Violeta y el cornudo de chatix

En el fondo sabía que tarde o temprano sucedería. Simplemente era cuestión de tiempo. El hecho es que mi mujer, es mucha mujer para tan poco hombre.

En el fondo sabía que tarde o temprano sucedería. Simplemente era cuestión de tiempo. El hecho es que mi mujer, es mucha mujer para tan poco hombre.

Todo empezó hace una semana cuando un día accidentalmente dejó su teléfono móvil encima de la mesa y, un poco por curiosidad ojeé las aplicaciones que tenía instaladas.

Me llamó la atención una aplicación llamada “Chatix”. No la conocía y cuando tuve ocasión la instalé en mi teléfono.

Era una aplicación de chat como tantas otras en la que solo tenías que introducir un nick y ya podía chatear con desconocidos.

Nada más entrar la aplicación te mostraban un listado de canales. Los había de todo tipo: Parejas, sexo, lesbianas, gays, transexuales, cornudos y maduras.

Por curiosidad entre en la sección de maduras dónde una docena de personas chateaban en el canal.

Cómo es habitual ese tipo de aplicaciones la mayoría eran chicos y solo había dos chicas en el grupo.

Elegí una que se hacía llamar " violeta' y la salude alegremente.

Tardo un poco en contestar:

  • Hola, eres nuevo por aquí? - preguntó

  • Sí. Es mi primer día

  • Y qué buscas?

  • Chatear un rato, conocer gente y divertirme - respondí

  • Vaya! Como todos

  • Te gustaría chatear conmigo? - pregunté

-      Claro. De qué quieres hablar

  • Sexo

  • ui! Como todos! Cuéntame cómo eres.

  • Soy un hombre de 45 años, casado, pero creo que mi mujer me engaña.

  • Vaya. Estarás disgustado.

-     Sí. Un poco. Pero quieres saber lo más curioso: La idea de verla en brazos de otro hombre me excita.

  • Pues estás en el canal equivocado. Deberías ir a la sección "cornudos" - respondió con una sonrisa.

  • Y tú? - pregunté - qué buscas en los chats.

  • Pues como tú. Conocer gente y quedar.

  • Has quedado alguna vez con alguien qué hayas conocido en los chats.

-      Cuéntame algo sobre ti

  • Pues hay poco a contar. Puedes llamarme “Violeta”. Soy una mujer de 42 años. Casada. Pero mi marido la tiene muy pequeña y no sabe darme placer.

-     Vaya. Un cornudo y una hotwife chateando. Vaya pareja.

Fue entonces cuándo me envío una foto suya. Y mi corazón explotó. A pesar de ocultar la cara pude reconocer aquella figura y los muebles del fondo. Era mi mujer en mi habitación.

  • ¿ Carmen? Eres tú.

Durante unos minutos que se me hicieron eternos no contestó pero al final respondió con un simple " sí".

No hablamos más hasta qué a la noche cuándo nos acostamos me animé a encarar la situación.

  • Me has engañado?

  • Sí - respondió insegura

  • Porque?

  • Porque lo necesito. Necesito sexo con hombres bien dotados. Fuertes. Dominantes. Tú me cuidas muy bien pero en la cama no sabes darme placer.

No sé si aquella revelación me molestó más de lo que me excitó, pero hizo hervir mi sangre. De un tirón le arranqué las bragas y sin ningún tipo de preámbulo se la metí.

Follamos intensamente durante 5 minutos hasta que no pude aguantar más y me corrí en su interior pero antes, logré arrancarle un buen  orgasmo.

-       Vaya – suspitó

-       Cuantas veces me has engañado?

-       Dos. No quería, pero fue más fuerte que yo. No pude resistirme. Fue con un chico que conocí en el chat. 25 años. Todo músculo, fuego i intensidad.

Permanecí unos minutos en silencio hasta que me atreví a decir en voz alta lo que estaba deseando.

-       ¿Quieres volver a hacerlo con él?

-       Si – respondió ella.

-       De acuerdo, pero tengo varias condiciones:

-       1. Nunca más vas a engañarme, debo saber siempre con quien te acuestas, cuando y darte permiso. Si la persona no me gusta tendrás que buscarte otra.

-       2. Quiero ver todas tus conversaciones con tus amantes y quiero estar presente cuando folleis o si no puede ser, quiero verlo en video.

-       3. A partir de ahora serás mi puta personal. Podré exhibirte delante de quien quiera, podré follarte cuando y donde quiera.

Ella permaneció en silencio pero pude notar como su respiración se aceleraba a medida que absorvía sus obligaciones.

-       De acuerdo. Seré tu putita y tu mi cornudo.

Aquella misma noche le pedí a mi mujer que volviera a entrar a la app “Chatix” y no tardó en empezar a recibir privados.

De hecho era un no parar de mensajes y ella intentaba responderlos a todos sin dar abasto.

Unos minutos después recibió un mensaje de “pollon25” y ella dió un respingo.

-       Es él. – dijo – El chico con el que me acosté dos veces

-       Pídele una foto – ordené

Y casi al instante recibimos una foto del chico en cuestión, pero para mi sorpresa, a su lado, desnuda, estaba mi mujer, agarrándole la polla con la mano.

-       Joder, eres tu !!!!

-       Sí. Te gusta?

No tuve ni que responder, porque mi polla se puso tiesa inmediatamente.

-       Continuó mandando fotos en la que salían los dos y como me temía, las comparaciones son odiosas, el chico estaba fibrado, fuerte, marcando músculos y con una polla que como mínimo doblaba la mía.

Mi mujer y el chico estaban hablando animadamente hasta que ella le confesó:

-       Mi marido se ha enterado de todo

-       Ostras ¡!! – respondió - ¿como se lo ha tomado?, ¿tengo que desaparecer unos días?

-       ¡Que va! Le ha encantado. De hecho quiere estar presente cuando volvamos a quedar

-       Pero…. Sin mariconadas….  – dijo asustado

-       No te preocupes, no nos molestará

Quedamos para el día siguiente en nuestra casa y él llegó puntual.

Yo mismo abrí la puerta.

-       Violeta te está esperando – dije servicial

Y era cierto, mi mujer estaba vestida con una falda muy corta, sin bragas y un top apretado que le marcaba sus turgentes pechos.

Él se acercó mirándome de reojo y se sentó a su lado. Mientras mi mujer se acercaba a sus labios y le daba un beso yo me acerqué a servirles unas copas, puse música y bajé el nivel de luz creando una atmósfera propicia.

Aquella situación estaba incomodando al joven de modo que fue mi mujer quien tomó la iniciativa, se levantó y empezó a bailar sensualmente. Por mi parte, yo le hice un signo de “a delante”, dándole vía libre al chico.

Se levantó, se abrazaron y empezaron a bailar agarrados. Se notaba que al chico le faltaba experiencia, pero la suplía con excitación y poderío físico. Empezó a acariciarla de arriba abajo, llegando hasta su culo y metiendo una mano por debajo de la falda.

Mi mujer se empezó a revolver de excitación y yo, alejado de la situación, activé la cámara para grabarlo todo.

Violeta le quitó la camiseta al chico dejando a la vista unos marcados pectorales mientras él le acariciaba los pechos por debajo del top, que no tardó en quedar tirado por el suelo.

Sus respiraciones se aceleraron. Aquella ya estaba fuera de control y como si no existiera el mañana se desnudaron uno al otro hasta perder toda la ropa.

Violeta se arrodilló dirigiendo su boca hacia la polla del chaval que estaba dura como una piedra. Doblaba en tamaño a la mía, pero también era más gorda y más dura,

De un golpe, Pollon25 le clavó la polla hasta la garganta, provocándole arcadas a Violeta, pero ella, en lugar de echarse para atrás, se la tragó toda y aguantó tanto como pudo.

Yo, viendo aquella escena, no pude evitar desnudarme pero no podía tocarme, porque previamente, mi mujer, me había puesto un dispositivo de castidad. La sensación era extremadamente morbosa viendo como mi mujer se tragaba aquella inmensa polla mientras yo no podía tener una simple erección.

Entonces, él la agarró con fuerza, la tumbó boca abajo apoyada sobre el respaldo del sofá y, desde atrás, la empaló con su polla.

Violeta no pudo resistirse del placer y empezó a gemir y sollozar.

-       Ahhhhh ohhhh joder!!! DIOSSSSSSSSSSSS ¡!!!!!!

Parecía que fuera a partirla en dos. Pollon25 se la clavaba con todas sus fuerzas, sin miramientos, casi la levantaba del suelo cada vez que la embestiá.

-       SSSSSSSSIiiiiiiiiiiiiiiiii ¡!!!! Ahhhhhhhhhhhh ¡ que maravilla…..

Cuando parecía que estaba a punto de terminar, mi mujer me hizo una señal para que me acercara y así lo hice.

-       Lo vesssss….. te quiero…. Pero tu no puedes hacer esto…… ahhhhhhhh

Y me dio un beso en la boca, profundo, húmedo. Notaba su respiración acelerada.

-       Graciassssssssssss…… - chillaba

Y entonces, Pollon25 dio un respingo, y con un último empujón gritó:

-       Me coorrrrrooooo ¡!!!!

Su leche entró con fuerza en el interior de mi mujer, pero el chico continuó corriéndose manchándola de semen por la barriga, los pechos e incluso la cara, hasta que cayó rendido sobre la alfombra.

Mi mujer se acurrucó a su lado y me dijó:

-       Cornudo, necesito relajarme, hazme un masaje con la lengua, por todo el cuerpo.

La miré extrañado, confuso, aquello no entraba en mis planes ni en el guión de lo que había previsto. Pero no podía desobedecerla.

Empecé a lamerla de arriba abajo, empezando por la boca, el cuello, y los pechos. Mezclando mi saliva con los restos de semen del chico. Bajé hacia la barriga y finalmente, lamí su coñito que rebosaba de leche.

Fue una sensación muy extraña pero me gustó.

-       Violeta, por favor, libera mi pene para que pueda tocarme – le supliqué.

Ella me miró con cara viciosa.

-       Si cornudito mio, te has portado bien, ahora es tu turno. – Y me quitó el dispositivo de castidad.

Como si fuera un muelle aprisionado, mi pene salió disparado poniéndose duro de inmediato. Diría que hasta era unos centímetros más larga de lo habitual.

Ella aun estaba tumbado al lado de Pollon25 que simplemente me ignoraba como si no estuviera allí.

Metí mi polla en su coño, lubricado con el semen del chico, pero no pude aguantar nada. Apenas unos segundos después de meterla, me corrí.

Pollon25 se rió sonoramente.

-       Ya veo porque me necesitas. Tu marido sólo sirve como cornudo.

-       Pero le quiero… es mi cornudito.

Agotado y humillado, me recosté sobre el pecho de mi mujer.

No os podéis imaginar la estampa que hacíamos los tres, tumbados sobre la alfombra, manchados de semen por todo el cuerpo, yo con la cabeza recostado sobre los pechos de mi mujer, ella recostado en brazos de mi corneador.

Y nos quedamos dormidos.


Aquello sólo fue el principio, desde aquel día, cada noche entramos un rato y chateamos en la app Chatix.

De hecho, podéis encontrar a mi mujer “Violeta” en los canales de “cibersexo” y “cornudos”. Quien sabe, tal vez un día podáis chatear con ella.

Podéis buscar la app “Chatix” en la store de Google Play, elegir un Nick y entrar la clave “iwantsex” para tener acceso a los canales de adultos.