Virginidad versus Voluptuosidad
Nosé bien como empezó todo esto en mí, solo sé que siempre me gustaron los hombres, desde chica me daba rabia que los hombres mayores me ignoraran, quería que me vieran, pero todos se la pasaban apreciando mujeres de su edad
Nosé bien como empezó todo esto en mí, solo sé que siempre me gustaron los hombres, desde chica me daba rabia que los hombres mayores me ignoraran, quería que me vieran, pero todos se la pasaban apreciando mujeres de su edad Sin embargo, a temprana edad comenzaron a desarrollar en mí aquellos atributos de tamaños poco usuales, cosa que a cualquier mujer hubiera preferido no tener en exceso y yo lo sentía motivo de orgullo.
Fue en esos momentos en que me daba cuenta de algunas miradas, yo no vivía con mis padres, sino con unos tíos y cuando mis primas llevaban a sus novios, yo sentía que quería estar cerca de ellos, aunque ellos siempre me hubieran tratado como una bebé.
Así, siendo hasta ese entonces ignorada por el entorno de mi casa, un día en que se averió el coche de mis tíos, me dirigí a esperar el autobús, éste estaba atestado de gente y yo llevaba cargada una pesada mochila, me tuve que acomodar como pude, parada y aplastada entre la gente, puesto que no había asientos disponibles estaba obligada a estar totalmente inmóvil, en ese corto trayecto no había notado que en tanto ajetreo los tirantes de la pesada mochila me habían estirado la blusa el punto de haber roto un botón, cuestión que dejaba a notar mi sostén transparente, un sujeto muy bajo de estatura y delgado ubicado delante de mí pudo apreciar lo que me ocurría y me dijo que él podía cargar mi mochila si yo quería obviamente yo no me opuse y él volvió a darme la espalda.
Fue así como mis gigantes caderas portadoras de un trasero envidiable quedaron a disposición del sujeto alto y de contextura gruesa que estaba detrás de mí, quien sin dudarlo se pegó mucho más, en ese momento sentí lo que toda mi vida estuve esperando, un perfecto bulto que me rosaba, yo volteé a verlo y él, mojándose los labios me dijo: - ¿te molesta algo? A lo que yo respondí, - No es nada de inmediato metió su gran mano debajo de mi falda escocesa y arrimó mi diminuto calzoncito para empezar a recorrer mi jugoso huequito con ese dedo celestial, era la primera vez que un hombre me tocaba así, yo sentía vergüenza porque lo estaba mojando mucho, pero él no se quejaba así que me abrí un poco más de piernas para que me metiera el dedo hasta donde el quisiera, sentí el mayor placer que hasta ese momento parecía único e incomparable de pronto el sujeto que estaba delante de mí volteó a decirme que ya bajaría del autobús, pero observó que mis pezones estaban erectos y mi blusa sin botón seguía mostrando mis grandes pechos yo lo miré y le dije: -¿tan pronto te vas? Y nosé ni porqué acto seguido mi mano se dirigió a su pene que estaba duro y paradito, el hombre se pegó a mí y en vista de que mis senos coincidían con la altura de sus labios, el hizo a un lado mi sostén y comenzó a chupar mis tetas como un bebé hambriento el hombre que estaba detrás de mí ya estaba frotando su delicioso instrumento entre mis nalgas, era inmenso, mientras el otro me chupaba las tetas como quería era riquísimo de pronto me agaché y le bajé el cierre del pantalón al que estaba adelante mío, y comencé a poner su pene entre mis grandes pechos, mientras que lo iba chupando como un caramelo cada vez que salía de mi rayita el sujeto de atrás, un poco celoso me tomó de las caderas y me introdujo su pene, a lo que yo gemí de placer, no voy a negar que sentí un ligero dolor, pero el placer opaca cualquier clase de dolor.
De pronto se me ocurrió una idea y les dije que prefería ir a otro lado para continuar con esto y el que me había penetrado sugirió que lo siguiéramos. Mientras bajábamos del autobús yo pensaba que parecía una perra en celo con dos hombres dispuestos a todo por mí. Le pregunté al que había estado delante de mí como se llamaba y me dijo que le dijera Eduardo y luego le pregunté al que había probado mis tetas y me dijo que se llamaba Miguel. Llegamos a una casa grande y Eduardo nos dirigió inmediatamente al sótano, donde no había mas que cosas viejas pero bueno, yo no me quejé porque quería seguir con la sesión interrumpida había una mesa sobre la cual yo me eché, ellos me tenían como un manjar por donde no sabían como empezar, hasta que Miguel me abrió de piernas, se bajó el cierre y me introdujo su pene, yo abrí la boca para gritar y de pronto tenía a Eduardo metiéndomela en la boca, es una sensación deliciosa yo se la recomendaría a cualquier mujer, iban pasando los minutos y ambos eran inagotables, entonces, como era mi primera vez, yo quería diferenciar los sabores y me senté, diciéndoles que se pusieran ambos delante de mí, cogí los penes con cada una de mis manos y comencé a chuparlos uno por uno, mientras uno era chupado el otro masturbado y debo decir que ambos me fascinaban.
De pronto Eduardo me dijo: Bien, ahora nos toca elegir a nosotros, me puso en posición de perrito, me abrió las piernas y comenzó a lamerme toda la rayita, el otro se puso delante de mí y me ordenó que se la chupara, todo iba bien hasta que Eduardo empezó a introducirme un dedo en el ano mientras me lamía el otro era algo que nunca imaginé y Miguel mientras tanto me decía: -Muy bien cachorrita sigue así mamita, yo comencé a sentir que mi vagina chorreaba muchos líquidos y de pronto Eduardo introdujo su gran pene en mi ano, yo grité y Miguel me separó de Eduardo, se sentó sobre la mesa y me sentó en él, mi anito dilatado encajó perfectamente en su pene, yo me abrí de piernas y Eduardo me la metió por adelante, ambos se volvieron locos conmigo y sentí sus leches dentro mío venirse a la vez. Acabada esa fase, les dije que me gustaría repetir lo mismo en otra ocasión, pero no sabía si los volvería a ver, así que me acomodé cargué mi mochila y me fui.
Esa tarde regresé a casa exhausta y me di con la sorpresa de que no había nadie, subí a mi habitación y me metí a la ducha escuché un poco de ruido y pensé que eran mis tíos, así que me puse la toalla y salí a ver, era Tony el novio de mi prima, a quien desconocí por su mirada sobre mí: - Angelita, tu prima Vera no llega aún ¿no es cierto? No, aún no -me acerqué a él y le dije: -Pero si quieres puedes venir a mi cuarto a ver televisión el me siguió, se echó en mi cama, yo me puse frente a él y me quité la toalla, comencé a echarme un poquito de colonia y él asombrado me dijo: - No sabías que tenías todo eso debajo de la ropa a lo que yo respondí: - Hay muchas cosas que a mí también me gustaría saber de ti entonces volteé para que me viera el trasero y cuando doy la vuelta veo que ya tenía el pene afuera masturbándose.
Yo, aunque bastante exhausta le dije: -No me gusta verte hacer eso mientras yo estoy acá y totalmente desnuda me acerqué a él, puse mis senos en su boca para que me los chupara un ratito, mientras yo lo masturbaba, cuando ya tenía ese líquido transparente en la punta, bajé a mamárselo y él me miraba extasiado, me senté encima de él y comencé a moverme como una loca, mis pezones parecían reventar, a lo que él los tocaba y chupaba frenéticamente le supliqué que me introdujera un dedo en el ano y él complaciéndome logró en mi el mejor orgasmo que haya podido experimentar en mi vida.
Es así amigos, que desde mi primera vez, me en convertido en una adicta al sexo, solo pienso en eso y en que quiero hacerlo de todas las maneras posibles, pero no me arrepiento porque ahora nadie me mira como a una bebé.