Visita a unos baños en México

Un relato de mi visita a unos baños de vapor en la ciudad de México.

Llegue a la ciudad de México a las 11 de la mañana, ese solo hecho me tenia caliente, apenas me registre en el hotel, Salí al puesto de periódicos mas cercano a comprar algunas revistas gay, abundantes en información sobre bares, obras de teatro y otros lugares gay. Para las 2 de la tarde ya tenia planeado a donde iba a ir en el tiempo libre que me dejaría el curso que iba a tomar.

Esa tarde la tenia libre así que tome a un taxi hacia la estación del metro Hidalgo, era la única referencia que tenia de unos baños que me habían recomendado. Una vez ahí, no sabía para donde caminar, así que siguiendo mi intuición, camine por una calle lateral y solo una cuadra doblando la esquina vi el letrero de los baños. Era una construcción vieja, alta, con un gran letrero que en un tiempo supongo fue luminoso.

Al entrar me revoloteaban mariposas en el estomago, pero haciendo caso omiso camine hasta la caja. –Individual de lujo, individual o general? - me dijo un tipo sin apenas mirarme. –General, -conteste sin pensar. Me dio un boleto de papel y con una mueca me indico una puerta. Subí las escaleras con el corazón palpitando fuerte por la emoción de lo que pensé me podría esperar. Entre a un pasillo-recepción en donde 4 hombres en pantalón corto, descansaban en unas viejas sillas. AL momento 3 de ellos se pusieron de pie y por supuesto me dirigí al que me pareció mas atractivo para entregarle mi boleto, los otros dos, con un movimiento de hombres se volvieron a sentar. –Por aquí patrón. – me dijo el hombre aquel. Lo seguí por un pasillo con muchas puertas hasta un minúsculo cuarto. Entre y el se quedo en la puerta diciendo –va a querer un masaje? –me dijo mientras con una mano se acariciaba el bulto entre sus piernas, después le dije. –bueno, me llamo nacho, usted me avisa.

Me desnude y entre a la zona de los baños, había un pasillo con sanitarios a la derecha y ventanas que daban a las azoteas de los edificios circundantes a la izquierda, después del pasillo se abría una sala muy grande con muchas regaderas y unas minúsculas bancas de madera en el centro de la habitación, personas con físicos de los mas variado se bañaban o platicaban o simplemente sentados miraban. Después de darme un baño, camine hasta el fondo en donde tres puertas conducían a tres diferentes cuartos con vapor turco, ruso y uno sin vapor.

En los tres cuartos había personas jalándosela ellos solos, o mamando a otro o besándose. Opte por el vapor ruso ya que se me hace mas excitante porque lo abundante del vapor no te permite una visibilidad completa. Entre y me senté y entre todos los hombres que estaban en el cuarto, quizás unos 12, me llamo la atención uno moreno, grande, con grandes tetillas y piernas peludas. Bueno, -pensé, aquí nadie me conoce, así que le levante y me dirigí hacia el, le puse mi mano en su pierna y el solo abrió ligeramente sus piernas. Sin esperar mas, le levante la toalla y me encontré una verga morena, casi negra, grande, gruesa, que descansaba sobre dos peludos huevos, mmmm, que manjar, así que me incline y me la metí a la boca. Se la empecé a mamar, con deleite mientras el me tomaba la cabeza con las dos manos y las deslizaba por mi cabello.

Se le levanto rápidamente y me llenaba la boca, jalando mi cuerpo, y estirando el suyo, empezó a tocarme las nalgas. Yo se me sentia mas caliente cada vez y de reojo veía a todos los demás viendo nuestra acción. Algunos se jalaban su propia verga excitados ante el espectáculo.

-Vamos, me dijo, ¿adonde?,- pensé, pero lo seguí. El tapándose apenas la verga camino frente a mi por toda la sala de regaderas hasta el pasillo de entrada, y entro a los sanitarios, lo seguí hasta uno de los servicios y una vez ahí me dijo, -quieres que te la meta?, solo le extendí un condón y quitándome la toalla me incline sobre el sanitario, mientras una mano ponía saliva sobre mi culo.

Sin mayor ceremonia, enfilo su verga hacia mi culo y me empezó a meter, mmm, ese dolor delicioso que solo una verga puede dar. Me empezó a coger despacio y poco a poco fue acelerando sus movimientos, mientras con una mano me apretaba una tetilla, y me decía cosas que me calentaban al oído.

Me apretó muy fuerte contra su cuerpo y sentí, a pesar del condón, muy adentro del culo, los impulsos de su leche descargándose en mi interior.

Se quito el condón me dio una nalgada y me dijo, -muy rico, y salio del cuarto.

Me anude de nuevo al toalla, Salí me di un baño y me encamine al vestidor, un masaje me esperaba

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