Virgen
Luego de tener sueños con hombres mayores que yo, no puedo soportar estar sin tocarme.
Tengo unas tetas, bueno, no sé como decirte.
Imagina las tetas perfectas.
Blancas redondeadas, suaves al tacto, mis pezones la mayor parte del tiempo duras.
Es que me moja ver un hombre.
Por eso suelo usar doble ropa interior, a veces ninguna ropa interior.
Estar en faldas sentir como la brisa se pasa entre mis muslos, me hace imaginar, ser penetrada.
Solo para sentirme deseada, suelo ir al colegio sin sostén, y disfruto ver sufrir a mis compañeros.
Bueno, lo hice con mi hermano. ¡Por favor! no me culpes, la curiosidad me gano. Es que la tiene muy grande.
¿Le diría no a un macho? Claro que no.
Después, que el volvió de su visita mis tíos. No volvió solo.
Estar en casa en ropa interior con una camiseta blanca que dejaba rebotar mis pechos con el mínimo movimiento, es tan placentero.
Mi vecino el señor mucho, pero mucho, más grande que yo de unos 45 años, me pone tan caliente.
Me regalo una rosa el otro día, me dijo:
"Una rosa para otra rosa" muy caballeroso. Solo tenía ganas de decirle que ya lo había visto orinando, y deseaba ser penetrada por él. La diferencia de edades no era problemas para mí.
No me dejo llevar por ideas impuestas por la sociedad.
Esa noche en mi cuarto.
Me desnude y coloque unas sabanas suaves y blancas.
Bese a la rosa, y la pase por mi cuello, imaginando que era él.
El Sr. Ramón, quien besa mi cuello.
Y la pase entre mis pechos, sentia como se humedecía mi vulva, aun no me había tocado y ya estaba húmeda.
Mis pezones duros mirando el techo de mi habitación rosada, como mis labios vaginales.
Esas que tanto ama mi hermano.
"¡Sr Ramón, ¿Qué hace?" dije imaginando que era él quien me estaba tocando, quien me penetraría.
La rosa de paseaba por mi piel, mis pezones, mi blanca piel estaba toda caliente pidiendo ser acariciada.
"¡Ayyyy!"
Espero que mi padre no escuche mis gemidos mientras me autocomplazco, es normal que una chica de mi edad se toque.
Estoy aprendiendo sobre mi cuerpo, que no deja de crecer, no sé si soy niña o una mujer.
A pesar de que mi hermano, me dijo que me hizo mujer, creo que me falta experiencia.
Y me paso los pétalos, por mis pétalos rosados, húmedos.
Imagino que es mi vecino, Sr Ramon, quien viene a mi habitación a penetrarme a hacerme suya.
"¡SÍ!¡SÍ"
"¡No puedo más!¡No puedo más!"
"¡Así! Destrózame, duro, no quiero parar"
Largos choros de líquido llenaron mi mano, mis pezones duros y mi mente solo podía pensar en una cosa, sexo.
Al mirar hacia la puerta, unos ojos me observaban y pude ver como mi padre se masturba.
Eso me hizo tener otro orgasmo.
"¡Ay!"
Las sábanas blancas todas empapadas de mi sexo.
Al mirar a la puerta, ya no estaba, gotas de esperma se precipitaban al suelo.
Me levanté y embriagada de deseo, lamí los residuos de mi papá. En ese momento supe que era cuestión de tiempo.
Él también seria mío.
Eso hace dos noches.
Ahora, mi hermano y mi primo están en la casa.
No dejo de pensar en lo que hare con los dos.
¡Hola!
Mis amados lectores, estoy mojada con tan solo escribir esto, esta cuarentena ha llenado mi mente de experiencia que compartiré con ustedes.
Como siempre, tiene mi correo, suelo responder a los mensajes, ya sea de felicitación o críticas a mis escritos.
Sé que estar encerrados no nos hace bien, espero, que donde sea que estén disfruten de su cuerpo como yo de mío.
Las clases virtuales si me dan tiempo para escribir algo, por eso mi demora. ¡Estúpidos estudios!
También, quiero explorar mi mente, escribiré otras cosas. No basada en mi experiencia, más imaginación.
¡Cuídense!
¡Saludos!
Mi correo, donde los atenderé con gusto. ¡Gracias! a los que me escriben, me gusta mucho sentirme respaldada.
Correo:
persefonemignar@gmail.com