Visita a papá

Al llegar el verano, vamos 15 días a casa de mi padre en la playa. Tras cenar el y mi hermano de 18 años, follan salvajemente mientras yo les espío.

Agradecido por vuestros mensajes y valoraciones, voy a continuar con la historia de mi familia. Este relato esta relacionado con "Como inicie a mi hermano" y "La curiosidad sexual de un hermano pequeño"

Visita a Papa.

Como ya sabeis por mis anteriores historias. Me llamo David y tengo 18 años. Mi hermano mayor es Carlos, de 23 años, desde hace dos meses casado con su novia desde 5 años atras, Amanda, con la que follaba muchas veces en su habitación, conmigo de espectador. Mi otro hermano es Cesar, de 17 años, a quien inicie yo en el sexo gay-filial.

Las iniciaciones sexuales en mi familia, resultaron ser algo común entre los varones, cosa que nos facilitó a todos mucho la vida, al menos la vida sexual.

En mis anteriores relatos, expliqué que mi madre trabaja en una fábrica en el turno de noche y eso nos deja la casa sola para nuestras aventuras. Pero nunca he hablado de mi padre. Bueno pues este es el momento.

Tiene 40 años. Su nombre es Alberto y desde hace 10 años, que esta divorciado de nuestra madre. Es un hombre de mediana edad, muy apuesto. Moreno de piel y cabello, De unos enormes ojos verdes, almendrados y con espesas pestañas negras. Casi dos metros de altura, sin un gramo de grasa de más. Manos grandes y fuertes, con dedos largos. En fin, todo un bellezón.

Todos los veranos, nos ibamos durante 15 días a su casa de la playa. Era el acuerdo que tenía con mamá. Los tres hermanos esperabamos con ilusión aquellas vacaciones con nuestro enrrollado padre.

La historia que voy a contaros, ocurrió hace 5 años, durante nuestra estancia en la playa con papá.

El autobus llegó a las tres de la tarde y nuestro padre nos esperaba impaciente. Cuando nos apeamos, fuimos los tres corriendo a abrazarlo. Hacía casi un año que no lo veiamos, aunque hablabamos por telefono todas las semanas.

Papa, nos abrazaba y no se cansaba de darnos besos. He de explicar, que en nuestra familía, desde siempre nos hemos besado con un pico en los labios, y aquella ocasión bien lo merecía. Nuestro padre repartia sus picos entre los tres, uno tras otro, o incluso varios a la vez.

Entre tanta alegría, no me faltó sangre fría para darme cuenta que los besos con mi hermano mayor, eran ligeramente mas largos que los nuestros. Carlos y papá, unian sus labios y se mantenian así durante unos cinco segundos, incluso me pareció ver que en alguno de aquellos besos, jugaban disimuladamente con la puntita de sus lenguas, metiendola cada uno en la boca del otro.

No le hubiera dado mayor importancia, de no ser porque me di cuenta, que ambos estaban medio empalmados. Cosa imposible de disimular, puesto que iban con pantaloncito corto.

En una de esas rondas, papa unió sus labios a los mios, nada mas abandonar los de Carlos y yo, casí sin pensarlo, le rodeé la cintura con mis brazos y me pegué fuerte a su cuerpo, notando en mi entrepierna, la dura polla de papá.

El apartamento de mi padre, solo disponía de dos habitaciones, la suya, con una cama de matrimonio y la de los invitados, con dos pequeñas camas individuales. Era evidente que alguno de nosotros tenía que dormir con papa.

Mi hermano mayor (os recuerdo que entonces el tenía 18 años) no nos dio opción, nada mas entrar en la casa, Carlos fue corriendo a la habitación de papá. Dejó la maleta en el suelo y de unn salto se tumbó sobre la cama, gritandonos que se pillaba dormir alli.

Por eliminación, Cesar y yo, compartiriamos la otra habitación.

Deshicimos las maletas, guardamos la ropa en los armarios y nos fuimos los cuatro a la playa, a darnos un buen baño.

Metidos en el mar, jugabamos todo el tiempo a pelearnos y a hundirnos unos a otros. Papá, nos cogía de la cintura y nos lanzaba con todas sus fuerzas. Yo volvía buceando, con los ojos bien abiertos para ver los bultos de mi família, y al llegar al grupo, tocaba el paquete de cualquiera de los tres, aunque me escusaba diciendoles que buceaba totalmente ciego. Había mucha confianza entre nosotros y evidentemente, no le daban importancia a mis leves toqueteos.

Tras varios viajes, me dí cuenta que ibamos los cuatro empalmados y mis choques accidentales, duraban cada vez más tiempo.

En mi inspeccion ocular submarina, pude ver que tanto papá como Carlos, lucian un bulto de campeonato. El agua les pegaba la tela del bañador a la entrepierna, marcando perfectamente sus pollas.

Por mis espionajes a Carlos cuando follaba con Amanda, tenía su rabo mas que visto, pero nunca había visto empalmado a mi padre, y lo que veia y tocaba durante mi buceo, me parecía bestial.

Tras más de una hora de calientes juegos en el agua, y despues de permanecer unos minutos tranquilos, nuestras pollas volvieron al estado de reposo, y pudimos dar el baño por terminado. Salimos los cuatro y volvimos al apartamento.

Eran ya las siete de la tarde, por lo que nos dispusimos a ducharnos y vestirnos para ir a cenar.

Para ahorrar tiempo, acordamos ducharnos de dos en dos, a mi me toco con mi hermano pequeño y Carlos lo haría con papa.

Aunque mi hermano Cesar, solo tenía 12 años, estaba bastante desarrollado y al meternos en la ducha, reanudamos los juegos de toqueteo inocente, y volvimos a empalmarnos. Estabamos tan cerca, que nuestros penes se tocaban sin remedio. Yo estaba super excitado y no podía dejar de pensar que papá y Carlos estarían haciendo lo mismo. Cuando Cesar terminó de ducharse, me quedé solo en el baño y me hice una monumental paja.

Nos fuimos a cenar y como Carlos ya era mayor de edad, quiso beber vino igual que papá. Se pimlaron casi dos botellas y las risas que tenían, corroboraban que el alcohol, le estaba haciendo efecto. Mi padre le preguntaba a mi hermano, por su relación con Amanda y este, sin ningún rubor, le contaba a papá como aprovechaba que mamá estaba trabajando, para quedar con Amanda en casa y follarsela casi todas las noches.

Cesar y yo, escuchabamos con atención las explicaciones de Carlos. Contaba con todo detalle, como le metía la polla a la novía en la boca, hasta que la tragaba entera, como la metia y sacaba una y otra vez, hasta que se corría en lo mas profundo de su garganta. Mi padre parecía disfrutar con eso, porque no dejaba de preguntarle cosas concretas.

  • ¿Se la metes por el culo?-preguntó papá

  • Claro que si. Le encanta. grita como una perra mientras la taladro por detrás.-le respondio Carlos.

  • ¿Y te corres dentro?

  • Por supuesto, por el culo no la puedo preñar.

  • Buff...me encanta follar un culo estrecho -Le decía mi padre

Los dos hablaban como si nosotros no estuvieramos delante, estaban tan metidos en la situación, que no se daban cuenta que estaban empalmados, y se tocaban la polla continuamente.

  • ¿Y tu?-preguntó mi hermano-Seguro que te hartas a follar, con lo bueno que estás y el pedazo de verga que tienes...

Papá estallo en una carcajada, se agarró con una mano su paquete y con la otra el bulto de Carlos, y apretando ambas, dijo:

  • Estas dos, esta noche tiene que mojar...

  • Eso seguro. Ahora acostamos a los crios y nos vamos tu y yo solos a meterla en caliente. Hace varios días que no veo a Amanda y necesito que alguien me la chupe. -Respondio mi hermano

  • Yo quiero que me la chupen y follarme un culito joven.- Diciendo esto, mi padre pidió la cuenta y nos fuimos para casa.

Eran las 12 de la noche. Cesar y yo nos acostamos y ellos se fueron de caza.

Un fuerte ruido me despertó, miré la hora en el movíl, eran las 4 de la mañana. Se oia a Papa y a Carlos, tropezando con los muebles de la casa, dirijiendose a su habitación entre sonoras risas.

  • Ten cuidado hijo, que despertarás a los pequeños. -dijo mi padre.

Me volví a dormir, hasta que media hora despues, otro sonido me volvio a despertar. Esta vez, no eran muebles, sino gemidos que venían del cuarto de papá.

De inmediato, reconoci esos gemidos, eran iguales a los que oia en casa, cuando Carlos se estaba follando a su novía.

Estaba convencido que mi hermano estaba fornicando con alguien.

Sin dudarlo me levanté en silencio y fuí hasta la habitación de papá. La puerta estaba abierta y al asomarme flipé. Mi padre estaba tumbado en la cama boca arriba, desnudo y con la cabeza colgando por un lado del colchon. Mi hermano, de pie frente a el, le metía la polla entera en la boca, follandosela con fuerza. Las arcadas de papá, eran lo único que hacía que Carlos le sacara la verga, tenia que dejarle respirar. En segundos, se la volvia a meter, mientras mi padre empalmadisimo, se masturbaba.

Tras unos minutos de garganta profunda, cambiaron de posición. Mi hermano se puso sobre la cama a cuatro patas, abriendose el culo con sus manos y papá se amorró a lamerle el ano. Carlos gritaba de placer.

  • Follame ya por favor

Mi padre procedio a ello, vi claramente como apoyaba su capullo en el ojete de mi hermano. La polla de papá, mediria al menos 21 cms. Empezó a empujar hasta que metio el glande, paro un momento para dejar que el culito de mi hermano se dilatara, pero Carlos no quería esperar y de un solo movimiento hecho su cuerpo contra mi padre, metiendose el mismo todo el pollon de papá.

  • ¿Quieres polla, putita?-le preguntó mi padre

  • Si, joder, follame duro.

Papá empezó a moverse sin piedad. Le sacaba la polla por completo, dejandome ver el ano de mi hermano abierto de par en par y de un empujón, se la metía hasta el fondo, provocando que Carlos gritara de placer, pidiendo mas .

Desde mi posición, veia con detalle como le entraba la enorme verga. Carlos se masturbaba al ritmo de las embestidas de papá. Así estuvieron un buen rato, hasta que mi padre, empujo su verga hasta el fondo del culo de Carlos y manteniendolo así, se corrió dentro gimiendo de deseo.

Despues de varias metidas más, Papá le saco la polla, ya no tan dura y se acostó a su lado. Al girarse, me vio asomando por la puerta. Sonrió, me guiñó un ojo y se tumbó rendido.

Al verme descubierto, volví corriendo a mi cama y me hice el dormido.