entrepierna- Qué ricas medias, muy sexy –yo estaba ardiendo-.

-         Mmm…qué rico me acaricia .

-         Ábrete la blusa –me dijo cuando al fin rozaba con sus dedos mi panochita sobre la panty- estás mojadita…qué rico. Qué ricas –me dijo, admirando mis tetas-

-         Son suyas, profe. –le dije, muy mimosa-

-         ¡Qué alumna tan traviesa! –retiró su mano, se hizo un poco hacia atrás y me dijo:

-         Levántate la falda, quiero ver tu panty –le obedecí y poco a poco le dejé ver mi ropita interior, mis pequeñas panties-

-         Muy bien, muy bien. Ahora quiero que te masturbes, quiero ver cómo te dedeas.

-         Hágalo usted, profe.

-         Mastúrbate, Teresita, acaríciate la conchita, siente cómo te mojas –bajé la mano hacia mi panty y empecé a acariciarla poco a poco. La creciente excitación llevó mi mano y fue delicioso. Estaba ardiendo.

-         Así, muy bien. Te ves riquísima, Teresita.

-         M-mm…¿le gusta? ¿así? Ay, qué rico.

-         Métete la mano a la panty; tócate, siente tus vellos, tu sexo, siente lo caliente que estás.

-         Ay, qué delicia…mmmmmm…lo quiero adentro, por favor.

-         Quiero que te vengas primero. Acaríciate las tetas, los pezones, pellízcalos.

-         ¿Así? Ay, qué rico…mmmmmmmmmmm

-         Me la pones bien dura, Tere.

-         Así quiero que me la meta…mmmmmmmmm…mmmmmmmmmmmm

-         Claro que te la voy a meter, zorrita –se puso de pie, se paró a mi lado y:

-         Sácamela –le bajé el cierre del pantalón, le acaricié un poco el palo que ya estaba enorme y durísimo, se lo saqué y mientras me lo metía a la boca para mamársela, él se inclinó un poco y me masturbó. No tardaría mucho en tener mi primer orgasmo.

-         Qué rica la tienes…mmmmmmmmmmmmmmmmm…mmmmmmmmmmmmm

-         Estás hinchadita de la panochita, qué rico…así, mámamela como sabes, Teresita.

-         Mmmmmmmmmmm…mmmmmmmmmmmmmm…mmmmmmmmmmm…ay, sí, sí, así dedéame, ay, qué rico…mmmmmmmmmmmm…mmmmmmmmmm

-         Te encanta que te dedeen, ¿verdad, zorrita? Agárrate las tetas. ¿Te vas a venir?

-         Sí, sí…a-a-a-a-a-a-aaaaaaaaaaaaaaa…mmmmmmmmm…ay, asíííííííííí…mmm

-         Vente, vente, zorrita, así, rico –cuando acabé, me puso sus dedos mojados de mi, en la boca y los chupé. Después me sentó en el escritorio, me besó, me acarició las piernas hasta llegar a la cadera, me acarició con fuerza las nalgas, me agarró las tetas con las misma fuerza, me las descubrió, me subió la falda hasta la cintura, se hincó, me olió sobre mi panty, luego me lamió la parte interna de los muslos hasta llegar a mi entrepierna, hizo a un lado la panty y la acarició con la lengua delicadamente, mmmmmmm…fue delicioso.

-         Hueles riquísimo, Tere, mmmmmmmm…mmmmmmmmmmmmm

-         Ay, doctor, qué rica lengua…mmmm…aaaaayyyyyyyyy, sí, sí, sí…-me recosté en el escritorio para que pudiera lamerme más- ay, así, doctor…mmmmmm

-         Mmmmmmmmmm…tienes una panochita deliciosa…mmmmmmmm…quiero que acabes en mi boca, preciosa –me agarró las piernas para acercarme más a él y yo apreté su cabeza contra mi conchita, acariciándole el cabello-

-         Sígale, doctor…así, así, más, más, más, más…aaaaaaaaaahhhhhhhhhhh…mmm –luego puso una de sus manos en mis tetas y pellizcó mis pezones, mientras me lamía el culo y la conchita- más, más, así, así…mmmmmmmmmm

-         Vente –en ese momento me metió poco a poco un dedo en el culo, sin dejar de mamarme la conchita y pellizcarme las tetas- mmmmmmmmmmm…mmmmm

-         Me voy a venir, me voy a venir, doctor…métamela, por favor…lo quiero adentro…aaaaahhhhhh…mmmmmm…aaayyyyyyyyyyyyyy…así, así, así, así, papito, así, así, así…ya-ya-ya-ya-yaaaaaaaaaaa…aaahhhhhhhhhhhhhhh

-         Ay, sí, vente…mmmmmmmmmmmmmm…mmmmmm…vente, Teresita, quiero saborear tus jugos…mmmmmmmmm…mmmmmmmmmmmm…mmm

-         Ay, qué delicia…mmmmmmmm…cójame, profe, por favor…-se puso de pie, se  quitó la corbata, la camisa y se bajó los pantalones, mientras yo seguía suplicándole que me cogiera- métamela, doctor…estoy mojada por usted.

-         ¿Quieres que te la meta? –me masturbé un poco-

-         Sí, doctor.

-         ¿Quieres que te coja, Teresita?

-         Sí, cójame…métamela…por favor.

-         ¿Quieres verga, Teresita?

-         Sí, doctor, métamela…métamela…-me dio unos golpecitos en la entrada de mi conchita- ay, qué rico…ya métamela, por favor.

-         Ahí te va, zorrita –empezó el bombeo, primero me sostuvo las piernas en sus brazos, después me las soltó y con unas tijeras me cortó el bra para poder ver cómo se bamboleaban mis tetas mientras me la metía- qué rico se mueven tus tetas, Teresita.

-         Mmm…qué rico, así, cójame, cójame, ay qué rica verga tiene, doctor…mmmmm…sí, métamela duro, así…aahhh…aahhh

-         Te gusta la verga, ¿verdad, Teresita? Te encanta que te la metan, ¿verdad, cabroncita?

-         Sí, doctor…me encanta coger, me fascina que me la metan…me encanta la verga…ay, así, as텿le gusta cogerme?

-         Claro, que sí, putita.

-         ¿Verdad que soy su puta favorita?...¿verdad que cojo más rico que mi hermana?

-         Te la quiero meter por atrás, zorrita. Voltéate –me acosté boca abajo con mis piernas apoyadas en el suelo; me levantó la falda, y mientras me movía la panty para poder metérmela y me dijo mientras me la metía y bombeaba: así que quieres ser puta favorita, eh? Quieres saber si coges mejor que la puta de tu hermana Bety, ¿verdad?

-         Sí, doctor…ay…-me metió su pulgar en el culo- ay…aahh…mmm…qué rico

-         Pues vas a tener que seguir dándomelas, Teresita, cuando y como yo te diga, putita…obediente, buena y bien puta, Teresita. Así me gustan, pinche puta…te encanta la verga, chamaca…te encanta la reata…que te la metan por todas partes, verdad?

-         Sí, doctor…más, más, más…aaaaaaaahhhhhhhhh…me encanta que me la metan

-         Y el pendejo de tu novio cree que estás en una cena…si supiera lo puta que es su noviecita. Pero yo sí te voy a aprovechar, zorrita…-me daba nalgadas y mantenía su pulgar en mi culo, pero ahora lo sacaba y lo metía- tienes el culito apretado, qué rico…¿sabes qué? ¿quieres ser mi putita favorita?

-         Sí, doctor…quiero ser su favorita

-         Relájate, Teresita…-comenzó a metérmela por el culo lentamente-…ay, qué rico culito, lo tienes bien apretado

-         Ay…despacio…des-pacio…ay…me duele, doctor…ay

-         Aguanta, zorrita…aguanta…aaaahhhhhhhh…culito…mmmmmmmmm

-         Con cuidado…aaahhhhhhh…ay, así…ya-ya-ya-ya, por favor

-         A la siguiente, te rompo el culo, Teresita…a ver quién me lo da primero, tu hermanita o tú…-me volvió a meter el pulgar en el culo y la verga en la conchita. Así me estuvo bombeando unos minutos-

-         Me encanta su verga, doctor…así, así, papito…qué rica la tienes

-         Me encanta tu culo, Teresita, qué nalgas…me fascina cómo lo mueves en la escuela, cómo andas de coqueta buscando reata. No sé cómo tu novio no se da cuenta de lo puta que eres. ¿Verdad que eres una puta?

-         Sí, soy una puta…aaaaaahhhhhhhhh

-         ¿Le pones el cuerno a tu novio con sus amigos, verdad?

-         Sí, me fajan y me cogen sin que él sepa…aa-a-a-a-a-a-a-a-a-a-a-a-a-a-a-a-a-a

-         Me voy a venir, Teresita

-         Sí, doctor, déme su lechita…démela

-         Ahhhhh…qué culo, tienes chamaca…esto querías, ¿verdad? Querías coger, zorrita.

-         Sí, papito, sí, quería que me la metieras…ay, así, así…vente, dame tu lechita

-         Andabas calientita, Teresita

-         Sí, doctor…a-a-a-a-a-a-a…quería que me la metiera, que se viniera en mí, quería sentir su lechita…su rica verga dentro de mí.

-         Ahí te va…-se salió y me echó su lechita en mis nalgas-…aaaaaaaahhhhhhhhh

-         Sí, sí…ay, qué rico…sí, papito, échame toda tu lechita

-         Aaaaaaahhhhhhhhhh…ay, me encanta ver mi leche en tus nalgas

-         Mmmm…se siente delicioso…-me untó su esperma en mis nalgas con su verga, después se sentó en una de las sillas y yo me hinqué frente a él y se la mame un poquito a ver si quedaba algo

-         Golosa la niña.

-         Mmm…bastante…le molesta…mmmmmmmmmmm

-         No, chupa todo lo que quieras…mmmm, qué rica boquita.

-         Mmmmmmmm…mmmmmmmmmmm

-         Nos vamos a divertir mucho, Teresita…si es que me cumples

-         M-hm…mmmmmmmm…mmmmmmmmmmm

Fue una deliciosa cogida y quedó claro que debería luchar para ser su putita consentida. Pero me dejó la espinita clavada; quién le daría primero el culo, mi hermanita o yo. Tenía que apurarme, no iba a permitir que mi hermanita me ganara a ser la preferida de Alejandro.