Virgen y putita (cara A)

Es un relato dedicado de una relación entre una hija y su padre.

VIRGEN Y PUTITA (cara a)

Inspirado en un comentario de uno de mis relatos, se lo dedico especialmente a la chica que lo dejo, creo que sabrá quien es, esperando que no le importe que me haya inspirado en ese comentario. Un beso.

Todo es ficción, y supongo que poco tiene que ver con la historia real.

Hola, soy una chica, tengo 20 años, soy guapa y puedo asegurar que con bastante éxito con los hombres, vivo en una pequeña ciudad de algún país.

Mi madre murió al poco de nacer yo, me crío mi padre con la ayuda de mis abuelos, mi padre tenia mi edad actual cuando yo nací, es decir que ahora tiene cuarenta, nunca conocí a otra mujer a la que mi padre cortejase después de morir mi madre, cuando era niña, bueno ni me daba cuenta, luego cuando comencé a tener mis primeros novietes comencé a sentir algo de pena por él, más tarde cuando tuve mis primeras relaciones sexuales me comencé a preocupar seriamente por que mi padre siguiese sin una mujer a su lado. Yo trataba de animarle a que iniciase una nueva relación, siendo aun joven y con una buena situación económica, no tendría problemas para encontrar una buena mujer que le acompañase, además mi padre es bastante atractivo y se mantiene en forma, vamos que lo tenia todo, pero claro mis ánimos a que se buscase una mujer caían en saco roto, nunca vi ninguna intención de volver a enrollarse con una, incluso un par de veces trate de organizarle citas a ciegas y o las despedía muy cortésmente o simplemente las dejaba plantadas, de modo que llego un día en que desistí y deje que viviese como mejor le pareciese.

Lo único destacable de la vida de mi padre es que de vez en cuando salía por las noches y regresaba muy tarde, cuando era niña solía dejarme al cuidado de mis abuelos cuando salía, mientras ellos pudieron hacerse cargo de mí, cuando ya no podían, por estar viejitos, pagaba a una señora para que me cuidase, luego cuando tuve edad suficiente me dejaba sola en casa.

Por lo que respecta a mí, cuando descubrí el sexo, a los catorce, se abrió ante mi un mundo maravilloso, me encantaba que me follasen, me gane la fama de chica fácil a fuerza de follar con cualquiera, la verdad, no me importaba, en realidad para mí se convirtió en una ventaja, no tenia que buscar a un chico para echar un polvo, me buscaban ellos siempre que les apetecía y alguna vez tenia que decirles que no por que no era capaz de satisfacer a todos los que me buscaban, hubo en especial una época en la que salía a tres o cuatro polvos diarios y eso rechazando a algunos, lo reconozco me llegue a pasar, follaba con mis compañeros, con mis profesores, con los padres de mis amigos y con algún desconocido, en fin con cualquiera que se cruzase en mi camino me pillase un poco caliente y me lo pidiese.

Al cabo de los años, ya con dieciocho años cumplidos, conocí a una chica, fue algo casual, estaba en una cafetería, había mucha gente ese día, yo estaba sola, aunque suene raro, y ella buscaba un sitio donde sentarse a tomar su café, al estar todas las mesas ocupadas con varias personas menos la mía, en la que solo estaba yo, acabo acercándose y preguntándome si podía sentarse allí, yo la había visto varias veces en la misma cafetería, por supuesto que le dije que sí, charlamos un poco por cortesía. Al cabo de unos días volvimos a coincidir, ese día si que había mesas vacías, a pesar de eso se acerco a mi mesa y me pidió si podía sentarse conmigo, pasaron los días y siempre que coincidíamos nos sentábamos juntas, nos fuimos haciendo amigas y poco a poco nos hicimos confidencias.

Uno de esos días de pronto me dijo que tenia que contarme algo, que tal vez cuando me lo dijese yo ya no querría volver a hablar con ella, pero que de todos modos prefería decírmelo ella a que me enterase de algún modo, inmediatamente pensé que me iba a soltar que era lesbiana y que yo le gustaba, incluso me plantee si aceptaría su proposición, era algo que jamás había probado, pero estaba equivocada, me dijo que trabajaba en un club, me quede cómo si me hubiese dicho algo de lo más normal, creo que pensó que no la había entendido, por que al poco añadió “soy puta”, “y que tiene de malo” le replique, seguimos hablando y le conté algo de mi vida, bueno en realidad le conté que yo follaba casi con cualquiera por que me gustaba hacerlo, entonces si que me soltó el comentario que me dejo pensativa “si tanto te gusta por que no pruebas en el club que trabajo, te sacarías un buen dinero por hacer lo que te gusta” le respondí que no pero durante muchos días pensé en ello.

Al cabo de unas dos semanas mientras desayunábamos juntas le dije:

-No sé lo que pasa, llevo tres días sin sexo y voy más caliente que un volcán.

+Pues hoy es el día ideal, una de mis compañeras esta enferma y es un día de mucho trabajo, podrías ocupar su sitio.

-Es que no necesito dinero por follar, solo necesito follar.

+¿Te hará daño el dinero?

-¿Cómo?

+Dices que necesitas follar, ¿te molestaría cobrar por hacerlo?

-No. (respondí tras un largo rato pensándolo)

+Muy bien pues no se hable más, nos vemos aquí esta tarde a eso de las siete y te vienes conmigo al club, te presentare a la dueña, seguro que estará encantada de que hoy pruebes ¿si quieres?

-¿Qué tengo que hacer?

+Creía que tenias experiencia con los hombres.

-No me refiero a eso, me refiero a si tengo que vestirme de algún modo especial.

+¡Ah!, vale. Lo mejor es que lleves una bolsa con algún modelito sexy que tengas y te cambies en el club, es mejor no entrar y salir del club con la ropa que se usa para trabajar.

-Vale.

+¿Entonces vendrás?

-Sí.

+Procura elegir un modelito que te sea fácil de quitarte y que no te importe demasiado que se pueda estropear, y si alguien te espera dile que volverás tarde.

-Tengo un vestidito perfecto. (recordé el vestidito que me había comprado para celebrar mi 18 cumpleaños, mi padre me había prohibido volver a ponérmelo por que según él me hacia parecer una fulana)

+Una última cosa.

-¿Qué?

+¿Qué tal aguantas el alcohol?

-Bastante bien.

+Tienes que procurar que los clientes te inviten a muchas copas, cuanto más bebas más dinero ingresas y más contenta estará la jefa. Me voy, te espero esta tarde.

Se fue sin decirme nada más, me quede un poco más allí sentada, luego me fui a casa, cogi una bolsa y metí en ella un par de braguitas y un par de sujetadores de los más pequeños que tenia, a continuación el vestidito, oculte la bolsa en un rincón por si acaso a mi padre se le ocurría entrar en mi habitación que no la viese.

Trabajo en la empresa de mi padre, pero llame avisando que ese día no iría, al poco sonó el teléfono, era mi padre preocupado por saber que me sucedía para no ir a trabajar, le dije que no me sucedía nada, simplemente que me habían invitado a una fiesta esa noche y que quería prepararme en lugar de ir a trabajar, ventajas de ser la hija del dueño, también le dije que la fiesta podía durar toda la noche, de modo que no se preocupase, mi padre se despidió con su clásico “pásalo bien, pero se buena”

Pase el resto del día nerviosa por lo que iba a hacer esa noche, aunque al mismo tiempo excitada, me dedique a acicalarme, depilarme bien depilada, recortar los pelos de mi chochito, dejándolo bien sexy, en fin que me prepare como cuando tengo una cita con algún chico que me gusta espacialmente. Las horas pasaron despacio, pero finalmente llego la hora cercana a la cita, recogí mi bolso y la bolsa que había preparado y en mi coche fui hacia la cafetería donde mi amiga me esperaba, o tal vez la tuviese que esperar yo a ella.

Cuando llegue ella ya estaba allí, sentada a una mesa tomando un refresco, me senté a su lado.

+Ya estas aquí, por un momento pensé que no vendrías.

-Te dije que si y no soy de las que se rajan.

+Venga, vámonos, tenemos que tomar dos autobuses para llegar al club.

-Tengo mi coche a dos calles de aquí, no he llegado hasta aquí con el por que por aquí es imposible encontrar aparcamiento.

+Mejor, llegaremos antes, no iba en coche al club desde que deje a mi último novio.

-¿Tenias novio aun trabajando en un club?

+Sí, claro, pero lo deje por que lo único que hacia era gastarse el dinero que yo ganaba.

-No creí que ningún hombre quisiese liarse con una… (deje la frase a medias arrepentida de lo que iba a decir)

+Liarse con una puta, era lo que ibas a decir, puedes decirlo sin miedo, pues si, te sorprendería lo que algún tío es capaz de hacer con tal de vivir sin darle un palo al agua, a mi por ejemplo fue mi primer novio quien me metió en este mundillo.

-No creo que nadie te pueda obligar a hacer algo que no quieres.

+No puedo decir que me obligase, (íbamos caminando hacia mi coche, la calle no estaba demasiado concurrida y podíamos hablar sin que nadie nos escuchase) al principio organizaba tríos con sus amigos, tiempo después él ya no estaba conmigo, simplemente me decía que tenia que hacerle un favor a alguno de sus amigos, el favor siempre era el mismo, follarmelo, un día me entere de que él les cobraba a sus amigos por los favores que yo hacia, me enfade mucho por haber sido tan ilusa y le deje.

-Llegamos, ese es mi coche. (dije sacando la llave del bolso y accionando el botón que abría las puertas)

+Pero niña, ¿de donde has sacado semejante cochazo?

-Fue el regalo de mi padre por mi mayoría de edad. (el cochazo al que mi amiga se refería era un mercedes de dos plazas, que sin ser el último modelo llamaba bastante la atención al pasar)

+Deberías haberme dicho que eras rica.

-No soy rica, pero la verdad es que no nos falta el dinero.

+Como digas, arranca, te iré indicando.

-Dime donde esta, basta con eso.

+Seguro que no sabrás llegar esta en la calle… (me indico el nombre de la calle, realmente no tenia ni idea de hacia donde dirigirme, pulse el botón que hacia surgir el indicador GPS y teclee el nombre, inmediatamente una flecha comenzó a indicar) ¡Joder chica! Esto es como el coche fantástico. (dijo cuando vio como la flecha me iba indicando donde debía girar, me dejo sorprendida que alguien se admirase al ver un GPS, pensé que si no fuera por que me molestaba la voz del aparatito se hubiese quedado blanca al oír como me indicaba el camino a seguir)

-Bueno, y después de dejar a tu novio decidiste ser tu directamente quien cobrase.

+No, que va, había quedado tan decepcionada por lo que me había hecho mi novio que durante una larga temporada no quería ni oír hablar de hombres, luego mi padre cayo enfermo y tuvo que dejar su trabajo, yo andaba buscando trabajo pero no lo encontraba, poco a poco la falta de dinero en casa se fue haciendo cada vez más notoria, por más que buscaba no encontraba nadie que me contratase, mi madre se mataba limpiando escaleras solo para que tuviésemos algo de comer, un buen día encontré un periódico del día anterior sobre un banco del parque y busque la sección de anuncios a ver si encontraba algo, no encontré nada para lo que estuviese preparada, llegue a la sección de contactos y ya iba a cerrar el periódico cuando uno de los anuncios llamo mi atención, si alguna vez has mirado esa sección seguro que habrás visto uno de esos anuncios en que dicen que buscan a señoritas para atender a caballeros, etc., y con altos ingresos garantizados, fue entonces cuando pensé que si ya bastantes tíos habían pagado por follar conmigo por que no hacerlo siendo yo la beneficiada, además solo lo iba a hacer hasta salir del bache, en cuanto me saliese otra cosa o la situación de mi padre mejorase lo dejaría, como ves nunca lo deje.

-Sí lo quieres dejar seguro que en la empresa de mi padre puedes trabajar.

+Trabajar, ahora ya es tarde para mí, además me gusta lo de ser puta y en ningún trabajo me pagaran al mes lo que estoy ganando en una semana.

-Pero de puta no se puede vivir toda la vida, llega una edad en que el físico se deteriora y entonces.

+Vaya, veo que estas enterada, tengo planes, estoy ahorrando, algún día montare mi propia casa de citas, tendré chicas trabajando para mí y seguiré ganando mucho dinero, aunque de tanto en tanto tenga que ser yo quien de algún servicio.

-¿Siendo tu la jefa?, ¿Prostituirte?

+Solo de tanto en cuanto, como hace mi jefa con algún cliente conocido de cuando ella empezaba y que le apetece follarsela para recordar viejos tiempos.

-Si necesitas ayuda alguna vez no dudes en pedírmela.

+Ya veremos, nunca me he planteado tener una socia, pero me caes bien. Busca donde dejar el coche, estamos cerca y no quiero que nos vean llegar en un coche como este.

-¿Qué tiene de malo mi coche?

+Nada, no tiene nada de malo y eso es lo malo, no seria bueno que levantases las envidias de las otras chicas incluso antes de empezar.

Encontré un hueco y dejamos mi coche para recorrer un par de calles a pie. La entrada del club se veía bien, me pareció un sitio discreto y limpio, había un hombre en la puerta, le abrió a mi amiga, ella le dijo que yo iba con ella, me dejo entrar sin problemas. Mi amiga me llevo directamente hasta una mujer de unos cuarenta y pocos años, se saludaron cordialmente, mi amiga le comento que me traía de refuerzo ya que una de las chicas no podía trabajar, la mujer me miro de arriba abajo detenidamente.

#Pareces muy joven. ¿Qué edad tienes?

-Dieciocho, soy mayor de edad.

#No quiero líos en mi local, me muestras tu documentación. (saque mi cartera del bolso, la abrí y busque mi carnet de identidad) No importa, he visto que tienes carnet de conducir por lo que tienes que ser mayor de edad. Has trabajado en algún club antes.

-No, nunca, es la primera vez que voy a trabajar de puta.

#Sígueme, por favor. (fui detrás de la mujer, detrás de mí venia mi amiga. La mujer entro en una habitación, yo entre detrás, al momento supe que aquel era uno de los cuartos donde se atendía en privado a los clientes, una vez las tres dentro la mujer cerro la puerta) Desnúdate. (dijo sin siquiera haber acabado de cerrar la puerta y sin volverse)

-¿Qué?

#Lo he dicho claro, ¿no?, desnúdate, si vas a trabajar aquí, aunque solo sea un día, tendré que ver que les ofreces a mis clientes, tengo una fama y no puedo permitir que nadie salga decepcionado de mi casa.

-Esta bien. (sintiendo un poco de vergüenza me fui quitando la ropa mientras las dos me miraban y hablaban entre ellas)

+Sé que por nadie se puede poner la mano en el fuego, pero creo que nadie saldrá decepcionado después de un rato con ella. (le comento mi amiga)

#Ya veremos, pero tu sabes que viendo a una chica desnuda sé cuales de mis clientes pueden quedar más contentos con ella, viéndola sabre a quienes se la puedo recomendar. (acabe de desnudarme) Bien, eres muy bonita, exhíbete un poco para nosotras. (hice lo que me decía, me pasee un poco tratando de parecer sexy) Muy bien, de las bebidas el sesenta por ciento es para mí y el treinta para ti, de los servicios en las habitaciones el ochenta por ciento es para ti y el veinte para mí, el precio mínimo por media hora de habitación es de xxx de ahí para arriba puedes pedir lo que quieras, nunca bajar, todo me lo pagan a mí, al final de la noche te entrego tus ganancias, no puedes cobrarle nada a un cliente, tampoco tratar de quedar con él fuera del club, si aceptas estas normas te puedes quedar a prueba.

-Acepto.

#Si alguna vez rompes una de las normas no volverás a trabajar aquí.

-Lo comprendo.

#Eres libre de irte cuando quieras sin dar explicaciones, pero si algún día te quieres ir por que en otro club te ofrecen un trato mejor que el mío me gustaría saberlo.

-De acuerdo.

#Muy bien, ella te mostrara donde os cambiáis habitualmente y supongo que te dará algún que otro consejo, bienvenida a esta casa.

-Gracias. (la verdad seguía un poco cortada)

+Ven conmigo. (la mujer había salido de la habitación dejando la puerta abierta)

-Espera, no voy a salir así, deja que vuelva a vestirme.

+No te preocupes, solo hay chicas.

Salí detrás de mi amiga con mi ropa en las manos, mire alrededor, en todo el local solo se veía a otras dos chicas y a la dueña, eso claro esta si me olvidaba del chico que estaba detrás de la barra y que me estaba comiendo con los ojos.

-¡No decías que solo había chicas! ¿Y ese que?

+¡Ah!, bueno si, es el camarero, es mejor que te acostumbres a que te vea desnuda, sucederá a menudo, pero no te preocupes por él tiene prohibido intentar algo con nosotras y como gana mucho dinero aquí apenas nos habla para que no haya malos entendidos.

-Hablas como si me fuese a quedar mucho y tal vez no vuelva.

+Estoy segura que volverás, si de verdad te gusta follar te encantara hacerlo por dinero.

-Olvidas que no me hace falta.

+Pero a nadie le amarga un dulce, tomate el dinero como un dulce. Por cierto, la mayoría de las chicas aquí usamos un nombre de batalla, yo aquí soy Deborah.

-¿Por qué no usáis vuestro nombre real?

+Muy sencillo, puede que algún día algunas de nosotras encuentre una pareja y deje este mundo, si al cabo de un tiempo nos encontrásemos con un viejo cliente seria más fácil de creer que se ha confundido si no nos llama por nuestro nombre real.

-Pues yo seré Patricia.

+Perfecto, ninguna usa ese nombre.

Bueno resumiendo para no extenderme demasiado, mi amiga Deborah me explico algunas normas más del local, además de algunas normas de trato entre ellas, como por ejemplo que no se quitaban clientes habituales entre ellas, lo más que hacían era entretenerlos en caso de que la chica habitual del cliente estuviese ocupada, eso si, procurando sacarle un par de copas, pero al llegar la chica habitual una tenia que acabar su copa con rapidez y retirarse discretamente, amén de otras reglas no escritas, bueno, creo que escrita no estaba ninguna de las reglas, luego me presento a algunas de las chicas que allí trabajaban, me sorprendió que fuesen más de veinte, no esperaba encontrar tantas, casi todas fueron muy simpáticas conmigo.

En fin que me quede a trabajar ese día, se me dio bastante bien, tres servicios de habitación, uno de una hora y dos de media hora, y catorce consumiciones, comencé una costumbre que mantuve después, quedarme el dinero de los servicios y repartir las consumiciones entre las otras chicas, eso me ayudo a ganarme el cariño de mis compañeras, ya que no les venia nada mal algo más de dinero, por otra parte el dinero de los servicios, o una parte importante de el lo invertía en modelitos acordes con el trabajo del club, de vez en cuando regalaba alguno de esos modelitos a alguna chica que se veía que necesitaba más el dinero.

Pase dos años trabajando en ese club, solo lo hacia tres o como máximo cuatro noches a la semana, ya que lo compaginaba con el trabajo en la empresa de papa, sin que sucediese nada demasiado digno de ser contado.

Después de ese tiempo estaba un día haciendo un Streep tease en el pequeño escenario del local, note que en la barra se formo un pequeño revuelo, algo fuera de lo normal sucedía, pero los focos que me iluminaban no me dejaban ver que era realmente lo que sucedía, acabe mi numerito y desaparecí por las cortinas de detrás del escenario para ir a vestirme antes de regresar al local, mientras me bestia llego Deborah, se la veía nerviosa.

-¿Qué ha pasado? He visto movimiento pero no he podido ver lo que sucedía.

+Ha venido un cliente que hacia bastante que no venia, suele gastarse un pastón.

-Que bien, me alegro por la que le haya tocado.

+Te ha elegido a ti, ha pedido un reservado y la botella de champaña más cara para ti. (en ese momento entro la dueña)

#Un cliente ha pedido por ti, pórtate muy bien con él por que es de los que gastan mucho, lastima que nunca he conseguido engancharlo una temporada larga.

-¿Le conozco?

#No creo, desde que trabajas con nosotras no había venido.

-Intentare que vuelva para estar conmigo de nuevo.

#Así me gusta, pero que sepas que es de los que siempre que viene se busca a una chica nueva, nunca lo he visto dos veces con la misma.

-Vale, venga me voy, no le voy a hacer esperar.

#Ha ido al baño. Nunca has estado en un reservado, la verdad es que casi nunca pagan por un reservado, las normas de los reservados son que puedes mamarle la polla, dejarle que te desnude y si quieres que te coma el chochito, pero si quiere follar tenéis que ir a una habitación, esta claro.

-Como el agua. (salí de nuestra salita y me dirigí a un rincón que me indicaron, desde que empecé allí había visto aquellas cortinas sin saber muy bien que pintaban allí, las cortinas estaban cerradas, me colé entre las cortinas, no había nadie, mi botella de champaña estaba en la cubitera, una copa servida, además había un vaso con lo que parecía whisky, lo olfatee para estar segura, durante el tiempo que llevaba allí había aprendido que es mejor controlar lo que los clientes bebían ya que algunos se podían poner violentos si se emborrachaban, al cabo de un rato las cortinas se movieron y el hombre entro) ¡Papa! (casi grite al reconocer al hombre que había el reservado para estar conmigo)

=Puede saberse que haces en un sitio como este. (sin haber gritado me dejo helada oír su tono, nadie más lo debía haber oído)

-Déjame que te lo explique.

=Por eso estoy aquí, quiero que me lo expliques, es que acaso no te pago suficiente, acaso no te he comprado todo lo que has pedido.

-No, papa, no es nada de eso. (tenia miedo de que en cualquier momento entrase en cólera y me montase un escándalo, la verdad es que habría sido lógico que así lo hiciera. Paso frente a mí, se sentó a mi lado y cogiendo su copa dio un largo trago)

=Bueno, estoy esperando tu explicación. (dijo mientras soltaba su copa de nuevo)

-Mira papa, puede que no sea fácil de entender, pero es fácil de explicar, estoy aquí por que soy puta.

=Vaya, esa explicación no me la esperaba, vale, es normal que una puta este en un puticlub, lo que quiero saber es que necesidad tienes tu de hacer esto.

-No es por necesidad, es por que soy puta, lo he sido siempre, ahora cobro por hacerlo, pero si no cobrase lo haría gratis.

=¿Qué quieres decir?

-Pues que antes de empezar a venir aquí me acostaba con un montón de tíos por nada, bueno, por nada no, lo hacia solo por el gusto de hacerlo, lo hice con compañeros del colegio, con profesores, con amigos tuyos y hasta con trabajadores tuyos, desde que estoy aquí puede que sea más puta pero en realidad ya no me abro de piernas para cualquiera.

=Ahora ya solo lo haces para los que te pagan por que lo hagas.

-Pues sí, aunque suene raro yo me veo como menos puta que antes.

=Sigo sin entenderte.

-Piénsalo, que prefieres tener una hija a quienes algunos se follan pagando o una hija que folla hasta con el jardinero por nada

=¿Con el jardinero?, ¿Te has follado a nuestro jardinero?

-Al que tenemos ahora no, al anterior.

=Pero si hace casi tres años que tenemos a este.

-Papa, desde los catorce a los dieciocho me follaba a casi todo lo que llevase pantalones.

=Y yo sin enterarme. Bueno, esta bien, si esto es lo que quieres hazlo, siempre me has demostrado ser madura y saber lo que haces, de modo que no me opondré.

-Gracias papa, entonces puedo irme y continuar igual.

=Puedes continuar igual, si lo deseas, pero no puedes irte, he pagado por una hora de reservado.

-Puedo mandarte a otra chica, una amiga mía te dejara más que satisfecho.

=No, quiero que te quedes tu.

-Entonces podemos seguir hablando todo lo que quieras.

=No he venido aquí para hablar.

-¡Papa! (exclame, no podía ser que mi padre me estuviese pidiendo sexo)

=Aquí no soy tu papa, aquí eres Patricia y no tengo ninguna hija que se llame Patricia.

-¡Pero papa!, ¡yo no puedo!

=Si no puedes, saldré de aquí hecho una furia y le diré a Claudia que no volveré nunca por que me has tratado muy mal.

-No puedes hacerme eso, Claudia se enfadaría conmigo y hasta puede que no me dejase volver más.

=Entonces demuéstrame que eres una buena profesional y házmelo pasar bien. (había apoyado una mano en mi rodilla y la estaba haciendo subir por mi muslo)

-¡Papa! ¡por favor! (el calor me estaba invadiendo debido a su caricia y supongo que también debido a que los nervios que había pasado me habían hecho acabar con la botella)

=Patricia, no soy tu papa. (agarre el la copa de mi padre y de un trago la apure)

-Lo siento, tenia la garganta seca.

Mi padre se levanto y abriendo la cortina pidió que nos trajeran dos más de lo mismo, la propia Claudia se encargo de traer las consumiciones, me sonrío, note que estaba complacida de que le hubiese sacado dos consumiciones, entre ellas la más cara, sin que mi ropa apenas se hubiese movido, desapareció de nuevo al otro lado de la cortina sin decir nada, mi padre después de haber pedido las consumiciones se había vuelto a sentar a mi lado y su mano volvía a recorrer el camino desde mi rodilla hacia mi muslo, yo estaba a punto de abandonarme totalmente a él, dejarle que me hiciese todo lo que se le antojase, aquella mano, por que diablos no paraba de subir por mi muslo, me fije que se notaba un bulto considerable en el pantalón de mi padre, era la primera vez en mi vida que notaba una erección en mi padre, ¡y vaya! a juzgar por lo abultado estaba dotado, muy bien dotado.

Pero que coño hacia mi mano apoyada en su muslo, quien le había dado permiso para ir en dirección al paquete de mi padre, estoy perdida voy a hacerlo con mi padre, me decía mientras la mano de el se encontraba bajo mi corta falda a punto de alcanzar mis bragas, no sabia que podría suceder cuando sintiese sus dedos en mi coño, tanto podía salir corriendo de allí espantada como entregarme por completo, bueno, a juzgar por lo mojadas que estaban mis bragas me entregaría.

Mi cabeza trataba de razonar, mi cuerpo ya no, sin ser consciente había bajado la cremallera de su pantalón y estaba colando mi mano por la abertura en busca de su cipote, el mismo cipote que veinte años atrás había penetrado a mi madre dejándola embarazada de mí.

Los dedos de mi padre alcanzaron mis bragas, pero no se detuvieron, en lugar de eso entraron por el lateral y después de acariciar brevemente mi monte de Venus se colaron dulcemente en mi vagina, durante un momento mantuvo sus dedos en mí moviéndolos con maestría, luego los saco y sin pensárselo se los llevo a la boca.

Ver a mi padre chupandose los dedos mojados de mis jugos rompió el último hilo de cordura que me quedaba, me lance para quedar de rodillas entre sus piernas, desabroche su pantalón y tire de ellos haciendo que su magnifico cipote apareciese orgulloso ante mis ojos por primera vez en mi vida, no perdí un segundo en contemplarlo, lo engullí comenzando a mamarlo como había mamado tantos, ya solo era uno más, aunque pocas veces había podido disfrutar de una tranca de esas proporciones. Mi padre se coloco cómodamente y se limito a mirarme mientras chupaba golosamente su polla, de vez en cuando me pasaba las manos por el cuello mientras le oía decir “mi niña, si supiese las veces que he soñado con esto”. Chupe y chupe su polla, en algún momento me pareció que él trataba de quitarme, hacer que dejase de chuparsela, pero era imposible nadie me apartaría de aquella polla hasta que no probase su leche.

Paso algún tiempo, ni podría decir cuanto, pero finalmente recibí mi premio, unos potentes chorros de semen se estrellaron dentro de mi boca, me esmere como nunca lo había hecho para que ni una sola gota de su leche fuese desperdiciada, fue difícil, pocos hombres habían echado en mi boca la cantidad de semen que mi padre me regalo, incluso estuve a punto de rendirme y dejar que parte de aquel néctar se perdiese cuando note que por fin los chorros perdían intensidad, eso me animo y seguí mamando hasta tragarlo todo, aun después de haber acabado su fenomenal corrida continúe mamando en busca de cualquier gota rezagada de leche.

-Vaya, ¿Cuánto hacia que no te corrías así?

=Más de veinte años, desde que tu madre murió nadie me había hecho disfrutar como lo has hecho tu. (agarre mi copa de champaña y mientras me volvía a sentar di un largo trago, a pesar de la gran cantidad de leche que acababa de beber aquel comentario me había vuelto a dejar con la garganta seca)

-Esto no esta bien es mejor que te vayas.

=No, he soñado tantas veces con algo así que ahora no me puedo ir.

Me empujo haciendo que me tumbase en el sofá, coló sus manos bajo mi falda y tirando de mis bragas me las saco, a continuación levanto mi falda y bajo su cabeza hasta que su lengua comenzó a recorrer mis labios vaginales, note como mi coño se abría ante la lengua de mi padre, me estaba volviendo loca de placer lo hacia muy despacio, estaba resultando que mi padre iba a ser el mejor amante que había tenido, me lamia el coño como nunca nadie me lo había comido haciéndome sentir su poderío a la vez que su dulzura, en lo que me pareció poquísimo tiempo me llevo a un increíble orgasmo, pero en lugar de detenerse siguió chupando del mismo modo alargando mi orgasmo y haciéndome sentir que mis fuerzas me abandonaban a través de mi coño. Mi orgasmo no acabo hasta que él dejo de chuparme.

=¡Cielos!, cuanto tiempo sin probar ese sabor. (dijo al retirarse, supe que se refería al sabor del coño de mi madre, pero era posible que mi sabor fuese igual al de mi madre)

-Quiero que me folles. (le dije)

=Aquí no podemos hacer eso.

-Conoces las reglas de Claudia.

=Mi niña, son muchos años calmando mis deseos en sitios como este y las normas son las mismas en todos.

-Vamos a una habitación.

Sin responderme recogió mis braguitas, que habían quedado tiradas sobre el sofá, y se las guardo en el bolsillo, luego me dio la mano para ayudar a levantarme, fuimos a la barra y pidió una habitación y que nos llevasen dos nuevas consumiciones, la segunda que me habían llevado estaba casi entera, se lo dije, no hacia falta una nueva, pero insistió en que me merecía una botella nueva, que si a alguien le apetecía beberse la que quedaba en el reservado era libre de hacerlo, no era muy normal que un cliente pagase por la mejor botella de champaña del local, de modo que un par de chicas se animaron a ir a buscarla para probarlo, luego le preguntaron por cuanto tiempo quería la habitación, él me miro y respondió que dos horas, pero que si no salíamos transcurrido ese tiempo añadiese una hora más, a Claudia, la jefa, se le abrieron los ojos como platos al oír aquello.

Al entrar en la habitación, cuando me gire para cerrar la puerta, él se pego a mí por detrás, comenzó a besarme el cuello y mordisquearme las orejas al tiempo que sus manos se habían apoyado firmemente sobre mis caderas bajaban por ellas y levantando mi vestido muy lentamente fue dejándome solo con el sujetador, los pequeños remordimientos que sentía por estar a punto de hacer el amor con mi padre desaparecieron al tiempo que sus manos recorrían mi cuerpo, muy poco tardo el sujetador en dejar de cubrir mis tetas, aunque tampoco quedaron por mucho tiempo a la vista ya sus manos rápidamente las cubrieron, yo no sabia que hacer, por un lado quería girarme y comerle la boca mientras mis manos lo desnudaban pero por otro quería seguir siempre así, dejándole que me besase y acariciase con la dulzura que lo estaba haciendo, finalmente un pequeño movimiento, no sé de quien, que apoyo su polla increíblemente dura a través de su pantalón en mis nalgas hizo que me decidiese por volverme.

Tuve que intentarlo un par de veces para que me dejase volver, me pegue a él tuve que elevarme un poco para alcanzar su boca, mis pechos pegados al suyo, mis manos rápidamente bajaron por su cuerpo para comprobar directamente la dureza de su pene, con calma, pero a la vez todo lo rápido que podía, fui despojándolo de su ropa, empezando por su camisa, luego baje sus pantalones y calzoncillos hasta los tobillos, ni que decir tiene que mientras le dejaba en cueros me había metido su polla en la boca. Apenas me dejo deleitarme con su sabor durante unos segundos, me hizo levantar y cogiéndome en brazos me llevo a la cama.

Era tal su excitación que tan solo dejarme sobre la cama se coloco entre mis piernas y me penetro y mi calentura era tan grande que agradecí ser penetrada sin más preámbulos, me estaba follando a pelo, eso era algo impensable para mí con cualquier hombre, pero él no era cualquier hombre, era mi padre, además, no había problema, yo tomaba la píldora.

Me estaba follando casi con ansia, nuestras bocas apenas se separaban, el placer de los dos era más que notorio, nunca me había sentido deseada como notaba que mi padre me deseaba, nunca poseída como mi padre me poseía, y aquel estaba resultando el mejor polvo de mi vida.

No sé cuantas veces me corrí durante el tiempo que él aguanto dentro de mí, ni siquiera me atrevería a dar un número aproximado, si os dijese que fueron más de veinte orgasmos pensaríais que exagero, sin embargo creo que ese número se queda muy corto, el último, al sentir su semen invadiendo mi vagina en largos y potentes chorros fue el orgasmo más delicioso de todos. Después de un poco permaneciendo con su polla incrustada en mi se dejo caer a un lado, yo me dedique a limpiar su polla de los restos de semen y de mis jugos que la mojaban usando mi boca.

=No debería haber hecho esto. No debería haberme corrido dentro tuyo. (dijo cuando me tumbe apoyando mi cabeza en su pecho)

-No te preocupes, tomo precauciones. (pensé que era un poco extraño que se preocupase por haberse corrido dentro de mi que por haberse follado a su hija)

=¿Tomas la píldora?

-Sí, me lo recomendó una amiga, me contó que una vez se le rompió un preservativo y lo paso muy mal hasta que le bajo la regla, como no me quise arriesgar a poder quedar embarazada de uno de los tipos que vienen por aquí comencé a tomarla.

=Gracias al cielo, no me podría perdonar dejarte embarazada.

-¿Por qué? (me resulto un poco molesto su comentario, aunque en ese momento yo tampoco desease tener un hijo)

=Porque tengo miedo a perderte como perdí a tu madre.

-¿Qué paso con mama? Nunca me lo has contado.

=Cuando se quedo embarazada nos hizo mucha ilusión a los dos, pero enseguida el medico nos dijo que corría mucho riesgo llevando el embarazo adelante, que lo mejor era que abortase, yo deseaba tanto tenerte como ella, pero la idea de perderla era superior, de modo que la anime para que abortase, pero el carácter de tu madre era fuerte, cuando quería algo lo quería y ya esta, igual que tu, el embarazo fue muy bien, estábamos muy felices por que parecía que el medico se había equivocado y todo saldría perfecto, pero después del parto algo le provoco una anemia muy fuerte, los médicos hicieron lo imposible por curarla, pero no hubo manera de parar aquello, lo último que me pidió fue que te quisiese tanto como a ella, luego parecía que se quedaba dormida pero su corazón se había parado.

Después de hablar de mi madre a los dos se nos fueron las ganas de volver a follar, nos quedamos en la habitación hablando y bebiendo, luego mientras me vestía pensé que en seguida vendría una mujer a limpiar, como no quería que se entrase de que lo había hecho sin preservativo cogi dos los desenvolví y me puse a escupir dentro, mi padre me pregunto por que hacia eso, se lo explique diciéndole que estaba segura de que nadie iba a probar si el liquido era semen o no, entonces el me ayudo escupiendo en el segundo preservativo hasta llenarlo con la cantidad que parecía una corrida razonable.

Al salir me despedí de mi padre como si fuese un cliente más y me fui a los camerinos, me quede un poco allí sin ganas de volver a salir, al rato entro Claudia.

#¿Se puede saber que le has hecho?

-¿No ha quedado contento?

#Al contrario, me a preguntado por los días que trabajas, creo que lo volverás a ver pronto. (ni se imaginaba lo pronto que lo volvería a ver)

-Entonces deberías estar contenta.

#Lo estoy, lo que pasa es que os habéis quedado los dos con una cara tan triste que cualquiera diría que alguien se os a muerto. (en realidad para mi era como si mi madre acabase de morir, lo que me había contado mi padre me había hecho pensar en lo mucho que ella me había querido y por primera vez la echaba de menos)

-Es que me ha contado una historia muy triste.

#¿Te ha contado como murió su mujer?

-¿Tu lo sabes? (de pronto no podía creer que mi padre le hubiese contado la muerte de mi madre a una mujer como Claudia)

#No, que va, lo único que conseguí sacarle una vez fue que murió muy joven.

-Sí, demasiado joven. Lo siento Claudia, hoy no voy a ser capaz de seguir trabajando, tengo que irme.

#Vete tranquila, hoy has sacado tu jornal más que de sobra.

-Reparte lo de la bebida entre las chicas y guárdame lo mío, lo cobrare el próximo día.

#Como digas. (sabia que a Claudia no le gustaba que repartiese mi dinero a las otras chicas, pero también estaba segura que no me engañaría y haría lo que le había pedido)

Me cambie, antes de salir me acerque a Deborah y le dije que tendría que buscarse un transporte ese día ya que yo tenia que irme, luego camine hasta mi coche, conduje durante un rato y cuando encontré un lugar tranquilo me detuve y llore a la madre que había perdido veinte años atrás y a la que nunca había llorado.

Al llegar a casa fui a ver a mi padre, entre en su habitación, dormía placidamente, me acerque a la cama, entre sus dedos sujetaba algo, me acerque más, la luz que entraba timadamente por la ventana me dejo ver que lo que sujetaba entre sus dedos eran mis braguitas que se había llevado del club, no pude contenerme, me desnude allí mismo, quedándome solo con las braguitas que me había puesto al vestirme de nuevo, muy despacio para no despertarle me acosté junto a él. Sonriendo al pensar que si cada vez que hacíamos el amor se quedaba con mis braguitas tendría que comprarlas por cajas me quede dormida.

=¿Qué haces aquí Raquel? (me dijo al despertar y despertarme, NO ES MI NOMBRE REAL)

-Hoy no quería dormir sola, pero no soy Raquel, soy Patricia. (él comprendió enseguida lo que le estaba diciendo e hicimos el amor)

=Venga arréglate, tenemos que ir a trabajar. (me dijo después de follar)

-Antes del trabajo tengo algo que hacer.

Al salir de casa fui a una floristería, compre tantas flores que al final tuvieron que acompañarme con una furgoneta ya que era imposible que las llevase en mi coche, las lleve al cementerio, mientras los chicos de la floristería colocaban las flores sobre la tumba de mi madre yo permanecí de pie con el ramo más grande y más bonito, cuando se fueron me acerque a dejar mi ramo, era la primera vez que estaba allí por propio deseo, antes solo había ido acompañando a mi padre o mis abuelos, con los ojos llenos de lagrimas deje el ramo y como si mi madre pudiese oírme le dije que ya que ella le había pedido a mi padre que me quisiese como la había querido a ella yo le iba a querer a él como ella le había querido. Cuando me gire vi a mi padre mirándome a unos metros de distancia, se ve que me había seguido para ver donde iba, me acerque hasta él y le abrace, le dije que ya había hecho lo que debía hacer, sus ojos estaban llenos de lagrimas, los míos también, pero eran lagrimas de felicidad.

La tercera vez que vino al club para estar conmigo me hizo ponerme a lo perrito para follarme desde atrás, sus manos recorrían mis nalgas, sus dedos de vez en cuando se insinuaban en mi ojete, yo como siempre estaba disfrutando de una fenomenal follada, aunque estaba algo preocupada por que se le pudiese ocurrir meterme dedos en el culo, a ningún hombre le había permitido hacerlo, pero si se trataba de él le dejaría.

=Tu culo, es precioso, ¿Algún hombre te la ha metido por detrás?

-No. (respondí un poco asustada. No quería meter sus dedos, quería meter su polla)

=La próxima vez que venga traeré lubricante y desvirgare tu culo.

-No.

=¿Por qué no mi niña? Me gusta tu culo y quiero poseerte por el.

-Entonces te dejare que lo hagas, pero no aquí como puta sino que será en casa como mujer.

=Como digas, además estoy seguro que me gustara más.

Seguimos follando hasta acabar los dos casi al unísono, al mirar el reloj vimos que no habíamos pasado algo del tiempo, por supuesto como mi padre se estaba convirtiendo en cliente asiduo y gastaba mucho en mí Claudia no envío a nadie para que tocase en la puerta para que nos apresuráramos, después de vestirnos salimos de la habitación y un rato después mi padre se fue, luego aun me toco atender a otro cliente, además uno de los malos, de los que solo te pagan una copa y de las más baratas para luego pasar a la habitación por media hora, lo mínimo, el muy capullo me ofreció algo de dinero extra por chapársela sin preservativo y algo más por follarme también sin el, como supondréis rechace sus ofertas de plano, si hubiese insistido, que era lo que yo en el fondo deseaba hubiese salido de la habitación y habría pedido que lo echasen, en fin que tuve que resignarme y dejar que me follase en busca de su propio placer, cuando acabo deje que fuese el mismo quien se quitase el preservativo mientras yo me vestía.

Al llegar a casa fui directamente a la habitación de mi padre, de hecho mi habitación no la usaba para dormir desde que lo había hecho por primera vez junto a mi padre, a veces incluso me preguntaba por que no traía de una vez mi ropa a la habitación de mi padre. Él dormía profundamente mientras yo me desnudaba sin dejar de mirarlo, una vez desnuda me subí a la cama y lentamente fui tirando su calzoncillo para dejar salir su polla, era la primera vez que hacia algo así, normalmente me dormía junto a él y echábamos un polvo al despertarnos, pero esa noche era diferente, quería tener sexo con él aunque para nada pensaba en que me follase, me puse a chuparle la polla con delicadeza hasta que logre que despertase, se sorprendió por mi forma de despertarle.

-Hola papi, ya llegue y te traje un regalo.

=¿Qué me trajiste mi niña?

-Esto. (respondí apartándome de su polla y girando hasta poner mi culo a poca distancia de su cara)

=Pero mi niña, no estoy preparado, haría falta un lubricante.

-Contigo lo haría sin lubricante, dejando que me destrozases el culo, pero se que no serias capaz de hacerlo, por lo que le pedí un frasco de lubricante a una amiga que suele dejarse encular en el club. Toma aquí lo tienes.

=Parece que no queda mucho. (dijo al coger el tarro y examinarlo)

-Deberá bastar.

=Mi niña no puedo esperar.

-Ni yo quiero que esperes, solo házmelo con cuidado.

Mi padre comenzó a untar mi ano con crema, lo hacia muy despacio procurando aprovechar al máximo la poca crema de la que disponíamos, guardo un poco para untarse algo también en el pene, luego se coloco detrás de mí con su polla apoyada en mi ojete, que por supuesto había dilatado con sus dedos, al principio su polla presionando contra mi ojete me estaba proporcionando una sensación placentera, pero cuando mi esfínter cedió el dolor agudo que sentí me hizo gritar, enseguida mi padre se detuvo, me dijo que si me dolía lo dejábamos para otro día que estuviésemos mejor preparados, su capullo estaba ya insertado en mi dolorido culo, me esforcé por poner una voz normal y decirle que ya había pasado el dolor, que continuase, arrugue la sabana y la mordí para acallar mis quejidos y conseguir que él llegase hasta el final, el fue penetrándome despacio, me dolía horrores cada centímetro de polla que entraba, ni tan siquiera sé como mantuve la consciencia, sentí sus ingles contra mis glúteos, luego de dejarla un poco totalmente clavada en mi culo comenzó el movimiento de bombeo, me hacia ver las estrellas por el dolor, pero continúe aguantando mis quejidos, tenia que dejar que mi padre disfrutase de mi culo y si se daba cuenta de yo lo pasaba mal querría detenerse, estaba segura, paso bastante tiempo dándome metidas, llegue a arrepentirme de haber hecho que se corriese dos veces en el club, eso le haría durar mucho, además a medida que aumentaba su excitación aumentaba también el ritmo de la enculada, cuando ya creía que no lo aguantaría más y tendría que pedirle que me dejase se quedo quieto y sentí como mis tripas se llenaban de leche.

De esto han pasado dos años, seguimos durmiendo en la misma habitación en la misma habitación y hacemos el amor todos los días, unas veces por mi coño y otras por mi culo, que por cierto siempre mantuve reservado solo para mi padre. Durante el primer año estuve acudiendo al club tres días a la semana, mi padre venia y pagaba por follar conmigo, nadie debía saber que éramos padre e hija, al menos dos de esos días, hasta que un buen día llegue a la conclusión de que el único hombre capaz de darme placer con mayúsculas era él, lo senté en el salón y le explique que me había enamorado de él, que iba a dejar el club, que en casa quería vivir con él como su mujer, solamente al cruzar la puerta y salir me convertiría de nuevo en su hija, el me beso y dijo que le hacia el hombre más feliz del mundo.

Ahora mi deseo es quedarme embarazada, darle un hijo u otra hija a mi padre, pero conociendo la historia de mi madre no me atrevo a pedírselo, tampoco creo que sea justo quedarme embarazada sin que lo sepa, pero que le vamos a hacer, tengo el carácter de mi madre, hace dos meses que deje de tomar la píldora, aunque cada día tiro una por el retrete ya que mi padre comprueba todos los días que no la haya olvidado. He tenido mi primera falta, no me ha bajado la regla, solo espero que él no sé de cuenta hasta que sea tarde para abortar, no me gusta llevarle la contraria a mi padre pero quiero tener este hijo.