Violeta y su cornudo morboso

Después de la increíble sesión de sexo con Pollon25 descansamos unos días, pero mi marido estaba todo el día recordándome como chillaba de placer mientras Pollon25 me la clavaba hasta el fondo

Según Violeta:

Después de la increíble sesión de sexo con Pollon25 descansamos unos días, pero mi marido estaba todo el día recordándome como chillaba de placer mientras Pollon25 me la clavaba hasta el fondo.

Además, según lo acordado, ahora podía disponer de mi como quisiera y no podía negarme a ninguno de sus caprichos.

  • Cariño – me dijo una noche mientras cenábamos – el sábado quiero que estés dispuesta para mi.

Lo miré extrañada, y con cierto temor le pregunte:

  • ¿Qué debo hacer?

  • El sábado irás al centro comercial a las 10 en punto, entraras en el cambiador nº3, te pondrás esta ropa y te taparas los ojos con esta venda. Y, simplemente esperaras a que alguien dé dos golpes largos y uno corto.

Desconcertada, mire la ropa que puso sobre la mesa; una falda muy corta, y una camiseta sin mangas muy abierta, naturalmente, sin ropa interior.

  • ¿ Pero estas loco? – Balbuceé – alguien podría entrar –

  • No sin el código, dos golpes largos y uno corto.

  • ¿Y que esperas que suceda? – insistí

  • Será una sorpresa, tu sólo debes obedecer las instrucciones.

Según Cornudito:

Aquella noche me conecté de nuevo al canal “Cornudos” de Chatix y puse un mensaje:

  • Busco corneador, bien dotado, alto, fuerte para el sábado a las 10 de la mañana en Barcelona.

No tardé en recibir respuestas por los canales privados:

  • De Caramelito: ¿Es una broma no?

  • De Yanki: ¿En serio?

  • De Gallola: Yo estoy disponible

  • De Cachondo21: ¿A dónde hay que ir?

  • De Pichita25: Tengo una polla de 25 cm y quiero follarme a tu mujer

  • De Dotado: Tienes suficiente con una polla de 18?

Otros, simplemente me enviaron sus fotos.

Llegó el sábado, un poco antes de las 10 de la mañana, me presenté en el vestidor nº 3 y instalé una cámara oculta capaz de enviar por bluetooth la imagen en tiempo real a un smartphone, a parte de grabarlo todo.

Cuando terminé, aún quedaban 5 minutos, me metí en el vestidor nº 1 que está apartado y casi nunca nadie utiliza, me encerré con pestillo y vinculé mi teléfono con la cámara, pudiendo ver una imagen perfecta.

Según Violeta:

Puntualmente a las diez llegué al vestidor acordado. Estaba temblando, con el corazón acelerado sin saber cuales eran los planes de mi cornudito.

Suponía que cuando tuviera los ojos tapados, vendría y haríamos el amor allí mismo; pero no las tenía todas. Algo dentro de mi temía que mi cornudito tenía otros planes.

Entró en el vestidor, me desnudé completamente y me puse la falda y el top que me había entregado. Cuidadosamente me vendé los ojos y, paciente, esperé apoyada en la pared.

Casi inmediatamente escuché los golpes en la puerta y, con los ojos vendados, abrí el pestillo dejando pasar a mi cornudito.

Saberme casi desnuda, en un lugar público dispuesta para mi cornudito me excitó terriblemente. Mi vagina estaba húmeda y tembló al primer contacto.

Sin decir absolutamente nada, me agarró con fuerza por la espalda, situando su pene sobre mi culo y acariciándome la espalda.

Entonces me asaltó una terrible duda… ¿y si en lugar de entrar mi cornudito, entraba un cliente cualquiera de la tienda? Me estremecí, intenté concentrarme en los detalles para poder reconocer los movimientos de mi cornudito, pero no pude.

No saber con quien ocupaba aquel pequeño espacio me excitó aun más, ¿era mi cornudito? ¿O era otra persona? Y en ese caso, ¿que haría él si detectaba que alguien se le había adelantado?

Poco a poco, sus manos fueron más atrevidos, levantó mi falda dejando mi trasero completamente visible y noté unos labios humedeciéndome mi clítoris.

No podía reconocer la técnica de mi cornudito, pero tampoco podía descartarlo. Y la duda, ayudaba a empaparme y que mis jugos vaginales resbalaran pierna abajo.

Sin cambiar de posición noté movimiento detrás mío, mi cornudito se estaba quitando los pantalones. Y poco después noté como su polla presionaba sobre mis labios vaginales; introduciéndose poco a poco.

Fue entonces cuando la verdad iluminó mis sentidos. Aquel pene no podía ser el de mi cornudito. Él la tiene pequeña y lo que me estaba entrando era cualquier cosa menos pequeña.

A pesar del tamaño entró con suma facilidad gracias a mi humedad interior.

¿Qué has hecho cornudito mio?

Según cornudito:

Cuando el chico le metió todo su miembro fue evidente de que Violeta sabía que no era yo.

Sus ojos se iluminaron y sus mejillas explotaban de tan rojas que estaban. Y entonces empezó a follarsela con dureza.

Según Violeta:

¡!!! Dios mio !!! Cuanta energía. Fuera quien fuera, no sólo estaba bien dotado. También sabía usarla. Empezó a penetrarme un ritmo constante, tan fuerte que llegué a pensar que los ruidos se oirían desde fuera.

Me derretía de gusto… y tenía que ahogar todos los ruidos.

-Ummmmmmmmmmm… ahhhhhhhh. No pares

Y no paraba. Parecía imposible mantener aquel ritmo. Pam, pam, pam, pam. Aceleraba, frenaba, volvía a acelerar.

Tenía que morderme los labios para no chicar desesperadamente.

  • Ahhhhhhhhhhhhhhhhhh siiiiiiiiiiiiii

Y finalmente, tras un golpe especialmente fuerte, se quedó quieto en mi interior, y descargó todo su semen en mi interior.

Cuando se retiró, pude notar como su leche resbalaba por mis piernas.

Pero antes de recomponerme aquel hombre me dijo a la oreja con voz muy baja.

  • No te vistas. Cierra el pestillo, y cuando golpeen la puerta con la señal acordada, ábrela.

No reconocí la voz. Estaba absolutamente perpleja pero me limité a obedecer las instrucciones.

Casi un instante después de cerrar el pestillo, llamaron a la puerta y abrí.

Continuaba con los ojos vendados y supuse que mi cornudito venia a ver el resultado. Me lamería de arriba abajo y me follaría rápido como siempre.

Pero en lugar de eso, me obligó a arrodillarme y me clavó su polla hasta el fondo de la garganta.

Sin duda, tampoco era mi cornudito. Aquella polla era muy gorda, casi no me entraba. Por suerte no era muy larga y, con dificultad, podía tragármela hasta los huevos.

El propietario de aquella polla no dijo nada, simplemente me folló la boca con fuerza, provocándome arcadas hasta que a los pocos minutos, noté como un líquido caliente y espeso, entraba por mi garganta sin que puediéra evitar tragármelo.

Los últimos chorros cayeron sobre mi boca, cara y pelo dejándome hecha un poema.

Y al igual que el otro hombre, se acercó a mi oreja y dio en voz baja:

  • No te vistas. Cierra el pestillo, y cuando golpeen la puerta con la señal acordada, ábrela.

Estaba agotada, me habían poseído dos hombres sin que los hubiera podido ver. Simplemente me usaron y ahora, ¿tenía que venir otro? ¿Qué había preparado mi cornudito?

Llamaron a la puerta y abrí el pestillo.

Según cornudito:

Cuando entré y ví el espectáculo, casi me corro son tocarmela. Violeta estaba sentada sobre el banco, con la cara, el pelo y la boca llenas semen. De su vagina aun se derramaba leche y caía por sus piernas.

No dije nada, me quede en silenció, me desnudé y empecé a masturbarme.

Según Violeta:

El tercero se comporto de un modo estraño, no me toco; simplemente escuchaba como se masturbaba. Y poco después, un chorro de semen salió disparado hasta mi cara y mis pechos. Estaba caliente y no pude evitar sacar la lengua para saborearlo.

Entonces, en voz baja me dijo:

  • Espera a que salga, puedes vestirte pero límpiate sólo la cara. Tu cornudito quiere saborear nuestra leche cuando llegues a casa.

Hablaba bajo, tuve la sensación de reconocer la voz pero no podía estar segura.

Cuando terminó de vestirse se fue, dejándome llena de semen por todo el cuerpo.

Me vestí como pude y regresé a casa tal y como me habían ordenado.


PD Según cornudido:

Cuando Violeta llegó a casa, yo ya la esperaba desnudo sentado en el sofá.

Se acercó y se desnudó. La leche ya seca cubría su cuerpo y sin limpiarse, se acercó a mi, lamió mi pene y me dijo:

  • Eres el cornudito más morboso del mundo. Gracias.

De hecho, podéis encontrar a mi mujer “Violeta” en los canales de “cibersexo” y “cornudos”. Quien sabe, tal vez un día podáis chatear con ella.